Un loco y apasionado romances entre una profesora de idiomas s y un joven de su clase, dará una fogosa y emocionan relación. El problema está en la sociedad. ¿Es posible una relación entre una mujer mayor y un chico joven?.
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Desubicado.
¿Todo bien?.
- Sí ~se limita a decir~
Hoy Aarón se levantó más temprano que yo, de echo, cuando desperté; no estaba. Vamos camino al aula y se le ve raro, como sin energía.
Asi fué todo la mañana, estuvo callado, distraído y distante.
- ¿Sabes que le pasa al promiscuo? ~me pregunta Morgan~
- Ni idea ~estoy tentado a decirle lo que escuche, pero no sé... No quiero entrometerme y hablarlo~
- ¿No vienes? ~le pregunto a Aarón~
- No, tengo algo que hacer ~lo vemos ir hacía su auto~
Nosostros nos dirigimos al restaurante de siempre para almorzar, debe de estar mal para no aceptar comer con nosotros.
- ¿Soy yo o Aarón se ve distinto hoy? ~dice Harry~
- No eres tú, lo hemos notado nosotros también ~responde Morgan~
Después de almuerzo y reposar un rato, regresamos a clases. Mi amigo continua callado, no ha hecho en ningún momento sus comentarios graciosos y ni siquiera ha mencionado el "miércoles de pizza". Morgan y yo solo nos miramos, ya con eso me dice que sabe que pasa algo más grave.
Al salir de clases, voy directamente a casa de mi hermana, en el camino hablo con mamá y como siempre; papá metido en cosas de la empresa. Al llegar, mi hermana me recibe en un camisón (que en realidad es una camisa que me robo hace meses), una coleta mal recogida y un bote de helado.
Oh oh... Decepción amorosa.
- ¿Estás bien? ~frunzo el ceño~
- Por supuesto ~me sonríe~ ¿Saldremos o nos quedaremos aquí?.
- Nos quedaremos aquí ~la miro atentamente~ ¿Y ese aspecto?. Tú solo te vez así cuando estás en la etapa del "mal de amor".
- ¿Y cómo podría estar en esa etapa si he estado soltera hace meses?, lo sabés. Hoy solo... No quiero arreglarme, ¿sabes?, hacer pereza, tragar comida chatarra y ver series hasta el amanecer. Tengo todo un año sabatino antes de regresar y trabajar como una obsesionada del trabajo. ¿No crees que merezca estos días de vez en cuando? ~dice comiendo una y otra vez del bote~
- Sí, por supuesto ~la miro de pies a cabeza~ No lo sé... No me convence.
- Tranquilo, tú y yo no nos ocultamos nada, lo sabes ~bueno...~ Eres el primero en saber cosas de mí, si estuviera pasando algo, lo sabrías, me conoces ~dice todo eso sin mirarme~
Precisamente porque la conozco, es que siento que hay algo más. Dejo de insistir porque tiene razón, si quiere que sepa lo que sea que esté pasando, me lo dirá. Esa es mi forma de pensar con todo el mundo.
- Una vez hablando con Aarón, me dijo que últimamente, hay días en los que no duermes en casa y llegas a la mañana siguiente o... Que Incluso se ven de nuevo en la universidad ~me mira y ahora soy yo el que aparta la mirada~
- No es que sea frecuente, solo que hay momentos en los que quiero dejarle el depa a él, ya vez que muchas veces lleva a sus "chicas" para coger ~la veo fruncir levemente el ceño~ Pues siempre pasa en su espacio, pero ya vez que no se puede comer pan frente a los pobres ~me señalo y ella ríe~
Me tiro en el sillón dejando mi maletín a un lado, me quito los zapatos, la camisa y desabrocho el botón de mi pantalón buscando una película más interesante en la tele. Solo minutos después llega mi hermana con un plato lleno de sandwich, botanas y refrescos.
- ¿Entonces es definitivo que ya no pasa nada entre tú y Ava?
- No lo sé. Yo la aprecio, pero... Estoy cansado. Me cansa todo esto, estar corriendo detrás de ella ~digo tomando un sándwich~
- La aprecias, pero no la amas ~dice y yo la miro~ Habría esperado que me dijeras eso, más sin embargo, no lo has hecho. En otro tiempo habrías dicho que la amas.
- ¿Qué quieres decir con eso? ~la miro atentamente~
- Hay algún más, ¿verdad? ~nos quedamos en silencio mirándonos fijamente. Al final suspiro y desvio mi vista a la tele~
- No, de haberlo, ya lo sabrías ~ay que feo, nunca le he mentido en nada~
Ahora es donde me encuentro mintiendo más en mi vida, aunque son mentiras piadosas para no dañar la integridad de mi bella profesora, al final de cuentas; son mentiras.
- O quizas amerita negarlo para que dure ~alzo ambas cejas~
- ¿Qué estás diciendo? ~es imposible que sepa algo~
- Digo... ~baja la mirada~ A veces pasa que la relación es prejuiciosa y se tiene que ocultar para que continúe.
- ¿Estás bien? ~alzo una ceja~
Me mira y sus ojos están cristalizados, pero rápidamente se tornan normales, sonríe y me da un codazo.
- Ya deja de preguntarme esl. Estoy aquí contigo, comiendo, hablando, riendo. ¿Podemos o no disfrutar el momento?
- Por supuesto ~la miro atentamente~
- Bueno, si quieres saber si papá sigue presionándome para tener un bebé, lo sigue asiendo ~se alza de hombros~
- Que mal... Bueno, ¿por qué papá te presiona para tener un bebé cuando obviamente no estás casada?, ni siquiera tienes novio ~frunzo el ceño~
- Él tiene un candidato... ~frunce los labios~
Rápidamente abro los ojos y le pongo pausa a la película para centrar toda mi atención en ella.
- ¿Cómo es eso?
- James Smith ~dice y yo abro más los ojos~
- ¿Smith?, ¿el dueño de la empresa esa de textiles? ~ella asiente~ ¿Estamos hablando del americano antipático que cree que las mujeres están para servirle a él?.
- Sí, Ben, el mismo ~suspira y rueda los ojos~
- ¡Oh Dios mío! Hermana, tu vida es tan triste ~me tapo la boca con las manos y ella me da un golpe~ Bueno, al menos serás más rica ~me alzo de hombros y me mira con reproche~
- Es un hombre atractivo, no lo niego. Tener un bebé con ese hombre... O sea, imagínate esos genes ~ambos reímos~ Pero como matrimonio seríamos un desastre, me conoces y ese hombre es machismo puro, y eso de que juega a correcto definitivamente no me va. No creo que acepte nunca loquear conmigo aunque sea una vez.
- Obvio no lo hará ~volvemos a reír~
Salgo de la casa de mi hermana a eso de las once y al llegar al depa, veo a un Aarón caminando de un lado a otro.
- ¿Todo bien? ~este me ve y detiene sus pasos~
- Claro, solo esperaba que llegarás. Voy a salir un momento ~dice tomando las llaves de su auto de la mesita de centro~
- ¿Desde cuándo te preocupa que llegue a casa antes de tú salir? ~lo miro divertido~ ¿Traerás a una chica?.
- No, no. Solo... Olvídalo ~pasa de mí~
Este sale como alma que lleva el diablo. Aún cuando ya se ha ido, me quedo mirando la puerta pensando en que efectivamente, esa discusión con aquella chica lo ha dejado desubicado.