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Scort

Scort

Status: En proceso
Genre:Autosuperación / Traiciones y engaños
Popularitas:7.9k
Nilai: 5
nombre de autor: Eiva

En Valmont, el poder y el deseo se entrelazan en un juego tan seductor como peligroso. Mi nombre es un susurro en los círculos más exclusivos; mi presencia, un anhelo inalcanzable. Pero en un mundo donde la libertad tiene un precio, cada decisión puede llevarme a la cumbre… o arrastrarme a la perdición.

Soy Isabella Rivas, mejor conocida como Sienna, y esta es mi historia.

NovelToon tiene autorización de Eiva para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Encaprichamiento

Livia me miraba como si fuera un premio que acababa de ganar en una apuesta. Se cruzó de brazos y sonrió, disfrutando cada segundo de mi incomodidad.

—No sabes el tesoro que tenemos entre manos, Sienna.

Mi piel se erizó al instante.

—¿Qué quieres decir?

—Las chicas nuevas siempre llaman la atención. Son una novedad, algo fresco para los clientes. Y cuando es su primera vez en el club, podemos cobrarles más —hizo una pausa dramática, como si estuviera a punto de darme la mejor noticia del siglo.

—Pero… las vírgenes, querida… ellas tienen un precio mucho más elevado.

Tragué saliva, sintiendo que el aire se me atascaba en la garganta.

—¿Qué?

Livia asintió con tranquilidad, como si estuviera hablando del clima.

—Hace mucho que no tenemos una en la Rosa Negra. Ya te imaginarás cuánto dinero podríamos ganar contigo.

El estómago se me revolvió. Mi cabeza gritaba que no, que no podía estar pasando esto.

—No… No pueden hacer eso...

Livia soltó una risita burlona.

—Oh, claro que podemos. Pero hay un pequeño detalle… —su expresión cambió.

Ya no tenía ese brillo de diversión en los ojos. Ahora se veía seria, casi… calculadora.

—Vincent tiene un fetiche particular con las vírgenes. A veces, prefiere estrenarlas él mismo.

Un escalofrío me recorrió la espalda.

—Es un maldito enfermo.

—Sin duda lo es y por suerte para ti, mañana no estará aquí —continuó, ignorando por completo mi horror—. Así que eres toda mía.

Se acercó un paso más, inclinando la cabeza con esa sonrisa satisfecha que me daban ganas de borrarle de un puñetazo.

—Sin duda tendrás un gran debut. Me harás ganar mucho dinero, Sienna. Al final, sí tenías algo que ofrecer.

Mi cuerpo se paralizó. Quería gritar, correr, hacer cualquier cosa, pero solo pude quedarme allí, sintiendo cómo el suelo desaparecía bajo mis pies.

Livia me observó, disfrutando mi reacción.

—Deberías sentirte afortunada. No todas tienen el privilegio de elegir con quién perder su virginidad.

Sentí un nudo en el estómago.

—¿Elegir? —mi voz apenas salió en un murmullo.

Livia asintió con fingida amabilidad.

—Claro. Si hay varios interesados, podrás escoger al que más te agrade. ¿No es maravilloso?

Me dieron ganas de vomitar.

—Eso es asqueroso.

Su expresión se endureció al instante.

—Es el negocio, cariño. Y mientras más te resistas, peor será para ti. Créeme, prefieres tener algo de control sobre esto en lugar de que otros lo decidan por ti.

—¡No quiero que nadie lo decida porque esto no debería estar pasando!

Livia suspiró, como si estuviera tratando con una niña caprichosa.

—Las cosas son como son. Acéptalo.

No podía escuchar más. Me puse de pie de golpe y salí corriendo.

—¡¿A dónde crees que vas?! —gritó Livia detrás de mí.

Pero no me detuve. Apenas logré llegar al baño antes de caer de rodillas frente al inodoro y vomitar todo lo que tenía en el estómago. Mi cuerpo temblaba, el asco y el miedo me ahogaban.

...----------------...

No dormí en toda la noche. Cada vez que cerraba los ojos, mi mente me torturaba con imágenes que no quería ver. Manos tocándome, rostros sin forma, voces susurrando cosas horribles en mi oído.

Cuando el amanecer entró por la ventana, me sentía peor que antes. Pero no había tiempo para descansar. La puerta de mi habitación se abrió de golpe.

—Arriba, princesa —la voz burlona de Livia me hizo estremecer—. Hoy es tu gran día.

No respondí. Mi cuerpo pesaba, mi estómago estaba hecho un nudo.

—¡He dicho arriba! —su tono se endureció.

Me levanté lentamente, sintiendo las piernas débiles. Livia chasqueó la lengua.

—Vas a desayunar bien. No quiero que te desmayes en mitad del espectáculo.

Me arrastraron a una pequeña sala donde había un plato de comida en la mesa. En cualquier otra situación, tal vez se me habría antojado. Ahora, solo verlo me daban ganas de vomitar otra vez.

—Come —ordenó.

—No tengo hambre.

—No me importa. Come o te lo haré tragar.

Apretando los dientes, tomé el tenedor con las manos temblorosas y obligué a mi cuerpo a aceptar la comida.

El resto del día fue un maldito infierno. Ensayos, correcciones, miradas juzgonas. Cada movimiento, cada mirada, cada gesto tenía que ser perfecto.

Jade intentaba animarme, empujándome ligeramente con su codo y sonriendo de lado.

—Relájate, nena. Solo tienes que moverte con confianza.

Dehlia, por otro lado, era más seria, pero intentaba ser… amable. O lo que sea que eso significara para ella.

—Mírame a los ojos, Sienna. Seducción no es solo mover las caderas. Es hacer que ellos quieran más.

Incluso Liv, una rubia escultural con una seguridad que me daba envidia, intentó hacerme ver el “lado bueno” de todo esto.

—Al final, es solo un show —dijo encogiéndose de hombros—. Cuando estás en el escenario, todo lo demás desaparece.

Intentaban ayudarme, lo veía en sus caras, pero nada lograba calmar el nudo en mi estómago.

—No es el baile lo que me preocupa… —murmuré, sintiendo que las palabras me quemaban en la garganta.

Las tres dejaron de moverse. Jade me miró con curiosidad, Dehlia frunció el ceño y Liv levantó una ceja, esperando.

Tragué saliva.

—Livia me dijo algo anoche… algo sobre mi “debut”.

—¿Qué te dijo? —preguntó Dehlia, con la mandíbula tensa.

Respiré hondo, sintiendo una presión en el pecho.

—Que, al ser mi primera vez, los clientes pagarían más… y que Vincent suele ser el que estrena a las vírgenes. Pero como mañana no estará, ella hará lo que la dé la gana.

Silencio.

Liv y Jade intercambiaron miradas rápidas, pero fue Dehlia quien reaccionó primero, apretando los dientes.

—Sabíamos lo del fetiche de Vincent —dijo Jade—. Pero Livia…

—Ella nunca se había atrevido a hacer algo así antes —añadió Liv, con una sonrisa torcida.

—¡Madre mía! esto va a ser un puto caos cuando Vincent se entere.

—No entiendo —solté en voz baja.

—Siempre noto cierta… tensión entre ellos. Como si compitieran. ¿Qué tipo de relación tienen?

Las tres se miraron, como si estuvieran decidiendo cuánto decirme. Finalmente, Jade suspiró.

—Bueno… no es un secreto que Livia y Vincent fueron algo en el pasado.

Fruncí el ceño.

—¿Algo?

—Rumores dicen que Vincent fue su proxeneta cuando ella era joven —intervino Dehlia, con tono neutral.

—Pero ella nunca fue como nosotras. Ella eligió esto.

Liv se encogió de hombros.

—Y ahora los dos juegan a ver quién manda. A veces se soportan, pero cuando no… es como ver a dos bestias peleando por el mismo territorio.

—Livia cree en sacar hasta la última moneda de este negocio —dijo Jade

—Vincent… bueno, además de sus fetiches raros, tiene ciertos límites.

—¿Límites? —me reí sin humor.

—Sí, aunque no lo parezca —dijo Dehlia.

—No le gusta compartir a las chicas con cualquiera, es mucho más selectivo. Livia, en cambio, vendería a su propia madre si con eso ganara más poder.

Me llevé una mano a la sien, tratando de procesarlo todo. Pero lo que más me inquietó fue lo que dijo Liv.

—Si Vincent se ha encaprichado contigo, va a arder Troya cuando se entere de que no será el primero esta vez.

Antes de que pudiera responder, Dehlia se cruzó de brazos y soltó con indiferencia:

—No es para tanto. Una vez que sepa que has sido follada por otro, perderá el interés.

Sentí un calor de furia subir por mi pecho.

—Lo dices como si deseara que me pretara atención—espeté sin pensar.

—Solo digo la verdad —respondió sin emoción.

—Vincent disfruta ser el primero, pero después de eso, las mujeres dejan de serle interesantes.

—¿Y lo dices por experiencia propia? —solté con veneno.

Dehlia se tensó. Sus labios se apretaron en una línea fina, pero no dijo nada. Su mirada hablaba por ella.

—¿Sabes qué? No me importa lo que Vincent quiera o deje de querer —dije, dándoles la espalda.

—¡No soy un maldito trofeo!

Salí de la habitación sin esperar respuesta, sintiendo que el aire me quemaba por dentro.

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Wilma Vázquez
porfa sube más capitulos!
Martha Vahos
Huyyyyy no xq mandan los capitulos de un vez y no mos tienen en sozobra
Evelin: Subo capítulos todos los días
total 1 replies
Lelis Vellejo
Creo que Sassa va a ser la preferida de Vincent
Lelis Vellejo
Que viene después de esto? Será que Vincent va a dejar que otros estén con ella?
Wilma Vázquez
porfa el capítulo que sigue!!!
Lourdes Castañeda
Excelente
Wilma Vázquez
pero que paso aquiiii... y los demás capitulos???
Lelis Vellejo
Vincent como que tiene sentimientos por Sienna.
Lelis Vellejo
Sienna como nunca tuvo novio no sabe de caricias. Creo que Vincent la va a someter sin ella querer
Julia Esther Vergara
muy interesante
Loamnys Figueroa
Excelente
Rosa Ibarra
que falta de respeto no llegar al final
Evelin: se vienen más capítulos, para disfrutar
total 1 replies
mimar silva
excelente inicio
Lelis Vellejo
Hasta el momento me gusta la historia. Trama diferente, sobre la tarta de blancas, aunque creo que la autora le va a dar un giro diferente
Lelis Vellejo
Jaja esa Libia pensó que Vincent no se iba a enterar. Lo único es que ella no va a poder rechazarlo porq está pagando por ella 🫣🫣🥵
Lelis Vellejo
Hubiese sido mejor con Vincent que le tiene ganas y no va a dañar la mercancía, en cambio con otro que va a pagar no va a ser tan gentik
luz San Martin
porfavor actualizarrrrr
Evelin: subo capítulos todos los días 😊
total 1 replies
David Aparicio
Sienna hirió el ego de Vincent, pero yo creo que él sin darse cuenta todavía ya se enamoró de ella
David Aparicio
Ésta novela se está poniendo buenísima. Porfis pon imágenes de un guapo Vicente y de la bella Sienna
David Aparicio
Normal
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