Obra original
La Reina Yasira Barreto muere a manos de su esposo Alexander Barreto sin importarle que en su vientre llevaba a su hijo nonato.
Una joven del mundo moderno reencarna en su cuerpo y mucho antes de estos eventos, por lo que decide cambiar su destino.
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Banquete
El día del banquete, muchos sirvientes iban y venían preparando todo para la gran noche, mientras que James recibía en su pequeña casa una gran caja blanca de parte de Yasira.
- Úsalo está noche -Decía la nota sobre la caja, James llevó la caja a su habitación y la abrió, encontrando dentro de ella un traje color negro que contrastaba con el tono de su piel, el joven dejó la ropa sobre la cama y entró a darse un baño, mientras que en su mente se preguntaba si su madre asistiría al banquete.
Lo cierto era que una parte de él se resistía a qué su madre llegara, pues sabía perfectamente bien que estaría molesta al enterarse de lo que había hecho y conociendo el carácter de sus padres seguramente ambos lo castigarían de por vida.
Mientras James se bañaba, Yasira estaba siendo peinada y maquillada en su habitación, tuvo que prepararse desde muy temprano para estar lista a tiempo, la chica se miraba en el espejo mientras pensaba como había cambiado su vida .
No era que extrañara su antigua vida, sino el hecho de que ahora vivía en un mundo paralelo lleno de magia, guerras y chicos guapos.
Nina le dió un pequeño toque en el hombro y Yasira salió de sus irrelevantes pensamientos.
- Princesa, es hora de colocar el vestido -
- De acuerdo -
Yasira se miró en el espejo antes de levantarse y admiró la tiara en su cabeza, pues está tenía diamantes y topacios incrustados en ella, con un topacio más grande que los demás en el medio, su cabellera pelirroja , había sido acomodada en un peinado alto , con unos pequeños rizos sueltos sobre sus orejas.
Se levantó del asiento y se paró en el medio de la habitación, Nina, con ayuda de dos doncellas más , pusieron el vestido sobre el cuerpo de Yasira y comenzaron a acomodarlo, aunque aún sin estar lista del todo la princesa lucía realmente hermosa.
Al terminar de acomodar el vestido y colocar la chalina sobre los hombros de la princesa , le colocaron los tacones con diamantes y alistaron las arrugas inexistentes del vestido.
Yasira se sentía un poco sofocada, a pesar del tiempo que tenía en ese lugar, aún no se acostumbraba del todo a los ajustados vestidos, era por eso que Yasira vestía la mayor parte del tiempo con ropa cómoda, cómo pantalones y camisas , o vestidos holgados más del estilo de su mundo.
Tres golpes en la puerta se escucharon y unos segundos después está se abrió y por ella se asomó el Rey Marcelo el cual llevaba puesto un traje completamente blanco, combinado con una capa roja sobre sus hombros y una imponente corona sobre su cabeza.
El Rey sonrió y sus ojos se llenaron de lágrimas, su hija era igual a su madre , no había ninguna duda sobre eso, se acercó a Yasira y le abrazó con delicadeza.
- Mi hija, eres la más hermosa -Dijo con la voz entrecortada, deseando que su reina pudiera ver a su hija de aquella manera, Yasira miró a su padre a los ojos y limpio sus lágrimas con suavidad .
- Padre, muchas gracias, heredé el encanto de la familia Barreto -Mencionó en tono divertido para alivianar la atmósfera nostálgica que les rodeaba, el Rey sonrió ampliamente y una carcajada se escapó de su garganta.
- Y además graciosa, afortunado el hombre que se convierta en tu compañero de vida .-
La sonrisa de Yasira se borró en el acto, el matrimonio era algo que ella no podría aceptar, estaba acostumbrada a ser libre y disfrutar de su sexualidad como más le pareciera .
El casarse, sería un problema para ella , pues había muchas bellezas en ese mundo las cuales quería aprovechar.
El Rey notó el cambio en su hija y decidió cambiar de tema.
- Lo había olvidado, Enrique te espera abajo para acompañarte al salón , dijo que tenía un regalo para ti -
Yasira sonrió de nuevo y asintió, tomó del brazo a su padre y juntos caminaron a su encuentro con Enrique, aunque aún faltaba mucho tiempo para el comienzo del banquete.
Al llegar con Enrique, el joven rubio quedó aturdido por unos segundos al ver a Yasira en aquel vestido deslumbrante .
Pasó saliva con dificultad dando un saludo un tanto extraño pues el escote del vestido de la princesa, hacía lucir su prominente busto de manera impresionante con aquellos detalles plateados .
- Enrique, cierra la boca muchacho -Dijo el Rey al ver que Enrique continuaba mirando a su hija tan intensamente, Enrique sacudió su cabeza y ofreció a Yasira una pequeña caja de madera oscura que llevaba en su mano .
Yasira tomó la caja y la abrió sonriendo, dentro de la caja descansaba un hermoso corsage hecho con una orquídea en color azul que hacía juego con el rillete que Enrique llevaba puesto en la solapa de su traje, el cual combinaba a la perfección con el vestido de Yasira.
- Enrique, es hermoso, muchas gracias -
Dijo Yasira y tomó el corsage para que le ayudará a colocarlo en su muñeca , la hermosa orquídea resaltaba a la perfección sobre los guantes blancos que llevaba puestos, ahora sí, Yasira podía decir que estaba lista para el banquete.
Al faltar algo de tiempo, el Rey les dejo solos en el salón para dirigirse a su despacho, Yasira se acercó a Enrique en cuanto la puerta se cerró detrás de su padre , y dió un beso al joven.
Enrique sostuvo el rostro de Yasira entre sus manos para evitar que rompiera el beso y la acercó más a su cuerpo.
- Enrique, mi maquillaje, se arruinará, por favor basta , continuemos con esto más tarde -
Dijo Yasira entre besos, tratando de mantener su cordura a raya, aunque al ver a Enrique en ese traje que marcaba sus musculosos brazos le había causado estragos en su vientre bajo.
Enrique sonrió y acercó sus labios al oído de Yasira causando que su aliento caliente cayera sobre su clavícula erizando cada poro de su piel.
- Aún hay tiempo para nosotros Yasira- Mencionó con voz seductora , Yasira se sonrojó rápidamente mientras que el joven la llevó con cuidado hacia el sillón y se sentó mientras que Yasira quedó frente a el .
- Te he dicho que lo dejemos para después. -
Yasira empujó a Enrique hacia atrás para después salir rápidamente no quería estar más tiempo cerca de Enrique o terminaría cediendo ante su pasión.