"Las Crónicas de Salem" es una emocionante historia ambientada en la histórica ciudad de Salem, Massachusetts. En esta trama, una adolescente descubre su linaje como descendiente de las brujas originales de Salem, otorgándole el poder de la magia. Decidida a buscar venganza por los eventos de enero de 1692, se embarca en un camino hacia la realeza del Inframundo. Con el objetivo de castigar a la descendencia responsable de la persecución de las brujas originales, la protagonista busca las almas de aquellos que las condenaron, torturándolas en el Inframundo. Guiada por los fantasmas de las brujas de Salem, la joven tiene la capacidad de transformarse en una figura similar a Lucifer.
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Capítulo 21: "El Baile de las Estrellas"
El aire estaba lleno de anticipación y emoción en Salem mientras se acercaba el tan esperado Baile de las Estrellas. Era un evento anual que celebraba la magia y el poder de las brujas, y era conocido por su magnificencia y su capacidad para transportar a los asistentes a un mundo de maravillas.
La mansión de Salem se había transformado en un castillo de ensueño, brillando con luces brillantes y decoraciones mágicas. La música suave y cautivadora llenaba los salones, mientras las brujas y los invitados llegaban con sus mejores atuendos.
Alice, radiante en su vestido negro adornado con brillantes estrellas plateadas, era el centro de atención mientras se deslizaba por los pasillos de la mansión. Su belleza y gracia la hacían parecer una reina de la noche.
Las brujas de todas partes se reunieron, exhibiendo sus talentos mágicos y compartiendo risas y alegría en este momento de celebración. Se formaron grupos alrededor de pequeños círculos mágicos, donde las brujas demostraban sus habilidades, realizando trucos impresionantes y hechizos fascinantes.
En el corazón del baile, una misteriosa "pista de estrellas" estaba adornada con brillantes luces que brillaban como el cielo nocturno. Las parejas comenzaron a moverse al compás de la música, deslizándose con elegancia y gracia. La pista de baile se llenó de una energía mágica, mientras las brujas mostraban sus dotes en el baile.
En un rincón de la sala, Alice notó a una joven bruja tímida, observando desde la distancia. Con un gesto amistoso, Alice la invitó a unirse al baile. La joven bruja se iluminó y aceptó con una sonrisa, y juntas comenzaron a danzar, dejando que la música las guiara.
A medida que la noche avanzaba, las luces en el cielo se desvanecieron para revelar una verdadera danza de estrellas sobre la mansión de Salem. De las estrellas caían destellos mágicos, llenando el lugar con un brillo encantador.
La energía en la sala se intensificó a medida que las brujas se unían en una coreografía mágica y asombrosa. Sus movimientos se sincronizaban en perfecta armonía mientras realizaban hechizos y manipulaban luces y objetos en el aire.
El espectáculo de magia y baile dejó a todos los presentes boquiabiertos, cautivados por la belleza y el poder de las brujas de Salem. La sala resonaba con aplausos y exclamaciones de asombro mientras las brujas llevaban a los asistentes en un viaje a través del arte de la magia y el baile.
A medida que la noche llegaba a su fin, los corazones estaban llenos de emoción y gratitud. El Baile de las Estrellas había superado las expectativas y dejado una huella imborrable en la memoria de aquellos que tuvieron la suerte de ser testigos de este espectáculo mágico.
En esta noche de celebración, las brujas de Salem demostraron su magia, su belleza y su fuerza a través del baile estelar, dejando en claro que su legado y su poder perdurarían por siempre.
El Baile de las Estrellas continuó en la mansión de Salem, deslumbrando y cautivando a todos los presentes con su magia y encanto. La música envolvente y las melodías melodiosas hacían que los corazones latieran al compás del ritmo de la noche.
Mientras las brujas y los invitados disfrutaban de la danza y el bullicio de la celebración, Alice se deslizaba entre ellos, irradiando gracia y magnetismo. Su presencia era un faro de luz que atraía a todos aquellos que buscaban la esencia de la magia.
En un rincón oscuro de la sala, Alice notó la presencia de un joven cautivo en la sombra. Intrigada, se acercó a él, con ojos llenos de curiosidad y compasión.
"Hola", dijo suavemente Alice. "¿Qué te trae a este rincón tan solitario en una noche tan llena de alegría y maravilla?".
El joven miró a Alice con ojos tristes y bajó la mirada. "Soy un aprendiz de brujo, pero aún no siento que encaje plenamente en este mundo de magia y celebración. Me siento perdido en mi propio poder y sin un lugar al que pertenecer".
Alice, llena de empatía, le tomó la mano al joven y lo condujo hacia el centro del salón de baile. "Nadie está solo en este camino de la magia. Juntos formamos una comunidad que apoya y nutre los sueños y talentos de cada uno. Este baile es una oportunidad para celebrar y encontrar conexión en la belleza del arte mágico".
Mientras se sumergían en la armonía del baile, el joven aprendiz de brujo comenzó a sentir cómo su magia cobraba vida. Sus movimientos se volvieron más fluidos y confiados, guiados por la melodía y la energía de la sala.
La magia de Salem se entrelazaba con la magia del joven y con las de cada individuo presente. La sincronía y la armonía se convirtieron en una representación de la unión y el poder colectivo de las brujas.
Con cada paso, los presentes se daban cuenta de que no eran simplemente brujas individuales, sino un colectivo de almas mágicas unidas por un propósito más grande. La conexión compartida en el baile les recordó que juntas eran aún más fuertes y capaces de desafiar cualquier adversidad.
La noche continuó, el baile envuelto en una atmósfera mágica. Las brujas y los invitados se sumergieron en una maravilla de movimientos y hechizos, elevando la energía de la sala a un nivel sin precedentes.
Cuando la música finalmente se desvaneció y el último hechizo fue lanzado, un silencio reverencial envolvió la sala. Las brujas de Salem y los invitados se miraron unos a otros con una sensación de asombro y conexión más profunda.