Las Animas

Los días fueron pasando Janikua se había recuperado de los golpes y como ya se había hecho costumbre le preparaba desayuno a Leonardo, él cada día se acostumbra al olor del café recién hecho, a los hermosos amaneceres , a la vida del campo, pero sobretodo a la compañía de Janikua, ella aunque tenía miedo de sufrir en esta relación, quería seguir disfrutando la sensación de sentirse amada. Hacía algunos días que no se habían escuchado los lamentos al menos de aquella mujer, Leonardo cada vez estaba convencido que si se trataba de su tía Susana y debía averiguar que es lo que había pasado con su hijo así podría descansar en paz, el había dejado de investigar por su cuenta ya que se encontraba preocupado por la salud de Janikua, lo bueno es que su padre no los había vuelto a molestar, Leonardo estaba pensando muy seriamente en el matrimonio y es que Janikua creía que debía consumar su verdadero amor hasta después del matrimonio ya que la señorita Mercedes le había dicho que si un hombre realmente la amaba debía de esperar hasta que Dios les diera la bendición, aunque la última experiencia de Leonardo no había sido para nada agradable.

Leonardo iba a regresar a la ciudad pero está vez no iba a dejar a Janikua, así que la llevo para Janikua la ciudad era un mundo nuevo había demasiados coches, mucho ruido, a Leonardo le dio mucha ternura al verla parecía un ciervo asustado, al llegar a la mansión familiar las empleadas ya lo estaban esperando, Leonardo pidió que prepararan una de las habitaciones para Janikua y como no puede faltar una de las muchachas de servicio dijo:

—Le preparamos una de servicio — aquella muchacha miro a Janikua de los pies a la cabeza y se le hacía muy poquita cosa.

—No, preparen una de huéspedes, ella es mi prometida —

Las empleadas guardaron silencio, pero todas ellas pensaban lo mismo que Janikua era muy poquita cosa para él, después de un rato se instalaron en sus respectivas habitaciones.

Las muchachas de servicio estaban en la cocina hablando sobre Janikua.

—Creo que el patrón se ha vuelto loco después que la señorita Berenice lo dejara plantado en el altar y se busco a su remplazo —

—Es cierto que se ve un ligero parecido con ella y la clase jamás podrá obtenerla —

—Yo opino lo mismo, está solo es una sustituta —

Todas ellas hablaban sobre Janikua sin percatarse que ella las estaba escuchando, Janikua se sintió muy triste fue a buscar a Leonardo, pero no lo encontró, llegó hasta un lugar que al parecer era su despacho, sobre el escritorio estaba una foto en la que estaba Leonardo y la que parecía fue su novia.

Janikua observa que aquella foto era cierta tenían mucho parecido, pero aquella mujer era muy bonita, además tenía educación cosa que ella no tenía.

——¿Qué haces aquí? —

Janikua volteó un poco asustada, tanto que dejo caer la foto rompiendo el cuadro.

—Lo siento no fue mi intención, enseguida lo limpio —

—No hay necesidad, enseguida llamo a una de las muchachas — dijo Leonardo.

—Si, que es bonita — dijo Janikua.

Leonardo se acercó a ella abrazándola, vio que los ojos de Janikua estaban ligeramente húmedos, ¿Qué es lo que debía de decirle?, Leonardo se preguntaba pues no quería hacerla sufrir, fue un tonto al no quitar esas fotos.