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EL DRAGÓN OLVIDADO QUE VUELVE A NACER

EL DRAGÓN OLVIDADO QUE VUELVE A NACER

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Viaje En El Tiempo / ABO / Traiciones y engaños / Reencarnación / Fantasía LGBT
Popularitas:2.5k
Nilai: 5
nombre de autor: Gabitha

El fallecimiento de su padre desencadena que la verdad detrás de su rechazo salga a la luz y con el poder del dragón dentro de él termina con una era, pero siendo traicionado obtiene una nueva oportunidad.
— Los omegas no pueden entrar— dijo el guardia que custodia la puerta.
—No soy cualquier omega, mi nombre es Drayce Nytherion, príncipe de este reino— fueron esas últimas palabras cuando ellos se arrodillaron ante el.

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JOVEN ALFA

Los minutos comenzaron a avanzar, y con ellos, un nuevo día amanecía sobre el campamento. El sol, apenas asomándose entre la neblina, bañaba de un tono dorado las tiendas, mientras los soldados se movían entre bostezos y preparativos.

Román y los soldados que lo acompañaban habían llevado al joven encontrado en el acantilado, junto con el pequeño cachorro de pantera, a la tienda médica. El médico imperial los atendió con esmero, aunque no dejó pasar la oportunidad de insistir en revisar también al propio Drayce.

El joven príncipe, aún cubierto de ligeras marcas de la noche anterior, accedió más por evitar la preocupación de los demás que por verdadera necesidad. Los soldados lo observaban con respeto, aunque en sus ojos se notaba la mezcla de asombro y duda: sabían que su alteza poseía un poder que ni siquiera él comprendía del todo.

Una vez todos hubieron desayunado, Drayce se acercó al líder de los soldados omegas, un hombre de cabello castaño claro y mirada amable.

—Sé que en la guerra no podrían traer muchos objetos personales —dijo Drayce, mirando el horizonte con cierta nostalgia—. Pero tal vez haya una manera de que todos puedan comunicarse con sus familias. Quizá eso les dé fuerzas para continuar.

El omega líder sonrió y le hizo un gesto para seguirlo hasta su tienda. Allí, abrió un gran baúl cubierto con una tela de lino. Dentro, una docena de pequeños espejos resplandecían débilmente con un brillo mágico.

—No se preocupe, alteza. Su majestad, el emperador, nos permitió llevar estos objetos. —El soldado habló con orgullo—. En tiempos de guerra, los omegas hacemos trabajo de espionaje. Nos infiltramos en los reinos enemigos y usamos estos espejos para enviar mensajes. Si le sirven, puede tomarlos. Tengo uno de respaldo.

—Gracias —respondió Drayce con una sonrisa sincera—. ¿Podrías reunir a los soldados afuera?

El omega asintió y salió de la tienda. Drayce se quedó a solas con el baúl, observando los espejos. Las superficies parecían temblar suavemente, reflejando no su rostro, sino su magia.

—¿Estás seguro de lo que harás? —preguntó Vhagar desde su interior.

—Sí —dijo Drayce con determinación—. Ellos también necesitan un motivo para seguir adelante.

—Entonces escucha y repite. Este no será un simple encantamiento, sino un lazo que une corazones.

El aire dentro de la tienda se volvió denso, casi solemne. Drayce levantó una mano sobre los espejos y repitió con voz clara:

> “Luz que refleja y une, atraviesa distancia y tiempo,

espejos del alma, busquen el reflejo amado.

Que aquel que los tome vea el rostro de su hogar,

y en el brillo del cristal, encuentre consuelo y fuerza.”

Cuando terminó, un suave resplandor azul envolvió los espejos, y por un instante el silencio reinó. Luego, el omega líder volvió a entrar.

—Alteza, ya están reunidos.

Drayce salió de la tienda, y todos los soldados giraron hacia él. Su presencia irradiaba calma y autoridad.

—Sé que muchos extrañan a sus familias —comenzó con voz firme—. Por eso, con la ayuda de Vhagar, les ofrezco estos espejos. Cada uno se conectará con su hogar, sin importar la distancia.

Un murmullo recorrió a los soldados. Algunos dudaban, otros ya mostraban lágrimas contenidas. Poco a poco se acercaron, tomando los espejos con manos temblorosas. En cuestión de minutos, las risas y los suspiros llenaron el campamento. Voces de madres, hijos, hermanos… atravesaban el aire como una melodía cálida.

Drayce observó la escena con una sonrisa leve. Por un momento, la carga sobre sus hombros pareció más liviana.

—¡Soldados! —alzó la voz—. ¡Es hora de continuar con su entrenamiento!

—¡SÍ, ALTEZA! —gritaron todos al unísono, con un entusiasmo que no se veía desde hacía semanas.

Mientras el entrenamiento comenzaba, Drayce caminó hacia la tienda médica. En su interior, el olor a hierbas y a ungüentos lo envolvió. Apenas cruzó la entrada, un sonido agudo llamó su atención: un maullido pequeño, desafiante.

—¡Qué lindo! —sonrió Drayce, inclinándose para cargar al pequeño cachorro de pantera.

«¡No soy lindo! ¡Soy la monstruosa criatura que vengará a mi padre!» exclamó el animalito mentalmente, moviendo su cola con fiereza.

Drayce contuvo la risa.

«Yo que tú no lo intentaría», respondió mentalmente, sosteniéndolo con cuidado. «Lamento mucho lo de tu padre, no fue mi intención herirlo.»

El cachorro lo miró sorprendido.

«Nunca había escuchado a un humano disculparse con una bestia...»

«No soy un humano normal», respondió el joven, con un dejo de tristeza en su voz. Justo en ese instante, el pequeño estómago del cachorro gruñó.

—Mandaré a alguien a buscarte comida —dijo Drayce riendo suavemente.

Salió de la tienda y se encontró con Román.

—Busca algo de alimento para el cachorro y también para el muchacho. Estoy seguro de que ya despertó.

Apenas terminó de hablar, sintió una fría presión en su cuello. Una hoja de daga.

—¿Quién eres y cómo llegué aquí? —la voz era firme, grave, aunque temblaba de debilidad.

Drayce giró lentamente la cabeza, viendo al joven que había salvado. Su mirada era intensa, sus ojos de un azul metálico llenos de desconfianza.

—Primero baja el arma —dijo calmado—, si no quieres salir herido.

Pero antes de poder reaccionar, el alfa lo empujó al suelo. Los cuerpos de ambos chocaron, y por un instante, el mundo pareció detenerse. Se miraron, tan cerca que podían sentir el aliento del otro. El corazón de Drayce latía con fuerza. Algo, una chispa cálida, comenzó a arder en su pecho.

—Hice una pregunta, omega —dijo el joven, aunque su voz se suavizó al percibir el dulce aroma de Drayce.

—Estás en el campamento del emperador Vladimir Nytherion —respondió con calma, sin apartar la mirada—. Soy Drayce… y fui quien te sacó del acantilado.

Sus miradas se cruzaron de nuevo, y sin entender por qué, el alfa se inclinó y lo besó. Fue un beso breve, impulsivo, lleno de confusión y fuego. Ambos se separaron con el rostro encendido justo cuando Román entraba con una bandeja.

—Alteza, traje... —el omega se detuvo al ver la escena— los alimentos.

Drayce se levantó con rapidez, tosiendo para disimular su vergüenza.

—Gracias, Román. El joven aquí… se está acostumbrando a caminar nuevamente.

Román arqueó una ceja, pero asintió.

—¿Dijo “príncipe”? —preguntó el alfa, sorprendido—. ¿Eres Drayce Nytherion, la bendición del Imperio Zaryon?

—Así es —respondió el joven con serenidad.

—¿Y tú quién eres? —intervino Román con amabilidad.

El muchacho se enderezó, y con un gesto solemne se arrodilló ante Drayce.

—Mi nombre es Mikael Romanov, príncipe del reino de Aethoria. —Su voz se quebró al continuar—. Te ruego, príncipe Drayce… ayúdame a salvar mi tierra. Mis padres y hermanos fueron apresados. Intenté escapar para buscar ayuda, pero los nobles enviaron hombres para matarme. Algo oscuro ha invadido mi reino… por favor.

Drayce lo miró, el recuerdo del beso aún ardía en sus labios, y su corazón se encogió ante el ruego desesperado del joven. Por un instante creyó que se arrodillaba por otra razón, y su rostro se tiñó de un leve sonrojo.

—Primero come —dijo en voz baja—, y cuando termines, me contarás todo lo que ha sucedido en Aethoria.

Mikael asintió, aliviado.

—Gracias… y lamento mi comportamiento de hace un momento.

Drayce sonrió, mirándolo con una dulzura que no esperaba.

—No te preocupes, joven alfa de Aethoria.

Afuera, el viento sopló con fuerza, moviendo las telas de las tiendas. Algo nuevo se había desatado en ese campamento: una conexión misteriosa, una alianza que cambiaría el destino de ambos reinos.

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Priscy Agudelo
me encanta tu novela, cada capítulo me llena de intriga y no puedo parar de leer. 👏👏👏felicitaciones.
Gaby Rodriguez: Gracias por tus palabras y me alegra que te esté gustando 🤭☺️
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Limaesfra🍾🥂🌟
🐲🐉
Gaby Rodriguez: Me alegra que te esté gustando🥰
total 1 replies
Adeilis
Más capítulo por favor
Adeilis
La historia es muy interesante, me gusta mucho
Gaby Rodriguez: Me alegra que te guste y gracias por darle una oportunidad 🤗😘
total 1 replies
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