UN ENCUENTRO INESPERADO

¡Claro! Continuemos:

Mateo sonrió mientras recordaba su propio inicio como detective.

"Comenzaré a entrenarte mañana", dijo Mateo.

El joven se iluminó.

"Gracias, Mateo", dijo.

Mateo se levantó.

"Ahora, vamos a celebrar tu nuevo comienzo", dijo Mateo.

Juan y Elena se unieron a la celebración.

"Estamos orgullosos de ti, Mateo", dijo Juan.

Elena asintió.

"Eres un verdadero mentor", dijo Elena.

La noche continuó con risas y recuerdos.

Al día siguiente, Mateo comenzó a entrenar al joven detective.

"La clave es la observación", dijo Mateo.

El joven escuchó atentamente.

"Y nunca te rindas", agregó Mateo.

El joven sonrió.

"Lo recordaré", dijo.

Mateo sonrió.

"Sabes, tengo un caso nuevo", dijo Mateo.

"¿Qué pasa?", preguntó el joven.

"Un robo en un museo", dijo Mateo.

"¡Vamos!", dijo el joven.

Mateo se rió.

"Estás listo para empezar", dijo Mateo.

Mateo y el joven detective, Alex, llegaron al museo.

"El ladrón robó una valiosa pintura", dijo el director del museo.

Mateo examinó la escena.

"¿Hay cámaras de seguridad?", preguntó Mateo.

"Sí, pero el ladrón las desactivó", dijo el director.

Alex se sorprendió.

"¿Cómo lo hizo?", preguntó Alex.

Mateo sonrió.

"Esa es la pregunta del millón", dijo Mateo.

Mientras investigaban, Alex demostró su habilidad para analizar detalles.

"Mateo, creo que encontré una pista", dijo Alex.

Mateo se impresionó.

"¿Qué es?", preguntó Mateo.

"Un hilo de tela cerca de la pintura", dijo Alex.

Mateo sonrió.

"Eso es excelente trabajo, Alex", dijo Mateo.

De repente, recibieron una llamada misteriosa.

"Mateo, eres el siguiente", dijo la voz.

Mateo se tensó.

"¿Quién eres?", preguntó Mateo.

La voz se rió.

"Pronto lo sabrás", dijo la voz.

Alex de repente se detuvo y miró a Mateo con sorpresa.

"Mateo, creo que conozco esa voz", dijo Alex.

Mateo se sorprendió.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Mateo.

Alex dudó.

"Es la voz de mi hermano", dijo Alex.

Mateo se impresionó.

"¿Tu hermano?", preguntó Mateo.

Alex asintió.

"Sí, pensé que estaba muerto", dijo Alex.

Alex comenzó a recordar su infancia.

"Mi hermano, Carlos, desapareció hace años", dijo Alex.

Mateo se compadeció.

"Lo siento, Alex", dijo Mateo.

Alex se endureció.

"Voy a encontrarlo", dijo Alex.

Mateo y Alex investigaron la llamada.

"La voz es de Carlos", confirmó Alex.

Mateo se sorprendió.

"¿Qué quiere Carlos?", preguntó Mateo.

Alex se determinó.

"Voy a descubrirlo", dijo Alex.

Mientras tanto, Mateo y Alex continuaron investigando el robo.

"Encontré una pista", dijo Mateo.

"¿Qué es?", preguntó Alex.

"Un fragmento de papel con una dirección", dijo Mateo.

Alex se sorprendió.

"Es la dirección de una organización clandestina", dijo Alex.

De repente, aparecieron dos personas.

Maria se presentó.

"Soy una aliada de la policía", dijo María.

Leonardo sonrió.

"Estoy aquí para ayudar", dijo Leonardo.

Mateo se sorprendió.

"¿Cómo saben de este caso?", preguntó Mateo.

Maria sonrió.

"Tenemos nuestros recursos", dijo Sofía.

Leonardo se rió.

"Y habilidades", agregó Leonardo.

Mateo, Alex, María y Leonardo se reunieron para discutir el caso.

"Tenemos que encontrar la conexión entre Carlos y la organización clandestina", dijo Mateo.

María asintió.

"Estoy analizando los datos que tenemos", dijo María.

Leonardo se puso a trabajar en su computadora.

"Estoy hackeando la base de datos de la organización", dijo Leonardo.

Alex se sorprendió.

"¿Cómo puedes hacer eso?", preguntó Alex.

Leonardo sonrió.

"Es fácil cuando sabes qué hacer", dijo Leonardo.

María se rió.

"Leonardo es un genio", dijo María.

Mateo se impresionó.

"Esto es exactamente lo que necesitamos", dijo Mateo.

Después de horas de investigación, María encontró una pista.

"Carlos estaba trabajando para la organización", dijo María.

Alex se enfureció.

"¿Por qué no me dijo nada?", preguntó Alex.

Mateo se compadeció.

"Lo siento, Alex", dijo Mateo.

Leonardo se sorprendió.

" Pero hay algo más", dijo Leonardo.

"¿Qué es?", preguntó Mateo.

"Carlos no es el único involucrado", dijo Leonardo.

"¿Quién más?", preguntó Alex.

Leonardo se impactó.

"Tu padre", dijo Leonardo.

Alex se quedó sin aliento.

"¿Qué?", preguntó Alex.

Mientras tanto, Mateo se preguntaba sobre el pasado de María y Leonardo.

"¿Cómo se conocieron ustedes?", preguntó Mateo.

María sonrió.

"Nos conocimos en una misión en la cual estábamos en diferentes grupos", dijo María.

Leonardo se rió.

"Éramos rivales", dijo Leonardo.

María se rió.

"Pero luego nos dimos cuenta de que estábamos en el mismo lado y empezamos a trabajar juntos", dijo María.

Mateo se impresionó.

"Ustedes dos son una pareja formidable", dijo Mateo.

Leonardo sonrió.

"Gracias", dijo Leonardo.

María se sonrojó.

"Somos solo colegas", dijo María.

Mateo, Alex, María y Leonardo profundizaron en la investigación.

"La organización busca robar obras de arte valiosas", dijo María.

Leonardo asintió.

"Y venderlas en el mercado negro", agregó Leonardo.

Alex se enfureció.

"Tenemos que detenerlos", dijo Alex.

Mateo se determinó.

"Vamos a seguir la pista", dijo Mateo.

Descubrieron que la organización planeaba robar una valiosa escultura en un museo.

"Tenemos que actuar rápido", dijo María.

Leonardo se puso a trabajar.

"Estoy hackeando la seguridad del museo", dijo Leonardo.

María se preparó.

"Vamos a infiltrarnos en el museo", dijo María.

Mientras tanto, Alex luchaba con la revelación sobre su padre.

"¿Mi padre está involucrado?", preguntó Alex.

Mateo se compadeció.

"Lo siento, Alex", dijo Mateo.

María se acercó.

"Alex, tu padre puede ser inocente", dijo María.

Alex se sorprendió.

"¿Qué quieres decir?", preguntó Alex.

María explicó.

"Tu padre puede haber sido manipulado", dijo María.

Alex se sintió esperanzado.

"¿Puedo salvarlo?", preguntó Alex.

Mateo asintió.

"Vamos a intentarlo", dijo Mateo.

María y Leonardo recordaron su misión pasada.

"Éramos agentes secretos", dijo María.

Leonardo sonrió.

"Y nos enamoramos", dijo Leonardo.

María se sonrojó.

"No fue exactamente así", dijo María.

Leonardo se rió.

"Bueno, fue una misión emocionante", dijo Leonardo.

Mateo se impresionó.

"Ustedes dos son increíbles", dijo Mateo.

María y Leonardo se miraron.

"Somos un excelente equipo", dijo María.

Leonardo asintió.

"Y siempre lo seremos ", dijo Leonardo.

Mateo, Alex, María y Leonardo se infiltraron en el museo.

"Tenemos que encontrar la escultura", dijo Mateo.

María se separó.

"Voy a buscar la seguridad", dijo María.

Leonardo se puso a trabajar.

"Estoy hackeando la cámara de seguridad", dijo Leonardo.

Alex se sintió nervioso.

"¿Y si nos descubren?", preguntó Alex.

Mateo se tranquilizó.

"Confía en nosotros", dijo Mateo.

De repente, María gritó.

"¡La seguridad está aquí!", dijo María.

Mientras tanto, Mateo recordó su pasado.

"Mi hermano murió en una misión", dijo Mateo.

Alex se sorprendió.

"Lo siento, Mateo", dijo Alex.

Mateo se endureció.

"Voy a hacer justicia", dijo Mateo.

María se acercó.

"Mateo, no te culpes", dijo María.

Mateo se sintió emocionado.

"Gracias, María", dijo Mateo.

Alex descubrió la verdad sobre su padre.

"Mi padre está vivo", dijo Alex.

Mateo se sorprendió.

"¿Dónde está?", preguntó Mateo.

Alex se determinó.

"Voy a encontrarlo", dijo Alex.

Isabel apareció.

"María, ¿qué pasa?", preguntó Isabel.

María se sorprendió.

"Isabel, ¿cómo llegaste aquí?", preguntó María.

Isabel sonrió.

"Te estoy siguiendo", dijo Isabel.

Carlos se reveló.

"Soy el líder de la organización", dijo Carlos.

Javier se unió.

"Estoy aquí para ayudar", dijo Javier.