Ambos creían haber encontrado su final feliz, pero les rompieron el corazón de la forma más cruel.
NovelToon tiene autorización de Nix Agriche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 22
Llegué a Río de Janeiro, estaba agotado por el largo viaje, pero también muy emocionado y ansioso por ver a mí futura mujer de nuevo. Me hospedé en un hotel cinco estrellas, el dinero nunca ha sido un problema para mí y mí familia, ciertamente no es casualidad que Helios y yo seamos mejores amigos. Quiero decir, que si hubiera sido pobre, muy probablemente no nos hubieramos conocido, y si aún así nos conociéramos, nuestra relación sería muy diferente.
Recuerdo que, cuando conocí a Helios, estábamos en tercero de primaria. Connor y yo ya éramos amigos, mí padre me había hablado de Helios y me pidió acercarme a él, ya que estaba pasando por un momento difícil en ese momento. Rápidamente nos hicimos amigos y, aunque Connor se mostraba reacio al principio, también se terminó encariñando con Helios.
Estuvimos juntos toda la primaria, secundaria y en la universidad. Siempre fuimos los tres mejores amigos que andaban juntos por todas partes. Pero, cuando Helios se casó, se apartó un poco. No me molestó claro, ahora era un hombre de familia y debía hacerse cargo de su esposa.
Connor por su parte, estaba sufriendo grandes perdidas en la empresa de sus padres por malos negocios y consumo de sustancias. Helios y yo lo ayudamos, asociamos nuestras empresas con la suya y así pudo salir a flote, creí que valoraba nuestra amistad. Pero es evidente que no, no sé si estaba celoso de Helios o qué, pero acostarse con la esposa de tu mejor amigo es lo más bajo que uno puede hacer. Y creo que eso habla mucho del tipo de persona que es Connor, un bastardo malagradecido que pagará por sus acciones tarde o temprano.
Sin embargo, el pasado ya no importa. ¿Me decepcioné? Sí. Pero ahora estoy muy feliz de que Helios haya conocido a Oriana. Porque esa chica, a pesar de ser joven, tiene un corazón muy puro y noble, conoce de primera mano lo que es ser traicionado por alguien a quién amas y es por eso que sé que ella jamás le haría algo así a Helios. Ella no es ese tipo de mujer, y él no es ese tipo de hombre, ambos han sufrido, a los dos les rompieron el corazón, pero poco a poco, mutuamente, se han ayudado y encontraron el amor en quienes menos esperaban, en ellos mismos.
...★★★...
Luego de haber tomado una ducha y cenar algo, salí en busca de Nita. Tenía que encontrarla y no iba a parar hasta lograrlo. Tomé un taxi y le pedí que me llevara a la dirección de la nota, mí portugués era terrible, el taxista se rió de mí, haciéndome sentir levemente avergonzado, pero sé que no lo hacía de mala manera. Pronto llegamos a una hermosa villa, cosa que me dejó completamente asombrado, ¿Acaso ella era una persona con dinero?
Bajé del taxi y me acerqué a la enorme puerta, toqué y ahí estaba ella. Mí hermosa futura mujer, vestida con un uniforme de sirvienta, ¿Acaso era una empleada? No me importa, la quiero y no sólo yo, todo mí cuerpo la quiere a ella y sólo a ella.
Su rostro era un poema, completamente en shock al verme de pie frente a ella, supongo que no esperaba que realmente cruzara todo océano para poder verla.
—Hola Nita, soy Nathan Gray de Boston. Vivo en Londres, pero suelo mudarme constantemente. Te conocí en las Bahamas y no he podido dejar de pensar en ti, en tu risa, tu piel, tu sabor... –Me recompuse, pero era muy difícil cuando todo lo que quería hacer era besarla hasta dejarla sin aliento–. Soy un hombre soltero, empresario multimillonario, y vine a buscarte hasta aquí para pedirte una cita.
Ella estaba incrédula, ¿Quién no lo estaría? Si fuera una persona normal, ya habría llamado a la policía. Pero ella no lo hizo, soltó un suspiro y sonrió. Maldita sea, extrañaba ver esa hermosa sonrisa.
—¿Realmente viniste hasta Brasil, sólo para invitarme una cita? –se rió y negué, mientras reía con ella–.
—En realidad vine a pedirte que te cases conmigo, pero tengo miedo de espantarte, por eso te pido primero una cita... Ya en la tercer cita, te pediré matrimonio.
Ella soltó una carcajada y sólo pude deleitarme con el maravilloso sonido de su preciosa risa.
—Entonces, señorita Nita, ¿Acepta salir con éste guapo multimillonario y codiciado soltero que se enamoró a primera vista de usted? –dije, mientras tomaba su cintura, acercándola a mi–.
Ella sonrió, dios, sus ojos brillan como un millón de estrellas. Asintió suavemente y besé su frente con delicadeza.
—¿Está bien si nos vamos ahora? Muero por pasar tiempo contigo –se notaba la súplica en mí tono, pero no me importaba. La quería a ella, incluso si eso significaba ser vulnerable–.
—Aún estoy trabajando... –dijo con decepción–. Mí turno acaba a las diez, ¿Puedes esperarme? –Quiso saber, y casi me río por su pregunta–.
—Sí, mí amor... –acaricié su mejilla con dulzura–. Esperaré por ti el tiempo que sea necesario.
cómo estas
cuentame