Sinopsis
Emilia Bernade fue forzada a casarse con el duque Mazheón, quien era descrito por todos como alguien cruel y de corazón frío, ella atemorizada por el futuro que le esperaba decidió acabar con su vida, no obstante alguien reencarnó en su cuerpo, sin saber absolutamente nada de su anterior vida, cargando consigo pequeños fragmentos de como había muerto. Esa nueva Emilia para no estar sola decidió aferrarse al duque a pesar de sus rechazos.
¿Se ganará su amor o su odio?
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Entrenamiento
Desperté encontrando a Iruen a mi lado, salí de la cama y me vestí con un vestido dorado. Luego Ian me llevó a la tienda de Paulette, estaba trabajando en un «vestido», (estaba haciendo un conjunto, un pantalón y una chaqueta con una camisa de mangas anchas; pero le dije a Paulette que era un vestido). Ese día la tienda estaba algo calmada, las otras mujeres estaban de vacaciones durante una semana, habría una festividad pronto, era parecido a la cena de Navidad, un momento familiar y entre amigos. Martha también tendría vacaciones al siguiente día.
—Duquesa, ¿cómo aprendió a hacer esas prendas? —Observé a la jovencita que siempre seguía a Paulette, me recordaba a Katelyn. Ese día llevaba un vestido hasta sus rodillas y un sombrero con flores. Si no recordaba mal, su nombre era Esther, era una niña dulce y muy inteligente.
—Es simplemente creatividad, —Mentí. —Y tener la pasión de hacerlo, ya sabes, coser todo los cortes de vestidos. —La verdad, la primera vez que tuve el deseo de coser fue porque me quedé un año en casa luego de terminar la escuela, estaba indecisa de ir a la universidad; y para matar el tiempo decidí hacer un curso, de esa manera elegí luego la carrera de diseño de moda.
—Me gustaría hacer todo eso, y también los vestidos de la señora Paulette.
Asentí, ella continuó conversando sobre lo que quería hacer en el futuro, era una chica bastante soñadora. Me dio un poco de tristeza descubrir que era huérfana pero gracias a Paulette ella consiguió una mejor vida, no tenía la necesidad de trabajar ni venderse, eso último fue lo más fuerte. Tanto así que el resto del día me quedé pensativa sobre eso.
Regresé a la mansión, Katelyn me recibió con un abrazo.
—El señor Bran la está esperando en el gran salón —me dijo mientras tomaba mi bolsa. Ian la miró con una sonrisa y pude notar como sus mejillas se ruborizaron. Fingí no ver nada y me dirigí primero al salón.
Cuando estuve frente a las puertas, suspiré antes de empujarlas. Lo bueno de la magia era que podía fortalecer mi cuerpo sin la necesidad de ejercitarlo, no me refería a tener una súper fuerza, sino a tener algo de resistencia, algo que le faltaba al cuerpo en el que renací.
—Duquesa, preparé un entrenamiento perfecto para usted. —Él se acercó emocionado cuando notó mi presencia. —Supongo que nunca has tenido entrenamiento físico, hum… creo que lo necesita, eso ayudará a que sea un mago bastante fuerte. —Comenzó a empujarme por los hombros para que saliera al pasillo. —Oh, felicidades por su trabajo, me sorprende que no quiera depender del duque.
—No me sentía cómoda sin hacer nada.
—Bueno, es algo tedioso estar siempre sentado, lo comprendo. —Él soltó una risita antes de volver a hablar. —Ya le avisé a ese mocoso, digo al duque sobre el entrenamiento. ¿Tienes equipo para un campamento?, no, verdad; la mayor parte de tu vida has estado en casa, esos marqueses eran muy… sobreprotectores.
Asentí sin poder recordar nada de la vida de Emilia, pero sabía un poco de su historia gracias a Katelyn, ella fue recientemente conocida como hija del marqués Bernade, hasta ese entonces permaneció en secreto, sin que nadie supiera de su existencia y por ello fue una sorpresa para la sociedad enterarse del matrimonio entre el duque Mazheón y Emilia.
—En fin, creo que puedes sobrevivir tres días en un bosque de bestias mágicas de bajo rango. —Él se acomodó su pelo canoso en una coleta baja, luego arregló su fina camisa con delicadeza. —Si necesitas ayuda, grita.
¿Ah?, ¿de que mierda estaba hablando?
En ese momento me tomó la mano, de la nada todo el sitio cambió, no era la mansión sino que me hallaba en medio de frondosos árboles.
—¿Sabes cazar?, me dijeron que tuviste un día de caza con el príncipe, el rey y el duque. Ese día provocó tu despertar.
—¿Qué hacemos en este sitio?, ¿Cómo llegamos aquí?
—Magia espacial, por eso ando hermoso. —Sostuvo su rostro con ambas manos mientras sonreía como un loco. —Y ya te he explicado la razón de estar aquí duquesa, fortalecer tu cuerpo y tú magia. —Él toqueteó la corteza de un árbol. —En estás zonas abunda el maná, es más fácil sentirlo y canalizarlo. —De un salto se subió al árbol. —Bueno, nos vemos en tres días.
—¿Eh?, espera…
Él se marchó antes de que pudiera hacerle más preguntas. Tomé una piedra del suelo marcando una equis en el tronco del árbol de antes, no tenía ganas de perderme en medio de la pradera. En ese momento mi estómago rugió, recordé que desde la mañana no comí nada. Lo que me faltaba, sentí las gotas de lluvia cayendo sobre mi piel.
—Voy a matarlo uno de estos días. Ese maldito… —la lluvia se hizo más fuerte, así que tuve que buscar un sitio donde refugiarme. —Los árboles de este bosque no tienen diferencia.
Tuve una idea increíble mientras la lluvia seguía mojando mi cuerpo, intenté hacer que las gotas de agua levitaran, al principio lo logré pero de la nada me comencé a sentir débil y caí al suelo, en ese momento recordé que había probado la máquina blanca de Paulette y la que pronto sería mía, esa mierda funcionaba con maná como energía.
Sentí los ojos adormecidos pero no quería dormir en ese sitio, así que me puse de pie cómo pude, caminé sosteniendo varios árboles como soporte. Un dolor insoportable se extendió desde mi vientre hasta mi mano derecha, al observar noté mi mano roja por completo, era como si mi sangre estuviera a punto de explotar.
Exhalé tratando de tranquilizarme, Bran me dijo que no debía esforzarme demasiado, o podría ser destruida por el maná que permanecía dentro de mi núcleo.
Un sonido entre unos arbustos me puso alerta, por un momento me olvidé de las bestias mágicas que habitaban el bosque, al menos eran de bajo Rango. Claro, Bran nunca explicó las características de una bestia de bajo rango, ojalá fueran débil.
En ningún momento el estuvo enamorado de Elena, solo le gustó
sigue sin gustarme el duque, por qué no aclara las cosas desde el principio y se hace la víctima
Debe salir conocer mejor donde está, seguir con sus negocios, aprender magia y combate cuerpo a cuerpo, entrenar físicamente.
Salir de ese matrimonio, que lo único que hace el duque es actuar de manera inmadura. ni el sabe que siente..
Cuando va dejar al duque, se deja envolver por él