Son tantas las lágrimas que he derramado en mi vida, que mi corazón se volvió de piedra. No me juzguen, soy Marina y ésta es mi historia.
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La Desilusión
Reflexionaba cada palabra que me iba contando José.
Lo que la ceguera puede hacer en una persona que lo tiene todo.
Pero lo más importante el cariño de una familia y el amor incondicional de una buena mujer, pobrecita de Daniela, me la imagino partiendo con su corazón roto, alejándose de él con las lágrimas empapando su rostro.
La vida era injusta y lo fue para ella. Le costaría mucho olvidarlo? Encontraría otro amor?
Con razón mi papá decía que tenía mucho que pagar. Con los años recordaría a su primera novia.
Cómo se sentirían Thomas y Catalina? aceptarían a la nueva mujer.?
-- ...Marina,...me estás escuchando...?
--Si José, estoy pensando en todo lo que me has contado y es muy triste. Con razón la tristeza de papá cuando lo conocí.
--Esos no es nada, lo que continúa
--Sigue por favor José.
El pobre don Raymundo, creía que su futuro era prometedor, pero no sabía lo que le esperaba
Cuando fue a hablar con sus padres al otro día, creía que Daniela había hablado con ellos, pero no fue así.
Ella prefirió callar, no quiso en la noche contarles, era la decisión de Raymundo haber terminado con ella. No sería capaz de ver la desilusión en los ojos de sus tíos.
Cuando entró, evito mirar a Inés, no quería ver su mirada de dolor y desapruebo.
Pero Inés lo saludo contenta, como siempre. Ahí recién comprendió que Daniela no había hablado nada del rompimiento del matrimonio con la familia.
Sus principios de caballero, lo hicieron tomar la decisión de conversar y explicar inmediatamente la situación a Inés, ella era la madre, era la persona de confianza de sus padres y además él la estimaba y respetaba.
Con sólo mirarme comprendió Inés de lo que quería hablar.
--Ayyy nooo. Yo le dije Raymundo que no le propusiera nada hasta que usted estuviera seguro.
Que hago mi Dios con mi hija destruida.
--Con razón no bajó a desayunar.
Me dejó hablando solo, no permitió que le dijera nada más fue corriendo escaleras arriba a verla. Casi choca con mi mamá, quien contenta le dijo.
--Ines es tú hija la que se casa, no tú mujer.
Pero cuando le vio la cara a ella , comprendió de inmediato la situación.
Me miró y vino de inmediato hacia mí...
--Que le hiciste?
Su cicatriz se colocó roja de los nervios.
--Mama, ya no me casaré con Daniela, anoche conversé con ella y le expliqué que conocí a otra persona y es a ella a quien amo.
--Ines, no quiso seguir escuchando mis explicaciones.
--Pero tú eres mi madre y debes comprender que aquí no mandan los compromisos sino el corazón.
No pude seguir hablando, porqué ella hizo algo que nunca había hecho. Me dió una cachetada que me remecio con su fuerza.
--Ojalá que recapacitaras con este golpe, pero hace tiempo dejé de creer en los milagros.
--Quien es? tu sabes que nunca me importaron las clases sociales.
--La conocemos? es de por aquí o es de otra ciudad?
--Ella llegó al pueblo a trabajar, llegó enferma al hospital y ahí la conocí.
--Mamá fue amor a primera vista. Es hermosa, te encantará, cuando la conozcas te gustará, es muy simpática y alegre.
-- En que trabaja?
--Es artista....
--Artista? canta, baila o se saca la ropa bailando?
--Raymundo, me quieres decir que dejaste a Daniela por una artista?
--Es en serio o es una broma?
-- Mamá no te cierres a escucharme, yo la amo y se supone que si tú me amas debes respetar mis sentimientos.
--Sentimientos? De verdad la quieres o es sólo sexo?
--Mama no hables así. Suena vulgar en tu boca.
--Solo te diré unas palabras hijo...
--Soy la principal culpable. Por mimarte como un principe, te crié con valores y principios y pensé que no me había equivocado.
--Eres un hombre, con defectos pero nunca pensé.
--Que eras un cobarde, nunca!!!
--Cómo me puedes decir, así de fácil, dejo a Daniela, que ha sido una hija para mí y tu papá y ahora te presento a una artista y conste que no quiero prejuzgar.
--Pero soy tu madre y veo esa mirada de locura.
--Cuando los hombres enloquecen por sexo por una mujer.
--No me mires con esa cara. Soy tu madre no una monja.
--Yo fui muchos años ayudante de tu abuelo.
--Vi hombres que se suicidaban cuando las mujeres los usaban, cuando ya no tenían que sacarles, los dejaban por otro con más dinero.
--Vi hombres que solo venían a morir y con tratamiento algunos mejoraron y otros se los llevaba la depresión.
--Tú tienes esa mirada hijo.
--No puedo apoyarte ésta vez, cuando vas directo a un abismo
--Lo lamento, yo por mi parte no quiero verte aquí con ella.
--Mama me estás corriendo de mi casa?
--Dejó de ser tu casa el día que incumpliste tu palabra.
-- No sé que dirá tu padre, pero si él acepta verte con esa mujer, será en la tuya, no en la mía .Soy la dueña de casa y éste es mi hogar y aquí ella no entrará.
-- Pero yo no voy a influir en su resolución.
Mi corazón se partió en dos, mi madre, la que me acariciaba a cada rato.
Mis recuerdos con ella, son solo eran de amor, sus pañuelos bordados, sus cariñosas palabras, sus besos.
Me puse a llorar, un hombre de treinta y tres años llorando como un niño. En esos momentos no podía entender la sabiduría de una madre. Solo veía que mi felicidad se estaba empañando.
Se escuchó un intercambio de palabras adentro. Era la voz de mi papá.
Mamá corrió adentro a ver qué pasaba
Era Inés con Daniela que venían bajando las escaleras con sus maletas. Papá estaba al pie de la escalera, Inés lloraba, pero Daniela se veía tranquila, y trataba de consolar a su mamá.
Mi padre no entendía nada.
--Que pasa aquí? Inés, porqué lloras?, Daniela explícame por favor.
--Tio, ya no habrá boda. Cambiamos de decisión con Raymundo. El matrimonio se suspendió.
--Creemos, que lo correcto es que nosotras abandonemos la casa, no es justo para ustedes ni para nosotras, Por favor acepten nuestra voluntad, es lo mejor.
--Que me estás diciendo hija.... porqué? no entiendo....fue tu decisión o de mi hijo?
--De ambos, tío.
--No mientas hija dile la verdad a Thomas.
--No lo sigas defendiendo.
--El debe asumir sus decisiones
--Raymundo que sucede porque suspendiste el matrimonio?
--Yo......
Estaba avergonzado, no quería mirarlo a la cara, no quería ver esa mirada tan limpia desilusionada de mi. De mis actos.
Me dí valor y le traté de explicar.
--Papá, yo sé que ustedes querían que yo formalizara mi relación con Daniela, pero conocí a otra persona.
--Daniela, entendió y aceptó mi determinación. --Pero Inés, no me dejó explicarle.
--Inés por favor perdóname, tu sabes que yo quiero a tú hija, pero no es amor....son muchos sentimientos los que ella me inspira, respeto, valoración, admiración...
Ella bajó su cabeza y evitó mirarme.
Papá me tomó del brazo y me remecio
--Pero has perdido tu cabeza por Dios?
--Reniegas de la palabra empeñada.
--Es cierto, yo insistí en que eligieras a Daniela, pero nadie te obligó, te pregunté no una sino varias veces y me insististe que estabas seguro....y ahora me sales con ésta barbaridad!!!
--Recapacita hombre.
--Despues de ésto no hay vuelta atrás.
--Lo sé papá y estoy seguro que ella es la mujer que amo
Daniela siguió bajando con sus bolsos y maletas.
Cuando estuvieron abajo, Catalina se puso frente a ambas.
-- Inés, Daniela hija, ustedes no se mueven de ésta casa. El que se va es Raymundo. Él tiene su casa.
--Lo lamento, pero se que hago lo correcto.
--Se por tu mirada, que no entiendes, en unos años más, te preguntarás por qué no le hice caso a mi Madre.
--No te olvides nunca que te amo más que a mi vida.
Se dió la vuelta y no me miró más.
Papá fue hacia la puerta y la abrió, me dijo
--Vuelve aquí cuando entres razón.
--Nunca lo hice...
Cuando salía, mamá me dijo :Las puerta de ésta casa están abiertas para ti por siempre.
Solo los volví a ver a ambos en uno de los días más tristes de mi vida, la partida de mi Padre.
Don Raymundo lloraba, cuando me narraba ésta parte de su vida.
--Cambié lo mejor de la vida por una puta sin corazón ni alma
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