Dante es un detective que es asignado a un caso de asesinato, el cual le pide investigar a unas chicas relacionadas con uno de los hombres poderosos y de interés. Al ver las fotos de dos chicas que tiene que investigar, se da cuenta de que una de ellas es la chica con la que tuvo una noche de pasión un día antes, la cual no había podido sacar de su mente. Así que acepta el caso y decide acercarse a Jessica para conseguir la información que su jefe desea, pero al hacerlo se da cuenta de que no va a ser tan fácil como él creía, porque la hermana de Jessica se interpondrá en sus planes para acercarse a ella. Así, hace involucrar a su amigo Ricky, ofreciéndole un trato con el fin de conquistar a la hermana de Jessica para poder acercarse a ella. ¿Pero qué pasará cuando se den cuenta de que estas chicas no son tan simples como parecen? Si no, unas asesinas a sueldo.
¿Qué pasará cuando estas hermosas descubran el complot de estos dos hombres?
¿Los matarán?...
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CAP 21 padre
—Está bien. Pero recuerda cada una de tus palabras. —Ricky sonríe y la empieza a besar, llenándola de besos, mientras Talía trata de liberarse de él, pero no puede evitar reírse. Después de estar allí, bajo la luna llena con poca luz solo disfrutando de ese momento. Ambos se encontraban en el asiento trasero del auto. Ambos están en silencio; ella está acostada en su regazo, mientras siente las manos de Ricky en su cabello con suaves caricias.
Ricky: Quiero preguntarte algo. —
Talía: ¡mmmm! —produciendo ese sonido con sus labios.
Ricky: ¿Cómo es que siempre llevas un arma contigo?. Sacaste una navaja y luego un arma. ¿También sabes pelear? —... Pensativo.
—¿Acaso eres un agente secreto o espía? Pues eres muy misteriosa. —Intrigado.
Talía: Has visto muchas películas... Pero si te lo digo, tendré que matarte. —Ella empieza a fingir dormir para que él no haga más preguntas que es mejor no responder.
Ricky: ¡Talía!… —Pero ella no responde.
—Espero que puedas confiar en mí. —Ricky solo acaricia su cabello con delicadeza. Ella abre los ojos para cerrarlos de nuevo. Ambos se quedan dormidos profundamente sin darse cuenta; sus cuerpos están entrelazados, hasta que los rayos del sol de un nuevo día iluminan la mañana. Talía se encontraba totalmente desnuda; solo cubría su cuerpo la camisa de Ricky, y él solo tenía sus pantalones puestos. Son despertados por el sonido de un celular que suena a lo lejos, haciendo que Talía abra los ojos, encontrando la claridad soleada de la mañana, que no le deja ver nada. Hasta que pudo abrir los ojos para empezar a recordar lo que pasó con Ricky, mientras él aún dormía. Ella reconoce el sonido de su móvil.
—¡Mierda!— Y se levanta para empezar a buscar; el sonido proviene de afuera del auto. Ella sale, haciendo despertar a Ricky, mientras empieza a recoger sus cosas hasta encontrar su chaqueta y sacar su móvil.
En el último instante toma la llamada y queda en silencio al recibir el mensaje corto de Dalton.
— 📱Ahí estaremos—. Ricky se baja descalzo del auto, con su cabello largo revuelto, al igual que Talia, que empieza a recoger su ropa y vestirse con rapidez.
Ella observa a Ricky mientras toma el arma y la guarda en la chaqueta.
—Me tengo que ir— camina hacia a Ricky.
—Dame tu celular—. Él se lo entrega para guardar su número.
Ricky: Te vas así...—
Talia: Tengo un asunto que atender, pero esta noche te busco —. Lo toma por el cuello y lo besa.
Ricky: Te esperó.—( Sonríe) — Recuerda que ahora soy tu sexy novio de ojitos verdes—. Ella solo le da una palmada en la mejilla, mientras él queda ahí, atontado de felicidad, mientras la ve irse en su moto. Él queda solo en ese bosque mientras ella conduce de vuelta a casa a toda velocidad, para cambiarse e ir a ver a su padre.
Por otra parte, Jessy se encuentra completamente desnuda en la habitación de Dante, con su cabello rubio revuelto, mientras duerme en su pecho. Empieza a despertar, encontrándose con la claridad de la mañana, y comienza a moverse, recordando que después de estar en la feria y divertirse como locos, sin contar la previa interrupción de la pandillera, Jessy trajo a Dante a casa, pero al despedirse empezaron a besarse, para terminar teniendo sexo en la sala. Mientras se besan y empieza a desnudarse, observa la herida en su hombro de Jessy. Él se separa.
Dante: ¿Qué te pasó?— observando la herida.
Jessy: Solo limpié el horno y luego lo encendí para probarlo y me quemé—. Ella lo besa para que no haga más preguntas y terminan en la habitación, dejándose llevar por el deseo y los gemidos, mientras Dante sigue dormido. Ella mira la hora: 07:04 AM en un pequeño despertador.
—¡Talía me va a matar!— Como loca, empieza a buscar su ropa, cayéndose al ponerse los pantalones. Pero no encuentra su blusa, que está tendida en la sala.
Dante solo se acomoda para seguir durmiendo. Jessy le besa la frente a Dante, mientras recoge sus cosas. Sale de la habitación, toma su blusa y chaqueta, saca su celular y le parece muy extraño que no tenga ni una llamada de su hermana. Guarda su celular y toma sus llaves para salir del lugar. Toma su moto, conduciendo a toda velocidad por las calles bañadas por el sol, conduce por las calles con poco tráfico aún, hasta llegar a su residencia. Abre las rejas, entra con su moto y la guarda, dándose cuenta de que la moto de Talía no se encuentra, solo el Audi de color negro. Desactiva la alarma de seguridad para entrar por el garaje hacia la casa, dando a la sala que está completamente en silencio. Jessy toma el arma que está guardado en uno de los sofás, camina sigilosamente por toda la propiedad. En silencio, escucha un ruido en la cocina, camina hacia ella sigilosamente hasta entrar y ver al gato que siempre entra a buscar qué comer y que Talía juega con él. Suspira y acaricia al gato, dándose cuenta de que ella no está. Aun así, sube a su habitación, encontrándola como la habían dejado. Escucha la reja de la entrada abrirse, camina hacia la ventana y ve a Talía guardando su moto, con la misma ropa de ayer. Jessy corre a su habitación, se quita su ropa y se pone un camisón de pijama, y se despeina un poco para simular que dormía. Baja las escaleras estirándose, observando a Talía entrar y arrojando las llaves a la pequeña mesa frente al sofá.
Jessy: Ella baja los últimos escalones, observando a Talía llegar.
—¿Me puedes decir dónde has pasado la noche? Estoy muy preocupada — Talía se para, sonríe y se cruza de brazos.
Talía: No me digas, por eso teníamos el teléfono saturado por tu llamada de preocupación — mirándola con sospecha.
—Tú acabas de llegar también. ¿Cierto?—
Jessy: No, no me acabo de despertar—
Talía: (Sonríe). En serio — incrédula.
— Cuando llegué, te vi por la ventana, llevabas una chaqueta negra. El motor de la moto está caliente aún... así que acabas de llegar. Me imagino que pasaste la noche con Dante, ¿cierto?. Pero cambiando de tema, tenemos que cambiarnos; tenemos que ver a papá. Voy a darme una ducha.— Talía se dispone a subir el primer escalón cuando Jessica la mira de los pies a la cabeza.
Jessy: ¡Detente! — Talía suspira y se muerde el labio para girar completamente y llegar al frente de Jessica, que la observa de los pies a la cabeza.
—Dime, ¿dónde pasaste la noche?— Observa la marca que tiene en su cuello y una hoja seca aún en su cabello.
Talía: Solo pasé la noche en el gimnasio. Eso es todo, discúlpame, voy a bañarme.— tratando de hacerse la loca, para evitar responder.
Jessy: A mí no me engañas, tú estuviste con alguien; tienes una marca en el cuello— le quita la hoja del cabello.
—Y además hueles a sexo— dice con picardía y un tanto de emoción.
Talía: No sé de qué estás hablando.—
Jessy: ¿Con quién pudo haber sido? El único hombre que ha preguntado por ti y que tú le gustas...— pensativa.
—¿Estuviste con Ricky?— Talía solo se encoge de hombros y sonríe para correr subiendo las escaleras mientras Jessie la persigue llena de preguntas.
—Dime, ¿te comiste al bombón de Ricky?—
—Dime, ¿cómo fue? ¿Cuántas veces lo hicieron?
—¡Qué emoción!. Te dieron como cajón que no cierra, te acomodaron los ovarios y el pancreas... cuéntamelo todo, quiero saberlo todo ¿que tan ardiente y sucio fue? — Mientras Talía solo huye de ella, llegando a su habitación y cerrando la puerta en su cara. Jessica solo toca la puerta, mientras se mueren de curiosidad, dándose por vencidas para ir a bañar. Cada una se viste de manera formal y elegante.
Jessica elige un conjunto de color azul celeste de dos piezas, haciéndola ver elegante y sofisticada, mientras que Talía opta por un conjunto de color negro con una camisa de fondo color vino y una corbata de color negro y chaleco a juego con su pantalón elegante. Ambas contrastan sus conjuntos con unos hermosos tacones.
Bajando las escaleras, ambas están listas, pero esta vez toman el auto de color negro un Audi, para salir a la cita con su padre. Pero antes de hacerlo, deciden desayunar muy cerca de donde iba a ser la reunión, mientras Talía decide contarle todo a Jessica, quien queda sorprendida de todo lo que ella le cuenta sobre Ricky.
Ambas se encuentran en un elegante restaurante en una de las zonas más importantes de la ciudad. Desayunan y hablan entre ellas mientras esperan la hora para llegar puntuales a la reunión con su padre, pues la puntualidad para él es todo.
Jessy: ¿Sabes por qué padre pidió vernos?— Pensativa poniendo la taza de café en la mesa.
Talía: Sí, él ya sabe que hemos cumplido la lista y solo nos falta el último objetivo. Seguro nos revelará el nombre de la persona. Esta es nuestra última misión y debemos ser sumamente cautelosas. Hagas lo que hagas, mi padre no debe enterarse de la existencia de Dante y Ricky en nuestra vida.— Recalca.
Jessy mueve la cabeza, aceptando lo dicho. Ambas pagan la cuenta, suben al auto y empiezan a conducir una cuadra más arriba, llegando al parqueadero de un elegante edificio de una multinacional. Al llegar, ambas bajan, toman sus bolsos, suben al ascensor y se dirigen a la recepción. Al llegar, la recepcionista se inclina ante ellas y las invita a pasar.
— Señor Saruma, las espera en la sala de juntas. Por favor, síganme, señoritas Talía y Jessica. —
Dice la mujer cortésmente.
Ellas solo asienten con la cabeza y pasan al ascensor hasta llegar a la sala de juntas. Ahí se encuentra Dalton, que solo se inclina ante ellas y ambas hacen lo mismo, al entrar a la sala juntas, que es de colores grises, con una gran mesa y una pared de proyección. En una de las esquinas había una nevera con diferentes tipos de marcas de agua, mientras el hombre alto, con barba y algunas canas, que cubre su cabello, alrededor de unos 60 años, muy bien conservado, y traje gris oscuridad a la medida y corbata azúl turquesa con puntos blancos, voltea la silla y se levanta, caminando hacia ella. Sonríe y ambas le da un beso en la frente.
—Es un gusto ver a mis hermosas hijas, por favor, pónganse cómodas.
—Sí, padre —responden ambas en unísono y caminan, sentándose una frente a la otra, mientras que su padre está en medio y Dalton al lado derecho.
Ricardo: ¿Cómo estuvo su última misión? ¿No hubo ningún contratiempo? —observando a Talía.
Talía: Padre, no hubo ningún contratiempo. El plan se ejecutó de acuerdo a lo previsto y todo salió excelente. Eliminamos a ambos objetivos. — Dalton proyecta las imágenes de los hombres muertos de la lista, una por una, del número uno hasta el número nueve.
Ricardo: No me equivoqué con ustedes. Ahora, cuando se vayan, las voy a extrañar. Recuerden que al finalizar la lista ustedes podrán retirarse y hacer lo que deseen con su vida. Pero recuerden, no se olviden de papá, pueden visitarme y pedirme lo que deseen.— Recalcando con aparente amabilidad y en tono sereno.
Jessy: Así será, padre. Nunca nos olvidaremos de todo lo que ha hecho por nosotras. Siempre tendrá nuestra lealtad y nuestra gratitud —se inclina levemente.
Ricardo: Me imaginó que ya saben por qué están aquí hoy — mira Dalton y le hace una seña con la mano. Él se para y toma dos sobres.
—Ese es su último objetivo. Su nombre es Sebastián Casablanca, es uno de los joyeros más importantes de esta ciudad, es exportador de joyas nacional e internacionalmente, tiene varias multinacionales a su nombre también. También es un importante benefactor de obras benéficas en diferentes colegios de la ciudad. Ahí tendrán toda su información y todo lo que requieran para idear un plan y acabar con él.— Con determinación
Talía:¿ Porque él es nuestro objetivo?.— (Intrigada)
Ricardo: La información que les acabo de dar es solo lo que la gente cree sobre él, pero en su historia hay un trasfondo. El trasfondo está relacionado con ustedes. Hace años, él era simplemente un empresario; no tenía ningún tipo de éxitos en los negocios, hasta que se enteró de que en ciertos lugares de la ciudad se encontraban pequeños yacimientos de cuarzo y esmeraldas. En estos puntos estratégicos había pequeñas posadas o, comúnmente, pequeños hoteles. Este hombre usó nexos de la mafia para que trabajaran para él y lograr que, bajo amenaza, obtuviera estas propiedades y explotara su riqueza. Las personas que no aceptaron vender sus tierras o sus hoteles fueron asesinadas y quemaron sus propiedades para después apropiarse de ellas y explotar sus tierras para hacer riqueza y exportar joyas de alto costo por la naturaleza de estas piedras preciosas. Esto quiere decir que, como se los prometí, les daría el nombre de quién mató a sus padres a cambio de riquezas, pues este hombre, Sebastián Casablanca, fue el que acabó con sus vidas. Se lo estoy dando en bandeja de plata a mis queridas hijas. Después de eso, ustedes serán libres de hacer con su vida lo que les plazca. Talía, al escuchar sobre el hombre que asesinó a sus padres, cambia su cara por un rostro sin expresión y, al mismo tiempo, una rabia la consume.
Jessica: Padre, no descansaremos hasta que ese hombre esté muerto y pague por la muerte de nuestros padres, y no lo defraudaremos.— Recalcando con enojo.
Ricardo: Lo sé, sé que ustedes no me fallarán...— Ambas se levantan y se inclinan ante su padre, mostrando respeto. Ricardo sonríe y les da la orden de que pueden retirarse. Ambas salen de la oficina con el único objetivo de acabar con el hombre que destruyó su mundo.
Al instante que Dalton se levanta y Ricardo se queda sentado en la gran mesa, donde empieza a mover sus dedos como si fueran un piano, produciendo un leve sonido al tocar la madera.
Ricardo: Cuando ellas cumplan con la misión, contrata un profesional y acaba con ellas. Ya no son útiles para mí. Espero que tú lo sigas haciendo si cumples al pie de la letra cada una de mis palabras.—
Dalton: Lo haré, padre. Mi lealtad está con usted.— Se inclina ante él y besa su mano.
Ricardo: Sonríe, —sirve un trago como a mí me gusta.—
Dalton: Sí, señor....
GRACIAS 🫂 POR ACTUALIZAR.....✌🏼👋🏼👍🏼
ESTUVO DE FUEGO ESTE CAPITULO UFF...❤️🔥💒💋💝💕💞❤️🔥