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Cuando Pase La Tormenta

Cuando Pase La Tormenta

Status: En proceso
Genre:Amor tras matrimonio / Malentendidos / Traiciones y engaños / La Vida Después del Adiós / Divorcio / Amor en la madurez
Popularitas:7.4k
Nilai: 5
nombre de autor: @ngel@zul

Una mujer de mediana edad que de repente se da cuenta que lo ha perdido todo, momentos de tristeza que se mezclan con alegrias del pasado.
Un futuro incierto, un nuevo comienzo y la vida que hará de las suyas en el camino.

NovelToon tiene autorización de @ngel@zul para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Frialdad en el aire

Ese día cuando regresé a casa, el ambiente no era muy bueno. Charles estaba en la puerta, esperando.

—¿Cambiaste la cerradura? —preguntó con cierta molestia.

—Sí —respondí —Alex perdió sus llaves y como la cerradura anterior estaba mala decidí cambiarla.

—¿En serio? ¿O la cambiaste para que yo no pueda entrar a gusto? —me increpó.

—¡Por favor, Charles! —exclamé con cansancio —¿De verdad piensas que la cambié por eso?

—No sería para nada raro —respondió —después de todo esta ya no es mi casa.

—Porque tú decidiste cambiar todo lo que tenías en ella por alguien más —repliqué, y juro que no quise que sonara como un reclamo, pero así sonó.

Entonces sin que me diera cuenta, Charles se acercó a mí.

—Por favor, Sam —dijo tomando mí mano entre las suyas —Perdóname ¿si? Déjame demostrarte que puedo volver a ser el hombre que era.

Sin ser brusca deslicé mi mano, soltándome de su agarre.

—No puedo hacerlo, Charles —dije con una angustia inesperada creciendo en mi pecho —Aún sigo preguntándome cuál eres realmente, ¿el esposo dulce y cariñoso que me mostraste durante tantos años? ¿O el hombre al que no le importó tirar veinte años de amor a la basura por estar con otra mujer?

—¡Ya te expliqué como pasó eso, Sam! —exclamó mostrándose fastidiado.

—Pero no la dejaste, sigues con ella, Charles —dije y me metí a la casacasa. Les grité a los chicos que su padre estaba aquí, y fui directo a mi habitación. Una vez allí, cerré la puerta y lloré, Charles y nuestra relación rota seguían doliéndome como el primer día.

Finalmente, Charles se llevó a los niños a cenar con él, y cuando regresaron pude notar que al menos ellos se sentían mejor en cuanto a la relación con su padre. Y para mí eso era más que suficiente.

Los días que siguieron fueron calmos y serenos, aunque el jueves era uno de esos días interminables en el Centro Cultural. Los talleres fluían uno tras otro, y yo apenas tenía tiempo para respirar entre actividad y actividad. No me quejaba, en realidad disfrutaba de la energía que flotaba en el ambiente se parecía mucho a la de los sábados, pero ese día había algo extraño en el aire. Una tensión que no lograba identificar.

Estaba organizando papeles en la recepción cuando vi entrar a Alessandro Moretti.

Me quedé inmóvil un segundo, observándolo. Alto, impecablemente vestido, con esa expresión dura que parecía advertir que no toleraría la menor equivocación.

Me saludó apenas con un leve movimiento de cabeza, como siempre que me veía, sin detenerse, sin dedicarme una palabra. Como si mi presencia fuera apenas un trámite, una formalidad irrelevante en su mundo perfecto.

Bajé la vista de inmediato y continué acomodando las carpetas, pero algo en su presencia seguía pesando en el ambiente, como una tormenta que aún no descarga, pero ya ensombrece el cielo.

—¿Qué mirabas? —escuché de pronto a mi lado.

Lorena, se había acercado en silencio.

—Nada —murmuré, algo incómoda.

Ella rió en voz baja, divertida.

—Claro, "nada". ¡No me mientas! Si estabas embobada mirando al jefe. ¿Te gusta o qué?

Abrí mucho los ojos, indignada.

—¡Ya te dije la vez pasada que no! —me apresuré a negar .

—¿Por qué? —preguntó Lorena, todavía con una sonrisita burlona.

Sacudí la cabeza, tratando de sonar lo más neutral posible.

—También te lo dije, porque es distante. Siempre parece de mal humor. Por lo tanto debe ser un hombre difícil, de esos que nunca están conformes con nada.

Lorena se encogió de hombros.

—Puede ser... pero igual está buenísimo.

Me limité a sonreír de manera incómoda, sin ganas de seguir esa conversación.

Lo último que quería era alimentar un rumor absurdo. Alessandro Moretti era mi jefe. Un hombre frío, severo, que apenas me dirigía la palabra si no era estrictamente necesario.

Y yo... Yo solamente quería llevar mi vida con tranquilidad.

Unas horas después, recibí un mensaje urgente en el grupo interno del centro.

"Cambio de sala para la presentación de proyectos. Coordinar con Dirección."

Respiré hondo, recogí los papeles que tenía frente a mí y caminé hacia la oficina del señor Morett, preparándome mentalmente para enfrentar su inevitable indiferencia.

Golpeé la puerta dos veces y esperé.

—Adelante —ordenó su voz desde adentro.

Entré y cerré la puerta tras de mí.

Él estaba de pie junto a la ventana, mirando unos documentos. Ni siquiera se giró para recibirme.

—Señor Moretti —dije, intentando sonar firme —Me llegó el aviso sobre el cambio de sala. Vengo a coordinar los ajustes.

Finalmente, se volvió hacia mí.

Su expresión era la de siempre: fría, calculadora.

No había en su mirada ni un atisbo de amabilidad. Ni rastro de cordialidad.

—El evento se traslada a la Sala Norte —informó en tono cortante —Necesito que reorganicen todo de inmediato.

Asentí.

—Entiendo. Haré los arreglos necesarios.

Alessandro extendió una hoja hacia mí, sin moverse de su lugar.

Tuve que acercarme para tomarla. Sus dedos ni siquiera rozaron los míos; se aseguró de mantener siempre una distancia impecable, como si el contacto humano fuera algo que prefería evitar a toda costa.

—Estos son los cambios en la programación —añadió con voz plana —Revíselos y asegúrese de que todo esté listo antes de las cuatro.

—Por supuesto —respondí, sintiéndome de repente diminuta frente a su autoridad implacable.

Hice un gesto afirmativo con la cabeza y me di media vuelta para salir cuanto antes, pero su voz volvió a detenerme.

—Y Señorita Samanta... —dijo, llamándome por mi nombre por primera vez, y sin la menor inflexión de cercanía. Me giré para mirarlo.—No quiero improvisaciones —advirtió, mirándome con dureza —Haga las cosas como corresponde.

Asentí en silencio, tragándome el nudo de indignación que amenazaba con formarse en mi garganta.

—Sí, señor.

Salí de la oficina sintiendo un peso invisible sobre los hombros.

No entendía por qué me afectaba tanto su actitud. Después de todo, por lo que yo sabía él siempre había sido así. Cortante. Inaccesible. Como un muro de piedra contra el cuál cualquier intento de simpatía o humanidad se estrellaba inútilmente.

Mientras organizaba el traslado del evento, no pude evitar pensar que Alessandro Moretti no era el tipo de hombre que inspirara ternura, ni siquiera respeto basado en la admiración.

Lo que inspiraba era otra cosa: una especie de desafío amargo, como si toda su existencia estuviera construida sobre la idea de que nadie debía acercarse demasiado.

Y, por lo que a mí respectaba, eso era exactamente lo que pensaba hacer.

Mantenerme lejos.

Lo más lejos posible.

1
Guillermo Peralta
ke lindo ojalá se den una oportunidad ambos
Alicia Marin Silva
poco a poco Alessandro baja las barreras🤔🤔
Emperatriz Reales
Esta novela me encanta
Clemen Franco Arevalos
Uffff q capítulo fuerte y de mucha tristeza!! 🌹🇵🇾💐
Alicia Marin Silva
Alessandro sal a la luz eso puede ayudarte ,,ayudarse mutuamente ella está saliendo de un abismo también
Emperatriz Reales: A veces tenemos q dejar la puerta o la ventana abierta así sea una hendija, para q la luz entre en tanta oscuridad
total 1 replies
Emperatriz Reales
Te amo sam, pero sigo con ella mientras tu
Emperatriz Reales
Ella piensa mucho, q deje ese hombre con su frialdad, total es un frizer
Emperatriz Reales
Bueno cada quien carga su cruz acuestas, q se dedique a sanar y salir adelante
Emperatriz Reales
Quien sabe q mas va perder charles por oji alegre
Emperatriz Reales
Lo q ella d3be hablar con sus hijos, son casi adultos y deben saber, no entiendo eso de ocultarle las cosas a los hijos
Milagros Suarez
Se le tan bonito, pero no entiendo que pasa para que él, le sea Infiel según un comentario que leí y además el mismo título de la historia, Cuando Pase La Tormenta
Seguiré leyendo
Gracias @Angel @azul
Gloria Esperanza Mondragon
felicitaciones, está muy buena la novela
mariela
El problema es que cuando una base de una relación se rompe como es la confianza no hay forma de volver a confiar en esa persona y más después de haber pasado por tanto Charles tiene que asumir que no la amabas tanto y tienes todavía una relación con la tal Annette así que asume que destruiste tu matrimonio y la relación con tus hijos.
mariela
Massimo Moretti estás luchando contigo porque Samantha está derribando ese muro que tienes alrededor y tienes miedo de perder el control porque que pasó en tu pasado para ser un hombre tan frío y neutral.
mariela
Charles perdiste a Samantha ahora quien se está colando en sus pensamientos es el frío y serio de Massimo Moretti será que se curan mutuamente de sus corazones magullados veremos qué pasará.
Alicia Marin Silva
vamos por más capítulos
Alicia Marin Silva
excelente
Yohana patricia Aguancha
Y la crisis de los 40 que no enrede con la cuñada
mariela
Charles perdiste no solamente tu matrimonio de 20 años ahora también el respeto y confianza de tus hijos por esa mujer.
Alicia Marin Silva
al principio es un amor muy bonito sigo leyendo 😌
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