Para ser guerrera no se necesita tener una armadura, tampoco tener super poderes y mucho menos una espada mágica, para ser guerrera, necesita tener humildad, decisión, amor propio y mucho carácter, para poder enfrentaras adversidades que la vida le presenta, con esa armadura se viste todos los días Cristina Mejia para salir adelante junto a su pequeña hija de ocho años.
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Adiós papá
Jorge miró con repugnancia a su padre biológico, él sobreviva pidiendo limosna tenía mal olor que al acercarse a los jóvenes ellos solo sintieron asco, Clemente miró a Jorge con alegría pensando que su hijo lo iba a ayudar, pero las miradas frías de su hijo hizo que su corazón se quebrantara.
Narcisa---: Si tienen dinero, duelen algo a este mendigo que me va a apegar ese olor (cubre si nariz).
Amado----: Toma, ve y cómprate algo, y busca como bañarte.
Jorge--: Vamos, no perdamos tiempo con este mendigo
Jorge abrazo a su novia y camino hasta la entrada de la discoteca, sus amigos lo siguieron, Clemente solo pudo ver en su hijo asco por él, sus lágrimas salieron y rodaron por su mejillas, se sentó en suelo recostado en la pared de la iglesia desde ahí podía ver cuando su hijo salga de la discoteca, la indiferencia fue lo que más le dolió, pero aún así no perdió la esperanza que su hijo lo rescate de las calles. Clemente había vivido en las calles después que Maura no lo perdonó, ni tampoco permitió que ingresará a su casa.
...Recuerdos....
Maura---: ¿Que haces aquí?
Clemente----: No estás viendo, estoy regresando a mi casa.
Aron---: ¡Tu casa! está no es tu casa, es la casa de mi madre y no permitiré que regreses.
Clemente---: Sigues siendo majadero.
Maura---: No vuelvas nunca más Clemente, tu te fuiste, como vez yo estoy bien con mi hijo con el único que me queda, porque a mí otro hijo lo vendiste hace meses, no te atrevas a volver.
Clemente---: Perdón Maura, dame otra oportunidad, mira tenemos hijos, nuestro Jorge nos ayudará, y te darás cuenta que valió la pena el sacrificio, solo déjame volver.
Aron---: Mamá dónde el vuelva yo me voy, así me vaya a dormir debajo de un puente ya no quiero recibir sus maltratos.
Maura---: Ya escuchaste a mi hijo, vete.
Clemente---: Yo soy tu esposo, soy tu padre Aron.
Maura---: No eres mi esposo, porque nunca quisiste casarte conmigo, pero mi hijo y yo somos felices sin ti, lo siento.
Maura cerró la puerta, mientras que Clemente, se aferró a ella para que Maura lo perdone y lo deje ingresar, pero ese llanto de lamento no fue suficiente para ablandar el corazón de Maura y su hijo.
Después de llorar y lamentarse, el salió en busca de Jorge su hijo mayor, al pensar que él tenía una buena vida, sonrió. Solo tardo varios minutos para llegar a la ciudad de Machala, ahí pregunto por la familia Azin Baldeón en su búsqueda encontró la tienda de ropas a Francisca Baldeón, el le explicó la situación, de lo cual Francisca sintió lastima y le dió la dirección exacta de su sobrino, alegando que está por viajar.
Clemente apresuró sus pasos, no quería que su hijo viajará dejándolo desamparado, cuánto él llegó a la puerta de la mansión Azin, el guardia le informo que el dueño viajo por un tiempo indefinido al país chileno, Clemente se retiró, lamentándose de su suerte.
...Fin de los recuerdos....
Clemente que esperaba que su hijo salga de la discoteca, de tanto esperar él se quedó adormitado, cuando Jorge salió eran la una de la mañana miro hacia la iglesia donde pudo observar a su padre dormido, él sonrió con mala gana, verlo fue lo peor que le ha sucedido en todo ese día, ingreso al auto con su amigo y salió del lugar, él no tuvo ningún cargado de conciencia y ni siquiera condolencias por su padre biológico.
Cuando Clemente despertó, eran las tres de la mañana y la discoteca estaba cerrada, a pesar del frío, él sintió calor dentro de su ser, porque su hijo ya volvió y ahora él saldrá. de las calles.
Al día siguiente, muy temprano Clemente se dirigía hacia la mención Azin, pero unas cuadras antes de llegar a la puerta principal, Jorge lo detiene, le dio gracias a Dios que salir muy temprano a ejercitarse.
Clemente---: Hijo, me da gusto en verte (trata de abrazarlo)
Jorge---: No me toques, ensucias mi ropa cara.
Clemente---: No era mi intención hijo.
Jorge--: No me llames hijo, porque ya no lo soy, tengo el apellido del papá de Cristina, ahora yo soy su hijo, que quieres para que me dejes en paz.
Clemente---: El objetivo que ocupes el lugar de Cristina era para que nos traigas a vivir contigo.
Jorge--: Dime cuánto quieres, yo te lo pagaré, pero no me llamarás más en tu vida hijo.
Clemente---: Si es así pues dame dos millones de sucres, es más que suficiente.
Jorge--: Está bien, mañana acercarte al faro en la playa Jambeli, no faltes ahí te daré con el dinero.
Clemente---: Ahí estaré sin falta.
Clemente sonrió, vio en su hijo maldad y por alguna razón desconfío, en su camino encontró un cuaderno viejo, compro un bolígrafo y escribió una carta para su hijo Aron y una para Maura, ahí él se despedía, porque después que su hijo le de el dinero clemente, viajaría a su pueblo natal, antes que el sol se oponga él llegó al chalé y en secreto puso las cartas debajo de la puerta teniendo la esperanza que su mujer y su hijo regresen con él a su pueblo.
Mientras tanto, en la ciudad de Moscú, José tenía un fuerte dolor de estómago, sus compañeros, lo llevaron al médico donde el galeno índico que se trataba de una apendicitis y tenía que ser intervenido de emergencia, unos de sus compañeros llamo a Romina qué se encontraba en la ciudad de Madrid, por su parte ella viajó de inmediato, para cuidar a su esposo.
Por su parte José, tenía un dolor intenso en su abdomen, por lo mucho que trato de controlar su respiración y así calmar el dolor no pudo, como era un hijo de mamá en su subconsciente él pedía estar con ella, como le tenía mucho miedo a las agujas él pidió anestesia general de lo cual ingresa a un profundo sueño mientras lo operan, en él soñaba ver a Cristina muy cerca del río donde aprovecho y tomo su inocencia.
...Sueño....
Cristina---: Estoy embarazada señorito.
José---: Largo de aquí, lo que tú realmente eres una oportunista, quieres plata pues no tendrás dinero, y yo jamás te voy a creer que ese hijo es mío.
Cristina desapareció como un humo, pero verla desvanecer sintió dolor dentro de su corazón.
José---: Cristina, donde estás.
La voz de Cristina retumbó detrás de él, pero está vez ya no tenía la voz inocente ella había cambiado hasta en su imagen.
José---: Cristina, estás hermosa yo.
Cristina---: Yo, jajaja yo que, tú no eres más que un cobarde hijo de mamá, me abandonaste cuando te necesite.
José---: perdón, yo te amo, donde está mi hijo.
Cristina entrega al bebé que tiene en sus brazos, como estaba emocionado José lo toma, pero al destaparlo solo encontró un esqueleto de un bebé, él se asustó y lo tiró al suelo, mientras observaba el frío rostro de Cristina que reía.
José---: No, Cristina que es esto.
Cristina---: Tu hijo que dejaste en el abandono, no te gusto (rie y se va)
José---: No te vayas Cristina no me dejes, Cristina yo te amo.
...Fin del sueño....
José pronunciaba el nombre de Cristina mientras dormía, Romina que estaba a su lado escucho claramente el nombre de la mujer que su esposo llamaba, solo apretó la mano de José para que despierte, ella tenía los ojos rojos, había viajado durante toda la noche para estar cerca de su esposo y el clama por otra mujer que no es ella.
Cuando José despertó Romina estaba a su lado, le sonrió porque se alegró en que él despierte, tenía ganas de preguntar quién era Cristina, pero se contuvo, mejor le preguntara cuando el este bien, no quería incomodarlo con pregunta absurdas.
Mientras tanto en la ciudad de Machala cerca del faro, Clemente esperaba a su hijo, en su mente tenía muchos planes, lo primero que hará era tratar de buscar el perdón de su hijo menor y su mujer, los extrañaba tanto que se arrepintió de tratarlos mal y abusar de su esposa, eso lo iba a tratar de remediarlo, minutos después se estaciona un vehículo elegante que solo lo utilizaban los jóvenes con dinero, Clemente sonrió al ver a su hijo manejarlo, se sentía orgulloso de él, su hijo mayor era todo un galán.
Clemente---: Hijo.
Jorge----: No me llames hijo.
Clemente---: Disculpa.
José---: Te daré un cheque, espero que con esto no molestes más y te largues lejos donde yo no pueda saber de ti.
Clemente---: Gracias a mí estás dónde estás eres un malagradecido, que diría el señor Azin si le cuento la verdad.
José---: Si ves a tu alrededor, no hay nadie porque los turistas vienen después, es muy temprano van a hacer las siete de la mañana y mira el cielo, y las olas.
Clemente se acerca a la orilla del acantilado, para ver las olas del mar como se estrella entre las rocas.
Clemente---: Si, hijo así como las olas se estrellan contra las rocas, así me estrelle yo contigo pensé que no ibas a ser egoísta, pero lo eres.
Jorge---: Te gusta ver las olas cuando llegan a las rocas que tal si las miras de cerca (empuja a Clemente) ¡adiós papá! Pero este cheque es solo mío.
Los gritos aterradores de Clemente no fueron escuchados por nadie, mientras Jorge lo miro con una sonrisa en su rostro, su padre biológico ya no lo molestará más y él podrá ser feliz con todo el dinero que pueda obtener de Renato Azin y ser feliz para siempre.