"Y aún así a pesar de todos mis intentos de alejarme de ti vuelvo a arrastrarme de regreso a dónde tú estás".
©AuraScript
NovelToon tiene autorización de @AuraScript para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Igual a tu padre
—Oye, Hal—, comenzó Ray con un tono nostálgico, sus ojos reflejaban tristeza mientras miraba hacia otro lado, evitando la presencia de Sean. —Solo quiero que sepas que te voy a extrañar mucho—.
Me encontré con su mirada y asentí con pesar. —También te extrañaré, Ray. Eres como un hermano para mí—, respondí sinceramente, sintiendo un nudo en la garganta al pensar en separarme de él.
Ray sonrió débilmente y puso una mano en mi hombro. —Vas a estar bien, ¿vale? Siempre estaré aquí para ti, pase lo que pase—, aseguró, su voz cargada de emotividad y cariño.
Incliné la cabeza, agradecido por sus palabras reconfortantes. —Gracias, Ray. Significa mucho para mí—, expresé con sinceridad, luchando por contener la emoción que amenazaba con desbordarse.
Nos abrazamos brevemente, compartiendo un momento de conexión y apoyo mutuo en medio de la incertidumbre. A pesar de la tristeza que nos embargaba, sabía que nuestra amistad perduraría a pesar de la distancia física.
Observé a Sean con desagrado mientras permanecía en silencio, incapaz de comprender su actitud indiferente. Sin embargo, me aferré a las palabras reconfortantes de Ray, sabiendo que su amistad sería mi ancla en los tiempos difíciles que se avecinaban.
—¿Listo para irte?—, preguntó Sean con su típico tono serio y frío mientras encendía el motor del auto.
—Así es—, respondí secamente, arrastrando mi maleta hacia el vehículo con una sensación de nerviosismo palpable.
Una vez dentro del auto, el silencio pesado llenó el espacio entre nosotros. Miré por la ventana y divisé a Ray, quien se despedía con entusiasmo y afecto. Le lancé un beso burlón al aire, lo cual provocó una risa de su parte antes de que la distancia nos separara.
—Mira, el drama está en su máximo esplendor—, comenté con sarcasmo, tomando un cigarrillo y abriendo la ventana para dejar entrar el aire fresco.
Sean simplemente soltó un suspiro pesado, sin dignarse a responder. Su indiferencia solo aumentaba mi irritación mientras nos alejábamos de todo lo que alguna vez conocimos.
—¿Sabes qué, Sean? No puedo soportar tu maldita actitud todo el tiempo—, espeté, dejando escapar mi frustración acumulada.
—¿Y qué esperabas, huh? No tengo tiempo para tus dramas—, respondió Sean con frialdad, sin molestarse en mirarme.
—¿Mis dramas? ¡Mira quién habla! Tú eres el que vive envuelto en tus propios problemas y te importa un carajo el resto del mundo—, contraataqué, sintiendo la tensión crecer con cada palabra.
Sean se limitó a bufar con desdén, sin siquiera molestarse en responder. Su actitud indiferente solo avivaba aún más mi ira.
—Estás tan malditamente egoísta, Sean. Todo gira en torno a ti y tus asuntos. Nunca te preocupas por nadie más—, continué, dejando salir todas mis frustraciones acumuladas.
—¿Y tú qué esperabas de mí? No soy tu niñera, ni tu salvador. Ocúpate de tus propios problemas—, retrucó Sean, sin mostrar ni un ápice de empatía.
La negatividad colmaba el espacio entre nosotros, y el peso de nuestras palabras llenaba el aire con una atmósfera densa y opresiva. Era evidente que la relación entre Sean y yo estaba llegando a un punto crítico, y no sabía si podríamos superarlo.
"¿Por qué no puedo simplemente ignorarlo?", me pregunté a mí mismo mientras seguía mirando de reojo a Sean, sintiendo una mezcla de irritación y resignación.
Finalmente, decidí enfrentar la situación y le dije a Sean, con un tono más tranquilo pero cargado de resentimiento: —Solo estoy de paso. No planeo quedarme aquí más de lo necesario—.
Sean, con una indiferencia exasperante, respondió: —Me da igual lo que hagas. No me interesa—.
Esa actitud despectiva de Sean solo alimentó mi fuego interior. —¿Qué te pasa, Sean? ¿Tienes algún problema conmigo?—, le espeté, dejando escapar mi propia amargura.
Sean se quedó callado ante mi arrebato, pero su silencio solo me enfureció más. —No tienes idea de lo que he pasado, ¿verdad? No sabes nada sobre mí ni te importa—, continué, lanzándole mis propias puñaladas verbales.
La atmósfera se volvió aún más tensa mientras nos mirábamos en silencio, cada uno aferrado a su orgullo y resentimiento. Aunque intentaba contener mi ira, no podía evitar desear que Sean desapareciera en ese momento.
Buen cap por cierto.😁😁