Junsu, un sigma que oculta su verdadera naturaleza, con el peso de los prejuicios en su vida, sobreviendo en un mundo que lo rechaza. Junsu se ve envuelto en un falso acuerdo amoroso con Hyunmin, su jefe, un alfa. Lo que comienza como una farsa para salvar las apariencias y un futuro impuesto, pronto se transforma en una conexión genuina que ninguno de los dos esperaba.
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El armario
Desperté algo desorientado, sintiendo el peso del agotamiento aún en mi cuerpo. Al mirar el reloj, me di cuenta de que ya eran cerca de las 4 de la tarde. Me levanté lentamente, sintiendo un leve malestar en los músculos por lo ocurrido horas antes. Necesitaba despejarme, así que me dirigí al baño para asearme y ponerme ropa limpia.
Mientras me vestía, tomé mi teléfono para revisar mis mensajes. Tenía varias notificaciones, algunas de mis compañeros del bar preguntando si iba a asistir al turno de hoy. Me sentía un poco culpable por faltar, pero sabía que no tenía opción. Rápidamente les respondí, explicando de manera vaga que había tenido un incidente de salud y que por eso no podía ir. Luego apagué el teléfono, incapaz de lidiar con más distracciones.
Con el estómago solo con el desayuno y el día ya avanzado, decidí ir a la cocina en busca de algo para comer. Apenas crucé el umbral, me encontré con una señora mayor que estaba limpiando el lugar, con una sonrisa amable en el rostro.
-¡Hola, debes ser Junsu!- Me saludó con entusiasmo mientras se limpiaba las manos en su delantal. Me miró con curiosidad, pero sin juzgar, como si ya supiera quién era.
-Sí, soy yo.- Respondí, un poco incómodo por la situación, pero intenté sonreír.
-Me llamo MIn Sookja, trabajo aquí desde hace mucho tiempo. Hyunmin me pidió que te preparara algo de almuerzo, ya que me dijo que te quedarías unos días. Ah, y también me comentó que salió por trabajo, pero regresará más tarde.-
Sentí un nudo en el estómago al escuchar su nombre. Todo lo que había pasado con él seguía fresco en mi mente, pero intenté mantener la compostura.
-Ah, está bien. Gracias por el almuerzo.- Murmuré, algo distraído.
Sookja asintió y continuó hablando mientras iba hacia la cocina.
-Me dejó dicho que te preparara algo sencillo, y, además, te dejó ropa para que te arregles. Me comentó que tiene planes para esta noche y quería que salieras con él.-
Esa última frase me tomó por sorpresa. No sabía que saldríamos ni a dónde. Apenas había procesado lo que había pasado entre nosotros y ya Hyunmin planeaba algo más. Mi cabeza estaba llena de preguntas, pero lo único que pude hacer fue asentir lentamente mientras la señora MIn comenzaba a preparar la comida.
Me senté en la mesa, tratando de aclarar mis pensamientos. Aunque todo esto era parte del acuerdo, las líneas entre lo real y lo fingido parecían difuminarse cada vez más, y no sabía cómo sentirme al respecto.
Después de almorzar, agradecí a la señora Min y me dirigí a la habitación de Hyunmin, tal como me había dicho. Al abrir la puerta, me encontré con un conjunto de ropa perfectamente doblado sobre la cama. Era un atuendo elegante: una camisa blanca, unos pantalones oscuros de corte impecable, y una chaqueta que combinaba a la perfección. Junto con la ropa había algunos accesorios, como un reloj y un perfume caro. Todo estaba meticulosamente dispuesto, como si Hyunmin hubiera planeado hasta el último detalle.
Me acerqué al conjunto con cierta timidez. No estaba acostumbrado a este tipo de ropas elegantes, mucho menos a que alguien pensara en cada aspecto de mi apariencia.Me preguntaba si sería para una cena importante mientras pasaba los dedos por la tela suave de la chaqueta. Parecía algo más formal que una simple salida casual, lo que me hacía pensar que quizá se trataba de un evento o cena de negocios.
Suspiré y, un poco inseguro, comencé a probarme la ropa. La camisa me quedaba a la perfección, casi como si hubiera sido hecha a medida. Me observé en el espejo de cuerpo entero que estaba en la habitación, sintiendo un leve rubor subir a mis mejillas.
Me ajusté el cuello de la camisa, y con manos temblorosas tomé el perfume. El aroma era suave pero sofisticado, tan diferente a lo que suelo usar. Me lo apliqué en las muñecas y detrás de las orejas, sintiendo cómo el aire alrededor de mí cambiaba ligeramente, envolviéndome en ese olor que, de alguna manera, hacía juego con la ropa.
Me pregunté qué pensaría Hyunmin de todo esto, mientras me giraba de un lado a otro frente al espejo. Aunque parte de mí se sentía avergonzado, otra parte, más oculta, se preguntaba si él se había tomado el tiempo para elegir esto personalmente para mí. La idea me hacía sentir nervioso, pero al mismo tiempo, me gustaba el detalle.
Me acerqué al armario de Hyunmin sin pensar demasiado en lo que hacía. Simplemente, la curiosidad me ganó. Su ropa colgaba ordenada, y apenas abrí las puertas, el aroma familiar que él siempre llevaba consigo me envolvió. Toqué una de las chaquetas, sintiendo la textura bajo mis dedos. No sé por qué lo hacía, pero era reconfortante de alguna manera. Su olor me rodeaba, y sin darme cuenta, mi rostro se sonrojaba. No sabía qué estaba haciendo.
Justo cuando me di cuenta de lo absurdo de mi comportamiento, sentí una presencia detrás de mí. Me congelé. Antes de poder reaccionar, escuché su voz.
-Te ves bien.-
Me giré bruscamente, asustado y avergonzado. Hyunmin estaba parado allí, apoyado casualmente en la puerta, con una ligera sonrisa en los labios. Mi corazón se aceleró y mi rostro debió de estar rojo como un tomate.
-¿Te gusta esa ropa?- Preguntó, su mirada evaluándome de arriba abajo.
Asentí, sintiendo la garganta seca.
-Sí… es… es bonita.- Mi voz sonó algo temblorosa, pero traté de mantenerme firme. El recuerdo de lo que había pasado esa mañana cruzó mi mente, y el calor subió de nuevo a mis mejillas.
Hyunmin dio un paso adelante, su sonrisa volviéndose un poco más traviesa.
-Me alegra que te guste. Iremos a cenar con mis padres esta noche.-
Mis ojos se abrieron de par en par y todo mi cuerpo se tensó de golpe. Recordar la mañana hizo que la vergüenza me invadiera de nuevo, y la idea de enfrentarme a sus padres después de lo que había pasado entre nosotros me hacía sentirme aún más expuesto, sobre todo al recordar la discusión con su padre. Traté de apartar esos pensamientos, pero era imposible no sentirme incómodo.
-¿T-tus padres?- Murmuré, intentando mantener la calma.
Hyunmin asintió, su tono despreocupado como si no fuera gran cosa.
-Sí, y esa ropa es perfecta para la ocasión.-
Tragué saliva. La presión de volver a estar en una situación falsa, delante de sus padres, después de lo que había ocurrido entre nosotros, me hacía sentirme extraño. Me preguntaba cómo se suponía que iba a comportarme, y qué pensaría su padre, después de cómo me había mirado con recelo la última vez.
-No te preocupes.- Dijo Hyunmin, como si leyera mis pensamientos. -Yo me encargo de todo.-
Su confianza, por alguna razón, me relajaba, pero también me hacía sentir un peso en el pecho. Por un momento, mientras lo miraba, me pregunté si todo esto no estaba yendo demasiado lejos, pero antes de poder analizarlo más, Hyunmin dio un paso más cerca y me tomó de la cintura, como si fuera lo más natural del mundo.
-Te ves… increíble, Junsu.- Susurró, sus ojos fijos en los míos. Mis nervios solo aumentaron.
-G-gracias…- Logré decir, aunque mi mente seguía recordando cada detalle de la mañana. No sabía cómo enfrentar lo que vendría, pero no podía negar que una parte de mí estaba comenzando a volver a disfrutar estar tan cerca de él, incluso si todo esto seguía siendo parte de un juego.
Hyunmin suspiró, aún sosteniéndome por la cintura, como si fuera algo completamente normal entre nosotros. La forma en que me miraba hacía que mis pensamientos se enredaran, pero lo que dijo a continuación me devolvió a la realidad de golpe.
-Mi padre vino esta mañana para decirme que esta noche me presentará a un pretendiente. Por supuesto, le dije que volví contigo.- Dijo, con una sonrisa algo amarga.
Sentí un nudo formarse en mi estómago. Esa era la razón de la discusión que había escuchado más temprano. El padre de Hyunmin estaba decidido a emparejarlo con alguien, y ahora yo, Junsu, me veía arrastrado una vez más en este juego.
-¿Eso fue lo que discutieron esta mañana?- Pregunté, aunque la respuesta era obvia. Necesitaba escucharlo de sus labios.
-Sí, exactamente por eso. Mi padre no cree en mis decisiones, mucho menos en mi relación contigo, pero como siempre, intentará controlar la situación.- Respondió con un tono serio, claramente molesto.
La idea de enfrentarme a sus padres otra vez me tensaba, pero lo que más me inquietaba era la posibilidad de que el pretendiente también estuviera en esa cena. No podía evitar sentir una mezcla de celos e incomodidad. Me preguntaba qué haría si aparecía esa persona y cómo debía comportarme. Todo era tan confuso. No podía borrar de mi mente lo que había ocurrido entre Hyunmin y yo esta mañana. Me preguntaba cómo actuaría él delante de sus padres y de ese pretendiente.
-Hyunmin…- Comencé a decir, sintiendo que el nerviosismo me ganaba. -No sé si esto es una buena idea, ¿y si está el pretendiente? No quiero… causar más problemas.-
Hyunmin me miró, su expresión más seria ahora.
-No tienes que preocuparte por eso. Si está allí, solo hará que nuestra historia sea más creíble, además, no dejaré que te sientas incómodo, lo prometo.-
A pesar de sus palabras, no podía evitar sentirme nervioso. Esto no era como las otras veces. No se trataba solo de una farsa, había algo más en el aire, algo que no podía descifrar del todo, y aunque no lo admitiera en voz alta, la idea de Hyunmin con alguien más me hacía sentir celoso, incluso si no tenía ningún derecho a sentirme así.
-Es que… es difícil, Hyunmin. No sé cómo comportarme en una situación así, delante de tus padres, de ese pretendiente. No quiero meterme en medio de algo que…- Me detuve, sin saber cómo continuar.
Hyunmin colocó una mano en mi barbilla, obligándome a mirarlo a los ojos.
-Junsu, ¿estás celoso?- Preguntó, su tono más suave, pero con un atisbo de diversión en su mirada.
Sentí que el calor subía a mis mejillas de nuevo. Negué rápidamente, aunque mi reacción probablemente lo delató por completo.
-¡No, claro que no! Solo… estoy preocupado. Es todo.-
Hyunmin sonrió, pero no insistió más en el tema. En cambio, deslizó sus manos por mis hombros y dijo con una voz más seria
-Esto es solo parte del acuerdo, y sé que es difícil para ti, pero esta cena es importante. No quiero casarme con alguien que mis padres escojan, y esta es la única manera de mantener a mi padre alejado por ahora. Confío en ti, Junsu. Lo has hecho bien hasta ahora, y sé que lo harás de nuevo.-
Sus palabras me reconfortaban, pero el peso de la situación seguía cayendo sobre mí. Asentí lentamente, aunque aún sentía un nudo en el estómago. Esta cena iba a ser más complicada de lo que imaginaba, y no estaba seguro de cómo manejar todo lo que se avecinaba.
.Está bien… lo haré, pero espero que no te arrepientas después.- Dije, intentando sonar más seguro de lo que realmente me sentía.
Hyunmin soltó una risa suave y me dio una ligera palmada en la espalda.
-Eso nunca, Junsu.-