«Cuarta saga de Yo soy del CEO»
"Volveré por lo que es mío y esta vez no habrá poder humano que me la arrebate"
Después que la familia Petrovich y la familia Athonyson pasaran por una gran dificultad, ellos retoman sus vidas de nuevo. Una serie de sucesos será la prueba para cada una de las parejas que lograron mantenerse en la adversidad.
Un regreso, un encuentro y el desenlace de lo que será una historia de amor más profunda que la primera en cual no lograron mantenerse.
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Una compañera de clase
Después de que Emily me dejara tirada para irse con ese chico, me dirigí a la cafetería donde estaba Helen, Joseph, Maicol y ahora Samuel que me siguió aún muy disgustado.
—¿Por qué esa cara? —le pregunta Joseph a Samuel, que tiene ganas de matar a alguien.
—No te incumbe —responde Samuel irritado.
—Lo dejaron tirado por otro —hablo yo, y Samuel me mira como si fuera la causa de todos sus problemas.
—Ah, de eso se trata —rió Joseph —no siempre tienes a la que quieres.
—Es Emily —añado yo, y otra vez Samuel me atraviesa con la mirada.
—No podrás tenerla fácilmente —habla Helen, que está sentada en el regazo de Joseph.
—Cierren la boca —gruñe Samuel frunciendo el ceño severamente.
—Oh, vamos, algo debiste hacer —insiste Joseph burlón.
—Veo que amas muy poco tu patética vida, hermano —espeta Samuel, tensando su mandíbula.
Ellos seguían hablando de lo mismo, Joseph no dejaba de molestarlo, y Helen de apoyar a su novio. Mientras tanto, Maicol estaba en silencio, sé que es muy callado, pero esta vez no dijo una sola vocal. Es muy extraño. Además, es muy raro no verlo con Lauren, siempre están juntos.
—Joseph —se escucha una voz chillona femenina llamando a Joseph, interrumpiendo nuestro momento de diversión con Samuel.
—¿Y esa quién es? —pregunta Samuel mirando a la chica de pies a cabeza. Todos volteamos a mirarla, y ella esbozaba una sonrisa dulce.
—Oh, eres tú —habla Joseph, sin darle importancia.
—¿Cuando empezamos con el trabajo? —pregunta la chica castaña, sin dejar de mirarlo habiendo más personas a su alrededor.
—Desde mañana —responde Joseph secamente.
—¿Que trabajo? —inquiere Helen, mirando a Joseph.
—Es sobre los proyectos, me toca con ella —respondió Joseph, colocando un mechón de cabello detrás de la oreja de Helen, la cual sigue en su regazo.
—¿Y no la vas a presentar? —pregunto yo.
—¿Como era tu nombre? —indaga Josep a la chica.
—¿Son compañeros de clase y no sabes su nombre? —se burla Samuel. Maicol también esboza una sonrisa divertida después de estar todo el tiempo como un muerto.
—Me llamo Raquel, y soy la compañera de Joseph —se presenta la castaña, tomando asiento en nuestra mesa.
—Yo soy Samuel, hermano de Joseph —habla el pica flor, pero no lo veo mucho interés en ella. Parece fastidiado.
—Soy Madison, amiga de Joseph y prima de su novia —sigo yo, y ella me sonríe.
—Ese de ahí es Maicol, mi primo —señala Joseph, y Maicol solo la saluda con un cabeceo —y esta de aquí, es mi novia Helen —dice por último, marcando territorio.
—Un gusto —habla Helen a Raquel, la cual le sonríe prácticamente forzada.
—¿Y yo qué? —se une otra persona a nosotros —yo soy Emily, ¿Y tú? —pregunta ella al llegar escaneando a Raquel de pies a cabeza.
—Soy Raquel, compañ...
—Si si, compañera de Joseph —le corta Emily restándole importancia —espero y seas solo "compañera".
—No seas dura —añado yo.
—¿Ya terminaste con ese tipo? —le pregunta Samuel a Emily con ganas de arrancarle cabeza.
—Si, ¿Quieres detalles? —reta Emily.
—Eres un diablo —gruñe él cruzado de brazos.
—¿Mañana vienes a mi casa, Joseph? —pregunta Raquel, y todos nos quedamos en silencio mirándola.
—No —responde él tajante —lo haremos en la biblioteca, si te sirve tómalo, sinó déjalo.
—Pero, tendremos poco tiempo ahí —insiste la castaña.
—Oye —interviene Emily —por si no lo sabes, o no has querido ver porque no sé de qué tienes los ojos tapados, Joseph tiene novia, no seas arrastrada. Se vería mal si él va a tu casa y se quedan a solas.
—Emily —la reprendo yo.
—¿Que? —me mira con cara de inocencia —yo solo daba mi humilde opinión.
—Que tóxica eres, abejita —manifiesta Samuel mirándola pícaramente —¿Puedes dominarme así? Yo también quiero.
—Vete al demonio —le responde ella rodando los ojos.
Helen estaba en silencio mirando a un punto no especifico mientras los otros hablan, la chica Raquel estaba incómoda, y Emily la sigue escaneado con su detector de arrastradas como dice ella.
—Entonces...—trató de hablar la chica.
—En la biblioteca —repite Joseph fríamente.
—Joseph —por fin habló Helen —no debes...
—En la biblioteca —le interrumpe Joseph —después no tendré tiempo para verte.
—Pero si vive contigo ahora, que exagerado —habla Samuel poniendo los ojos en blanco.
Cierto, Helen habló con sus padres y pasó sus pertenencias al apartamento con Joseph y ahora viven juntos.
—Cuando quiera tu opinión, te pregunto —señala Joseph mirando a Samuel con una ceja enarcada.
—Yo también tengo que hacer un proyecto —confiesa Helen, y Joseph la mira con el ceño fruncido esperando que le diga con quién.
—Aquí vamos de nuevo —comenta Samuel.
—¿Con quién? —interroga Joseph, todos hablamos como si Raquel no estuviera presente escuchando.
—Pues...con dos compañeros de mi clase —responde ella dudosa.
Ella asiste a clases diferentes de Emily y yo porque va un pie más adelante que nosotras y además, es su último año, aunque aveces las clases se unen. Pero la de proyectos son entre una misma área.
—¿Con dos compañeros? —repite Joseph —¿Dónde piensas hacerlo?.
—Aún no lo hemos discutido —señala ella, desviando la mirada.
—Creo que también debería ser en la biblioteca —sugiero yo.
—Opino lo mismo —me apoya Emily.
—Si eso te parece, lo haré en la biblioteca —le dice Helen a Joseph.
—Si, ena biblioteca—accede él, terminando de envolver sus brazos alrededor de la cintura de ella.
—Que novedad—comenta Samuel con cara de asco.
—Oye Maicol, ¿Con quién te ha tocado? —le pregunto yo porque aún sigue en silencio.
—Con unos amigos —dice él secamente.
—¿Y tú Samuel? —me dirijo a él.
—Con unos parásitos—responde él, fastidiado.
—Vaya, por fin coincides en algo—se burla Emily, y este la fulmina con la mirada.
—¿Y ustedes dos? —nos señala Helen.
—Ah, nosotras dos y un chico guapo —responde Emily. Le dice guapo al chico al que casi le arranca el cuero cabelludo por acercarse a mí. Obviamente es para irritar a Samuel, el cual no deja de mirarla con el ceño fruncido.
—Ya veo que te fijas mucho en los chicos de esta universidad —comenta Samuel, sin poder disimular su molestia.
—Pues que te digo Sami, todos tiene lo suyo, cada uno tiene un atractivo seductor —lo irrita ella sin dejar esa sonrisa malévola.
—Pequeño demonio —murmura Samuel desviando su mirada con molestia.
—Bien, entonces nosotros nos vamos —avisa Joseph levantando a Helen de su regazo, y luego la toma de la mano.
—¿Adonde van? ¿A su nido de amor? —pregunta Samuel alzando una ceja.
—A darle a mi novia lo que tu le repartes a todas —espeta Joseph sin darse cuenta de la existencia de Raquel que está sentada a su lado.
—El que prueba de todo nunca se muere de hambre —le resta importancia Samuel.
—Puedes morir de digestión —lo irrita Emily de nuevo.
—Puedes darme el medicamento para mí recuperación —le dice Samuel, y ella le saca el dedo.
—Joseph —interviene la que pensábamos invisible —podemos hablar del proyecto después de clases.
—Estoy con mi novia después de clases —excusa él.
—Joseph, no descuides tus estudios —le dice Helen.
—Bien, como sea —se encoge de hombros Joseph —pero dije que empezamos mañana.
—Cierto —añade Emily mirando a Raquel con los brazos cruzados sobre su pecho —Joseph ha dicho mañana, Raquel.
Raquel dejó de insistir y vió a Joseph marcharse con Helen, Emily no dejaba de escanearla, y Samuel de acosar a Emily con la mirada. Maicol en silencio mirando su teléfono, y yo sin nada que hacer. Solo volver a la tormentosa clase de cálculo.