El Rey Demonio Y La Princesa Hada

Áine y Xander estaban en el estudio del demonio, juntos se encargaban de organizar los últimos puntos para la celebración de su compromiso. Áine estaba un poco entretenida, desde la mañana tenía un mal presentimiento.

- ¿Qué te ocurre, mi pequeña hada? Estás distraída desde que llegaste.

- Disculpa, es que tengo una sensación extraña, como si algo estuviera a punto de pasar. Mis padres llegan en la tarde, pero siento que algo no va bien- la joven tenía una expresión de tristeza, ella amaba mucho a sus padres y le preocupaba que algo pudiera pasarles.

- Si te hace sentir mejor, puedes ir con Dorian a buscarlos, si salen ahora los encontrarán casi llegando a la capital del reino.- se acerca a ella, besa su frente y la abraza. Áine le devuelve el abrazo.

- ¿Puedes terminar ésto tú, no te molesta que me vaya?- él asiente con cabeza.

- Yo lo termino, a demás, confío en las habilidades tanto tuyas como en las de Dorian, puedes llevarte varios de mis soldados, ya conoces a algunos, escoge los que quieras.

- Gracias- la chica sonríe y le da un beso. Sus labios se unen por sólo unos segundos pero había sido cálido y agradable.

La pelirrosa sale de la oficina, va hasta su habitación y se pone algo cómodo para viajar a caballo, era más fácil y rápido. Busca a Dorian y le dicen que ya estaba en los establos. Al llegar Dorian la saluda.

- Saludos, alteza, prepararé los caballos, usted puede escoger los caballeros que nos acompañarán- Áine asiente y va al campo de entrenamiento.

En la arena se encontraban varios soldados combatiendo entre ellos, Áine busca con la mirada y encuentra a quien buscaba. Decidida se acerca al caballero, hace una inclinación de la cabeza y le habla.

- Buenas tardes, Sir Rodric.- el demonio al verla hace una reverencia.

- Buenas tardes, alteza ¿a qué se debe el honor de tenerla aquí?

- Sir Rodric, necesito un grupo de caballeros que me acompañen en una pequeña misión, ¿cree usted que pueda ser uno de esos caballeros seleccionados?- el demonio vuelve a hacer una reverencia.

- Por supuesto que deseo, siempre será un orgullo para mí poder ayudar en lo que necesite usted, alteza.

- Bien, Sir Rodric, entonces le cederé la tarea de escoger a 19 soldados más para que nos acompañen.

El demonio asiente y sale en busca del resto. Luego de un rato regresa con todos los hombres.

- Buenas tardes, caballeros- Áine hace nuevamente una inclinación de la cabeza, los soldados le devuelven el gesto con una reverencia- su misión será acompañar al joven Duque Dorian y a mí hasta las afueras de la ciudad para escoltar a los reyes de Azavil. Ante cualquier situación, nos dividiremos en dos grupos, uno lo guiará el joven Duque y el otro, seré yo.- la princesa se dirige a Sir Rodric- usted irá en mi grupo, le dejo también la tarea de dividir en dos a los integrantes. Perdone que lo moleste tanto, Sir Rodric.- la chica se disculpa.

- No es molestia, alteza, en unos minutos estaremos listos.

- Perfecto, los esperaremos en la entrada del castillo.

La princesa se marcha y busca a Dorian en los establos. Dorian tenía ya en cada mano los estribos de los caballos, le tiende uno a Áine.

- Éste caballo el rey lo mandó a buscar especialmente para usted, es un purasangre traído del Reino de los Elfos. Su nombre es Brownie.

Áine se acerca al animal y lo acaricia, éste se le acerca como si le estuviera devolviendo el gesto. Era un caballo marrón con unos ojos negros que resaltaban en el animal.

- Hola Brownie, mi nombre es Áine, encantada de conocerte- hace una inclinación al animal y éste le pega el hocico en la cara.- que bueno que tú también estés encantado de conocerme, vamos, hay que buscar a mis padres.

Dorian la miraba con curiosidad, vaya si era rara la princesa, se imaginaba que quizás eso fue lo que le había atraído a su amigo. Áine y Dorian montan en los caballos y se encuentran con los caballeros en la entrada del castillo. Una vez todos están listos salen atravesando la ciudad hasta llegar a las afueras de la capital.

- Alteza, si desea podemos esperar aquí, deben llegar por ese camino.

- Sí, lo recuerdo, esperemos aquí entonces.

Todos bajan de sus caballos, pero los minutos pasaban y los reyes no llegaban. La princesa empieza a impacientarse y volvía a tener ese mal presentimiento. Al cabo de los minutos ven un caballo con un soldado hada arriba que se acercan al galope.

- Alteza, qué bueno que está aquí, los reyes, ellos fueron atacados por bandidos.

Áine y el resto montan rápido en sus caballos. Todos parten hacia donde los dirigía el soldado. Al llegar su padre y el general Demian junto a sus guardias, luchaban contra varios bandidos. La chica busca a su madre y a Tiana, y al no verlas supone que están en el carruaje, pero antes de bajarse a pelear, el soldado les explica que el carruaje en dónde iba Amelia había sido secuestrado. Dorian se adelanta a donde estaba ella.

- Princesa, ayude usted a sus padres, yo y mi grupo iremos tras el carruaje de Lady Amelia.

Áine asiente y se baja del caballo, saca su katana y lleva a Brownie a un lugar seguro. Dorian y sus caballeros se marchan tras los bandidos que se habían llevado a la rubia.

El peliverde ve las huellas en el camino y encuentra rápida el rastro, debían llegar pronto antes de que intentaran algo más con la señorita. Los caballeros aceleran el paso y localizan el carruaje, se había desviado del camino un poco, los guardias peleaban contra los bandidos, pero éstos últimos eran más. Al ver que se acercaban soldados con la insignia del Rey Demonio, los bandidos intentan escapar, pero ellos se lo impiden y comienzan a luchar.

Dorian se baja del caballo y saca su espada, busca rastros de Amelia y la ve asomarse asustada por la ventanilla del carruaje. El joven se acerca rápido y evita que los asaltantes entren a donde estaba la chica. La batalla dura varios minutos, pero gracias a la intervención de los caballeros del Rey Demonio, habían superado a los bandidos. El chico se acerca al carruaje y lo abre, dentro, una llorosa Amelia se encontraba agazapada en una esquina. Dorian entra y la chica grita, éste le pasa la mano por la cabeza y le habla con un tono conciliador y suave.

- Tranquila, Lady Amelia, ya está a salvo. Venga, levántese- la chica al escuchar las palabras tranquilizadoras de Dorian mira a arriba y lo ve.- deme su mano, señorita, yo la ayudo a levantarse.

Amelia temerosa le da la mano y él la ayuda a incorporarse, la chica se sienta, sus manos temblaban y lágrimas salían aún de sus ojos. Dorian le tiende un pañuelo y ella lo acepta dudosa, seca su rostro y le sonríe al peliverde.

- Salgamos a que le de el aire, Lady Amelia, y en un momento continuamos el viaje.

Ella lo sigue y él la ayuda a bajar del carruaje. Por un momento sus miradas se encuentran y el silencio se hace presente hasta que Amelia decide hablar.

- Gracias, señor, nunca nos presentaron oficialmente, ¿pudiera decirme su nombre para agradecerle como corresponde?- Amelia se veía aún asustada.

- Soy Dorian Holl, señorita.- Amelia le sonríe.

- Muchas gracias por salvarme, Dorian Holl. Yo debo pedirle disculpas- la joven mira hacia abajo- me he comportado muy mal frente a usted, creo que no merezco su ayuda- la chica agacha la cabeza.

- No se preocupe, Lady, nunca es tarde para disculparse. Sólo prométeme que se comportará cómo se debe.- Amelia asiente y le sonríe.

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Por otro lado, Áine, Demian y su padre aún peleaban contra los bandidos. La chica protegía el carruaje, su madre y Tiana se encontraban dentro, habían llegado más asaltantes y por eso no terminaba la lucha. La joven usaba su espada, daba saltos y utilizaba sus poderes para atacar también.

Un bandido intenta paralizarla utilizando un truco similar al que ella había usado con su padre, el mercenario había congelado el muro con el que se defendía dejando atorada la katana de ella, pero sin que el hombre lo esperara, la pelirrosa invoca una llama de color rosa en su mano, y la expande como si de un látigo se tratara, choca contra el muro de hielo del bandido y éste explota en miles de pedazos que vuelan por los aires. El bandido asustado trata de correr para alejarse, pero cuando se da la espalda su cuello es atrapado por unas llamas rosadas que le aprietan la garganta y a la vez lo queman, el demonio comienza a gritar hasta que su voz queda en un hilo, su cara se vuelve morada y cae muerto de la asfixia.

Su padre a lo lejos la mira, su hija era increíble y a la hora de pelear contra un enemigo no había clemencia alguna o remordimiento. Las habilidades de la chica eran muchísimo mejores. El rey sabía que incluso hace 11 años atrás, la joven se había limitado al pelear contra él.

El general acaba con los bandidos que estaban cerca de él y se acerca a dónde estaba el rey. Áine casi terminaba con los asaltantes que estaban en su zona, Sir Rodric se acerca a ayudarla y así terminan con todos.

La joven corre al carruaje y abre la puerta, entra y abraza a su madre, luego a Tiana y le pasa la mano por la barriga a su amiga. Ésta la mira con cariño y sonríe con lágrimas en los ojos.

- Como siempre, gracias, amiga- y se vuelven a abrazar mientras Tiana llora como una niña pequeña.

Hacía una semana, antes de que Áine se fuera a Hellion,  Tiana le había contado que estaba esperando un bebé. Ella y el general después de mucho tiempo esperando, al fin lo habían conseguido. Áine le había dicho que no era necesario que viajara a su fiesta de compromiso, pero la chica había insistido, ya que todo estaba bien con ella y aún no estaba tan avanzada la gestación.

- Hija mía, ¿cómo llegaron aquí tan pronto?

- Madre, hoy desperté con un mal presentimiento, y cuando lo hablé con el rey, me permitió venir a esperarlos.

- ¡Oh, qué buena intuición tienes, mi niña, cuánto me alegro! Y se ve que te llevas muy bien con el rey, qué alegría.

- Sí madre, nosotros- Áine se sonroja- nos amamos- la chica mira hacia un lado.

- Pero eso es bueno, alteza, al fin se casará por amor- Tiana la mira con alegría.

- Mejor continuemos.

Áine sale del carruaje, el rey y el general se acercan y hablan con ella, luego van al carruaje a ver cómo estaban sus esposas. A lo lejos se ve a Dorian sobre su caballo, los caballeros lo seguían y detrás iba el carruaje de Amelia y los guardias.

Todos se reúnen y continúan el viaje de regreso a la ciudad y al castillo. Al regreso, la caravana de carruajes provocaban la curiosidad de los ciudadanos, se preguntaban quiénes eran esos nobles, no conocían el escucho que portaban sus guardias. Pero lo que más llamaba la atención era la bella hada que lideraba a los caballeros del Rey Demonio, era un enigma para todos.

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Hola a tod@s 👋 😊 hoy actualizo temprano (bueno, si me aceptan rápido el capítulo) ya tengo adelantado bastante del siguiente, así que si no lo subo en la madrugada, los subiré mañana en la mañana. ¡Ah, y desde ya les digo que el inicio va a estar interesante! jijiji 🤭

Chau Chau 😚❤️