¿Morir así de miserable? Esta novela es una mierda. Todos son unos lunáticos.
‹El villano maldito›, era una popular novela histórica sangrienta y con un romance un poco torcido. Leí el libro hasta que mi cuerpo enfermizo no pudo ni siquiera sostener el libro, y quedé ciega. No debí tener siquiera una pizca de lástima por el final miserable de la protagonista de la historia, ¡Entonces no habría reencarnado en su cuerpo! La princesa heredera y, el personaje más lamentable del libro. Murió tratando de dar a luz al heredero del frío y despreciable príncipe maldito, a quien amó sinceramente. El feto ni siquiera esperó 9 meses, como un monstruo, desgarró el vientre de su madre. No sé que pensaba esa princesa, pero no tendré una muerte tan lamentable otra vez. “En primer lugar, debo cancelar ese maldito compromiso”—Pero, ese desgraciado príncipe me tomó de la mandíbula y frunció el ceño atractivamente —“¿No me amas?—¿Estás tratando de escapar de mí?”.
原创故事。
NovelToon tiene autorización de EmyBack para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 20 : Me enferma.
¿C-Cómo?
“Es-Estoy e-embarazada”.
...⚘...
La agarré por el pellejo del suelo; haciéndola sentarse de un quejido y, apoyé mi pierna en el asiento; presionando mi rodilla contra su vientre.
Hice un gesto austero.
—¿Qué tonterías estás diciendo?—chasqueé la lengua —¿Lo dices para volver a salvarte el pellejo?
Comenzó a sacudir el cuerpo y las manos desenfrenadamente; negando mi suposición y, antes de que volviera a apretarle el cuello.
—N-No estoy tratando de mentir, h-h-hija —se removió mientras temblaba; apretando su vientre —d-de verdad, e-en mi seno se gesta un niño.
¿Qué mierda?
Ah, que porquería.
La solté.
Sin embargo, la miré; incrédula.
Los hombres que contraté, estoy segura de que eran infértiles, ya que, a eso se dedican. No busqué a alguien fértil porque me deshacería de ella pronto y, no quería que me irritara con un embarazo.
¿Y ahora dice esta mierda? Já.
Hice una mueca burlesca.
—Madre —me le acerqué —¿acaso has cometido adulterio?
Enmudeció.
No me extraña.
Me acomodé la horquilla en el cabello; acto suficiente para hacerla temblar y retorcerse.
—¿A-Adulterio? e-esa es una injuria tan atroz—tartamudeó —esos hombres que contrataste, e-ellos no pueden embarazar, ¿n-no piensa que es obvio?
Me levanté; esbozando una sonrisa en los labios. La agarré de las mejillas; acariciándoselas con mis pulgares.
—Madre, no me hagas irritar, ¿si?—aproveché y le limpié las lágrimas que le cayeron de los ojos —irritarme hará que-
Comenzó a quitarse la túnica desesperadamente sin dejarme terminar; dejando su vientre levemente abultado desnudo.
Bajé la cabeza sin quitarle las manos de encima e hice una mueca de asco.
Las mujeres embarazadas, a su cuerpo usualmente le aparecen estrías, ¿no? pero, ver esto, verlas en su piel, por alguna razón me irritó.
—E-En su funeral —me hizo mirarla —En su funeral ya estaba embarazada, n-no hay forma de que haya podido embarazarme de otro hombre. Este niño es hijo del difunto.
Otra vez “difunto”.
—E-Este niño es legítimo y, es tu hermanito.
Me miró dolorida; en su mejor esfuerzo para hacerme sentir lástima.
Me solté a reír, a carcajear hasta que me dolió el estómago.
Enmudeció con una mueca de temor mientras me veía carcajear.
Limpié la pequeña lágrima que me salió del ojo y; la miré.
—¿Y? ¿Qué quieres que haga?—le palmeé la mejilla —Madre, envejeces cada día, pero, sigues siendo ingenua.
—¿Q-Q-Qué d-dices? ¿No deberías sentir un poco de afecto por este niño?
Já.
—¿Por qué debería sentir afecto por un feto que aún no nace?
Se mordió los labios.
—¿Eres siquiera humana?
¿Me hablas de humanidad?
Se acarició el vientre.
—Este niño —me miró —crecerá y, entonces tendrás que entregarle lo que le has arrebatado.
Carcajeé.
¿Ahora de qué está hablando esta loca?
—¿Lo que le he arrebatado?
Hace tres minutos me enteré de que existía, ¿y ya le arrebaté algo?
Esta mujer está enferma.
—Gwshan —dijo —Incluso si te casas y cumples con las últimas palabras del difunto, este niño crecerá y se convertirá en el emperador de Gwshan. Tomará lo que le has arrebatado porque, también es el hijo legítimo del difunto.
Esbocé una sonrisa de lado; mirándole el vientre.
—Ni siquiera sabes si nacerá.
Al percatarse de mi mirada, comenzó a temblar mientras se abrazaba el vientre; como si tratase de protegerlo de mí.
—¡N-N-No lo mates! ¡No me mates, por favor!—gritó; eufórica.
Hice una mueca.
—No los mataré.
No puedo matar niños.
—No los mataré si eres obediente—esbocé una sonrisa —y me dices de quien es esta horquilla/clip, ¿si, madre? Pude notar que, amas demasiado a eso que crece dentro de tí y, no querrás que yo lo mate antes de que siquiera pueda formarse correctamente, entonces, sin dudas me dirás a quien le pertenece este clip, ¿verdad?
Con los intentos desesperados de echarse atrás; se cayó de nuevo al piso del palanquín por no poder mover las patas.
Consiguió sostener su cuerpo sentado en el piso y; se aferró con súplica de las finas telas que hacían de mi túnica.
—¡N-No sé nada! L-Lo dijo de verdad, e-es la primera vez que v-veo esa horquilla, ¡t-te digo la verdad, hija!
Que pérdida de tiempo. De esta vieja no conseguiré nada.
Me llevé la palma a la boca; soltando risitas.
—Entonces, ¿debería comenzar con el tío?
Mi intensión no era dejarlo vivo de todas formas.
Se aferró todavía más; jalando la túnica y gritando como si la estuvieran asesinando o algo.
—¡N-No por favor! ¡M-M-Mi hermanito no! É-Él aún es muy joven.
¿Joven dices? Ese maldito lujurioso está más allá que de acá.
—É-Él aún no se ha casado siquiera una sola vez y, tampoco ha tenido ni un solo hijo.
Tampoco los tendrá.
—Después de lo que le hiciste, ¡está completamente condenado! Así que, ¡al menos déjalo casarse! P-Por eso lo he mandado a traer hoy—se limpió los mocos —q-quizás pueda encontrar una linda y joven niña con la que casarse.
Me soltó las faldas y cayó disparada al suelo del manotazo que le di.
Que enferma.
La agarré de los pelos; haciéndola mirarme.
—Maldita loca, estás igual de enferma que él. ¿“una linda y joven niña” dices? Un vejestorio perverso como él no debería siquiera estar respirando.
Le solté la cabeza bruscamente; trayendome cabellos enrredados entre mis dedos.
Me levanté y le di golpecitos a la puerta del palanquín; el cual fue abierta de inmediato. Dos súbditos me ofrecieron sus manos para bajarme.
Volteé la cabeza.
—No crees que, te salvaste el pellejo, ¿verdad?
Agarré las fuertes manos que se mantuvieron firmes para ayudarme a bajar.
—Enciérrenla.
Volví mi cuerpo y comencé a caminar de vuelta adentro, pero me detuve.
—Llama al resto de sacerdotes que provienen de Gwshan. Quiero que estén aquí en cuanto regrese.
Los dos hombres se hincaron; poniéndose una mano en el pecho y extendiendo la otra.
—Lo que usted ordene, ama.
El sacerdote Mozi ya está aquí, solo faltan lo demás.
Aunque sí esté embarazada, no hay nada que me obligue a pensar que mi padre engendró ese-
Arg.
Su, estómago no está muy abultado y, mi padre tenía una enfermedad terminal que no le permitía moverse a su antojo.
Solo me suena a otra artimaña barata de esa arpía.
Me miré el vientre, un vientre plano. Me lo apreté con suavidad y; una mueca de irritación se formó en mi rostro.
Me enferma.