La vida está llena de sorpresas, alegrías, gozo, pero también hay momentos donde todo se vuelve un torbellino sin salida que nos sume en una oscuridad inmensa. Está es la historia de Alexander y Samanta, cuyas vidas se unen en un camino de pasión, deseo, pleitos, rencores, amistad, entrega, dedicación y sobretodo amor, un amor tan sublime que se vuelve una utopía entre ambos, los amores prohibidos desencadenan los más bajos instintos del ser humano, tanto para los que lo viven, como para los que lo desprecian por la sola idea de saber el motivo por el cual se vuelve imposible.
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Capítulo 21 Viaje de placer
Narra Sam
Los meses pasan muy rápido y estamos a tan solo horas de llegar a Brasil, me emociona ir a conocer un lugar como esto, hace algunas semanas estuve practicando lo básico del idioma, la verdad el portugués es hipnotizante, antes de salir deje los diseños listo para que Elena comenzara con las telas, la confesión, los proveedores y demás, con Max digamos que estamos en lo que se puede decir un noviazgo, le aclare qué voy a descansar y lo que menos quiero es ser interrumpida, que yo lo llamare cuando esté disponible.
Bajamos del avión he inmediatamente el calor se apodera de mi cuerpo, no estoy acostumbrada a esta temperatura tan alta, siento que mi piel esta pegajosa y quisiera quitarme toda la ropa, esperamos el equipaje y el abuelo busca a Alexander en una de las salas de espera, veo en sus ojos y su expresión que no me esperaba, no sé porque el abuelo no le menciono de mi visita, trato de ignorarlo así como él lo hace, cuando el abuelo le ordena llevarme a conocer el lugar él se niega de inmediato, pero el grito de ultimátum del jefe nos deja sin palabras.
Al llegar al hotel Alexander nos indica que en habitaciones quedarnos y le pide a la recepcionista quien se lo come con la mirada que nos ayude con todo, veo que este imbécil no perdió tiempo aquí, pues era obvio que un hombre como él no se quedaría solo y menos en un lugar tan paradisiaco.
El abuelo le recrimina el hecho de estar acostándose con una empleada, pero su respuesta es molesta al dejar claro que es su vida.
Llego a mi habitación y lo primero que hago es darme una ducha para recostarme un rato, enciendo el aire acondicionado y me duermo por alrededor de una hora, me levanto entusiasmada de conocer este paraíso tropical, me pongo mi traje de baño y me pongo un short, salgo y busco el bar para pedir un trago, el mesero me ofrece una bebida llamada caipiriña que es muy conocida en la zona, pruebo un sorbo y es deliciosa, me la bebo como si fuera refresco y escucho la voz de Alex regañándome
- No es agua niña – me dice molesto
- Otra vez tú, que fastidio – le digo volteando los ojos
- ¿Quieres comenzar tu recorrido ya? – me pregunta con evidente pereza
- No es necesario, puedo hacerlo sola, además el abuelo no se tiene porque enterar – le digo para que deje de sentirse obligado
- Tú de verdad crees que mi padre es idiota, es obvio que él se enterara – me dice volteando sus ojos
- Ok, déjame disfrutar un poco de la piscina y vamos – le pido
- Entonces me escribes cuando termines – me dice
- Está bien, puedes irte – le digo dando una señal como si fuera un empleado más, veo el enfado en sus ojos y eso me produce una carcajada que hace me dé una mirada asesina, ya extrañaba todo esto
Paso dos horas en la piscina que es grandísima y es en un estilo playa, me bronceo un poco aprovechando que el hotel no está congestionado, me acomodo en la silla y desabrocho el bikini en la espalda, creo que me quede dormida por unos minutos y luego siento que alguien me lanza agua y me saca de mi estado de confort
- Maldito desgraciado ¿Qué te pasa? – le grito a Alex
- Lo siento princesa, pero no me puedo quedar esperándote toda la tarde, así que vístete y vamos – me dice con calma pero con ironía
- Está bien, voy a cambiarme a la habitación, espérame el en lobby –le digo como una orden y vuelve y me da una mirada homicida.
Subo rápido, me doy una ducha y me pongo mis bragas, me pongo un corto y sensual vestido que se usa sin sostén y que no deja mucho a la imaginación, me calzo con unas cómodas sandalias, salgo y me dirijo al lobby donde lo veo de lejos, también se cambió, se puso un pantalón blanco con una camisa azul que le queda pegada en sus espectaculares brazos, al acércame veo que la lleva desabrochada por lo que puedo ver parte de su memorable pecho, aclaro mi garganta y trago saliva, pues siento como mi cuerpo tiembla de deseo.
- No había algo más indecente que ponerte – me dice reparando mi transparencia
- Si no quieres ver puedes voltear la cara o bien cerrar los ojos, además quien quita y aquí consigna mi nuevo juguetico – le digo con burla
- Como quieras, vamos – me dice
no concibo tal verdad....
por favor, que Sam no sea hija de Robert 🙏🏻
llegará la tormenta?