Simón Calzone un joven menospreciado por sus pares, sufre continúas humillaciones y desprecios. Tiene un solo objetivo, ser millonario. Conoce a uno idéntico a él que posee todo lo que él anhela quien cansado por esa vida cambia de lugar con él. ¿Se arrepentirá Simón por su decisión?. Dejar a sus padres por ser rico. ¿Quién es ese joven que tanto se lo parece? ¿Qué le hizo desear ser alguien común?
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19- Casa nueva
SIMÓN CALZONE
Cuando fui a la casa nueva me quedé fascinado, no era una mansión, pero tenía toda la comodidad que necesitamos. Mi madre no quiso nada muy ostentoso, cuando le consulto el señor Casares como le gustaría su nueva casa.
El frente tenía ladrillos a la vista y ventanales enormes con un frente amplio para estacionar el vehículo.
Cuenta con tres recamaras, la principal para mis padres y dos con dos camas cada una por si se queda Simone y mis amigos. Tiene dos baños, una cocina y la sala comedor.
-Esta muy lindo. Admira Simone acompañándome a acomodar mis cosas.
-Traje un regalo para que inauguren su nueva casa. Anuncia el señor Casares haciéndose presente con un florero con una orquídea que según me contó Simone era la flor favorita de mi madre según su padre.
-Oh que hermosa... No debía molestarse ... Ya no ha dado una casa. Le dice la señora Marta aceptando el regalo.
-No es ninguna molestia... Además me siento responsable porqué su vida tranquila fue abrumada de este modo. Le dice el señor Casares.
Veo a mi padre serio, por más que estuvo de acuerdo en aceptar la casa, se ve que no le agrada ver tan de seguido al señor Casares cerca de mi madre y además se da cuenta que le hace presentes como para refrescarle la memoria.
-Acompañenos a cenar... Estrenaré la cocina. Le invito mi madre a Simone y al señor Casares.
-Sera un placer. Le dice.
-Seguimos acomodando tus cosas. Me dice Simone.
-Hola. Aparece Leo en la puerta junto a Sirina.
-Trajimos un pastel para celebrar su nueva casa. Dijo Sirina.
-Pasen... Bienvenidos... Gracias. Dijo mi madre emocionada.
-Vengan... Les enseñaré mi nueva habitación. Los invite para alejarlos de todo el bullicio de los que estaban en la sala.
-¿Está a lado del cuarto de tus padres?. Me consulta Leo.
-No es esta... La primera. Le respondo enseñándole la primer puerta.
-Que vivo... Así no escuchan si haces ruido. Me susurra por lo bajo.
-Tiene dos camas para cuando quieras quedarte. Le digo a Leo.
-El mi cuarto también por si quieres quedarte. Le dice Simone a Sirina.
-Podemos hacer una pijamada. Propone Sirina.
-Asi que tienes un cuarto aquí. Le dice Leo.
-Si... Así como Simón tiene en mi casa. Le responde Simone.
-Me lo puedes enseñar. Le pregunta.
-Claro. Le responde ella.
-Yo también quiero conocer. Dice Sirina.
-No prefieres quedarte un momento conmigo. Le consulto y ella sonríe asintiendo.
Cuando veo que Leo se va con Simone aprovecho a besar a Sirina que desde que llegó tenía ganas de hacerlo.
-Te extrañe mucho. Me susurra abrazada a mi y mi corazón galopa loco de alegría.
-Solo paso dos horas. Le respondo, disimulando mantener la calma, si no estuvieran mis padres se que no podría contenerme de disfrutar de sus caricias y atenciones, más que solo besos.
-Fue mucho tiempo. Me dice con una mueca en los labios.
-Me volví adicto a tu aroma. Le susurro besando su cuello.
-Y a mi me gusta el tuyo. Me dice abrazada a mi.
Sus besos son tibios y tiernos que me provocan un cosquilleo por todo el cuerpo. Solo quiero tenerla entre mis brazos todo el tiempo, sentirla pegada a mi.
-CHICOS VENGAN A CENAR. Escucho que nos llama mi madre, haciendo que descienda a la tierra nuevamente, con Sirina nos miramos de manera intensa.
-Después seguimos. Le digo dándole otro beso, como si fuera la medicina que necesito para seguir.
-Si. Me responde Sirina prendida de mi cintura, apretando fuerte mi remera.
Salimos y veo que aún no sale Leo junto a Simone, por lo que le golpeó la puerta para que vengan a cenar.
-Chicos... Nos llaman a cenar. Le aviso.
-Ya vamos. Escucho que responde Simone.
Salió Leo primero y lo miro de arriba a bajo.
-¿Qué tanto tardas?. Me burló mirando lo rojo que está.
-Vamos a cenar. Me dice serio.
-Y Simone... Me la noqueaste. Le pregunto.
-Aqui estoy. Dice apareciendo ella atrás de él y se adelanta sonriendo.
-¿Qué paso?... Estás colorado. Le digo.
-Solo diré que tiene fuerza. Me susurra de paso.
-¿Qué te hizo?. Le pregunto curioso.
-Me tiene dado vuelta como media. Dice en un suspiro y entiendo lo que quiere decir, así me siento con Sirina.
Mi madre preparó un estofado con albóndigas que todos comieron gustosos.
Al terminar compartimos el pastel que trajo Sirina junto a Leo y acompañamos con café.
-Estuvo todo muy bien ma... Vamos a salir a pasear. Le aviso.
-Bien... Nos vemos. Me dice y veo que el padre de Simone no se mueve, él sigue tomando despacio su café manteniendo una conversación amena.
-Vamos a una disco. Propone Sirina.
-No estoy acostumbrada. Comenta Simone.
-Vamos... Es divertido. Insiste Sirina por lo que asiente aferrada a Leo.
-No te preocupes ... No me alejaré de ti. Le dice Leo.
Nos fuimos a la disco seguidos por la custodia.
Sirina y Simone estaban vestidas de Jean y una blusa con un abrigo. Leo y yo estábamos de Jean y chomba.
Ingresamos a la disco donde la música aturdía y no cabía un alfiler.
-Hay muchas personas. Comento Simone y se la veía incómoda.
-No te preocupes... Vamos a ir arriba ... Ahí tengo mi lugar. Le dijo Leo.
-Esta muy animado. Dice Sirina bailando animada, a ella le gusta todos estos ambientes.
-¿Qué te parece?. Le pregunta Leo a Simone abrazado a ella.
-Tiene su encantó. Comento no muy convencida.
-BAILEMOS... VINIMOS A ESO. Insistió Sirina meneando su cintura al ritmo de la música.
-A mi no me molesta estar así. Dice Simone abrazada a Leo.
Él la abraza de la cintura posando un beso en su frente, con una mueca en los labios.
Eran el uno para el otro, a él le gustaba estar así parado disfrutando la música y bebiendo su trago, salvó cuando escuchaba el tema que nos gustaba que ahí si salía a bailar. Ahora entendía cuando me decía que con ella se sentía identificado.
Me fui a bailar con Sirina para que se saque el gusto, ella tiene una manera enérgica de moverse y hacer que baile con ella.
*SOMONE CASARES
Vine a la disco junto a Leo, Simón y Sirina. A ella se la ve animada disfrutando de todo esté bochinche, en cambio por mi parte es muy ruidoso y hay muchas personas, es abrumador e incómodo, Pero trato de acoplarme al probar lo que le gusta a ellos.
-QUE DURAZNO. Escucho y veo a Raúl junto con sus socios en un sector.
Había posados sus ojos en mi parte de atrás.
Leo se me abrazo de atrás cubriendo mis gluteos, se ve que escucho lo que dijeron y fue disimulado en su acción para no preocuparme.
-QUITATE DE AHÍ... TAPAS LA VISTA. Le gritan, se ve que hace rato están aquí y tienen unas cuantas copas de más.
-Vamos a bailar. Me susurra Leo y se que es para alejarnos de ellos.
-Vamos. Le respondo posando un beso en él, que me hace caminar hacia adelante abrazado de mi. Me causa risa, pero no digo nada, me está cuidando y lo veo tierno de su parte.
-No soy de bailar mucho. Le susurro.
-Solo abrazame. Me dice y nos movemos como si bailaramos lento siendo un tema muy movido lo que está sonando.
Él se toma la libertad de besarme al ser un lugar de poca luz y cada vez sus besos hacen que me queme el cuerpo, puedo sentir que su mano se aventura bajo mi blusa, me pegó más a él sin prohibirle su exploración al sentirla muy placentera.
-Quiero ir a otro lugar. Me susurra al oído mordiendo mi lóbulo y eso me envía una electrizante señal a mi columna.
-Quieres continuar lo de la habitación. Le consulto al recordar que ni bien ingresamos lo había hecho acostar en el piso de un solo movimiento teniéndolo presionado con mi cuerpo, besándolo con lujuria y si no nos interrumpe Simón quien sabe lo que haciamos despues.
-Oh si... Me encantaría saber que me harías luego. Me susurra sobre los labios.
-¿DÓNDE SACASTE SEMEJANTE BOMBÓN?. Se le cuelga del cuello Raúl interrumpiendo el momento de ambos.
-NO MOLESTES. Le dice soltándose fastidioso.
-¿LE CONTASTE QUE DEBES CASARTE?... O HACES TU DESPEDIDA DE SOLTERO. Se le burla sin soltarlo mirándome de manera impúdica.
-NO ES DE TU INCUMBENCIA... LARGATE. Le responde molesto Leo.
-NO TE PREOCUPES... LA VOY A CUIDAR BIEN... TIENE UN BUEN TRASERO QUE ME GUSTARIA MONTAR. Dijo e insinuó mandar mano para tocarme y le ataje el brazo sin permitírselo.
-DEJAME ESTO A MI. Me dijo Leo al notar mi mirada como para matarlo, no quería que me exponga.
-DESDE CUANDO ERES GALLITO. Le dice de manera burlona a Leo.
-ALEJATE DE ÉL. Escucho la voz de Simón atrás de él.
-CARTON LLENO ... HABIAS ESTADO AQUI TAMBIÉN, CUCARACHA... Y SIGUES CON LA MINITA DE LA VEZ PASADA... TE VOLVISTE GANADOR CON UNOS CUANTOS PESOS ENCIMA... PERO NO IMPORTA LO QUE DIGAN... NO ME TRAGO EL CUENTO DE QUE ERES ESO QUE INSINUAN. Le escupe con bronca.
-VAMOS A FUERA Y LO AVERIGUAS. Le dijo Simón molesto.
-NO QUISIERA HACERTE PASAR VERGUENZA ANTE TU MINITA. Se le burla.
-SOLO PREOCUPATE DE NO PERDER LOS DIENTES. Le dice Simón con los puños cerrados.
-NO SE QUE LE HABRAS HECHO PARA QUE DIGAN LO QUE SOS... DE SEGURO QUIEREN TAPAR ALGO... SIEMPRE LIMPIE EL PISO CONTIGO. Le dice Raúl.
-SOLO DEJE QUE LO HAGAS... NO DEBIA EXPONERME... PERO ULTIMAMENTE TE PUSISTE MUY MOLESTO. Le responde Simón con los dientes apretados.
-PASA ALGO. Aparece uno de los que nos cuida.
-SIN CONTAR QUE SIEMPRE ANDAS CON GORILAS CUIDANDO TU ESPALDA... MEJOR ESPERO EL DIA EN QUE TE ROMPO LA CARA... AHI LLEGA SIN GORILAS. Dice Raúl alejandose.
-Vamos a casa... No hay nadie... Así estamos más tranquilos. Me dice Leo al oído.
-Si... Eso será mejor. Le respondo.
-CHICOS USTEDES SIGUEN AQUI... NOSOTROS NOS VAMOS. Le dice Leo a Simón.
-QUIERO QUEDARME UN POCO MAS... TENEMOS A LOS CUSTODIOS PARA QUE NOS CUIDEN. Le dice Sirina a Simón prendida por él.
-NOS QUEDAMOS UN POCO MAS. Le dice Simón.
-BIEN NOS VEMOS. Le dice Leo.
-Nos vemos. Me despido de ellos.
Llegamos a la casa de Leo y como el dijo no había nadie.
-Aqui vamos a estar más tranquilos. Me dice Leo.
-Ok... Y si llegan. Le consulto.
-Solo jugamos a la play. Me dice con una mirada pícara.
Al ingresar a su cuarto puso el cerrojo y me acorraló contra la pared besándome con lujuria, le correspondía de la misma manera colgandome de él. Me alzó en sus brazos y se sentó en la cama conmigo, sosteniendo en su regazo, me abrace a él sin dejar de besarlo.
-No puedo hacer esto. Murmura sobre mis labios.
-¿Por qué no?. Le consulto mirándolo de frente, él me mira y hace una sonrisa como largando el aire de sus pulmones.
-Es que... Sos parecida a Simón. Me dice y sonrió sarcástica.
-Somos gemelos. Le digo.
-Si... Ya lo sé... Me creerás un idiota... Pero no puedo dejar de pensar que es como estar con él. Me dice y tomo su mano guiandola a mis s*nos.
-¿Él tiene esto?. Le pregunto.
-No. Dijo en un jadeo.
-Entonces no pienses más. Le digo, quitándome la remera.
-Definitivamente el no luce así. Dice admirando mi abdomen y mis lomas.
Me incorporo y me quito el Jean.
-Y tampoco tiene unos glúteos tan firmes y esas piernas. Dice tomándome de la cintura arrimándome a su cuerpo.
-Que opinas de mi perfume. Le susurro a su oído mordiendo su lóbulo.
-Es embriagador... Me encanta. Susurra contra mi cuello.
Me besa de manera intensa llevándome a recostar contra su cama, mientras sus manos me acarician mi figura de arriba abajo. Los dos sentimos un fuego que nos quema, nos deseamos con locura, él se despoja de sus prendas y nos colamos entre las sabanas a seguir demostrando cuánto nos deseamos.
-¡LEO!. Escuchamos que lo llama su padre.
-Maldición. Dice Leo con los dientes apretados, chocando su frente con la mía.
PAM, PAM. Golpea con todo la puerta su padre.
-SE QUE ESTAS AHI ... ABRIME. Le ordena.
-Quédate aquí... Ya vengo. Me dice dándome un beso y se pone apresurado un buzo y una remera.
Me incorporo y me visto por las dudas si llega a entrar su padre.
Leo se va y abre su puerta tomando aire para aparentar tranquilo.
-¿Qué pasa?. Le pregunta tapando la entrada sin dejarlo entrar.
-ME DIJO RAÚL QUE TE VIO CON UNA CHICA MUY ACARAMELADO... SABES LO QUE PONES EN JUEGO. Le grita furioso.
-No empieces... A caso no puedo tener novia. Le dice Leo.
-¡NO!... SI TE EXPONES NOS ARRUINAS ... YA ESTAS COMPROMETIDO ENTIÉNDELO. Le dice furioso.
-Con alguien a quien no conozco... Y solo debo ir a firmar un contrato de sociedad para que tú negocio siga en pie... Y a mí que me parta un rayo. Le dice Leo con los dientes apretados.
-QUIERES C*G*R CON CUANTA SE TE CRUCE... ¡BIEN!... PERO NO A LA VISTA DE TODOS... EVITA EXPONERTE. Le grita molesto.
-¿Cuál es el problema?... Al fin y al cabo solo es una sociedad. Le dice Leo a su padre.
-HAY QUE GUARDAR LAS APARIENCIAS. Le dice molesto y se va.
"Mierda", dice Leo pegando la pared con su puño.
Me aproximó y lo abrazo besando su cuello como para consolarlo, entiendo por lo que pasa, le obligan a hacer algo que no quiere. Él se gira y se me abraza fuerte.