Nada raro, renací en la novela que escribí cuando tenia 9 años, el problema es que soy la extra que nunca apareció, ¿Por qué? por que ella murió antes que siquiera iniciara la historia.
- ¿Y ahora cómo le haré para vivir?
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Un trato
Después de la audiencia y de que Augusto se calmara, este llamó al primer ministro, al ministro del tesoro, comercio y al embajador del Sur, también pidió que Eleonor estuviera presente, ya cuando todos estaban reunidos en el despacho del emperador, Augusto planteo la idea de Eleonor para la ruta de comercio.
- ¡vaya!, su majestad, es usted un genio, la idea es muy buena _ el primer ministro estaba en su modo halagador _ Sin embargo, que tiene que ver la princesa en esto, majestad ella no debería estar presente en estos asuntos _ dijo en un tono de desapruebo, siendo seguido por todos los demás.
- el primer ministro tiene razón, los negocios no son para las mujeres, majestad _ dijo el ministro del tesoro.
- concuerdo con ellos, es un insulto para mí, que esta mujer se encuentre en la misma habitación que yo, no tengo nada contra ella, pero debe saber que si una mujer está presente los negocios tendrán mala suerte _ los siguió el embajador.
Eleonor les dirigió una "amable" mirada haciendo que todos guarden silencio, Augusto quien ya estaba molesto hablo en un tono alto _ la princesa está aquí porque esta es su idea _ los mira a todos de manera severa, para que no sigan con sus reclamos machistas.
- majestad sin duda alguna la idea es bastante buena, pero si la presentara el esposo de la princesa sería mejor, ella es una mujer, no puede estar ante hombres. _ dijo el embajador.
- no cree que es muy humillante para un hombre tomar créditos por las ideas de una mujer _ Eleonor le dedica una mirada siniestra, y el hombre comienza a temblar inconscientemente.
- pues yo considero que mi hermana tiene bastante inteligencia, y presencia para llevar a cabo una negociación o conferencia por si sola. _ habla orgulloso Augusto.
- no dudo en la capacidad de la princesa, lo que trato de decir es que esa no es la norma _ replica el embajador.
- pues eso puede cambiar _ Eleonor ya se estaba colmando con los despotriques de esos viejos machistas _ que le parece un trato _ sonríe _ viajaré al sur como embajadora de Smarald, si logro sellar un trato con su majestad Leonid, ustedes tendrán que pedirme perdón de rodillas _ los mira amenazante.
El embajador estaba por soltar una carcajada, no podía creer que existiera una mujer tan insolente _ ja, no si logras hacer un trato con su majestad Leonid yo Paolo Dashkova, no solo me arrodillaré ante usted, sino que también renunciaré a mi puesto de primer ministro del reino Obsidian _ sonríe confiado.
- entonces vaya empacando en una semana partiré al Sur con dirección a Obsidian para hablar con su majestad Leonid _ se da la vuelta para irse de la sala, estaba tan molesta que no sabía ni lo que había dicho, al salir del lugar pudo escuchar la risa de algunos funcionarios, en ese momento recordó quien era Leonid, él es un rey sin piedad, odia a las personas, pues le habían causado mucho daño de niño, por ello odia que se le acerquen con falsas sonrisas solo para obtener algo a cambio, además que es alguien muy reservado en cuanto a mujeres, se dice que asta las odia.
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Eleonor estaba en el jardín pensando en un plan para hablar con el Rey Leonid < veamos el rey seria uno de los principales beneficiarios del comercio entre el Sur y Smarald, tal vez le moleste la parte del impuesto por la seguridad de la mercancía, sin embargo, él tendría que hacer lo mismo con los mercaderes, sería beneficio propio, el uso de barcos también requerirá cierta cuota, todo está perfectamente planeado lo único es presentarme ante él y listo, lo fácil, el problema es que, quedrán que le presente otro negocio aparte de la ruta de comercio, para hacer valida la apuesta > Eleonor caminaba en círculos mientras se mordía la uña de su pulgar derecho, ante la mirada de los sirvientes, quienes pensaban, había enloquecido.
- ¡ELEONOR! _ Grita Cuco a las espaldas de la chica.
- AH, ¡Cuco! _ se sobresalta _ ¿cuándo llegaste?
- hace un rato, te he hablado varias veces y no me escuchas _ molesto.
- lo siento, es que tenía mucho en que pensar _ abrumada.
- no importa, dime ¿qué harás con el resto de concubinas? _ le extiende unos documentos.
Eleonor toma los documentos y empieza a leer _ nada por ahora, si siguen sin salir de sus aposentos podrán sobrevivir ante mí... ¿Dónde encontraste esto? _ voltea la hoja.
- por ahí, mientras tú peleas con viejos irracionales, yo hago uso de mi gran belleza _ se toma las mejillas mientras sonríe tiernamente _ no hay nadie que se resista a responderme una pregunta.
- ah, entonces has estado saliendo del palacio para chismear _ vuelve a la lectura.
- no valoras mi esfuerzo _ se toca el pecho poniendo una expresión triste.
- claro que sí, solo que te fuiste sin mi _ expresión triste _ creo que con esto tendremos al primer ministro, y al ministro del tesoro de nuestro lado.
- no sería mejor destruirlos eso destronaría a la emperatriz ¿no? _ la mira fijamente.
- no, el que su tío sea un mal ministro a ella no la afecta si ella es una buena emperatriz, y por lo que he escuchado ella es perfecta, su único defecto es su amor por los vestidos caros. _ sigue leyendo.
- entonces la seguiré investigando, solo que tiene muy buenos sirvientes, son tan leales que se me dificulta acercarme a ellos. _ suspira recordando las veces que los sirvientes de Evelyn le han dicho chismoso, sin contarle nada.
- no te preocupes tengo un mejor espía para ella _ dice Eleonor haciendo brillar su mano.
- no es peligroso, podrían verte, sabes que ese tipo de magia es considerada negra _ preocupado.
- no obligaré a nadie, solo pediré un favor, ayúdame a entrar al palacio de Evelyn y yo me encargo del resto _ sonríe confiada.
- esto me da un mal presentimiento _ se soba las sienes.
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por otro lado, en el palacio de Evelyn, ella se encontraba en una reunión con las concubinas.
- ¿Cómo es que la princesa tiene tanta suerte?, ¿cómo es que salió con vida? _ dijo una de las concubinas.
- esa no es suerte, a Farah se le olvidó por qué fue expulsada la princesa Eleonor. _ respondió Evelyn en un tono sereno.
- es verdad la princesa Eleonor es una maga de la oscuridad, era obvio que no podrían con ella unos simples ladrones de pacotilla. _ dijo la más joven de ellas con una sonrisa casi de orgullo, por lo cual todas la miraron mal.
- me pregunto si el resultado hubiese sido igual con magos _ sonríe maliciosamente una de ellas.
- concubina Mei Ling, que cosas dice _ le sonríe Evelyn.
- no me malinterprete emperatriz, solo recuerdo que la princesa no controla su poder _ vuelve a sonreír.
- todas aquí odian a la princesa porque ella les conoce un secreto, por ello la prefieren muerta, ¿pero saben? Si ella muere alguien más tomará su lugar _ dijo la joven de antes, una chica de cabellos rosas y ojos miel.
- dígame concubina Amari ¿por qué defiende tanto a la primera princesa? Acaso es una de sus espías.
- concubina Mei Ling, yo no defiendo a nadie solo hablo con la verdad, nunca antes interactué con la princesa, pues me parecía alguien repugnante, sin embargo, desde que regresó ha tenido un gran cambio, me han dicho los sirvientes.
- Nada más que actuación de ella, finge no recordar nada para tenernos con la guardia baja, pero no soy tan tonta como para esperar a que decida actuar. _ dijo Evelyn _ le ganaré la partida antes de que ella me destruya. _ sus ojos se vuelven fríos y su mirada asesina.
Las concubinas le temian a Evelyn, pues está tenía un poder impresionante, además que Augusto hacía todo lo que ella le pidiera, por eso era mejor ser sus amigas que ser sus enemigas.