Enamorándome De Mi Esposo.

-¿Estás incómoda?-- pregunta Ambrose.

-No-- respondo breve.

-Si te sientes incómoda en algún momento, me lo dices, ¿de acuerdo?-- dice él. Yo solo asiento.

En este momento nos encontramos en el aeropuerto esperando a mis padres, no sé cómo pudieron ingresar al país. Mi padre siempre me decía que no tenía acceso, parece que siempre me estuvo mintiendo o solo están usando las influencias de Ambrose.

Tengo miedo de lo que pueda pasar, siento que podrían arruinar la reputación de Ambrose, y por consecuente, su vida exitosa.

Pasan varios minutos y me siento ansiosa, a lo lejos veo a mis padres caminando hacia nosotros, lucen como personas normales, incluso llevan otras ropas, nada como lo que suelen usar en casa.

-Ahí vienen-- dice Ambrose, yo lo miro y luego a mis padres, que ya están a un paso -Señor y señora Jones, bienvenidos-- dice Ambrose saludandolos -No esperaba verlos tan pronto, solo han pasado cuatro meses-- agrega.

-No te andes con rodeos-- responde mi padre.

Por otro lado mi madre viene directo hacia mí y me abraza.

-Mi cielo, estoy tan contenta de verte-- dice y luego me examina -Luces igual, tan hermosa y sofisticada-- comenta y yo solo espero que ese comentario no ofenda a Ambrose.

-Sí, mamá, te dije que estaba bien-- contesto con una sonrisa forzada.

-Bien, deben tener hambre, vayamos a comer-- dice Ambrose mientras le entrega una llave a mi padre, es la llave de uno de sus autos.

-Nos vemos en el restaurante-- digo y me doy vuelta para irme, Ambrose camina detrás de mí, pero logro notar que mira a mi padre, de hecho se han estado mirando fijamente desde que se vieron.

Ya en el restaurante estamos todos viendo el menú, yo miro a Ambrose, pero él está bastante concentrado en este. No entiendo cómo puede comer en este momento, tal vez solo yo me sienta incómoda y vulnerable en este lugar.

Miro a mi alrededor, todas las personas están sumergidas en sus propias comidas y conversaciones, al parecer nadie nos presta atención, ¿por qué lo harían? No estamos en Londres.

-¿Ya decidieron que van a ordenar?-- pregunta el mesero con una libretita en sus manos.

-Quiero Foie gras y unos raviolis-- dice mi padre y lanza la carta del menú en un gesto grosero.

-Yo quiero unas ostras y sopa de camarones-- dice mi madre.

Ambrose sigue mirando el menú, yo ni siquiera he prestado atención a lo que en él hay, ni siquiera lo he leído.

-A mí me sirves farfalle y pollo con un toque de parmesano-- dice Ambrose mientras cierra la carta y se la entrego al mesero.

-Yo también comeré eso-- digo sonriendo falsamente mientras le entrego el menú al chico.

He pasado todo el rato mintiendo con mi cuerpo, no me gusta que mis padres estén aquí, siento que van a arruinar todo. No malinterpreten mis palabras, yo los extraño y me alegro de verlos, pero ese sentimiento nunca va a superar el hecho de sentirme asustada con ellos en público, dónde cualquiera puede llegar y dispararnos. Amo a mis padres, pero la vida que ellos eligieron me decepciona, no quiero correr peligro por su culpa, y como si fuera poco, ahora Ambrose también está expuesto a esto por mi culpa.

La cena transcurre tranquila, nadie habla excepto mi madre, yo ni siquiera toco el plato. Ambrose come tranquilo y mi padre también, salvo por esas miradas extrañas que se lanzan.

Solo espero que esto acabe pronto y mis padres se vayan.

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-Es un lugar muy bonito-- dice mi padre mientras mira por el ventanal hacia la ciudad.

-Sí, lo es-- digo mirándolo a él -¿Por qué vinieron? ¿qué es lo que en realidad les preocupa?-- pregunto mirándolo a ambos, ya que mi madre está sentada en el sofá. Ahora estamos en una de las propiedades de Ambrose.

-¿Qué preguntas, mi cielo? por supuesto que vinimos a verte-- dice mi madre.

-Papá-- digo insistiendo en que responda.

-Solo quería saber cómo estabas y si estaban cumpliendo el contrato-- responde él, pero no me mira.

-Mentira, estás aquí porque quieres hacer trabajo sucio-- digo y la reacción de mi padre me hace saber que estoy en lo correcto.

-Isabella-- advierte mi madre.

-No, déjala, Olivia, que hable-- dice mi padre y me mira.

-Solo quiero que me digas la verdad-- digo y me paro firme.

-Al parecer tu esposo ha estado influyendo mucho en ti-- dice él.

-No, él no tiene nada que ver en esto-- respondo rápido.

-Entonces es el nuevo país, te estás comportando altanera-- dice él -Pero sí, a parte de venir a ver a mi hija, estoy aquí para hacer negocios-- agrega haciendo énfasis en "mi hija".

-No quiero que lo hagas-- me encuentro respondiendo -No quiero que dañes mi nueva vida ni la vida de Ambrose que me está ayudando-- agrego.

-¿Qué quieres?-- pregunta mi padre.

-Que se vayan, no quiero verme envuelta en sus asuntos-- digo y me dirijo hacia la puerta para salir del departamento.

--Ambrose Brown--

-Tú y yo vamos a hablar, ahora-- dice el señor Jones mientras camina hacia mí.

-¿Qué sucede?-- pregunto despreocupado.

-Me vas a decir ya, ¿qué mierda le has hecho a mi hija? Ella no era así, ha cambiado mucho en poco tiempo, parece ser otra-- dice el señor Jones alterado.

-Yo no hice nada y ya le dije que si ella no quiere hablarles no hay nada que yo pueda hacer-- respondo serio -Tal vez el problema sea que usted nunca escuchó lo que su hija pedía y ahora ella ya no vive con ustedes-- agrego, su expresión se ve severa, pero yo me quedo firme y pongo mis ojos en actitud de duelo.

Si algo sale mal, Víctor me ayudará con esta situación, pero no quise alarmar todavía porque espero que podamos resolver esto pacíficamente. Lo único que sé con certeza ahora mismo, es que no voy a dejar ir a Isabella.

-¿Cómo te atreves a hablarme así? Ya veo que todo es tu culpa, eres un mocoso arrogante-- dice y se acerca a mí -No pretendas salirte con la tuya, esto no se quedará así. Lo único que me detiene de matarte ahora mismo es el contrato y tu padre-- agrega y se va.

Maldita sea, ¿cómo coño me contengo para no golpear a mi suegro? Me saca de quicio, pero tengo que ser inteligente y actuar calmadamente.

Esto lo voy a resolver, lo haré por ella.

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-¿Qué haces ahí?-- pregunto mientras entro a la habitación.

-Me voy a esconder aquí hasta que mis padres se vayan-- responde Isabella debajo de las sábanas, hizo una especie de casita.

-¿Y no saldrás hasta entonces?-- pregunto sonriendo.

-No-- responde ella.

-Entonces, ¿puedo entrar contigo?-- pregunto mientras me acerco más a la cama, ella asoma la cabeza, sus hondas de oro están algo despeinadas.

-¿Tienes miedo?-- pregunta y mi sonrisa se borra.

-¿Tú tienes miedo?-- pregunto devuelta.

-Creo que sí-- dice mientras se levanta -No quiero que mis padres arruinen mi vida aquí con su sola reputación y ahora siento que estoy dañando la tuya-- agrega, su carita se ve apagada y no me gusta para nada verla así.

-No pienses eso, Bella, todo saldrá bien. Nada nos afectará-- digo para reconfortarla, ella se relaja un poco entonces su teléfono enciende la pantalla donde veo la foto de la niña con la flor.

-Es Maddison-- dice mientras responde el texto -Estaba hablando con ella hace un rato-- agrega y luego deja el teléfono en el mismo lugar.

-La niña de la foto, ¿eres tú?-- pregunto porque desde la última vez ya la intriga me carcome, y me gustaría saber si es ella y tener el retrato.

-Sí, esa foto la tomó mi padre-- dice mientras mira la pantalla -En ese momento todo parecía perfecto, pero luego ya no-- agrega y luce triste.

-¿Por qué?-- pregunto sin darme cuenta de que no debía, este debe ser un tema delicado para ella.

-Una vez estábamos en un restaurante, estaba toda la familia...

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-Ben, deja de hacer desorden-- dice Jack (el tío de Isabella).

-Oh, mi amor, compórtate-- dice la madre de Ben -Mira, tu prima es toda una señorita decente y educada-- agrega.

-Gracias, tía-- responde Isabella, una niña hermosa de diez años.

La cena en el restaurante marchaba bien, todos disfrutaban de sus comidas y los niños jugaban un poco en la gran mesa, los adultos conversaban y reían, todo parecía tan normal, Isabella se sentía tan alegre de compartir con sus primos.

Observó a su padre y a su tío que estaban conversando y bebiendo de sus copas, cuando de repente su tío sacó un arma y disparó hacia atrás de ella. Inmediatamente, los gritos llenan el lugar, las personas corrían desesperadas y ella solo estaba allí parada hasta que Thomas (su padre) llegó y la cargó para llevársela del lugar.

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-Luego ya no tuvimos más salidas como esa y, años después, me enteré de todo lo que hacía mi familia, y que ese "accidente" como dijo mi padre, eran los capos de otro cartel que querían un enfrentamiento por el "poder". -- dice Isabella, terminando de relatar su historia -Esa es la razón por la que quise alejarme de ellos, era muy pequeña, pero desde entonces supe que no quería una vida así-- agrega, sus ojos están llorosos y yo solo me quedo en silencio.

No sabría qué decirle, pero ella no necesita que yo le diga nada, solo que me quede a su lado abrazándola.