Cautiva Por Tu Deseo

RENZO

La noche cayó, la cena se estaba preparando (21:35pm). La familia de Melina vino con nosotros, ellas ayudan a Edna en la cocina mientras yo termino de decorar el árbol.

Voy a la cocina con las chicas pero me detengo al escuchar una conversación entre Melina y Kate.

–. Este collar es hermoso, amiga –le dice Kate–. Es todo un caballero el griego. ¿Eh?.

–. Si, lo es –le responde–. Pero no lo entiendo a veces... –suspira–. Me dio algo tan importante como el collar de su madre.

–. Pero. ¿Por qué quieres entenderlo? –le pregunta.

Ambas se quedan en silencio.

–. Te enamoraste de él –le dice Kate–. ¿No es así?.

–. Quise que no pasará, lo juro –Melina dice tristemente–. Pero no pude evitarlo, paso... Aunque él no sienta eso por mí.

–. ¿Cómo puedes estar segura de ello? –le pregunta–. Osea... Te dio el collar de su madre, a menos que no lo sea, es algo que demuestra que está locamente enamorado de ti.

Apoyo mí cabeza contra el marco de la puerta soltando un suspiro.

–. Escuchar conversaciones en secreto es mala educación –dice Florencia detrás mío.

Me sobresalto en mí lugar y luego me giro hacia Florencia y la madre ambas. Detrás mío aparecen Melina y Kate.

–. ¿Que pasa? –pregunta Kate.

–. El señor Leone estaba espiandolas –dice Flor–. Lo atrapamos.

Melina me mira asustada y Kate nos mira sin decir nada.

–. Flor, señor Brown. ¿Me ayudan en la cocina? –pregunta nerviosa.

Las tres desaparecen en la cocina. Estaba apunto de decir algo cuando la puerta se abrió.

Mitchel y Silas entraron en la mansión.

–. Renzo, buenas noches –dijo Silas–... A ambos.

–. Bue-buenas noches, chicos –Melina los saludo con nerviosismo.

–. ¿Hablamos, amigo? –pregunto Mitchel.

Conocía perfectamente esas caras de preocupación. Me aleje lentamente de ella y nos dirigimos a mí oficina.

–. Vamos a tener que arruinar tu noche buena, amigo –dice Silas.

–. ¿Que paso? –pregunto–. ¿Por qué esas caras?.

–. Mataron a uno de nuestros hombres –dijo Mitchel tristemente–. Lo encontraron muerto junto a su familia hace unas horas.

–. ¡MIERDA! –exclame–. ¿Habrá sido el maldito de mi padre? –dije con rabia.

–. Nos está dando una señal, Renzo –dijo Silas con seguridad–. Viene por nosotros. Por ti, quiere tu cabeza, amigo.

–. ¿Creen que no lo sé? –pregunto–. Está tratando desesperadamente volverme débil, matando a mí hermana y ahora a mis hombres...

–. Quizás siga Melina ahora –dice Mitchel–. ¿Que tal si ya sabe de ella?.

–. Le hará lo mismo que le hizo a mí hermana –digo con frustración.

–. A su familia, Renzo –dice Silas–. No puede seguir... Ustedes no pueden seguir..

Lo miro con asombro y molestia.

–. ¿Quien dijo eso? ¿Eh? –le pregunto–. Puedo protegerla.

–. ¡PARAKALO, RENZO! (¡POR FAVOR, RENZO!) –me dijo–. Recuerda a Florencia, estaba más protegida que un rey y aún así paso...

Mire a Mitchel, él siempre usaba su corazón al igual que su cabeza. Pero su mirada me dio a entender que estaba de su lado.

–. Tiene razón, hermano –dice apenado–. No niego de que me alegra verte feliz como con ella pero es por ella que tiene que alejarte... La lastimaran para lastimarte.

–. Quisiera decirles que se equivocan pero no puedo –niego con la cabeza–. Tienen razón, ambos. No puedo exponerla a semejante peligro por... Mí corazón.

Pase la noche en pésimo estado, fingir una sonrisa sabiendo que todo está mal fue horrible. Melina ni quería acercarse... Quizás piense que fue por lo que escuche.

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25 DE DICIEMBRE DE 2.022

• NAVIDAD •

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Al amanecer me despierto solo en la cama, recuerdo que me fui a acostar con Melina pero dormimos separados. Voy a la cocina y me encuentro con Silas y Mitchel hablando con ella.

Escucha mis pasos y se gira hacia mí, su mirada es triste y molesta.

–. ¿Es verdad lo que me dijeron? –pregunto–. ¿Te irás a Grecia se nuevo?.

Miro a los chicos quienes asienten, era hora.

–. Si, me voy de vuelta a Grecia –digo mirándola–. Lo siento.

–. ¿Ibas a hacerlo sin decir nada? –dice decepcionada–. ¿Así nada más?.

–. Okey... escucha, Melina –suspiro–. Nos divertimos. ¿No es así?. Jamás te prometí algo fuera de sexo.

–. ¿Solo fue "sexo" entonces? –suelta una carcajada–. No te creo. ¿Que hay de todo lo que me contaste?.

–. Por favor, Melina –le digo–. No es amor, yo no siento amor ni por ti ni por nadie. No eres una niña, ya madura. No juegues a los enamorados... Te ves patética

La bofetada no se hace esperar. Es tan fuerte que me hace doblar la cara a un lado.

–. Uuhh... –dice Mitchel–. Epanekkinithike to systima (Le reinicio el sistema).

Miro a Melina con sorpresa. En su mirada hay una gran decepción y tristeza.

–. Me arrepiento de haberte confiado cada centímetro de mí piel –dice–. Vete... Y hazme el favor de no volver.

Toma su bolso y se dirige hacia la puerta, pero se detiene.

–. Oh, espera –se da vuelta–. Olvidaba algo...

Se quita el collar con sumo cuidado, camina hacia mí con paso firme. Toma mí mano, haciendo que corra otra corriente eléctrica, deja el collar en la palma.

–. Ahora vete a donde sea a contarle este cuento... –me dice–. Hazla lucir patética.

Camina nuevamente hacia la puerta y sale sin mirar atrás. Yo me quedo con el collar en mí mano, mirándolo.

–. Hermano –Mitchel me llama–. Se que es...

–. Preparen todo para Grecia –les ordenó–. Nos vamos esta misma noche. Me encargare de todo desde allá

–. Renzo –Silas me llama.

–. ¡TORA! (¡AHORA!) –grito con fuerza.

Subo las escaleras listo para empacar todo. Veo la camisa que ella estaba usando, la tomo una huelo aún tiene su perfume. Lo siento Melina... Pero no puedo protegerte si estás cerca de mí.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Tomo sus cosas y regreso a Grecia esa misma noche, dejo todo en EE.UU. Ahora Melina solo tenía a una persona que la ciudara... Su padre.

Luego dos personas que la asechaban:

Aleskei Ivanov: Estaba tan obsesionado con ella que, tartadara lo que tardará, juraba que la tendría para ella.

Federico Leone: Ella era la única debilidad de su hijo, pero con Beliath cuidado su espalda y frente acercarse sin ser asesinado por él era imposible. Tenía que esperar.

Aunque algo había cambiado y ni Melina ni Renzo sabían que... en el vientre de Melina crecía el fruto del amor y la pasión que sentían por el otro. Ella se enteraría semanas después y meses más tarde daría a luz a una hermosa princesa de hermosos cabellos rubios como ella y a los seis meses de está hermosa bebé darse a conocer el hermoso azul tan claro como el agua de sus ojos, igual a los de su padre ya que Melina los tenía más oscuros.

Con miles de peligroso en el medio, sus caminos se volverían a cruzar.