INFIELES SINIESTROS

Samanta recibe una llamada:

-Santibañez, ven a mi oficina, lo más pronto posible, tengo algo que contarte- era su compañero de trabajo, el abogado Miguel Andrade.

-Voy bajando, en seguida estoy contigo, y deja de llamarme así, ¿Cuando dirás mi nombre?- cuelga el teléfono, sin esperar su respuesta, escucha su risa nerviosa.

Al llegar el ascensor al piso 22, se dirige a su oficina, va al baño y se arrgla la cara, está roja de tanto llorar, se maquilla. Rápidamente, va al encuentro de Miguel Andrade.

Toca la puerta, le dice que entre:

-Samanta, ¿Has estado llorando?- pregunta de inmediato al verla, cambiando su sonrisa por cara de preocupación.

-¡No es nada!, solo me molestan los lentes de contacto, dime por favor, lo que consiguieron los peritos- se apresura en mentir:

-Disculpa, lamento informarte, que la Empresa Fuentealba, está usando material de tercera para las construcciones, esa fue la razón del derrumbe de la ventana, y en ese complejo habitacional, varias casas tienen grietas, a punto de derrumbarse, el asunto es muy grave- informa Miguel

-Lo supuse y, lo peor es que esa empresa está a punto de la quiebra, no sé cómo van a asumir todas las demandas que se les avecinan. Y sobre todo esta, que tienen en curso- responde preocupada Samanta.

-Si no pagan, los embargaran, y es posible que hasta cárcel tengan que afrontar, lo siento Samanta- apenado habla Miguel.

-Miguel, esto es un motivo más para el divorcio, imprime  uno de los formatos que tienes en tu computadora para ese fin, quiero que me representes, no puedo seguir más tiempo al lado de Robert-

-¿Hablas en serio? Bueno, si es así... ¡Con gusto te represento!, dame los datos de identificación de él, los tuyos los tengo en la computadora- con una sonrisa empieza a escribir en el formato, ahora entiende por qué ella lloraba. Él siempre ha estado interesado en Samanta, pero nunca se atrevió a nada, por respeto a su matrimonio pero, ahora no va a perder la oportunidad que la vida le ofrece en bandeja de plata.

- Ya está, ustedes se casaron entonces con separación de bienes, ¿Vas a pedir manutención para Arturo? ¿Van a vender la casa?- pregunta ahora Miguel, en su papel de abogado.

-Esa casa, la compró mi padre, está a  nombre de su Empresa, y con respecto a la manutención de mi hijo, tengo suficiente dinero para no depender de sus migajas, ademas tendrá mucho que pagarle a la demandante, que ocupe su dinero en eso, si no quiere ir preso-  segura de sí misma, reflexiona Samanta. Mientras Miguel, termina de imprimir el documento, ella en el acto lo firma.

-Me voy a ir de la casa, con mi hijo, cuando lo haga, hazle llegar ese documento a Robert. Por favor Miguel ayúdame con eso, ya que si lo pongo sobre aviso, no sé qué podría hacernos a mi niño y a mí, él se niega en aceptar una separación, y ya sé que es por su empresa, nunca ha tenido sentimientos hacia mí-

-No te preocupes, yo me encargo. ¿Tienes alguna prueba de su mal proceder en tu relación de pareja?- pregunta el abogado.

- Hay un investigador privado en esa búsqueda, creo que pronto las tendré, cuando las tenga te las hago llegar- dice Samanta.

-Bien, entonces quedamos así- se despiden, y Samanta se dirige a su casa. Se despide de Miriam, la señora que la ayuda con las tareas de la casa, y quien le enseñó hasta cocinar.

Empaca algunas ropa para ella y su hijo, sube la maleta al auto.

-Mamá, ¿nos vamos de casa sin papá?- pregunta Arturo inocente a todo lo que sucede.

-Hijo, vamos a visitar a tu abuelito y nos quedaremos por un tiempo en su casa, allí estará Bruno y tu tía también-

-¡Yupiii! ¿podemos jugar yo y Bruno a los video juegos?- pregunta el niño entusiasmado.

-Se dice: "Bruno y yo". ¡Y claro que puedes jugar con tu primo! ¿Cuándo lo he prohibido?- sonríe Samanta, mientras ajusta el cinturón en la silla de seguridad de Arturo, depositando un tierno beso en la mejilla de su amado hijo.

En ese momento, Robert desde su oficina, la llama por teléfono alterado, ella se aleja un poco para que Arturo no escuche. Robert está muy molesto, grita:

-¿Viniste a la oficina sin avisarme? ¿Y te llevaste el informe, sin mi autorización?-

-Robert, te recuerdo que yo también soy socia, y fui a tu oficina para informarte que tienes una demanda en el Bufete de abogados, y según la experticia del peritaje, has estado haciendo construcciones con material de mala calidad. Aproveché para retirar el informe antes que lo cambiaras, te conozco y sé de lo que eres capaz-

-Samanta, ¿Por qué metes tus narices en mis asuntos? ¡Tú no entiendes nada de construcción ni mucho menos de materiales! ¡Eso que dices no es verdad!- continúa gritando Robert.

-Robert, esa información te la estoy dando de buena fe, para que le digas al abogado de la Empresa que se prepare con una buena propuesta de gratificación para los demandantes, no te conviene un escándalo público. Y el resultado del peritaje no lo hice yo, así que deja de engancharte en contra mía, deja los gritos. Definitivamente, ya no podemos hablar sin estar gritándonos, la vida contigo es un infierno- Samanta termina la conversación informándole:

-Esta noche me iré a casa de mi padre con Arturo, ya no nos encontrarás cuando regreses de madrugada, porque de seguro tienes planes para divertirte en la noche, no hace falta que vengas a despedirte- responde sarcástica Samanta, ya no puede contenerse.

-Sabes bien que no voy a casa cuando estoy trabajando, no dejo de ir sin un motivo real. Espérame no te vayas antes de que me expliques sobre la supuesta demanda- baja un poco la voz para evitar seguir discutiendo, no le conviene, quiere saber acerca del problema en el que está inmerso.

-No es una "supuesta demanda", es una demanda real, ya lo que te tenía que decir, te lo dije. Yo no llevo ese caso, no lo puedo tener por conflictos de intereses, así que ese litigio lo lleva un colega;

-No voy a quedarme, aunque te conviene saber, que debes llegar a un acuerdo con la demandante y pagar los daños sufridos no solo por la propiedad, sino más grave aún, con su hijo, quien quedó en estado vegetativo al desprenderse una ventana y caerle encima. Así que la compensación, más te vale, sea muy generosa por parte de la Empresa- responde Samanta, subiendo al auto, arranca el vehículo.

-Lo siento Robert, pero ya estoy saliendo de casa, ahora cuando llegues, puedes sentir lo que es estar solo, en 4 paredes, como yo siempre lo he estado desde que nos casamos. No me esperes nunca más- se despide Samanta.

-¡Espera, Sam, no cuelgues!, ¿Qué quieres decir con eso? ¿ Me estás abandonando? ¡Debes esperarme, ya voy saliendo de mi oficina!- dice apresurado, preocupado de lo que pueda suceder con su empresa.

-Ya voy camino a casa de mi padre, tiene algo importante que conversar conmigo. De ahora en adelante, habla con mi abogado, y luego de eso, conversaremos para llegar a un acuerdo de separación- cuelga sin esperar a que Robert replique.

-Mami, ¿peleaste con papá? ¿Se van a divorciar?- pregunta Arturo con tristeza.

-Arturo, ¿De dónde sacas eso?- Samanta con una falsa sonrisa, continúa mintiendo, queriendo proteger a su hijo, sigue cometiendo errores graves, creyendo que su hijo es incapaz de comprender. ¡Craso error!