Cuando estas al borde de la muerte y sientes el olor a sangre por todos lados el miedo se va alejando de ti, fui expuesta ante un grupo de depravados, quise morir, pero en el camino encontré una nueva oportunidad para amar...
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Que te es tan gracioso.
Estoy caminado hacia las plantaciones de naranjas, pero en eso siento un dolor muy fuerte en mi pierna.
¡MALDITA SEA UN ALACRÁN!
Me duele mucho, grito, pero no hay nadie, nadie me escucha. Respiro una y otra vez sin que mis nervios me ataquen, me rompo el pantalón y lo ato a mi pantorrilla, vi en algunos programas que así el veneno no avanza. Llego a las verduras y hasta la casa falta un buen tramo, por Dios tanto me alejé, me siento a descansar un poco, quiero agua, tengo mucha sed, el clima es frío, pero yo tengo mucha calor. No aguanto más y me desmayó...
Esta mujer donde se a podido meter.
¿ y si se fue?
No lo creo sus cosas las dejo en la casa, solo salio y ya, me imagine que iria con las quejas a mi madre, pero dejo su maleta en la casa. Por lo que oí, aquí no conoce a nadie, siento la culpabilidad respirando en mi nuca. Bajo del caballo y camino por el lado de las verduras y no después de mucho ... ¡Es ella esta acostada!
Yo la llamo y no responde, decido acercarme y la veo mal, está bañada en sudor.
La tomo en mis brazos y me percato de que en su pierna trae un pedazo de tela.
Me imagino lo peor y sí, la picó una víbora, la marca alrededor de la mordida está poniéndose de un color muy feo. La subo al caballo y luego subo yo, la acomodó con pesar, pero lo logro, voy en el caballo a toda prisa, cuando estoy cerca grito por ayuda.
¡AYUDA!
¡MADRE!
¡GASTÓN!
... Ellos salen de la casa, junto a los trabajadores, me ayudan a bajarla y la muchacha se ve mal.
(Sofía) ¡Que sucedió!
(Gabriel) La mordió un animal y tiene mucha fiebre.
(Sofía) Maria ve por el botiquín y llama al médico del pueblo, pero ya.
Pobre muchacha. Gastón llévala a su habitación y preparen paños tibios para bajarle la fiebre, el alcohol...
(Gabriel) Madre debemos de saber que animal fue.
(Sofía) Los muchachos me dijeron que la vez pasada vieron alacranes por la zona.
Avancen con las cosas que les pedí, es para ayer y no para hoy, vamos corran.
Vaya que si me dio una bofetada por decir eso en la mañana, pues si le digo algo ahora me voltea la cara. Subo detrás de ellos y sé que el médico está en la parcela vecina. Por el momento están bajando la fiebre y mi mamá le limpia la parte donde fue la mordida. (Sofía) Gabriel, hijo ve por más agua tibia y trae unas hojas del jardín, son de un color morado. (Gabriel) Sí, voy madre. ... Hay Dios mejor me voy, ya siento el hormigueo de la culpabilidad respirando sobre mi nuca. ... Veo que el señor Carpen viene con su paso lento, pero firme, su esposa la recordada señora Anita viene con él. Me acerco para ayudarlos con la cajita que trae en sus manos, su botiquín. (Señor Martin Carpen) Mucho tiempo sin verte aquí por estos campos muchacho. (Señora Anita) Vamos Gabriel, demonos prisa, luego hablamos. (Gabriel) Sí. ... Llegamos a la casa y el señor Martin entra y Maria lo guía hasta la habitación en donde está Varela. Mi madre me dice que la fiebre ha bajado, los demás trabajadores están colocando vinagre y algunas macetas de lavanda para así poder repeler estos animales. (Señor Martin) Esta muchacha la conozco... Bueno no es mordedura, es una picadura de un alacrán... Veo que la fiebre le está bajando y muy bien que le hayan puesto el suero antiofídico. Las pastillas serán las que se usan en estos casos. Esperemos a que reaccione. (Sofía) Gracias señor Martin. Hijo y las hojas que te pedí. (Gabriel) Lo olvidé justo vi al señor Martin y su esposa. Gracias por venir señor Martin. (señor Martin) Yo no hice nada, el suero siempre ayuda, solo le daremos las pastillas. (Señora Anita) Esperemos afuera, mientras la muchacha reacciona. (Gabriel) Madre yo me encargo de verla, déjenme las pastillas para darle cuando despierte. (Sofía) ¿En serio? (Gabriel) Sí madre. Les aviso. ... Su reacción al decirle es muy graciosa, se van y yo me quedo con ella, me siento a un lado de la cama, y me pierdo en sus facciones, su piel es tan blanca. En eso una llamada de un número ya conocido y no deseado aparece en la pantalla de mi teléfono. En estos momentos una idea se me pasa por mi cabeza. Me acomodo sobre su pecho y trato de no presionar mi cuerpo sobre ella. Me tomó algunas fotos, otras sujeto su mano. Dudo en colocarlas en mis redes pero al final lo hago. Me río solo y escucho... (Varela) Que te es tan gracioso... (Gabriel) Yo... Tienes que tomar estas pastillas. Te pico un alacrán... (Varela) Sí. Yo... Estaba sentada en las plantaciones de naranja y no sé en qué momento... Bueno ya esta pasando. (Gabriel) Siéntate y bebe agua, te daré las pastillas para el dolor e inflamación. (Varela) OK. ¿Qué haces aquí? (Gabriel) Té cuido, mientras mamá regresa. ¿Te molesta? (Varela) Algo. (Gabriel) Ahora me voy, solo me encargaron que te dé las pastillas. ... Voy hacia la mesita y traigo las pastillas se las doy y le acerco el vaso con agua. (Varela) Gracias. ... Él solo asiente y se marcha. Siento mi cuerpo pesado, me duele mucho la pierna. Me siento y veo que ya es tarde, sé que a las ocho tenemos que estar presentes en la reunión. Trato de pararme para ver si puedo hacerlo. Bueno me duele levemente. Camino despacio y voy al baño. Veo mi rostro y soy una desgracia humana. Mis cabellos están como una maraña, mis ojos hinchados. Vaya que no me veo nada bien.