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Oro

Oro

Status: En proceso
Genre:Intrigante / Malentendidos / Pareja destinada / Secretos de la alta sociedad / Viaje a un mundo de fantasía / Edad media
Popularitas:52.7k
Nilai: 5
nombre de autor: thailyng nazaret bernal rangel

Sexto libro de la saga colores.

Tras seis años encerrada en un convento, Lady Tiffany Mercier encuentra la forma de escapar y en su gran encrucijada por conseguir la libertad, se topa con Chester Clark, un terrateniente que a jurado, por motivos personales no involucrarse con nadie de la nobleza.

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22. A punto de ser descubiertos

...CHESTER:...

Entré en la capilla del pueblo antes de ir a la escuela. Tiffany se quedó esperando en la entrada, al parecer despreciaba un poco la religión y entendía sus razones, solo conoció el lado oscuro.

La capilla era pequeña, del tamaño del salón donde recibía mis lecciones, pero bonita, estaba construida con piedras sin pulir de granito.

El sacerdote me recibió amablemente.

— ¿Qué desea? — Preguntó, invitando a sentarme en uno de los bancos, pero permanecí de pie.

— Quisiera casarme.

— Me alegro que hagas las cosas correctamente — Abrió la agenda que llevaba en las manos — Tengo un espacio disponible en dos semanas. Traigan dos testigos.

— No, son demasiados días, quisiera que de ser posible, el casamiento se lleve a cabo en dos o tres días.

El sacerdote se sorprendió.

— ¿Por qué tanta prisa?

— Estamos muy afanados...

— ¿Con quién se casará? — Preguntó, juzgando mi prisa.

— Padre, eso es lo de menos...

— Tanta prisa solo puede tener sus razones, o ya la has deshonrado o es un amor furtivo sin consentimiento de los padres...

— Los testigos son nobles, puede recibir una cuantiosa colaboración si nos ayuda, la señorita con la que me voy a casar es de sangre noble — Dije, decidiendo ser sincero, enrollé el sombrero una y otra vez en mis manos.

— Eso es mucho más grave, si esa señorita es de sangre noble tiene que tener el permiso de sus padres y una licencia, usted no es un noble, se le nota por encima que a raptado a esa señorita...

— Ayúdenos y será recompensado, lo importante es que nos queremos y deseamos hacer las cosas bien, lo que le interesa a usted es que nos casemos — Corté, observándolo detenidamente, soltó una respiración larga.

— De acuerdo, apartaré un espacio, en cuatro días, en la tarde. Dígame sus nombres para hacer el acta.

Volví afuera, donde Tiffany esperaba apoyada en una pared. Llevaba un lindo sombrero color crema, atado con cinta a su barbilla y un vestido de mangas largas y botones hasta el pecho, del mismo color que el sombrero.

— ¿Qué sucedió?

— Nos casaremos en cuatro días — Dije y se tensó.

— ¿No puso peros?

— No, me costó un poco convencerlo, cuando supo que eras noble se espantó — Dije colocándome mi sombrero de cuero, tenía una camisa de mangas largas, un chaleco y unos pantalones oscuros, con botas hasta las pantorrillas.

— No tomamos en cuenta eso. Se necesita una licencia para casarse de forma pronta, aunque me sorprende que haya aceptado, no tienes sangre noble.

— Ser un terrateniente me da algo de ventaja, además, también le soborne un poco.

— Corrupto.

— Lo importante es que nos vamos a casar.

Empezamos a caminar hacia la carreta, cruzando la calle adoquinada.

— En cuatro días no tendré un vestido — Se detuvo en seco, junto a una fuente en medio de la calle.

— Descuida, te compraré uno — Dije, tomando su mano.

— A veces pienso que deberías esperar más — Comentó, bajando su mirada, fruncí el ceño.

— ¿Por qué dices eso?

Elevó su rostro — No luciré como una novia, mi cabello es un desastre, me veré fea... Deberíamos esperar a que crezca más.

— No digas tonterías — Le reprendí con tono suave — Eres muy hermosa — Rocé mi pulgar en su mejilla — Tanto que me enloqueces ¿O es qué no te lo demostré anoche?

Soltó un jadeo, enrojeciendo al recordarlo.

Teníamos un poco de sueño por no descansar bien.

Estuve casi toda la noche haciéndole el amor y fue muy difícil no hacer ruido mientras me movía dentro de ella, alternando entre movimientos suaves y duros.

Fue exquisito y más cuando tenía que besarla para callar los gemidos que no podía contener cuando acababa una y otra vez.

Tenía ganas de más, ni siquiera estaba completamente drenado.

— Lo sé, pero es que no creo que quede bonita con un vestido de novia.

Tracé mi pulgar en sus carnosos labios redondos.

— De solo imaginarte me pongo duro.

Abrió sus ojos como platos ante su forma de hablar. Ella era igual, ya no teníamos que comportarnos con recato, siendo tan íntimos.

Apartó mi mano, muy avergonzada.

— No deberías decir esas cosas, no en medio de la calle.

Me reí — Nadie está escuchando.

— Incluso yo tengo un poco de recato — Entrelazó su pequeña mano con la mía y me sonrió.

— Anoche me pedías más y más, duro o suave contra mi oído, sin nada de recato.

Volvió a enrojercer — ¿Dónde está el Chester qué conozco? Eres un desvergonzado — Dió una palmada a mi pecho y rodeé su cintura.

— Estoy tan loco por esta señorita de rizos de oro que no me importa hablar sin tapujos.

— Chester, vamos a llegar tarde a la escuela — Me recordó y resoplé.

— No quiero ir.

— Eso es irresponsable. Tienes que asistir a tus lecciones.

— No me gusta como suena, te refieres a mí como un niño — Le di un beso corto.

— Trabajo allí, aunque no me apetezca verle la cara a Merida y que te coma con los ojos, debemos ser responsables — Me fulminó con la mirada.

— No seas celosa, tu serás mi esposa.

— Eso no evita que le sigas gustando — Se zafó de mi agarre.

— A mí no me gusta.

— Pero, te gustaba y hasta dejaste que te metiera mano.

Arqueé las cejas — Siempre recordando eso.

— Es que fue muy desagradable para mí — Se cruzó de brazos.

— También lo fue para mí.

Frunció sus labios — ¿Cuántas veces estuvo con ella?

— Tiffany ¿Para qué quieres saber eso?

— No quiero que haya estado mas veces que conmigo — Reprochó y volví a reír.

— Eso es absurdo, contigo estaré más y más.

— Dígame ya — Exigió con tono severo.

— ¿Unas diez? — Ni siquiera lo recordaba.

Ella alzó las cejas.

— ¿Tanto?

— No es mucho, además, con lo de anoche la superaste...

— Solo fueron cinco — Protestó, estaba muy celosa — Y en nuestra primera noche solo una, así que en total han sido seis.

— ¿Las contaste? — Me sorprendí.

Enrojeció más y dió un pisotón al suelo.

— Creo que te hace falta un poco de lecciones de matemáticas.

— No me molestaría si las lecciones me las das tu — Me guiñé un ojo.

— Estoy por debajo de Merida.

— Deja las tonterías, me encargaré personalmente de aumentar ese número cada noche. Hasta que llegue a mil y más.

Ya estaba endurecido de solo imaginar todas las noches sumergido dentro de ella, haciéndola llorar de placer y suplicando por más como hace unas cuantas horas atrás.

— ¿En serio? — Preguntó, muy emocionada.

— Por supuesto.

Observé más allá de ella, por la orilla de la calle.

Me tensé cuando me percaté de la presencia de sus padres caminando junto a su hermano por el pueblo.

Tomé a Tiffany del brazo y la estreché contra mi cuerpo.

— Chester, por favor, vamos a llegar...

— No voltees — Gruñí contra su oído, tirando de mi sombrero para cubrirme más el rostro.

— ¿Por qué?

— Tu familia está en el pueblo, los veo.

Se estremeció, aferrándose a mí.

Observé como ellos caminaban altivos por los adoquines, pasaron junto a mi carreta y deseé que siguieran adelante, pero se detuvieron, indecisos.

Hablaron entre si y cruzaron la calle hacia nosotros.

— Mierda — Siseé.

— ¿Qué sucede? — Susurró.

La abracé más fuerte, girando mi cabeza.

Los pasos se acercaron y nos tensamos.

Pero, pasaron de largo.

— Hay que ver lo marginal de este pueblo, nadie tiene recato — Gruñó la madre de Tiffany, seguramente refiriéndose a nosotros.

Nos quedamos quietos por mucho tiempo hasta que me separé con cuidado y observé hacia atrás, pero ya habían tomado otro sendero.

Tiffany estaba nerviosa.

— Vamos — Dije y nos apresuramos hacia la carreta.

Subimos rápidamente y emprendimos la marcha.

— ¿Crees que nos hayan visto? — Preguntó Tiffany cuando salimos del pueblo.

— No, de haberlo hecho no habrían seguido su camino.

— ¿Por qué rayos siguen buscando? — Gruñó, muy enojada.

— Creen que tienen el derecho de buscarte después de dejarte tirada en ese maldito lugar.

— No tienen ningún derecho, yo no quiero ser encontrada.

— Ellos creen que sí.

— Los odio — Susurró.

Por dentro sentía lo mismo.

...****************...

Merida estaba dando sus lecciones, pero seguía disgustada y no dejó que Tiffany ayudara a los niños, como venganza, me colocó una lección difícil.

Tiffany salió del salón para ir al baño y ella se aproximó.

— No quieras darle todo el mérito a tu prometida por las lecciones recibidas, esto es muy sencillo y ni siquiera lo puedes resolver — Gruñó, colocando un dedo índice en la hoja frente a mí — Es muy mala institutriz.

— Estás lecciones son avanzadas y tú ni siquiera la haz explicado. No es justo.

— Lo justo es que hubieses tomado tu responsabilidad de ser un mujeriego rastrero.

— Silencio, no es momento para tener esta conversación — Le advertí, los niños estaban escuchando.

— No me hables de conductas correctas cuando te acostabas con tu institutriz.

— Fue un error, lo admito, pero tu no debiste involucrarte con tu pupilo, eso no es profesional.

Soltó un jadeo de indignación.

— No quieras echarme toda la culpa, eres un desgraciado que solo me usó.

— Desde el principio llegamos a un acuerdo — Siseé — Nunca te prometí nada, estuviste de acuerdo en tener solo una aventura, dijiste que no querías compromisos.

— Lo dije porque sabía que no ibas a querer casarte con una mujer que no tiene virtud alguna, Pero claro, llegó esa señorita de la nada y ahí si te aventaste porque es pura y joven — Gruñó, los niños estaban espantados y más cuando arrugó la hoja, aventandola a mi rostro — Todos los hombres son una porquería.

— Creo que las lecciones se pueden ver perjudicadas si sigues con esto — Le advertí y resopló.

— No eres tu quien va a perder su trabajo. Por tu culpa ya no deseo venir a dar lecciones, odio ver el descaro de ambos.

La puerta se abrió y me tensé al ver a los padres de Tiffany. Mierda. Vinieron hasta acá. ¿Nos seguirían?

Mis nervios aumentaron, Tiffany estaba en el baño y si llegaba a entrar...

Tomé mi sombrero y me lo coloqué rápidamente, agachando mi cabeza.

— ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué desean? — Gruñó Merida sin mucha cortesía.

— Buenos días, disculpe la intromisión...

— ¡No tenemos tiempo para cordialidad y menos con gente que no la tiene! — Gruñó la madre de Tiffany, interrumpiendo a su esposo — Estamos buscando a nuestra hija, los duques de Slindar nos informaron que había una chica con su descripción trabajando en este intento de escuela.

Observé por debajo del sombrero como ella evaluaba todo con despectiva.

Los duques de Slindar no tenían idea de la clase de personas, de saber las ratas que eran no les hubiesen dicho. Sabía que los nobles se comportaban cortésmente con otro nobles, pero eran unos humilladores ante personas de baja posición.

— ¿A qué se refiere? ¿A quién busca?

Maldita sea. Merida iba a meter la pata, pero si yo intervenía me iba a descubrir, sabrían de inmediato que la estaba ocultando.

El hermano de Tiffany centró su atención en mí y disimulé, tomando una de las hojas de los niños.

— A una señorita rubia, en estos momentos su cabello debe estar corto, pues, la muy irresponsable se escapó del convento donde estaba recluida — Siseó la doña de mal gusto.

— Oh, vaya ¿Esto es cierto?

— ¿Usted sabe dónde se encuentra? — Preguntó el padre, esperanzado.

— Por supuesto que trabaja aquí, de hecho es mi ayudante...

Mierda.

— Quisiéramos estar seguros de que sea ella, así que debería darnos más detalles.

— Su nombre es Tiffany.

— ¡Es ella! — Gruñó la doña — ¿Dónde está en estos momentos?

— Fue al baño, pero pronto volverá... Con gusto pueden esperarla aquí.

— No, no, gracias, la buscaremos... Díganos donde están los baños.

— Al fondo del pasillo, la puerta a mano izquierda.

Se marcharon, llevaban tanta prisa por la noticia que ni siquiera repararon en mi presencia.

Me levanté rápidamente.

— ¿Por qué rayos les dijiste?

Merida elevó una ceja — ¿Hay algún problema? Veo que sí, no pensé que estuvieses a punto de casarte con una monja furtiva y sin permiso de sus padres, has caído muy bajo.

— No tengo tiempo que perder contigo — Siseé, caminando hacia la salida.

— Saldrás perdiendo, puedo notar que son nobles, tu estás en una posición más baja, nunca podrás estar a la altura de esa gentuza.

— No quiero estar — Gruñí y salí al pasillo.

Necesitaba pensar una forma de llegar al baño sin ser visto por esos desgraciados.

Me desvié hacia la salida y rodeé el edificio, justo a la ventana que daba al baño.

1
Melisuga
¿Qué tiene esa bruja en contra de la felicidad de Tiffany? ¿Será que es una bastarda de su marido que tuvo que criar a la fuerza? ¿Y por qué se empeñan en querer la desdicha de los que la rodean? ¿Tan infeliz es?
Melisuga
*pretenciones
Melisuga
*ha llevado
Melisuga
Chester tiene mucho dolor guardado. Creo que su relación con Tiffany lo está ayudando a liberar una parte de esa tristeza, aunque sea de manera tan cortante y brusca.
Mariannys Benítez 🇻🇪
esa mamá de Tiffany es tonta o se hace? sra por favor resccione
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂 sip, son buenos para acelerar esos trabajitos
Letizia Mar
que poca está mujer de madre no tiene nada que coraje 🤬😡😡😡
Emiux Emiux
Será que no es hija de ella, será hija solo del señor y una amante ???
Por eso el odio hacia ella
Emiux Emiux
Ahora sabes lo que los otros sienten contigo Chester 🤭🤭🤭🤭
Emiux Emiux
😂😂😂😂😂 demonios señorito
Liliana Diaz
esa vieja provoca agarrarla por el cuello y torsercelo como a una gallina
Emiux Emiux
Qué bonito capítulo, ella necesitaba encontrar al hombre indicado, que la amara y curara sus heridas
Sixta Tulia Blanco Gomez
maldita vieja que la arroye una carreta
Paola Martiz
ambos son lindos 😍
Emiux Emiux
😭😭😭😭😭 pobrecita
Orozco Beatriz
autora, espero y mejores con el favor de Dios. Bendiciones!!
Eliana Cardona
Pero cual es el problema con esta bruja de 💩💩, por que no quiere a tifanny 😡😡será que es NO es su hija 🤔🤔
Emiux Emiux
Pero que tonta 🙈🙈🙈 como puede importarle más el orgullo ??
Janeth García
¡Que bruja!

Ya le ha hecho bastante daño a su hija y al parecer no se cansa.

¿Que más necesita para dejarla en paz de una vez?

Uy, me da rabia esa mujer 😡👊🏻
Guadalupe Vargas Casarrubia
Que triste la vida de Cira se dedicó a un hombre que nunca pudo llegar al corazón de ese hombre porque estaba ocupado con otra mujer que nunca olvido ella tuvo una vida infeliz en ese matrimonio. William no fue amororo y cariñoso con Cira y Chester
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