Berrinchuda. Un Capricho Que Me Salió Caro.

Luciano.

Tomo a mi princesa de sus mejillas y la beso con deseo y pasión, la acuesto de nuevo y comienzo a deleitarme con sus hermosos pechos rosados y tersos, las beso y la lamo como quiero, succiono mientras mi mano toca su pecho libre, la veo disfrutar por mi atención y luego subo de nuevo a sus labios.

Sabes, te amo con locura y estoy feliz de tenerte así — digo y me besa con dulzura.

Eres hermosa, preciosa y mía— digo entre besos y caricias.

Yo también te amo mi amor — sus palabras me enloquecen la palabra que tanto he querido escuchar de sus labios y hoy por fin la escucho.

Sonrío y entre besos entro de manera delicada en ella, su expresión la grabo en mi cabeza y allí se quedará siempre, pega un sonoro grito y veo sus lágrimas caer, está totalmente sonrojada, esto es el cielo, me encanta estar así, se podría decir que es mi nuevo lugar favorito, solo me dedico a besarla y a acariciarla es tan hermosa, beso sus lágrimas y ella solo cierra sus hermosos ojos.

shh, mi amor ya pasará, prometo que ahora solo te gustará — le digo y comienzo a moverme lentamente dentro y fuera de ella la veo gemir con un poco de molestia, pero poco a poco se va relajando.

Sigo moviéndome, pero esta vez aumento mis movimientos, la oigo decir mi nombre entre jadeos y más gemidos, me entierra las uñas en la espalda con cada arremetida que doy, es maravillosa y por fin es toda mía.

Isabella... Oh Isa mi amor, eres perfecta — gruñía mientras la escuchaba gritar cuando no los aguantaba más.

Luciano, mi amor, más por favor, más mi amor— sus palabras me hacía mover con más fuerza dentro y fuera de ella.

Estábamos sudados, agotados de tanto placer, el choque de nuestros cuerpos se oía en esa habitación, acompañando de los choques, de los sonidos que salían de nuestras bocas.

Amor... Luciano, no aguanto más — decía inquieta y descontrolada por lo que experimentaba.

Dime qué sucede mi vida, que desea mi mujer — le pregunté y se puso peor, estaba muy excitada, sus piernas temblaban de placer.

Quiero más de ti Luciano, más rápido — pedía, pues, yo ralentizaba mis movimientos cada que podía, verla, pedir por mí, me excitaba, muchos años para tenerla y no solo en la cama, hacerla que me amara como yo a ella.

Me moví aún más rápido dándole lo que me pedía y unos minutos después, la sentí estallar sobre mi polla, haciéndome explotar a mí también dentro de ella, maravilloso es poco para describir como me sentía en este momento.

Te amo Luciano— dijo cayendo agotada.

Te amo Isabella, caí arriba de ella, me quedé un momento así y era perfecto, me sentía feliz, mi niña era mía y por fin lo que tanto desee sucedió.

Estoy abrazado a mi princesa, ella tiene su cabeza en mi pecho y yo le beso el rostro haciéndola reír, besa mi pecho y comienza a hacer círculos en este, parece niña pequeña jugando.

Ahora no me siento tan mal, si hubiese pasado en la oficina no me lo hubiese perdonado — digo y ella me ve.

Eso no importa, lo importante era que pasaría contigo— me sonríe y la beso.

Te amo Luciano y no sabes cuánto me arrepiento, no haberte visto antes, hasta llegué a odiarte cuando interrumpiste mi beso con Adriano— frunció el celo y niego.

No importa, lo importante es que ahora me amas a mí y nadie me alejara de ti.— la beso y en la nariz y ella reparte besos en mi cara.

Se me está ocurriendo una idea muy loca— le digo y me mira frunciendo el ceño.

Cuál idea mi amor.— me pregunta con dulzura

Casémonos mañana mismo, luego tenemos la boda religiosa el día pautado que te parece.— le pregunto y me come a besos

Digo que sí, casémonos ya, no soporto no estar contigo en las noches— confiesa y la miro alzando una ceja

Me hubieses dicho mi amor y lo resolvía muy rápido — digo y niega riendo.

Quiero que sea mañana, llamaremos a los chicos y si no pueden no importa nos casaremos solos, necesito que seas la señora Volkot por fin.— demandó y contesta con una enorme sonrisa.

Por mí está perfecto futuro esposo, pero debo ir a cambiarme al departamento — me dice y niego.

No ahora mismo mandaré a pedir todo para que lo traigan, mañana no quiero perder tiempo, nada de separarnos, ni esperar, ni despedidas, nada solo quiero que sea mi esposa.— ella me escucha con tanta atención que sonrió como idiota al verla.

Se sube encima de mí y comienza otra sesión de pasión, besos, caricias, gritos y gemidos, sé que no debí, pero me deje llevar, la tomé en todas las maneras posibles y ella solo se dejaba y me pedía más, a eso de la madrugada nos sentamos a hablar en el sofá y terminamos haciendo el amor otra vez en esa suite no hubo rincón sin explorar, yo deseaba tanto a mi niña, que no podía estar sin sentirla, yo amaba a mi reina, la adoraba y tantos años de espera me había hecho perder la cordura con ella.

La llevo a la tina y después de volverla a tomar la llevé hasta la cama, parecía un animalito herido, estaba agotada y sus ojitos se cerraban solos, definitivamente hoy había Sido un maravilloso día el cual no olvidaría jamás.

Me despierto temprano y pido que me compren un traje, luego llamo a Hanna y a Adams y les cuento lo que pienso hacer, primero me gritan histéricos, pero luego acepto, le digo a Hanna que le compré un vestido a mi niña y ropa interior para que después la traiga al hotel a tiempo, ya que ya había agendado en el registro civil la hora en la que nos casaríamos, llame a mis cuñados, Arturo me preguntó si su hermana estaba embarazada y yo le conteste diciendo, que ojalá y Dios lo escuchará.

Arturo se rio y luego me dijo que no faltaría, luego fue el turno de llamar a Fabio, con él fue más difícil, me dijo que me daría un golpe por idiota y que si me atrevía a dañar a su hermana se iba a olvidar que yo era su amigo.

Luego de muchos insultos acepto venir.

Después de cortar llegó el desayuno que había ordenado y al llevárselo a mi niña no la bi en la cama puse la bandeja de lado y al ir a buscarla la vuelta en el suelo enredada con la sabana se veía adorable, mientras sonreía la levanté.

No te burles mi amor, no me podré casar así — dice y niego de inmediato.

Es más romántico cuando el novio carga a la novia, no crees— digo y niega riendo.

Con un poco de comida, un baño y un rico masaje estarás como nueva — agrego y hunde su cara en mi cuello.

Llevo a Isabella a la ducha y dejo que el agua la ayude a relajarse, la estrego con la esponja y un jabón con un aroma a rosas exquisito, luego de ambos estar muy impíos la llevo para que desayune.

Ella se sonroja por como la veo, pero es que la imagen que tengo ahora mismo de ella es perfecta, la amo.