Entre Siglos Y Maldiciones

Derek no estaba acostumbrado a permanecer tan cerca de Catalyn, pero sentía la necesidad de cuidarla tanto como pudiera y de hacerla sentir segura el tiempo que estuviera en la base del aquelarre. Estaba sola, lejos del hogar que había conocido toda su vida y solo podía confiar en Victoria y en él. Intentaría que se sintiera cómoda entre el mundo de brujas en el que había convivido Derek tantos años, enseñándole y ayudándola, aunque él mismo no supiera qué hacer. Al menos tenerla cerca le daba un motivo para levantarse cada día y lo distraía de sus pensamientos y de sus recuerdos.

Esa noche, sin embargo, había decidido dejarla sola con la carta de su padre y darle el espacio para asimilar lo que estaba sucediendo. Ahora entendía lo que había pasado hacía cuatro años y saber la verdad solo lo había alentado más a hacer el intento de hacer los días de Catalyn más felices, aunque le costara. La historia que ella le había contado encajaba a la perfección con los miedos y secretos que la señora Lillian había guardado por años y Derek ahora se sentía en la obligación de seguir ayudando a Catalyn, solo con la intención de que ella continuara con su vida dejando su pasado atrás.

Mientras leía en su improvisada habitación del aquelarre, se dio cuenta que se sentía más seguro estando entre la magia de todos los brujos. Si sucedía algo, al menos sabía que ellos los protegerían, que ellos priorizarían el bienestar de Catalyn y harían lo posible por salvarla. Le traía malos recuerdos de la noche del baile hacía ya tantos años, donde habían perdido a Helena, pero tendría que acostumbrarse a mirar al frente y no hacia atrás y sentirse agradecido por tener un hoy que vivir. Quería convencerse de eso porque, después de todo, era lo que Dimitri le había enseñado, después de tantos momentos de tragedias...

Tal vez podría verlo si lograba conciliar el sueño, pero en el momento en que sus ojos se cerraban, Victoria llamó a su puerta.

Cuando le abrió, se sorprendió de verla jadeando.

- Tenemos que hablar - le dijo.

- ¿Estás bien? -. Ella parecía sorprendida, alterada, como si hubiera visto un fantasma.

- No, vi a Helena - contestó ella, entrando a la habitación de Derek y empezando a dar vueltas.

- ¿Disculpa? -. Derek cerró la puerta tras de si, preocupado de que alguien los escuchara.

- La vi en una visión. A Helena. Había otra mujer de cabello rizado y rubio.

Derek tragó saliva. No podría ser la misma mujer que él pensaba.

- ¿Qué más viste?

- Helena tenía la sangre de la mujer en un tubo de ensayo y ambas discutían. Estaban en una habitación vieja y oscura, con velas y libros desgastados.

- ¿Viste la ubicación de la habitación?, ¿viste la casa? - le preguntó Derek, hablando tan rápido como fluían sus pensamientos.

- No, no. Solo vi la habitación.

- ¿Recuerdas detalles?

Victoria miró hacia otro lado con el ceño fruncido.

- La escena fue muy corta. Vi a Helena y a la mujer discutiendo y luego vi a un montón de chicas reunidas en una iglesia.

A Derek le latía el corazón a toda velocidad.

- ¿De qué estaban discutiendo?, ¿cómo era la iglesia?

Ella se pasó las manos por el rostro, desesperada con si misma por no recordar nada más.

- No lo sé, Derek. No lo sé. No podía escuchar lo que decían, porque... porque había esta música... y todo era borroso.

- ¿Música?, ¿qué clase de música?

- Parecía piano o violín, una melodía muy hermosa, pero tan triste... Sin embargo, se detuvo cuando vi a las chicas.

Derek estaba conectado los puntos, pero aún no encontraba una razón lógica o una explicación. Conocía todos los detalles de la visión de Victoria, pero no lograba saber qué relación tenían entre sí.

Definitivamente tenía que hablar con Dimitri.

Al ver que Derek no respondía, Victoria continuó hablando.

- ¡Vi a Helena! - repitió ella -. Derek, ¿crees que sea posible... salvarla?

- Victoria, ya lo hemos intentado... - le dolía tener que reconocerlo -. No podemos hacer eso.

- ¡Lo sé! Pero que tal si... ¿qué tal si mi visión significa que vamos a encontrar a la niña?

- ¿La de la profecía? Llevan, literalmente, siglos buscando a esa niña. Yo lo creo bastante imposible. No podemos poner nuestra esperanza en un cuento para brujitos.

- Pero si la encontráramos..., podríamos usar su poder para traer de regreso a todas las personas que perdimos...

- Victoria - la llamó con determinación -. No la han encontrado. No podemos contar con ella. Tiene que haber otra explicación, ¿qué más crees que signifique tu visión?

- No lo sé, no lo sé. Nunca había tenido visiones de mi sobrina antes, mucho menos después de su muerte. ¿Por qué ahora? No puede ser el futuro -. Victoria había empezado a llorar y Derek la abrazó con fuerza.

- Tiene que haber una explicación. Tus visiones casi siempre son claras y concisas.

- Son imágenes que puedo ver con claridad, pero no siempre entiendo lo que significan. Tal vez... ¿tal vez es por Catalyn?

Derek se alejó solo para verla directamente al rostro.

- ¿Qué tiene que ver ella? - le preguntó con miedo.

- Tenerla aquí..., me trae muchos recuerdos de Helena. Quizás eso interviene en mis poderes, en mis sentimientos.

- Catalyn no es tu sobrina, Victoria.

Ella la miró frunciendo el ceño. Derek sabía lo que estaba pensando, pero no lo dijo en voz alta.

- Derek..., ¿cómo estás? - dijo ella después de un minuto de silencio.

- Estoy bien, Victoria - le dijo con toda la seguridad que pudo reunir.

Eso pareció tranquilizarla un poco. Ella se alejó por completo y respiró profundo.

- Intentaré descifrar qué significa mi visión.

- Victoria, ¿recuerdas algo más de la mujer?

- Estaba de espaldas, solo pude ver el rostro de Helena. Pero llevaba un vestido rojo intenso.

Derek empezó a sentirse mareado.

- ¿Alguna otra cosa?

Él podía notar que ella se estaba esforzando por recordar todos los detalles, pero no parecía haber más información de utilidad que pudiera decirle. Victoria negó con la cabeza, lanzando un leve suspiro.

- Tal vez debería hablarlo con Orianna. Ella podría saber algo.

Derek se estremeció.

- Esa mujer me da miedo, pero puede ser una buena idea.

Ella solo asintió y lo miró a los ojos, dudando.

- Derek..., ¿puedo quedarme esta noche en tu habitación?

A él le pareció extraña la petición, pero aceptó con una sonrisa y se esforzó por acomodar todo para que ella se sintiera a gusto con su compañía. Al acostarse, Victoria se acercó a él. Podían solo ser amigos, pero ella era la persona que más podía entender a Derek. Lo acompañaba en su dolor, lo había sentido, y eso los había unido con el pasar de los años.

- ¿Has... hablado con Dimitri? - le preguntó ella, después de que ambos solo habían estado en silencio, mirando hacia el techo.

-No desde hace un tiempo. Hablé con Dorian.

- ¿Qué te dijo?

- Que todo estaba bien.

- ¿Seguro?

- Si, Victoria. Puedo sentirlo. Ellos están bien.

- ¿Los extrañas?

Derek tomó aire, como si la pregunta lo hubiera dejado sin respiración. Siempre era difícil responder ese tipo de cosas.

- Supongo que sí.

- ¿Hace cuánto no estás con ellos?

Tantas preguntas lo estaban empezando a marear, pero decidió hacer el esfuerzo de mantenerse estable y contestar con sinceridad.

- La última vez fue unos años después de que rompiera contigo.

Victoria no respondió nada, pero él podía sentir que estaba tensa y aún confundida por sus visiones. Derek se sentía indispuesto y pensativo. Conocía a la mujer que Victoria había visto, pero no terminaba de entender cuál era su relación con todo lo que estaba pasando en ese momento y sabía que darle vueltas solo lograría hacerlo sentir peor. Al menos tenía que intentar tranquilizar a Victoria.

- Creo que Catalyn va a aceptar entrenar contigo - le dijo, porque quería darle esperanzas de algo que era más factible y real que salvar a Helena -. Me contó sus razones y puedo entenderla, pero creo que la pude convencer.

Victoria alzó la cabeza ilusionada y Derek se sintió a gusto consigo mismo por ver una leve sonrisa en su rostro.

- ¿En serio? - contestó ella. Su voz parecía más tranquila -. Eso sería maravilloso, puedo enseñarle todo lo que sé, puede observar y aprender del aquelarre. ¡Oh, tengo una idea!

Derek evitó reírse. Victoria era una mujer fuerte y madura, pero aún los detalles pequeños y las buenas noticias la animaban.

- ¿Qué piensas? - le dijo viéndola a los ojos. Se había quitado el maquillaje dorado que solía resaltar sus facciones y ahora lucía más sencilla y hermosa.

- Va a haber un baile...

- Ay no, detesto los bailes.

- A Catalyn le gustan.

- Lo dudo. Apenas si se levanta de su cama para ir a la universidad.

- Déjame probarlo, sé que le gustará. Ahí podrá conocer a más brujos, podrá ver su magia en acción. Eso la hará sentirse a gusto con su poder.

- Podríamos intentar..., ¿pero tengo que ir yo?

- Bueno, tú no, si quieres.

Derek entendió a qué se refería, pero solo asintió.

- Lo importante es que Catalyn recupere su poder. Y no, Victoria. No vamos a hacer el hechizo que rompe el bloqueo.

Victoria volvió a acostarse en su hombro y lanzó un suspiro. Derek se atrevió a acariciar su cabello y ella no se alejó. Le gustaban esos sencillos momentos en donde solo eran dos amigos con historia hablando, sin interrupciones ni peligros inminentes.

- Tal vez deberías ser honesto con ella.

- ¿Sobre qué? Ya perdi la cuenta de los secretos.

- De todo, Derek.

- Es mala idea.

- No hay buenas ideas ya - contestó Victoria, con su voz casi en un susurro -. Solo hay decisiones por tomar, y acciones por cometer. ¿Qué más nos queda?

Victoria cerró sus ojos, quizás muy cansada para seguir discutiendo con Derek o para terminar la conversación porque sabía que él jamás le daría la razón de contarle la verdad a Catalyn, pero sus palabras sí dejaron una huella marcada en sus pensamientos y Derek no pudo evitar sentirse más confundido y perdido. Ya no sabía si estaba haciendo las cosas bien, solo sabía que tenía que seguir hasta que su vida se volviera apenas un recuerdo. Muy pronto, se dio cuenta que Victoria en realidad se había quedado dormida y que hablaba entre sueños. Derek sonrió e intentó conciliar el sueño mientras ella dormía sobre su hombro y, después de darle vueltas a lo que sucedía, terminó quedándose profundamente dormido.

Y se encontró con Dimitri.