Yura Pregonas es una mujer muy distinta a las que comúnmente se ven en la calle, ya que su piel, su pelo y sus ojos la hacen única entre tantas.
Con sus rasgos delicados, su altura y cuerpo dignos de una modelo, se siente de otro planeta, pero en el mal sentido de la palabra, ya que en su adolescencia todo eso la ha mantenido catalogada como la rara del local estudiantil, hasta que conoció a alguien casi tan exótico como ella, quien más tarde se convirtió en su mejor amigo y por el cual tuvo sentimientos silenciosos para no romper el vínculo de protección que ambos conllevaron con el otro. Sin embargo, no supo más de él luego de su graduación porque su familia se mudó.
Recientemente divorciada y escapando del poder de su exmarido, viajará en busca de una nueva vida.
¿Qué pasará con su mejor amigo cuando se reencuentren?
¿Será que, nuevamente, sus corazones estarán dispuestos a proteger al otro?
¿Su ex esposo le dejará el camino libre sin causar problemas?
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Última noche
Cuando la pareja vuelve a encontrarse en la casa de Aarón, hacen su rutina; se asean, meriendan, cenan, limpian y van a la habitación, divirtiéndose de diferentes formas, incluyendo la sexual, sin unirse carnalmente.
Los días pasan con tranquilidad y demasiado rápido para desgracia de Yura, a quién sólo le queda una noche con su amorcito.
Sin embargo, no puede negar todo lo que ha aprendido en estas noches de pasión, donde sin mayor contacto íntimo, le ha hecho explotar en un éxtasis de placer, arrancándole una cuentiosa suma de orgasmos y gritos en su nombre.
La segunda noche que compartieron cama, le hizo conocer lo que era derretirse en la boca del pelirrojo, tomando con ella su esencia. Fue algo tímidamente planeado, ya que él quiso explorar más allá del tacto.
La tercera, ella supo que con algunas caricias en todo su cuerpo, podía explotar, sin necesidad de tocarla justo en el botón de pasión. Aunque a decir verdad, eso fue sin que lo buscaran o investigaran. Se dio de pura casualidad.
La cuarta y gracias a un libro que Yura leyó, experimentaron lo que es el placer oral para Aarón, quien lo recibió gustoso, ya que ella quiso comprobar si el teórico era igual al práctico.
La quinta, ó sea la de anoche, ambos estuvieron más cerca de unirse, gracias a que se animaron a rozar sus intimidades. Algo que los tenía consumidos en el placer y no fueron más allá, explotando juntos.
Pero, esta noche es la última y ella tiene planeado concretar su deseo, antes de que él vuelva a Francia.
Luego de trabajar compra ropa interior de una marca bastante famosa, elige varios conjuntos de encaje en color negro, rojo y azul, pagando en el mostrador y luego sale muy feliz de allí.
También pasa por un sex shopp para comprar algunas velas y rosas blancas, que servirán, obviamente, para armonizar el ambiente romántico. Por último compra la cena para tres y se dirige a la casa del abogado.
Cuando llega saluda a Aldana, quien está con la cartera colgada en el hombro.
—¿Te vas?— le pregunta Yura a su amiga, la cual se ve hermosa.
—Sí y no vendré a dormir.— le avisa guiñando el ojo.
Lo que omite nuestra querida Aldana, es que Aarón le ha reservado una mesa en un elegante Restaurante y una habitación de hotel, lejos de casa. Algo que se le puede considerar un regalo para que los deje a solas en su último día.
Ciertamente y sin que él lo supiera, ella de igual manera iba a abandonar la casa, pero aceptó tal presente porque cree merecer ser un poquito consentida, aunque sea una vez en su vida.
Aarón aún está trabajando en el despacho de abogados, pero no demora en terminar su horario, mientras que la albina se ducha y prepara para su gran noche.
Aldana, por otro lado, llega al restaurante y se sienta en una mesa junto al gran ventanal, disfrutando de un atardecer en colores naranjas.
Es temprano para cenar, pero no para tomar un delicioso y espumoso café. Luego buscará pasar el tiempo entre compras o ejercicio, para celebrar su noche de soledad, la cual le permite pensar en muchas cosas.
Yura se viste con un conjunto interior en color azul, cubriéndose solamente con una bata transparente para provocar al pelirrojo. Sirve la mesa para dos personas, coloca las velas y un florero con las rosas, aunque a otras les arranca unos pétalos para regarlas por el piso.
El abogado llega veinte minutos después de terminar su decoración, sorprendiéndose con todo; la mesa para dos, las velas prendidas, la cena en sus platos, las copas de vino, los pétalos blancos, la tenue luz, etc. Aunque el mejor escenario se presenta delante de él, con el blanquesino pelo suelto, un leve maquillaje, la casi inexistente ropa y unos tacos finos en color negro.
—Hola, mi amor— saluda ella en voz baja, sensualmente.
Es la primera vez que le dice así, pero a él le ha gustado tanto que desea escucharlo toda la vida.
—Princesa mía— devuelve el saludo, abrazándola de su pequeña cintura —¿Qué hice para merecer esta sorpresa? —cuestiona feliz.
—Me quieres— responde con sus ojos brillosos.
—Siempre—él admite y promete.
Los labios del pelirrojo se unen a los de ella con tanta pasión que es imposible retener los gemidos que provoca involuntariamente, aunque a pesar del creciente calor que se empieza a formar, Aarón se detiene para no arruinar lo que, aparentemente, está esperándolo; una noche bastante fogosa.
Yura y Aaron se enamoraron en su adolescencia y nunca se abrieron a contárselo, después de 9 años se reencuentran más maduros y cada uno con sus vivencias a cuestas, pero no se olvidan de lo que sintieron y que ahora cambió aceptando que el amor 💘 siempre estuvo allí 😉 entre la albinita y el rojito; ahora voy por la historia de Gonzalo y Aldana, gracias escritora la disfrute un montón
Imagínate que sea con el bombón 🤤 que chocaste 😉🙃🙈👍🏻
Y Yura, no se dio cuenta que el había trancado la llamada