Siguiendo con la saga de la familia Zenda llegó con una nueva novela. El solitario Rey Lobo, una historia basada en la conexión especial que poseen estas criaturas misteriosas y poderosas. ¿Todos tenemos un destinado? ¿La conexión Zenda será suficientemente fuerte como el enlace entre lobos? Acompáñame en esta nueva historia llena de intrigas, venganza, amores en medio del caos. Sé que les gustará saber cómo un lobo solitario quedará imprimado de manera inesperada de una arrogante y vengativa mujer.
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Conociendo un poco de su historia
La conversación con Ramona fue especial, sigo insistiendo que esa mujer me conoce mejor que yo mismo, me duele saber que mis hijos no han tenido una buena vida por mi culpa, si bien es cierto que Lila ha estado en ese estado por tantos años, no me quita la responsabilidad de haber hecho las cosas diferentes.
Es necesario que remedie todo lo que he hecho, sobre todo con Elena, ella sí que sufrió, pero aún así lucha por que yo sea feliz.
Volví a casa quería hablar con Federick ese hombre se estaba ganando mi aprecio, ha cuidado a mi hija y eso es lo importante.
Comencé a buscar por toda la casa hasta que lo encontré, estaba sentado en el jardín, en sus manos estaba un pedazo de tela, parece vieja y rota.
lenox: Te estaba buscando
lo vi como se puso de pie casi corriendo
Federick: ¡Señor! ¿Qué necesita?
Lenox: Solo hablar, ¿me permite unos minutos?
Federick: ¡Claro señor! Pero vamos adentro, no está bien que alguien lo vea.
Los dos fuimos al despacho, Federick muy atento me sirvió un trago, también uno para el.
Federick: ¿Qué necesita señor?
Lenox: Quiero conocer tu historia, ¿cómo llegaste a la vida de mi hija?
Federick: Señor aquí creo que lo correcto es preguntar cómo su maravillosa hija llegó a mi vida.
Me senté, él también lo hizo y comenzó su relato, yo solo observaba al hombre que estaba enfrente, mi hija había elegido un hombre bien parecido, hablaba refinado y noto lo fuerte que es debajo de ese traje.
Relato…
Era una noche de luna llena, yo estaba vigilando que las tropas armarán las tiendas para dormir, ese día habíamos batallado y estábamos realmente cansados.
Casi a media noche escuchamos ruidos, al parecer los enemigos nos habían seguido, la batalla no había sido ganada, por un descuido nos atacaron.
Uno a uno de mis soldados iban cayendo, al final solo quedábamos unos 10, pero las fuerzas se nos estaban acabando.
Me dispararon en el pecho, pensé que había muerto pero por extraño que parezca no fue así, los enemigos eran rebeldes de la Luna, ellos odiaban a los soldados creyentes de ella.
Yo era un gran botín así que mi supuesta ejecución fue presenciada por todos, me ataron de manos y pies, de mi pecho salía sangre sin poder controlarla.
Se decía que el mundo bajo la luna estaba maldito, solo había guerra y destruccion así que lanzaron al gran comandante a la deriva.
Jamás habíamos bajado a la tierra, aquí poseen una capa o fuerza que no permite que nuestras naves ingresen, cada tripulación que enviamos jamás volvía.
Pero pror extraño que parezca yo la atravesé, caí como un rayo, esperaba el momento de impactar mi cuerpo en el suelo pero jamás pasó.
Un destello rosa estaba esperandome, podía ver como lanzaba ráfagas de viento, yo fui envuelto en el, con suavidad me trajo al suelo.
Ya no podía mantener mis ojos abiertos, estaba llegando al final, estaba herido y en la tierra, mi cuerpo es fuerte pero no para soportar el aire de este lugar.
Escuché que una mujer me hablaba, ella menciona que todo estaría bien, en ese momento perdí el conocimiento.
Tres días después desperté, estaba en el bosque, podía escuchar las hojas moverse de los árboles, los pájaros cantaban, pero mi atención estaba en la mujer de cabello rosa que cantaba mientras arrullaba un pequeño lobo.
Federick: Ho… hola.
“Por fin despertaste” La escuché decir, ella se dio la vuelta y pude verla, estaba seguro que había muerto, ella no era real, su belleza y Aura solo estaba descrita en los libros de fantasía.
Federick: ¿Dónde estoy?
“Te diré mejor dónde no estás, estoy segura que no es tu hogar”
Federick: Vivía en la Luna, creo que me expulsaron.
Me senté y revisé mi pecho, no tenía herida alguna, ni siquiera estaba la cicatriz, todo era irreal.
“¿Vienes de la luna? ¿Eso dices?”
Federick: Así es, soy el comandante de la legión Moon, me llamo Federick.
“Soy Elena, princesa de este reino”
Federick: Elena, ¿tú me salvaste?
Elena: Así es, ahora tienes que comer, estás débil, supongo que tu cuerpo a penas se está adaptando a nuestro ambiente.
Ella me pasó un plato de comida, yo lo devoré en tan solo minutos, mientras tanto me observaba, el lobito salió a correr, al parecer se encontró con su mamá.
Federick: No lo entiendo, yo debí morir.
Elena: Bueno eso quiere decir que tienes una misión importante, el destino quiere que hagas algo.
Federick: ¿Yo?
Elena: Así es, tú tienes una misión la cual se une con la mía.
Federick: No entiendo.
Elena: Yo tampoco lo sabía hasta que te vi caer del cielo como un rayo, en ese momento sentí la necesidad de protegerte, algo me dice que tú y yo tenemos que recorrer el mismo camino.
Ella se acercó, me quitó la camisa, yo solo tragaba saliva, en verdad me ponía nervioso.
Puso su mano en mi pecho, revisaba que estuviera curado.
Elena: Eres un hombre bello, me gusta lo que haz hecho con tu cuerpo, supongo que cada tatuaje significa algo importante.
Federick: Así es.
Elena: ¿Y los aretes?
Federick: En ocasiones cuando me siento solo y afligido me causó dolor, encontré en los tatuajes y las perforaciones consuelo.
Elena: Me gustan, quizás me haga algo así.
Federick: Por favor no, tienes una piel hermosa, es como un lienzo blanco y puro.
No sé por qué dije eso, debí parecer un idiota…
Sus manos recorrían cada línea de mi cuerpo, yo estaba hechizado por sus ojos y su voz, pero algo extraño pasaba, por primera vez en mi vida me sentía en paz.
Federick: ¿Vives en el bosque?
Elena: No, solo estoy de paso, recogía algunas plantas fue entonces cuando te vi.
Federick: Supongo que me haz curado.
Elena: Si, tarde un poco pero creo que estás bien, ponte de pie, te llevaré a casa.
Federick: ¿A tu casa?
Elena: Así es, no te voy a dejar aquí, ¿o acaso lo prefieres?
Federick: ¡No! Si no es molestia deseo estar en un lugar seguro.
Elena: Andando.
Por el camino Elena me fue explicando del mundo, quienes eran su familia, el poder que tenían dentro pero lo que en verdad me causó curiosidad fue la historia de sus padres, eso en verdad me dio tristeza, fue entonces cuando entendí por qué nos habíamos encontrado.
Federick: Tú madre es la diosa amapola.
Elena: ¿Cómo lo sabes?
Federick: En la luna hay una mujer encerrada en una gran esfera, se dice que ella es quien nos mantiene con vida, una noche escuché que la habían llevado desde la tierra, se supone que como prisionera pero no lo sé.
Elena: ¿Será el alma de mi madre?
Federick: Yo diría que si, pero aquí me surge otra duda, ¿Somos los villanos? ¿Acaso esos que llamamos rebeldes son los verdaderos héroes?
Elena: Pues si tienen a mi madre en la luna por supuesto que son los villanos.
Había tantas preguntas, Elena me contó la historia de la diosa amapola y el lobo solitario, como entenderá al principio me pareció mentira pero luego ella se transformó, era una loba de color rosa, algunos destellos de luz salían de su cuerpo.
Ya no tenía duda alguna en sus palabras, en definitiva este no era mi mundo y Elena era una diosa, eso era seguro.
Llegamos a casa, me presento a su padre y madre, seguí creyendo en su historia, pero quiero que sepa señor que es se día pensé que no le caía bien, luego entendí que estabas perdido en tu porpia mente.
El tiempo fue pasando, Elena y yo tratábamos de entrar a la luna pero era imposible, el campo de magia no nos dejaba pasar.
Cómo sabrá era imposible no enamorarme de su hija, ella aparte de ser bella es inteligente, valiente, amorosa y de corazón puro.
Poco a poco nos hicimos más cercanos, yo me declare, por fortuna ella me respondió, hicimos la unión que para su familia significa un matrimonio, al poco tiempo llegaron los hijos.
Siempre estábamos buscando la manera de entrar a la luna, la oportunidad llegó hace un par de días, dieron aviso que se están quedando sin recursos así que vienen a tomarlos de la tierra.
Elena le pidió a la emperatriz Darla que le ayudara a viajar al pasado, era vital que te trajéramos, la conexión que tienes con tu esposa nos haría más fácil encontrarla, debes entender que no podíamos confiar esta misión al Lenox de este tiempo, no eres seguro.
Darla le entregó dos cristales, con eso iría a tu tiempo y volvería al nuestro, fue advertida que solo iría cuando ya todo había pasado, muchas vidas dependen del suceso de tu esposa, inclusive la de la misma Elena.
Aún así mi esposa fue por ti, ella está dispuesta a sacrificarlo todo por tu felicidad, solo espero que entiendas que el amor que siente tu hija no es más que un sacrificio para mi.
Amo a mi esposa como no tienes idea, he llorado cada día desde que supimos que podemos volver al pasado, ella me ha jurado que las parejas destinadas siempre se encuentran pero a veces siento que soy débil, no sé si pueda resistirlo.
Solo espero señor que valore lo que Elena hace por ustedes.
Frederick había terminado de contar su historia, está claro que mi hija hará lo que sea por mí, pero sigo preguntándome si es momento que yo haga algo por ella.
Federick: Señor la verdad me gustaría decir que me gustó conocerlo pero en su rostro solo veo la pérdida que yo sufriré.
Lenox: Gracias por contarme la historia, quiero júrate que haré lo mejor para mis hijos.
Federick: Solo le pido que al reiniciar todo, vuelva a traer a la vida a mi esposa, así yo no esté a su lado, este mundo la necesita a ella, su amor purificador es todo lo que está bien.
Lenox: Lo juro.
Volví a mi habitación, no quería dormir así que me senté en el balcón, se muy bien lo que haré, mañana cuando salgamos a esa misión, mi prioridad ahora será mis hijos.