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El Alfa Y Su Luna Prohibida

El Alfa Y Su Luna Prohibida

Status: En proceso
Genre:Hombre lobo / Brujas
Popularitas:9k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Damián Blackwood, es un Alfa dominante que ha construido un imperio oculto entre humanos, jamás pensó que una simple empleada pondría en jaque su autocontrol. Isabella, con su espíritu desafiante, despierta en él un deseo prohibido… pero lo que comienza como una peligrosa atracción se convierte en una amenaza cuando descubre que ella es su compañera destinada. Una humana...
Bajo la sombra de antiguas profecías y oscuros secretos, sus destinos colisionan, desatando fuerzas que nadie podrá contener.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una tregua que se rompe

La llegada de Gael al equipo creativo fue recibida con entusiasmo. Siendo carismático, inteligente, con una sonrisa fácil y una actitud abierta, encajó en la dinámica del grupo como si siempre hubiera estado allí. No le costó hacerse notar, participaba activamente en las reuniones, escuchaba con atención y lanzaba ideas con soltura. Tenía el don de caer bien sin esfuerzo.

Damián lo observaba desde la distancia. Siempre desde la distancia.

A veces desde la cabina de cristal de su oficina, otras desde el umbral de una sala de reuniones, o escondido tras la pantalla de su computadora mientras revisaba informes. Nunca decía nada fuera de lugar. Nunca lo corregía en público. Pero su lobo gruñía cada vez que lo veía cerca de Selene.

Y aquello ocurría seguido.

Desde su primer día, Gael y Selene compartieron el almuerzo.

Uno de esos días, Damián los vio desde la ventana de su oficina. Ella reía, con la cabeza echada ligeramente hacia atrás, mientras Gael hablaba y gesticulaba con entusiasmo. Él le ofrecía un trozo de su pastel, y Selene lo aceptaba con una sonrisa tímida.

*¿Se está riendo con él? —gruñó su lobo— ¿Así de fácil? ¿Así de rápido?*

Damián apretó el borde del escritorio. Cerró los ojos.

*No tiene nada de malo. Se conocen desde la universidad* —le dijo Damián.

* Si lo tiene y tú lo sabes. Pero lo estás dejando pasar.*

Damián se alejó de la ventana. Sentía el pecho arderle. Respiró hondo, caminó hacia la cafetera y se sirvió un poco del amargo brebaje que no lograba calmar su instinto.

"Que pase algo entre ellos sería lo mejor —se dijo con amargura —Él es humano. Ella también. Ella no tiene idea de lo que somos. No tiene por qué cargar con eso. Podría enamorarse de él. Formar una vida normal."

Pero en su interior, algo rugía.

No soportaba que Gael se acercara tanto. No toleraba que la llamara “Luna”.

Porque sí. Ese detalle no le había pasado desapercibido. Lo había escuchado cuando cruzaban por los pasillos o cuando hablaban entre escritorios. “Luna” esto, “Luna” lo otro.

Como si fuera una broma interna. Como si le perteneciera.

*¿Por qué la llama así?* —le preguntó a su lobo, una tarde, cuando la rabia lo empujó al borde del autocontrol.

*Porque no sabe que ella es Nuestra Luna —respondió su otra mitad, con una voz baja y temblorosa— Ese idiota está jugando con fuego*

Damián gruñó, apretando los puños con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.

No podía marcarla. No debía hacerlo.

Pero cada día que pasaba, la simple idea de verla con otro lo carcomía por dentro.

Al día siguiente, cuando los vio llegar juntos de nuevo, riendo por algo que solo ellos parecían entender, Damián sintió que algo dentro de él se partía. La forma en que Gael la miraba. La forma en que Selene lo miraba a él.

La tensión era insoportable.

Y su lobo, encadenado dentro de su pecho, comenzaba a tirar de las ataduras.

*Haz algo —le decía—O vas a perderla para siempre.*

Damián sabía que eso era cierto, pero a pesar de su malestar creía que eso era justo lo que debía pasar.

Una de esas tardes cuando el salón de reuniones de la empresa estaba listo para la presentación del nuevo enfoque estratégico para la campaña publicitaria más ambiciosa del trimestre.

Selene estaba de pie, junto a la pantalla, con un mando en una mano y una carpeta repleta de notas en la otra. Hablaba con seguridad, con esa calma firme que tenía desde su llegada a la empresa. Damián, como era habitual, ocupaba la cabecera de la mesa. Su expresión era imperturbable, pero sus ojos, oscuros e intensos, no se despegaban de ella.

—…y si consideramos redirigir parte de la inversión hacia el segmento juvenil, podríamos aumentar la proyección de impacto en al menos un veinticinco por ciento —concluyó Selene, girándose ligeramente para mirar al equipo.

La mayoría de los asistentes asintieron, incluso hubo algún murmullo de aprobación. Pero cuando sus ojos se encontraron con los de Damián, sintió el frío de una tormenta en formación.

Él se recostó en su silla y entrelazó los dedos sobre la mesa.

—No estoy de acuerdo.

El murmullo se apagó al instante. Selene lo miró, sorprendida, y su lobo interno vibró dentro de él al notar la expresión de desconcierto en su rostro.

—¿Perdón? —preguntó ella con un tono calmo, sin perder la compostura.

—No me parece una decisión acertada modificar el enfoque de la campaña. El producto no está diseñado para un target juvenil. Además, cambiar el rumbo a estas alturas implicaría rehacer gran parte del trabajo.

Gael, sentado a pocos lugares de distancia, se inclinó hacia adelante.

—Disculpe, señor Blackwood, pero los números que presentó Selene tienen sentido. Es un enfoque fresco. Arriesgado, sí, pero con potencial. Podemos hacer un ajuste progresivo sin desechar el trabajo previo.

Damián no lo miró.

—Gracias por la intervención, Gael. Pero mantengo mi posición. No vamos a hacer ese cambio. Esta empresa no toma decisiones por impulsos ni corazonadas.

El golpe fue claro, como una daga elegante, dirigida al pecho.

Selene respiró hondo, sintiendo cómo algo en su interior se replegaba. Asintió sin decir una palabra más y volvió a su asiento. Gael giró el rostro hacia ella con una expresión molesta.

—No fue justo —le susurró.

Ella forzó una sonrisa que no le llegaba a los ojos.

—No importa, son sus decisiones.

Pero claro que importaba. Selene sentía el peso de esa mirada sobre su nuca. No era la primera vez que Damián la trataba con frialdad en una reunión, había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo había hecho.

Apenas terminó la reunión, Damián salió del salón sin detenerse. Su paso era firme, rígido. Ni siquiera esperó los saludos cordiales o comentarios posteriores. Simplemente desapareció.

*¿Qué demonios haces? —gruñó su lobo en su mente— Estás saboteándola solo porque otro la mira como tú no te atreves a hacerlo*

*Estoy haciendo lo mejor para la empresa* —se defendió él, aunque sabía que era mentira. Las miradas, las risas, la cercanía. Gael colocándole la mano en la espalda mientras hablaban… no era racional, era algo más profundo. Eran celos. Unos que le quemaban por dentro y que lo hacían querer tomarla de la mano, marcarla, y que todo el mundo supiera que Selene le pertenecía.

Pero no podía. No debía.

Más tarde ese día, Selene se encontró con Gael en el área común del piso ocho. Estaban tomando café mientras hablaban del proyecto.

—Me gustó mucho tu propuesta —le dijo él, recargado contra el mesón— Me molesta que la hayan desechado tan rápido.

—Es parte del trabajo, Gael —respondió ella, aunque no sonaba convencida.

—No. Esto no fue solo una decisión profesional —comentó, bajando la voz mientras la miraba con seriedad— Desde que llegué noté que hay algo raro entre tú y el jefe.

Selene parpadeó, sorprendida.

—¿Raro? ¿Cómo qué?

—No lo sé… tensión. Algo que va más allá de la dinámica laboral. Pero no te preocupes —sonrió— No pienso entrometerme si hay algo, aunque debo decir que… —se inclinó un poco hacia ella— si no lo hay, voy a hacer mi mejor esfuerzo por ganarme tu atención.

Selene se rió, incómoda, pero no se alejó.

—Eres un tonto.

—Un tonto interesado —corrigió él con descaro, y luego bajó la vista, jugueteando con el borde de su taza— ¿Quieres ir por algo más que café algún día?

—¿Estás invitándome a salir?

—Si te interesa la idea, sí.

—Lo pensaré —dijo ella con una sonrisa genuina, antes de que un aviso por altavoz los llamara de regreso a sus tareas.

Desde una de las esquinas más alejadas del pasillo, oculto por el reflejo de un vidrio polarizado, Damián lo había visto todo.

Sus puños estaban cerrados, su mandíbula rígida. Un gruñido bajo vibraba en su garganta. Su lobo estaba fuera de sí, presionando, empujando por salir, por marcar territorio.

* La toca como si ya fuera suya* —dijo con desprecio.

*Porque tú no te atreves a hacerlo* —le respondió su lobo.

Damián cerró los ojos con fuerza. No podía marcarla. No debía.

Pero cada día se le estaba haciendo más difícil resistirse.

Y lo peor de todo era que la Diosa lo sabía.

1
Isabel Balbuena
esto está cada vez más tenso para ambos y cada vez sus mentes son un lio
Melisuga
Supera mis expectativas cada capítulo. Creo que Selene debe acabar de decirle a Gael que no pueden seguir juntos porque no vibran en la misma tesitura. Es difícil pero él merece sinceridad y honestidad porque es lo que ha brindado, con creces.
VásGa Nbeth
Me encanta tu humor Marcos. 😊
Nancy romero
Selene yo q tu renuncio ,ya mucho te a humillado
Elilu 🇲🇽
jajaja emociones mal gestionadas esa me gustó en pocas palabras infantil!!!
Isabel Balbuena
ahora hasta tu Selene no puedes dormir y todo por culpa de Damián... de ese beso que ahora sabes también deseabas pero que llegó en el momento equivocado por qué tú ya tienes una relación y eso es lo que no te deja tranquila por qué comparas las sensaciones que te produce tener a Damián y Gael cerca
Isabel Balbuena
hay selene lo creo, se que toda esta confusión es terrible por qué Gael es maravilloso contigo y en cambio Damián no sabe lo que quiere y todo esto causará una gran tormenta dentro de ti .. y no es justo
Melisuga
Mi estimada @ngel@zul, no tengo palabras para explicarte lo atrapada y ansiosa que me tienes con esta novela. Estoy casi a la par de Selene salvando las distancias y los motivos.

¡Mis felicitaciones y agradecimiento por este nuevo regalo de tu fértil imaginación!
Melisuga: ¡Lo será!
No lo dudo.
👏🏼💖🐺👧🏼💖✍🏼
@ngel @zul: Mi agradecimiento a ti, por acompañarme. Yo también estoy emocionada y a la vez ansiosa porque sea tan buena como yo quiero que sea.
total 2 replies
Melisuga
Son los efectos de ser pareja destinada. Solo que ella no desconoce todo eso.
Melisuga
La respuesta de Selene puede interpretarse de varias formas y la más evidente es que le gustó. Pero es una mujer de principios y respeta a su pareja y su lugar de trabajo. Escudarse en el "tengo novio" es la mejor forma de desviar la atención de su tormenta emocional interior hacia algo externo, además de socialmente respetado.
Melisuga
¡Qué emocionante leer la tormenta interior de Selene!
👏🏼🌪️👏🏼
Melisuga
Se pone cada vez más intensa la interacción entre Selene y Damián.
💥🐺💖💥💖👧🏼🔥
Isabel Balbuena
hay Selene te dejaron temblando y sacada de onda .. queriendo más de ese beso y esas caricias pero no te dejes llevar tu tienes novio y Gael es increíble... que Damián sufra su propia elección
Isabel Balbuena
queeee???? 😱😱😱😱 santos cielos ahora sí que pusiste a Selene en un laberinto sin salida ...
Isabel Balbuena
eso Selene dile lo que sientes y de una vez presenta tu renuncia... que ahora sienta que es extrañarte
Isabel Balbuena
exacto lobito... pero déjalo que sufra hace lo correcto según el...
Isabel Balbuena
lo odias estás seguro Damián??? por qué lo disfrutas cada vez que lo haces siempre haces que su trabajo parezca nada... y ojalá pronto decida irse y ver un lugar que si lo valore
Arianna Subero
me encanta aunque le hace falta un poquitín de acción verlos en su forma lobo como buenos protectores que Gael solo sea un emisario d ella diosa luna para que Damián abra los ojos pero está súper excelente más acercamiento de ellos please
Melisuga
Damián no es más bruto porque no practica.
VásGa Nbeth
La estas perdiendo Damián pero bueno es tu decisión.
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