Jamás pensó que las personas más cercanas a su vida, su propio padre y el padre de su novio Agustín, la intercambiaran por una deuda de dinero.
Siendo que estos debían mucho a un mafioso llamado Thomas Moretti, su libertad se vio reducida a mil pedazos.
Presa del dolor que le ocasionó su niñez, así como todo lo que tuvo que sufrir, su única "esperanza" es intentar salir de aquella oscuridad mediante Thomas, el hombre que marcaría para siempre su vida.
¿Podrá llegar a lo más profundo del corazón de aquel mafioso?
¿Podrá encontrar su libertad?
¿Podrá al fin ser feliz y dejar atrás tanto dolor que ha tenido por años?
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Capitulo 23.
Agustín quedó aturdido con el golpe que perdió el equilibrio y cayó pero Thomas no lo dejo recuperarse de aquel puñetazo cuando ya le estaba propinado otro.
- Basta Thomas lo vas a matar.-. Luisa trataba de hacerlo entrar en razón.
- Te importa que muera?.-. Le dijo Thomas cegado de la ira.
- El ya no me importa únicamente me importas tu y no quiero que vallas a prisión por favor Thomas déjalo.-. Luisa se acercó a abrazarlo por la espalda para calmarlo.
Thomas tenía todos sus músculos contraídos por la rabia y la fuerza que estaba haciendo golpeando a Agustín que yacía en el suelo casi incociente de seguro mañana se vería fatal con su rostro abollado pero se lo tenía merecido, el llanto de Luisa lo hizo calmarse se giró para verla y ella estaba temblando de miedo.
- Esta muerto.-. Dijo con su voz temblorosa viendo el cuerpo de Agustín.
- No tiene tanta suerte.-. Dijo sarcastico Thomas.
No demoraron en llegar los de seguridad pues la recepcionista los habían llamado para que socorriera a Agustín, cuando llegaron íntentaron llevarse a Thomas a la comisaria pero este se enfureció.
- Voy a demandar a este hotel y los dejaré en la ruina como es posible que me quieran arrestar a mi cuando fue ese imbecil quien se metió a mi habitación a acosar a mi esposa.-. Dijo señalando a Agustín que estaba siendo levantado por la recepcionista.
Con el alboroto llamaron a Ricardo pues el aun estaba a cargo de los hoteles porque Agustín todavía no cumplía los 22 años para cederle todo, no tardo en llegar y fue directo a las oficinas de gerencia encontrándose con Thomas votando fuego por los ojos.
- Que ha pasado.-. Dijo nervioso al ver la mirada que le dio Thomas el sabía de lo que ese hombre era capaz cuando alguien se le cruzaba en el camino.
- Que tu hijo te lo cuente.-. Dijo señalando a Agustín que lo estaban curando.
- Que haces aquí Agustín.-. Ricardo vio como el rostro de su hijo estaba abollado y se asustó.-. Que te paso.
- Se metió con una mujer casada.-. Le respondió Thomas.
- Ella no te ama imbecil Déjala ser feliz a mi lado.-. Le grito Agustín pero solo se escucho su voz rasposa.
- Parece que a tu hijo no le claro la lección.-. Iba volver a golpear a Agustín pero Luisa lo detuvo.
- Quien te dijo a ti que no soy feliz.-. Le hablo Luisa.-. Y peor aún quien te dijo que yo no lo amo.
Thomas cuando escucho esas palabras quería lanzarse encima de Luisa y llenarla de besos y bueno de otra cosa también.
- Pero Luisa tu y yo...-. Luisa no lo dejo terminar.
- Tu y yo no somos nada Agustín y lo que sentía murió aquel día que me dejaste a la suerte con mi padre y el tuyo.-. Agarro la mano de Thomas.-. Ahora te pido que me dejes ser feliz con mi esposo y deseo que seas muy feliz a lado de mi hermana.-. Sin más salió de la oficina agarrada de la mano de Thomas que tenia una sonrisa burlona dirigida a Agustín.
Caminaron por los pasillos que llevaban a la suite pero Thomas no sé aguanto y la arrincono a la pared.
- Que pasa.-. Dijo Luisa pensando que Thomas estaba enojado con ella.
- Pasa que cuando te veo hecha un fiera defendiendo lo nuestro me prendes.-. Le dijo cerca de los labios.
- Así que.-. No la dejo terminar y la beso allí mismo quería sacar todo rastro del beso que le dio Agustín, el beso se tornó caliente pues ya Thomas no atacaba su boca si no su cuello.
- Thomas.-. Jadeo Luisa.-. Aquí no, nos verán.-. Trató de decir pues estaba perdiendo la razón por culpa de las caricias que su esposo le ofrecía.
- Nadie nos verá.-. Luisa vio las cámaras y lo aparto de inmediato.-. Pasa algo.-. Dijo contrariado Thomas.
- Hay cámaras Thomas y no quiero ser famosa por un video donde fui filmada teniendo sexo con mi esposo.-. Dijo Luisa cruzándose de brazos.
Thomas le dio una sonrisa de lado sabía que su esposa era tímida delante de las personas pero era toda una salvaje cuando estaban solo y cubiertos entre las sábanas y eso le encantaba.
- Lo que tu digas.-. Le acaricio la mejilla.-. Además no quisiera que nadie viera lo que es mío.-. Le dio otro beso en la boca.
Luisa lo vio embobada pues ese hombre se hacía querer fácilmente.
- Vamos a la habitación.-. Le dijo melosa Luisa.
- Sigue que en un rato te alcanzo.-. Le decía mientras le daba pequeños besos por toda la cara.
- Por favor Thomas no te metas en más líos.
- Tranquila no me meteré en problemas.-. Le dio un beso en la frente y ella se fue.
Thomas camino de vuelta a la oficina de gerencia aún tenía que resolver unos asuntos, cuando llego azotó la puerta haciendo asustar a Ricardo que lo miraba un poco tenso.
- Thomas amigo necesitas algo más.
- Si, necesito que mantengas a tu hijo alejado de mi esposa si es que lo quieres ver aun respirando, esta claro.
- Si, sii amigo más que claro.-. Dijo temblandole la voz.
- Porque le temes a ese imbecil padre yo no me alejare de Luisa ella me ama.-. Dijo Agustín que se encontraba al lado de su padre.
- Mira pedazo de idiota eres sordo o te haces ella no te ama yo ocupe el lugar que tu desaprovechaste.
- Me obligaron.-. Trató de defenderse Agustín.
- Nadie te obligó tu preferiste tu cochino dinero que a ella.-. Thomas se acercó a Agustín.-. Agradecele que aún respiras porque si no fuera por ella mañana no sería tu boda si no tu funeral.-. Le dijo apretando los dientes.
- Fui el primero en su vida y en su cuerpo, jamas me olvidara.-. Mintió Agustín.
Thomas lo agarro de la camisa y lo atrajo a el.
- No voy a permitir que pongas la dignidad de mi esposa por el suelo insinuando cosas que no son.
- No lo estoy insinuando es verdad.-. Thomas miro a Ricardo que negaba con la cabeza preso del miedo para después propinarle otro puñete en el rostro, si no se le había salido un diente en la primera pelea seguro que en esta sí se lo sacaba.
- Tu no aprendes verdad.-. Saco su arma y le apunto en la cabeza.-. Pero yo te enseñare.-. Quito el seguro.
- Thomas por favor no lo hagas amigo prometo que mi hijo no te molestara más pero no lo mates.-. Suplico Ricardo de rodillas miestras Agustín parece una papel.
Dio un disparo rosandole el brazo haciendo gritar a Ricardo y ocasionado que Agustín se desmayara.
- La próxima no fallare y lo único que quedará de tu hijo serán los sesos esparcidos por esta oficina.-. Guardo la pistola y se fue.
Ricardo se acerco a su hijo para comprobar si no le había herido de gravedad pero se dio cuenta que solo le roso el brazo.
- Maldita mujer pensé que Thomas la mataría pero veo que lo tiene comiendo de la mano.-.