Enamorándome De Mi Esposo.

-No te vayas-- dice Ambrose mientras me sujeta delicadamente del brazo -Sé que debes estar enojada, pero no te vayas, por favor-- agrega, su expresión es algo tierna y no puedo evitar sonreír.

-Está bien-- digo, él instantáneamente sonríe.

-Veamos una película como la última vez-- dice mientras enciende la pantalla.

Nos sentamos en el sofá y yo me quedo mirando la película. A veces la actitud de Ambrose me confunde mucho, necesito saber qué piensa de mí, qué siente por mí, pero no me atrevo a preguntarle.

Al pasar un rato, yo estoy metida en la película y no noto lo que Ambrose está haciendo hasta que toma mi cara y me planta un beso en mis labios.

No me da tiempo de reaccionar, ni siquiera de corresponder al beso, Ambrose se abalanza desesperadamente hacia mí y luego me levanta del sofá para cargarme.

-Jaa, Bella-- dice con voz ronca y jedeante, yo solo lo rodeo con mis brazos y me dejo llevar por este salvaje momento.

Ambrose me aprieta más contra su pecho y un fuerte dolor en mis senos me hace quejarme.

-¡Auch!-- exclamo.

-¡¿Qué pasá?! ¿te lastimé?-- pregunta él preocupado, pero no deja de estrujarme contra su cuerpo.

-¡Bájame!-- digo adolorida, él me baja y me examina con la mirada.

-¿Qué hice?-- dice e intenta abrazarme de nuevo.

-No, espera-- digo y coloco mis manos en mis pechos para luego correr hacia mi habitación y luego me encierro en el baño.

¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!

-Bella, déjame entrar-- dice Ambrose al otro de la puerta.

-Espera un momento-- digo y procedo a revisar mis pechos, están hinchados y mis pezones duelen, eso quiere decir que mi período está a punto de bajar y solo hasta que eso pase el dolor no desaparecerá.

-Bella, por favor, me estás asustando-- dice Ambrose, insistente del otro lado de la puerta, yo abro y él me mira preocupado y desesperado -¿Estás bien? ¿te lastimé?-- pregunta apresurado.

-No, solo...solo me duele el pecho-- digo avergonzada.

-Pero, ¿por qué te duele?-- pregunta confundido, pero yo ya no sé cómo responderle.

-Solo tengo que descansar-- digo y me dirijo hacia mi cama -No, primero me ducharé-- digo al regresarme al baño, Ambrose solo me mira confundido.

-¿Puedo esperarte?-- pregunta.

-Sí-- respondo y vuelvo a cerrar la puerta.

......................

-¿Te sientes mejor?-- pregunta Ambrose mientras acaricia mi cabello.

-No estoy enferma, Ambrose-- digo mientras como una galleta que él ya me había conseguido, de hecho me compró varias cositas.

-¿Estás segura? porque eso se escucha doloroso-- dice él y yo no puedo evitar reírme. Sí, ya le expliqué un poco mi dolencia.

-Estoy bien-- confirmo y sigo comiendo mis dulces.

Al pasar un rato me acuesto y Ambrose empieza a acariciar mi cabello, no pasa mucho cuando me quedo dormida.

--Ambrose Brown--

Me encuentro aquí, mirando a Isabella dormir, se siente pacífico ver su carita tan dulce, sus hondas de oro reposan detrás de ella y mi mano inquieta pasa y acaricia cada cabello. Se siente suave y delicado entre mis dedos, Isabella sin duda es una mujer muy hermosa, en todos los sentidos. Sí, lo supe desde que me enamoré a primera vista.

Pero esto que tenemos no es real, debo recordarmelo cada maldito segundo para no caer en la tentación. Isabella es una niña buena, reprimida bajo el ala de sus padres mafiosos, ahora entiendo el por qué cuando aceptó cansarse conmigo, solo quería salir de ese agujero, y yo la voy a ayudar, haré todo lo que está a mi alcance para ayudarla y que tenga la vida que ella quiere, pero estoy seguro de que en esa vida no estoy yo.

......................

#Tengo varios pendientes, sí-- digo al teléfono.

#Solo te estoy pidiendo diez malditos minutos de tu tiempo-- responde Víctor (mi padre), al otro lado de la línea.

#Estuve tres malditos días allá, ¿qué es tan importante que tienes que verme ahora mismo?-- pregunto un tanto furioso.

#Sé que me odias, pero no estás en juego solo tú. Si alguien te amenaza, me está amenazando a mí-- contesta Víctor igual de furioso. Porque eso es lo único en lo que nos parecemos él y yo, el absurdo temperamento.

#Sí, eso es lo único que te podría importar. Te expliqué lo que está sucediendo, jamás te dije que me habían amenazado, solo tienes que estar al pendiente si llego a necesitar un maldito favor tuyo-- digo en tono furioso -Y odiarte sería dedicarte un sentimiento, lo cuál no es así-- grito y corto la llamada.

Maldita sea, como sabe sacarme de quicio. Respiro calmandome y escucho una risita estúpida detrás de mí.

-¿Qué? ¿te parece gracioso?-- digo a Jim, quién ha estado aquí todo este tiempo.

-No-- responde tratando de contener la risa -Claro que no. Ya no te pongas así, mejor firma esto para que yo pueda seguir trabajando-- agrega ya un poco más serio. Yo firmo los documentos y él se retira.

Mi teléfono empieza a sonar y por un momento lo quiero lanzar contra la pared por la furia que siento y porque pensaba que era Víctor de nuevo, pero no es él.

#Hola, ¿necesitas algo?-- digo apresurado y con un tono de voz completamente diferente al de hace rato.

#Ambrose, ¿estás ocupado?-- pregunta Isabella del otro lado de la línea.

#No...bueno, ¿qué necesitas?-- respondo.

#Es que uno de los profesores no asistió hoy y salí más temprano de lo normal, ¿puedes venir por mí?-- pregunta ella con esa voz tan dulce que me encanta oír.

#Ya salgo para allá-- digo y corto la llamada.

Salgo rápido hacia el ascensor y luego de salir me dirijo hacia mi auto en el estacionamiento. La distancia desde mi edificio hacia el campus es de unos cuarenta minutos, pero yo me tardo veinte minutos, ya que siempre conduzco rápido.

¡Piiii! ¡Piiii!

-¡Muevanse!-- grito mientras toco el claxon.

Me adelanté a los acontecimientos, hay un maldito tráfico que no puedo pasar. Ya han pasado quince minutos y me falta la mitad de camino.

Aprieto mis manos al volante hasta que ya no puedo más con la ansiedad y entonces el semáforo cambia y acelero rebasando el auto que tenía enfrente y acelero más y más.

--Isabella Jones--

-Hola, princesa-- escucho la voz de Sam detrás de mí.

-Hola, Sam-- digo mientras volteo -Recuerdo haberte dicho que me llamaras por mi nombre-- agrego amablemente.

-Isabella-- dice él como saboreando cada letra -No me diste respuesta el otro día. ¿Irás a mi fiesta?-- pregunta coqueto.

Yo solo trato de no perder la compostura, últimamente Sam me ha molestado mucho y es algo frustrante porque estoy bastante segura de que sabe que estoy casada porque él fue el primero que me vio con Ambrose cuando vine a la universidad. Cuando estoy con Maddison y Martin puedo evadirlo, pero últimamente Maddison se va apenas terminan las clases y yo tengo que esperar a que vengan por mí.

-No, no puedo ir...tengo planes-- digo amable.

-Oh, que pena. Me habría encantado verte allí-- dice y pretende acariciar mi cabello, pero yo lo esquivo.

-No hagas...-- empiezo a hablar, pero escucho el peculiar sonido de las llantas en el asfalto, lo que me dice que Ambrose ya llegó.

No me da tiempo de reaccionar con lo increíblemente rápido que se baja del auto y viene hacia nosotros, y en ese descuido Sam tomó un mechón de mi cabello.

-Ni se te ocurra-- dice Ambrose después de sujetar la mano de Sam y apretarla.

-¡Maldición!-- exclama Sam -Me está lastimando. Ya suelteme señor-- dice y Ambrose lo suelta empujando su mano.

No sé cuándo llegamos a este punto, Ambrose luce furioso y Sam parece querer seguir molestando, porque decirle señor es algo un poco grosero Escúchame persona apenas te lleva unos años de edad, aunque pensándolo bien, ni siquiera sé que edad tiene Ambrose.

-Escúchame bien, maldito mocoso...-- empieza a hablar, pero yo lo interrumpo.

-Ambrose, vámonos-- digo y él parece contenerse, luego nos vamos al auto.

-¿Estás bien?-- pregunto mientras él va concentrado en el camino.

-Sí, solo que no me gustó nada que ese imbécil te tocara-- dice mientras paramos en una luz roja.

-No te preocupes por eso, ya le dejé saber que dejara de molestarme-- digo para calmarlo.

-¿Te ha estado molestando todo este tiempo?-- pregunta un tanto sorprendido y lo demás molesto -Ese moco... Pero eso no se va a quedar así, voy a hablar con...-- agrega, pero lo interrumpo.

-Por favor, no hagas eso. Te prometo que ya solucioné el problema-- digo para calmar lo que acabo de desatar, tengo que tener más cuidado con mis palabras en el futuro.

-Bien-- dice un poco más calmado -Pero si te siguen molestando, quién sea, me lo tienes que decir, ¿de acuerdo?-- agrega mientras me mira.

-Lo prometo-- respondo mientras le sonrío. Él me sonríe devuelta y luego acelera de nuevo.

......................

Han pasado varios días desde el incidente con Sam, me he mantenido más alejada de él para evitar problemas. Maddison a veces está conmigo a veces no, Martin es igual, a veces está con nosotras y luego desaparece, a veces me vuelven loca tratando de encontrarlos.

Con Ambrose las cosas son... complicadas, pero hemos compartido mucho últimamente. Entonces sí, todo marcha bien, todo parece ir normal.

Ahora mismo estoy haciendo unas tareas de la universidad, mi teléfono empieza a sonar, son mis padres, decido contestar porque la última vez que no lo hice, le hicieron un alboroto a Ambrose y eso no quiero.

#Hola-- digo al contestar.

#Mi cielo, ¿cómo estás?-- pregunta mi madre del otro lado de la línea.

#Mamá, estoy bien-- respondo.

#¿Estás segura? ¿no la estás pasando mal? Debes decirnos todo lo que ocurra-- dice ella.

#Sí, mamá, estoy bastante segura de que estoy bien-- contesto un poco irritada, me agobia que quiera ser tan cuidadosa y protectora, pero sigue con esa mala vida.

#No le hables así a tu madre, Isabella-- dice mi padre.

#Ah, hola, papá, pensé que no estabas cerca-- digo con el mismo tono.

#Basta, ¿qué te sucede? nos hablas sin respeto y quieres hacer lo que quieres, ¿desde cuándo eres tan soberbia?-- dice mi padre molesto.

#No, yo...yo no quería ser grosera-- digo y suspiro -Tengo un montón de tarea por hacer-- agrego y espero poder terminar la conversación.

#Entonces estás muy ocupada para hablar con tus padres. Perfecto, mañana mismo iremos para allá-- dice y cuelga.

Y hasta aquí llegó la calma que viene antes de la tormenta.