Amor de Marisa por Ian. El cual es discapacitado y deberá pasar su vida en una silla de ruedas. Marisa es una joven de 22 años, que proviene de una familia humilde y trabaja como Asistente Personal de Ian Andrew.
Ian es el CEO de una Planta Fundidora, probablemente la mas grande y productiva del país.
Ian está recluido de por vida a una silla de ruedas como consecuencia de las secuelas que le dejó un accidente automovilístico en el que murieron sus Padres y su Hermana mayor.
Cuando se leyó el Testamento de su Padre, quedó perfectamente estipulado que Leticia Zambrano quedaría como Tutora legal de Ian y que ella debería ir a vivir a la Mansión Andrew y hacerse cargo ella y solo ella de administrar los bienes de Ian hasta que cumpliera los 21 años. Y en ese lapso de tiempo, de los 8 años que tenía Ian al morir su familia , hasta que Ian cumpliera los 21, Leticia Zambrano sería La CEO de la Fundidora, ya que Leticia era una persona integra y honesta. Hasta que aparece Marisa Salvatierra.
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LA CONVENCIÓN
Al día siguiente tanto Marisa como Ian se levantaron muy temprano, ese día se iniciaba la Convención y Ian iba a tener una importante colaboración, a él le tocó el tema de como administrar una Empresa Fundidora. Pero antes escucharon a otros ponentes sobre diversos temas relacionados con la fundición de Acero.
Marisa tomaba nota de todo lo que escuchaba y algunas recomendaciones de Ian. Así se desarrolló la jornada matutina de la Convención y llegó la hora del receso. Marisa y Ian pasaron a comer a un salón adjunto que fue improvisado como comedor y hubo servicio de Buffet. Marisa comió dos platillos y Ian solo uno y un poco de fruta, además de jugo de Frutos Rojos. Marisa también tomó el mismo jugo y se sentó al lado de Ian, mientras platicaban amenamente sobre los temas expuestos en el evento. Ian aprovechaba para pedir a Marisa que hiciera anotaciones conforme iban saliendo dudas.
Así lo estuvo haciendo. Llegó el momento de entrar a la sala de eventos para dar inicio al turno vespertino. Ian fue el 3er expositor y habló sobre todo, de cómo llevar unas finanzas sanas. Expuso que se tenía que comenzar con estar al día con las obligaciones fiscales, una excelente política de salarios y cumplir al dedillo con las normas internacionales de calidad en la producción de Acero.
Al terminar su ponencia recibió muchos aplausos de la concurrencia y al terminar las actividades del día, regresaron al departamento y Ian le dijo a Marisa que quería descansar un poco en su habitación, ella lo acompañó y le quitó los zapatos y le puso unas sandalias de descanso, inmediatamente Ian se recostó y se dispuso a dormir una siesta. Antes le dijo a Marisa que lo despertara en una hora, para salir a cenar al restaurante informal donde estuvieron el día anterior. Marisa salió de la habitación de Ian y aprovechó para darse un duchazo rápido. Sintió que la ducha se llevó el cansancio a otro lugar desconocido, al terminar se secó y se arregló con ropa informal, unos tenis y una blusa sin mangas y escotada, que le hacía resaltar su belleza natural, además se puso un maquillaje muy ligero.
A la hora entró a la habitación de Ian y lo movió ligeramente, despierta dormilón, le dijo con simpatía a Ian y él comenzó a abrir los ojos.
Marisa le dijo que si deseaba seguir durmiendo no había problema, que pediría algo de comida rápida y podían cenar ahí en el departamento. Ian dijo que no importaba y le pidió a Marisa unos minutos para cambiarse, el era muy independiente y podía hacer solo sus cosas. Marisa le dijo que esperaría en su habitación y si necesitaba alguna ayuda, iba a dejar la puerta abierta, que la podía llamar.
Minutos después salió Ian con ropa ligera y conduciendo su silla con el control remoto. Nos vamos Marisa?. Si Ian estoy lista, solo te estaba esperando.
Pero que hombre tan guapo. Voy a ser la envidia de todo Central Park. Ian le dijo que era una exagerada y ella contestó que para nada.
Salieron y se fueron caminando directamente al restaurante, iban tomados de la mano y riendo de las bromas que Marisa le hacía a Ian. Fue una cena ligera y ambos regresaron al Central Park y Ian pidió que fueran a ver los escaparates de la Five Avenue y Marisa no perdía detalle de la ropa, pidió a Ian entrar a un almacén que no era tan lujoso y compró un vestido muy juvenil que le llevaría a Alicia. Para su Madre encontró una falda de Casimir y para su Padre un suéter muy lindo. Ian le dijo que se comprara algo para ella, que él se lo regalaba y Marisa escogió una pulsera sencilla de chapa de oro y se la llevó puesta.
Constantemente la veía y le causaba una gran emoción el verla en su brazo. Ya no tenía dudas.
Estaba enamorada de Ian Andrew.