Secreto

Alma y Rodrigo se ven hoy en la tarde.

- Rodrigo, como vez. Está noche viajo a Sudamérica por trabajo, mi tío no está en condiciones para hacer un viaje tan largo y hacer la supervisión de las oficinas por allí.

- Lo entiendo, no te preocupes, trabajo es trabajo. A veces tenemos que hacer cosas que no nos gustan.

- No sé por cuánto tiempo, pero tú, amor mío, espérame. No busques otros brazos, por favor.

- Alma, te recuerdo que tú me sedujiste y todo se volvió costumbre. Lo más probable es que con el pasar de las semanas nos olvidemos del uno a otro

- ¡Rodrigo! – está sorprendida con la respuesta.

- Alma, que este viaje diga si lo nuestro sólo fue un juego de fiebres o si de verdad hay algo para el futuro. Que todo sea demostrado en tu regreso.

- Sí que lo hay, ya lo verás.

- Una nunca sabe de los cambios que pueden ocurrir en la vida, de repente yo me muero en un accidente…

Rodrigo no pudo terminar su frase, Alma le dio una cachetada y se fue muy dolida. Esa misma tarde y como todas las tardes la señora Ana le lleva comida a Rodrigo y nota la huella sobre su mejilla.

- Veo que Alma te acaricia muy fuerte.

- Tiene que viajar por trabajo a Sudamérica. – está desganado.

- ¿Qué sientes por ella?

- No sé, a veces pienso que estoy confundiendo las cosas. Cuando intimamos siento que soy feliz, y después de intimar todo se acaba. Me siento cansado y nada más.

- Entonces no eres feliz. Rodrigo se tú mismo, se feliz tú y no esperes nada de nadie para ser decepcionado. Recuerda que la felicidad debe estar atada a la meta y como adorno sobre alguien.

- Entendido. No debo depender de ella para ser feliz, sino que todo depende de mí.

- Así es. Se feliz por qué tienes vida y da gracias al Creador por ello, estás con el cuerpo entero, puedes hacer todo. Valorar cada detalle de la vida es lo que hace feliz a uno, no es el sexo, no es el dinero, sino el valor que les das a las cosas que tienes.

- Creo que ahora me quedó claro como ser feliz. Eso no lo entendía bien.

- Come tu comida antes de que se enfríe.

- Gracias, tía.

- Come, hijo. Necesitas fuerza para terminar con todo este trabajo.

- Desde que el señor Casas recibió sus sillones Luis XV, me ha recomendado a todos sus amigos y clientes, todos son ricos y lo mejor de todo es que por lo menos valoran mi trabajo.

Rodrigo tiene muchas recomendaciones y todos los clientes hablan del presidente Casas de manera directa o comentarios.

Ahora veamos cómo le va a Sara. El día de hoy ella está siendo llevada al ginecólogo, Enrique le dijo que se haga chequeo porque quiere otro hijo. El primogénito ya tiene un mes.

- Amor, a cabo de parir y ya quieres otro, por qué no esperamos un poco. Andrés todavía debe ser amamantado por cinco meses más.

- Quiero otro hijo y no me cuestiones. – el trato es frío – Es por eso que te traigo aquí.

Sara se quedó callada, pero le aterra la idea de tener que quedar embarazada siendo recién parida. Algo no está bien, esto es extraño, según Sara, que Enrique sea tan exigente con el plan de aumentar significativamente la familia y con un parto tras otro. Empieza a lamentar.

El ginecólogo revisa a Sara y le recomienda reposar un poco antes de quedar embarazada de nuevo. Enrique debe esperar como mínimo dos meses más para que el cuerpo de Sara pueda estar listo para un nuevo embarazo.

Enrique no tiene paciencia, a los dos meses cumplidos le dice a Gustavo que ya puede recoger definitivamente a su hijo. Lo citó con Elmer para la entrega del bebé, mientras que en un centro de planificación familiar Sara es sometida a la inseminación artificial.

- Doctor, buenos días.

- Señor De Aragón ¡Que gusto verlo!

- Gracias – le guiña el ojo – vine para que la revise, usted sabe que yo no me conformo con una sola opinión.

Enrique y el doctor ya tenían todo listo para la cita de hoy.

- La señora puede ir con la enfermera, quién la va a ayudar.

Sara y la enfermera abandonan la sala y los dos hombres coordinan los últimos detalles.

- Ella no es Laura.

- La mujer que traje ha destruido mi hogar, Laura está lejos y no puedo hacer nada por ella, la policía me sigue los talones.

- Entiendo.

- ¿Ya está listo el óvulo de mi esposa Laura?

- Por supuesto, que está listo.

- Quiero dar semen fresco.

- Perfecto. Tome este frasco, el baño está aquí, tan pronto ocurra la eyaculación, me entrega el frasco para fecundar el ovulo.

- Gracias.

- ¿Arreglamos el sexo del bebé? ¿Algún rasgo que quiera en su bebé?

- Sólo fecúndelo y lo que Dios manda.

- Manos a la obra.

Enrique está nervioso, espera que esta inseminación funcione y así tener un hijo con su querida Laura, un recuerdo vivo del amor de su vida. Una vez que el doctor terminó su labor, le dijo que todo fue un éxito.

Lo único que le queda es soportar un poco a Sara por nueve meses y finalmente tener a su bebé. Enrique lleva a Sara a casa y se despide con la excusa del trabajo ¿A dónde se fue Enrique?

Enrique fue a casa de sus padres con una botella de vino y comida de restaurante.

- ¿A qué se debe tanta felicidad? - Julieta es quien recibe a su hijo.

- Mamá, la inseminación fue un éxito, serás abuela en nueve meses.

- ¡Voy a ser abuela!

- ¿Qué son esos gritos, mujer? Espantas.

- Seremos abuelos. – está llena de emoción.

- ¿Qué has hecho Enrique? ¿Te metiste con la perra?

- Fue por inseminación ¿Te olvidaste de que Laura congeló óvulos?

- ¿Es con Laura y no con Sara?

- Sara es simplemente un servicio de incubadora.

- Ya me ibas a matar del susto mocoso.

-Traje vino y comida para celebrar. Un niño viene pronto.

De inmediato, Enrique se paraliza y recuerda el anuncio de su esposa.

- ¿Pasa algo hijo? – papá está preocupado, ver la cara triste de su hijo le oprime el corazón.

- Mi esposa dijo que seríamos padres en poco tiempo. Eso quiere decir que mi primer hijo o hija ya nació y no tengo como obtener noticias de ellos – le saltan unas lágrimas – este hijo que viene es el segundo.

- Hijo, por más que hemos intentado escribir, llamar y viajar todo fue en vano.

- Perdí a mi familia.

- No hay nada que podamos hacer. – Julieta extraña a su nuera y a su nieto o nieta, no lo saben.

- Lo bueno es que Laura y yo hemos hecho un proyecto del cual no me arrepiento, tendré a mis hijos con Laura, pero usando a Sara como incubadora. No será igual, pero por lo menos será de los dos.

A Enrique todavía le duele haber perdido a su familia, los Olguín están solos en su vejez y de vez en cuando reciben la visita de Rodrigo.