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Seducción Encubierta

Seducción Encubierta

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Autosuperación / Traiciones y engaños / Atracción entre enemigos / Venganza de la protagonista / Policial
Popularitas:12.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Aisli.M

Seducción Encubierta te sumerge en un apasionante juego de secretos y mentiras mientras los destinos de Harper Montclair y Ethan Reynolds se entrelazan de formas inesperadas. Harper es una astuta y misteriosa seductora que hace de los hombres ricos su pasatiempo, hasta que un misterioso hombre, Ethan entra en su vida. Lo que Harper no sabe es que él no solo es un hombre rico sino también un agente que investiga sus crímenes.
A medida que se entrelazan temas de seducción y engaño, los dos personajes se enfrentan a un punto de inflexión que pondrá a prueba sus verdaderas identidades y prioridades. Los corazones vulnerables chocan con la traición y la redención, ya que las mentiras se exponen para exponer verdades desagradables. Enfrentando valientemente su pasado, Harper abre la puerta al amor verdadero, mientras que Ethan lidia con la dualidad de sus crecientes obligaciones y afectos.

NovelToon tiene autorización de Aisli.M para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 21: Bajo la Mirada del Agente

Ethan se sentó a la mesa, con la calidez familiar envolviendo su ser. Hacía días que no visitaba a sus padres y la nostalgia ya apretaba en su pecho. Un aroma delicioso inundaba la cocina, llenando su estómago y su corazón.

—Este desayuno está delicioso, madre —dijo Ethan con una sonrisa que iluminó su rostro, heredada de la mismísima señora Charlotte.

Ella le devolvió la sonrisa, sus ojos llenos de alegría por tener a su hijo de vuelta. —Gracias, Dave, me alegra que te guste. Lo hice con mucho cariño.

El señor Reynolds, hombre de pocas palabras, disfrutaba en silencio del festín culinario de su esposa.

—Si lo sé, mamá —Ethan se rió, con un brillo travieso en sus ojos. La señora Charlotte siempre lo había conocido como la palma de su mano.

—Ethan, te noto ojeras. ¿Has estado descansando bien? —preguntó con preocupación maternal.

—Es el trabajo, mamá. Me desvelo, no te preocupes —respondió con una sonrisa tranquilizadora.

Su madre asintió, aún con la duda rondando en su mente.

—Si trabajaras conmigo, no te desvelarías tanto —bromeó el señor Reynolds, provocando una mirada de reproche de su esposa.

—Pero es lo que me apasiona, padre —dijo Ethan con un suspiro—. Además, no es solo el trabajo.

La señora Charlotte lo miró fijamente, sus ojos llenos de perspicacia. —A ti te pasa algo más, y no es del trabajo. Conozco esa mirada, y se trata de una chica, ¿no es así?

El señor Reynolds también miró a su hijo, expectante.

Ethan frunció el ceño y negó con la cabeza, pero una leve sonrisa traicionó sus palabras.

Si te digo que no, ¿me creerías, madre? - susurró Ethan, con la mirada clavada en el suelo.

La señora Charlotte, con la astucia propia de una madre experimentada, arrugó el entrecejo y enrolló el periódico que acababa de leer su esposo. Lo usó como un cetro improvisado para golpear juguetonamente el brazo de su hijo.

¡No! - espetó con una sonrisa traviesa. - Cuenta, cuéntame cómo se llama la afortunada.

Ethan enrojeció ligeramente, sintiéndose atrapado entre la vergüenza y la necesidad de compartir su secreto.

La estoy conociendo, madre, nos estamos conociendo - murmuró, buscando las palabras adecuadas -. No es nada formal todavía.

El señor Reynolds, que hasta ese momento había permanecido en silencio, se incorporó en su asiento con un brillo de interés en sus ojos. —¡Qué bueno, hijo! Ya era hora de que conocieras a una mujer joven, que empezarás a formar una familia.

Ethan suspiró, exasperado. —¡Wow, wow!—exclamó. —En qué momento se quedó en lo que dije, madre? ¡Nos estamos conociendo!

La señora Charlotte lo miró con una sonrisa maternal. —¿Trabaja contigo? —preguntó, con un tono inquisitivo en su voz.

Ethan negó con la cabeza. —No, no trabaja conmigo. La conocí un día que salí a divertirme.

—¿Y cómo se llama, hijo? —insistió su madre, con una mezcla de curiosidad y entusiasmo.

Ethan se tomó un momento antes de responder.

—Se llama Aylin Montclair.

Su madre abrió la boca, sorprendida y encantada. —¡Qué lindo nombre! —exclamó -. Aylin Montclair, me gusta.

—Sí, es un lindo nombre— coincidió Ethan, con una sonrisa tímida.

—¿Y a qué se dedica? - preguntó el señor Reynolds, con genuina curiosidad.

—Es empresaria, tiene sus propias empresas —dijo Ethan con entusiasmo.

—Qué bueno eso —respondió el señor Reynolds, un hombre que también había forjado su propio camino en el mundo empresarial—. Ya ves tú huyendo de los negocios y te encuentras con una mujer que sí sabe cómo manejarlos.

—No empieces, padre —intervino Ethan—. Y sí, ella es experta en los negocios. Una vez me invitó a una de sus empresas. ¡Es enorme! Un edificio moderno con 25 pisos, lleno de oficinas y empleados. Y lo mejor de todo es que ella los trata muy bien.

—Wow, debe tener dinero esa chica —comentó la señora Charlotte—. Pero eso no importa, sino lo que hay dentro, los sentimientos.

—También el dinero importa, y el amor, los dos se complementan —opinó el señor Reynolds, dirigiéndose a su hijo—. ¿Y cuándo la vas a invitar a salir? Me gustaría conocerla.

—Es que... —Ethan se sonrojó levemente—. Bueno, yo me voy a trabajar.

—Cuando la vas a atraer hijo, para conocerla —insistió su madre. Su padre asintió con la cabeza, y agregó una pregunta: —¿Es bonita?

—Hay, mi amor, eso no importa —replicó la madre.

Ethan, con una sonrisa pícara, confesó: —Sí, es hermosa.

Se levantó de la mesa, tomó su plato y su taza, y se dirigió a la cocina para lavarlos. En su mente, ya planeaba cómo volver a verla.

Ethan invitó a Harper a una cafetería para tomar un café. La expectativa lo consumía mientras la esperaba, su mente inundada por los recuerdos de los últimos meses. Innumerables noches la había observado en restaurantes, clubs y fiestas, fascinado por su gracia en la pista de baile, el brillo de sus ojos en cada risa compartida y la forma en que su presencia y carisma atraían la atención de todos. Había algo en ella, una mezcla irresistible de misterio y autenticidad, que lo había cautivado desde el primer momento.

Sin embargo, en su corazón anidaba un dilema, una lucha interna que amenazaba con descarrilar su misión. Sus deberes como agente encubierto eran claros: reunir pruebas, desentrañar crímenes y arrestar a los culpables. No obstante, su creciente atracción por Harper lo empujaba en la dirección opuesta, hacia una conexión que no podía ignorar. Cada vez que sus ojos se encontraban, una chispa innegable los unía, un imán invisible que los atraía más allá de la investigación que los había unido.

Ethan sabía que había límites que no debía traspasar, secretos que no podía revelar y corazones en los que no debía involucrarse. Pero entre las luces tenues y las sombras ocultas, el dilema persistía, como una encrucijada en el camino donde sus obligaciones chocaban con sus emociones. Cada paso adelante en la investigación lo acercaba también a Harper, y cada decisión que tomaba lo acercaba al borde de un abismo emocional.

Las tensiones crecían a medida que avanzaba la investigación. La línea entre sus obligaciones y sus deseos se difuminaba cada vez más, y Ethan se veía obligado a afrontar la realidad: el camino que había elegido podría cambiar sus vidas para siempre.

Harper, ajena a la constante vigilancia de Ethan, se encontraba atrapada en un torbellino de emociones encontradas. Ante él, abría las puertas de su pasado, revelando sus luchas internas y su deseo de cambio. A pesar de la fachada que mantenía, su corazón aún latía con fuerza por el miedo a ser encarcelada y no poder completar su venganza. Anhelaba que alguien la comprendiera, que viera más allá de sus acciones y comprendiera las razones que la habían conducido por ese camino oscuro.

Finalmente, Harper llegó a la cafetería y notó la presencia de Ethan. Sus ojos parecían capturar cada uno de sus movimientos, cada emoción que surcaba su rostro. Se preguntó si él era capaz de ver más allá de sus actos, si había logrado comprender las razones que la habían guiado por ese sendero. Sonrió al verlo, radiante con su camisa blanca, pantalones negros y botines cafés. Él le respondió con una sonrisa y un gesto que la invitaba a acercarse a la mesa.

A Ethan le resulta difícil concentrarse en el caso, pero cada día se sentía más atraído por Harper, al verla con elegancia, ataviada en un elegante traje lila de dos piezas, lo perseguía. La blusa con mangas abullonadas, el escote cuadrado y los botones decorativos en la parte frontal resaltan su belleza. El pantalón ajustado de talle alto y largo hasta el talón, en conjunto con los tacones blancos de bloque, complementaban su figura de manera favorecedora.

Más que su apariencia, lo que realmente lo intrigaba era su determinación por cambiar y aceptar su pasado. A pesar de sus obligaciones como detective, no podía evitar pensar que había mucho más en esta mujer.

Harper se acercó y le dio un beso en la mejilla. —Hola guapo, susurró.

—Hola Harper, estás radiante hoy,— respondió Ethan, atrayéndola hacia él para un beso en los labios.

—Gracias, Ethan, dijo ella sonrojada. Ethan le ofreció la silla como un caballero, sentándose frente a ella.

En un momento dado, sus miradas se encontraron. Esta vez, la intensidad en los ojos de Ethan era inconfundible. Harper, decidida a descubrir la verdad, se arriesgó: —Ethan, ¿qué sucede?.

Ethan suspiró, sintiendo que la verdad pugnaba por salir a la luz.

—Harper, ya sabes que soy agente, un detective.

Su confusión era evidente. ¿Por qué mencionaba eso ahora?

Su conversación se vio interrumpida por la llegada del mesero. Harper le dedicó una sonrisa. —Todavía no hemos decidido—, le dijo amablemente. El mesero, comprensivo, les dio un tiempo para elegir.

.

—¿Entonces, vamos a ver el menú? —preguntó Harper con una sonrisa.

Ethan asintió, sin poder evitar un comentario:

—El café aquí es delicioso.

—No me gusta el café solo, solo con leche —respondió ella.

Ethan levantó la mano para llamar al mesero, quien se acercó diligentemente.

—Yo quiero un mocha helado —dijo Harper con una mirada pícara.

—Y para mí un smoothie de café —añadió Ethan.

El mesero anotó la orden y se alejó de la mesa.

Ethan tomó la mano de Harper en cuanto se quedaron solos en la mesa y la acarició con suavidad. Su piel era tan tersa como la seda.

—Retomando la conversación, pues aún no te he explicado el motivo por el que me acerqué a ti en un principio—, dijo él con voz queda.

Las palabras brotaron de sus labios sin esfuerzo, explicando con detalle las razones que lo habían impulsado a buscarla.

—O tal vez ya tengas una idea, Harper—, le preguntó, intuyendo la inteligencia que se escondía en sus ojos.

—Tengo una teoría, pero prefiero escuchar la tuya, agente Reynolds—, respondió ella, confirmando las sospechas que él ya albergaba. La intuición femenina rara vez fallaba.

Ethan se explicó sobre su investigación, sobre su deber de indagar a fondo en su pasado y reunir pruebas irrefutables de sus engaños y estafas a hombres millonarios. Le confesó que su objetivo era reunir suficiente evidencia para emitir una orden de arresto y llevarla ante la justicia.

Harper escuchó en silencio, sus ojos recorriendo el rostro de Ethan mientras analizaba cada palabra que salía de su boca. Una mezcla de emociones se reflejaba en su mirada: sorpresa, confusión y un dejo de decepción se manifestaban en su expresión.

—¿Entonces todo esto forma parte de tu trabajo? —preguntó Aylin con voz temblorosa, buscando respuestas en sus ojos—. Hombres como tú, me refiero a agentes y detectives, se me han acercado para investigarme y no encuentran nada. Otros son amigos míos, y solo eso, pero ellos no me importan. El que me importa eres tú.

Ethan la miró, notando el dolor que se reflejaba en sus ojos. —Sí, en un principio me acerqué a ti por motivos profesionales. Pero a medida que te conocía más, algo comenzó a cambiar —continuó Ethan hablando en un tono cálido y sincero—. Cuando empecé a mirarte a los ojos y compartimos esas conversaciones con toques seductores, cuando conocí las pequeñas historias de tu infancia, incluso las historias detrás de los crímenes de tu pequeña maldad... algo ha cambiado en mí cada momento que compartimos, desde nuestros primeros besos hasta las horas que pasamos juntos en el parque de atracciones y nuestro momento íntimo ese día. Me hizo sentir una conexión más allá de mi papel como agente.

Ethan tomó la mano de Harper con una suavidad que contrastaba con la turbulenta danza de emociones en su interior. Sus dedos se entrelazaron como si buscaran consuelo en la calidez del otro.

—Comencé a tener sentimientos reales por ti —susurró, su voz apenas un hilo de sonido en la concurrida cafetería—. Quería estar cerca de ti, conocer a la verdadera Harper, no la máscara que muestras al mundo. Quiero que sepas que lo que siento es real, tan real como el café que se enfría en nuestras tazas.

El tiempo pareció suspenderse mientras sus palabras resonaban en el aire, envolviendo la mesa en una burbuja de intimidad. El joven mesero, ajeno al drama que se desarrollaba, dejó sus bebidas con un movimiento mecánico y se retiró en silencio.

Las emociones que ambos habían guardado bajo llave durante tanto tiempo finalmente se liberaban, impulsándoles hacia un territorio desconocido. Ethan asintió, sus ojos cargados de un dolor arrepentido.

—Pero también he descubierto que hay algo real entre nosotros, algo que va más allá de mi deber. Estoy debatiéndome entre mi lealtad y lo que siento por ti.

Un silencio tenso se apoderó de ellos, cargado de una mezcla de esperanza y miedo. Harper clavó su mirada en Ethan, sus ojos reflejando una lucha interna entre la desconfianza y el anhelo.

—¿Puedo creer en esto? —preguntó con voz temblorosa.

Ethan la miró con una intensidad que la dejó sin aliento. Su voz, firme y llena de determinación, resonó en la sala.

—Estoy dispuesto a luchar por ti, Harper. Pero también comprendo si no puedes perdonarme.

Las palabras de Ethan resonaron en el corazón de Harper, encendiendo una chispa de esperanza que amenazaba con consumirla.

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Anonymous
Tú novela es buena tiene mucha intriga. Vamos a ver cómo termina esta historia
que se descubra la verdad!!
Aisli.M: Ya se descubrió la verdad ☺️
total 1 replies
MindlessKilling
¡Esto es tan bueno que necesito saber lo que sucede a continuación! ¡Actualiza pronto, por favor! 😍❤️
Aisli.M: Muchas gracias ☺️, ya actualice
total 1 replies
lapilotita12
deseo que escribe el siguiente
Aisli.M: ya está la siguiente parte ☺️
total 1 replies
Ken ZO
No puedo esperar por el siguiente capítulo...
Aisli.M: Que bien ☺️, espero que te encante la historia
Juana Julia Ercia: deceo continuar para saber en q termina
total 4 replies
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