Soy La Emperatriz Villana

La fiesta transcurrió normal Aysha tiempo después de llegar se incorporó para hablar con las damas que conocía, muchas comentaban lo hermoso de su vestido, además de darle su apoyo y comprensión después de lo que pasó, haciéndole saber que ellas y sus familias no apoyaban la actitud del emperador y menos como estaba manejando lo referente al imperio.

Marina se encontraba en la mesa de dulces probando cada uno, pero deja uno a medio camino de su boca al oír las risas de burlas a su alrededor, y los comentarios.

"Mírala como desde que llegó anda presumiendo su embarazo, no se para que si ese niño no subirá al trono"

"Es una descarada, presentarse después de que estuvo casi dos semanas con su amante, ella no tiene vergüenza"

"Y se jacta de estar embarazada, si todos saben que su hijo no es más que un bastardo y que el emperador es un cornudo"

"Me pregunto de quién será su bastardo, si del Barón Weber o el Vizconde Derrick, debería ir rogando un lugar a su lado porque pronto dejará de ser una concubina"

"Es una ramera, yo escuché que estuvo con el hijo de la condesa Kindle y con el marido de la duquesa Jackson, ella es solo una prostituta que le abre sus piernas a cualquiera"

Marina aprieta sus manos en la falda de su vestido, mientras escucha más comentarios y burlas, al fijarse a su alrededor las personas la miran con asco y desprecio. Así que no soportando estas sale del salón de banquetes con la escusa de que se siente cansada. Aysha sonríe mientras observa como unos dos minutos después un hombre de cabellera rosada sale también del salón de banquetes y así de nuevo comienzan los murmullos. El emperador estaba con un grupo de nobles y sus esposas cuando la Duquesa Rossell aparece y le da una mala mirada el emperador, quien solo la ignora y sigue hablando con los demás nobles.

– Y cuando habrá un heredero por parte de la emperatriz, Majestad – pregunta un Barón de otro imperio

– Dentro de poco, la emperatriz y yo estamos planeando unas vacaciones juntos quizá en estas surja el heredero – sonreí levantando su copa de vino

Se escucha una risa de burla y todos dirigen su mirada la Duquesa Rossell.

– Disculpen, es que me dio gracia el chiste que acabo de escuchar – mira al emperador y sonríe de lado – Dudo que la emperatriz quiera irse de vacaciones con usted y más después de dejarla abandonada cuando estuvo secuestrada, un hombre como usted no merece una mujer como ella – lleva el abanico que tiene en su mano a sus labios presionándolo levemente como si pensara – lo olvidaba usted no tiene ningún tipo de relación con su Alteza, solo es un suplente sentado en un trono que no le pertenece

– Cuida como hablas eres solo una simple duquesa, en cambio, yo soy el emperador – dice seriamente, apretando la copa que tenía en sus manos – me debes respeto. Podría mandarte a ejecutar por esto

– Le mostraré respeto el día que deje de pensar con la otra cabeza – se acerca a él y le da una fría mirada – y ambos sabemos que usted no tiene ese poder – habla más bajo para que solo el escuche – no ande proclamando lo que no es

La duquesa Rossell se retira dejando al emperador Nathan con las palabras en la boca y a los nobles presentes que escucharon la conversación conteniendo la risa por la humillación que le había hecho pasar la duquesa. Desde una esquina del salón observando y escuchando todo lo que pasaba se encontraba un joven de cabellos castaños y ojos cafés, quien al ver de lejos a la emperatriz sonríe y se acerca a ella. Aysha al ver al joven castaño muestra una pequeña sonrisa, porque sabe quien es este personaje.

– He escuchado rumores de que la emperatriz de Zhena es hermosa e inteligente – se detiene frete a Aysha y hace una pequeña reverencia – pero debo de decir que usted Alteza supera los rumores – toma su mano y deposita un beso – Soy Nael Laforge príncipe heredero del imperio Ghana

– Un gusto joven príncipe – la rubia hace una leve inclinación de la cabeza y luego sonríe – nos honra que haya acetato la invitación a nuestro imperio, usted es mi invitado así que dejadme que les guíe por el palacio

El castaño sonríe y ambos toman una copa de vino mientras se dirigen a los jardines que hay en la parte trasera del palacio, aquellos que conectan con un pequeño bosque. Shera se mantiene seria viendo como la emperatriz se marcha de la fiesta y solo suelta un suspiro, su ama es rápido moviendo sus fichas. Estaba por retirarse cuando siente como alguien toca su hombre haciendo que se sobresalte, al darse la vuelta se encuentra con la mirada de un hombre mayor, algo gordo y con canas en el cabello, que mira a Shera con extrema lujuria en sus ojos. La castaña aparta la mano de aquel hombre de un manotazo.

– Así que si eres tu Jade – intenta tocar su mejilla y Shera retrocede unos pasos hacia atrás – Sigues siendo la misma rebelde de siempre – se saborea los labios – no me importaría recordarte los modales Jade – intenta volver tocarla y Shera toma su mano apretándola fuertemente

– No te atrevas a tocarme o perderás esta vez no solo unas cuantas uñas – libera un poco de su poder causando que aquel hombre sienta como si su mano se pudriera – sino la mano entera

Shera lo suelta y se aleja de ese hombre rápidamente dirigiéndose hacia el pasillo que conecta con el ala de invitados. Al estar solo suelta un fuerte suspiro y aprieta sus manos, aún estaba en shock por el encuentro con aquel hombre. Camina unos cuantos pasos más hasta que siente como alguien desde atrás tapa con una mano su boca y con la otra agarra sus manos, mientras la arrastra hasta una de las habitaciones. La tira en el suelo haciendo que se dé un golpe en la espalda, levanta la mirada y observa a aquel hombre quien se quieta el cinturón de su pantalón y se abalanza sobre Shera atando sus manos. Shera intenta luchar, pero siente como su cuerpo se calienta, y va perdiendo fuerzas, tarde se da cuenta de que desde que ese hombre la toco le rocío un afrodisíaco.

Aquel viejo sonríe con perversión y rasga parte del vestido de Shera dejando sus muslos expuestos, el hombre toca desde sus tobillos ascendiendo hasta sus muslos, pero antes de que logre ir más allá, su mano es cortada, la sangre mancha el cuerpo de Shera y el hombre cae hacia atrás gritando.

– Te dije que te cortaría las manos esta vez – jadea poniéndose de pie con una daga en su mano – pero pensándolo mejor es preferible castrarte, así dejas de hacer daño a las personas indefensas

– No p... por fa..vor – tiembla mientras intenta huir, pero una daga se clava en su pierna derecha – Po..por...fav

No termina de hablar, ya que su cabeza sale desprendida de su cuerpo, la castaña jadea en sorpresa al observar como un par de ojos azules la observaban con fijeza. Shera camina hasta él y lo apunta con una daga a su cuello, Ethan la sigue observando sin despegar su mirada, toma entre sus manos las de Shera y retira la daga de su cuello, mira como la ropa de la castaña está desgarrada y su cuerpo se tensa, retrocede unos pasos y se quita la chaqueta de su traje y la coloca sobre sus hombros.

– Vamos tenemos que sacarte de aquí – intenta tocarla y ella retrocede – no te haré daño Shera

Shera casi cae al suelo debido a que estaba mareada por los efectos del afrodisíaco, Ethan la atrapa a tiempo y la carga entre sus brazos sintiendo lo caliente que está su cuerpo. Ambos salen de aquella habitación y Ethan lleva a Shera a la suya propia porque estaba más cerca, la deposita en la cama y observa como la castaña suelta debes en cuando pequeños jadeos y sus mejillas están sonrojadas.

– Debo darte el antídoto o te pondrás peor

El rubio intenta alejarse de la cama, pero Shera lo agarra de la camisa y lo acerca a ella lo suficiente para darle un apasionado beso, lo necesitaba para calmar los deseos de su cuerpo. Ethan aún estaba sorprendido por el beso y antes de que la castaña lo profundice se separa de ella, quien solo mantiene sus ojos cerrados y aún jadea, esa imagen de ella solo afecta aún más al rubio, así que antes de que cometa una locura lleva sus manos a la frente de Shera y utiliza su poder de hielo para bajar la temperatura de su cuero, aliviando un poco el dolor de Shera.

En el jardín del palacio Aysha se encontraba caminando al lado de Nael quien ahora está serio mientras escucha a la emperatriz.

– Sé lo que deseas Nael y yo te lo puedo ofrecer – se detiene y lo observa – tú escoges a quien seguir

– Me pides que traicione a mi padre y a mi reino – pregunta confundido

– No, te pido que pares a un emperador avaricioso que solo desea la guerra, que solo traerá más desgracia a su gente — se mantiene seria mientras le ofrece su mano – te estoy pidiendo que pares a un tirano que solo hace sufrir a su pueblo, que no respeta a su esposa, se que no compartes los mismos ideales de tu padre, así que escoge, una guerra que solo causará que me quede con tu imperio o – sonríe de lado – te ayudo a obtener el trono y así evitas el sufrimiento de tu gente

– Sabes negociar emperatriz – niega con la cabeza – sin duda los rumores de tu malicia e inteligencia no te hacen honor, eres mucho peor, vas un paso por delante – toma la mano de Aysha y se inclina ante ella quedando de rodillas – te juro lealtad mi emperatriz, tomaré el trono y evitaré una guerra – levanta la mirada y la observa – larga vida a la emperatriz Aysha