LA GUARDAESPALDAS DE TOBA

Capítulo 21

El nuevo Don

Solamente los hermanos y los padres quedaron en la habitación. Se sentaron juntos.

- ¿Cómo lo supiste?

- Solo podían ser Josu o ella, que son los dos que viven aquí. Le pusimos una trampa y cayó. 

Josu se sobresaltó. Pero no dijo nada. Dadas las circunstancias comprendía que pudieran dudar de él y de cualquiera de sus hermanos. Don Antonio miró a Toba.

- El día que llamaste a Marián estábamos allí precisamente usando la excusa de ir a visitarla para que Valeria pensara que podía coger el teléfono de tu madre y mirar sus conversaciones. Después de eso fue muy fácil investigar sus movimientos. 

- Se había liado con el subjefe Parker - dijo Gilda

- Ese hombre siempre me inspiró confianza- siguió contando Antonio. - Le tenía en alta estima y le pronostiqué un gran futuro debido a su arrojo y su ambición.  Pero esas dos características iban mal dirigidas contra la familia que lo acogió.  Convenció a tu hermana de que ella podía ser imbatible junto a él.  La idea era coronarse los dos como los jefes tal y como somos mamá y yo. Matando a Toba y luego a nosotros en caso de que no aceptáramos sus pretensiones

- Más o menos eso es lo que pudimos averiguar de sus conversaciones. Le pusimos escuchas y así supimos que te habían encontrado y que iban a por ti. Pudimos avisar gracias a la llamada que hiciste a Marián. Por supuesto me quedé con tu número. Llevaban tiempo planeándolo y esperaron el momento en el que nosotros cometimos un error con el que les pusimos a Toba en bandeja. 

o menos eso es lo que pudimos averiguar de sus conversaciones.  Llevaban tiempo planeándolo y esperaron el momento en el que nosotros cometimos un error con el que les pusimos a Toba en bandeja. 

Ahora los cuatro hermanos se sorprendieron.  Toba y Manu comprendieron rápidamente cuál había sido ese error.

- Mamá… la bomba…

- Queríamos que volvieras voluntariamente. Se nos escapó de las manos, obviamente 

- Mamá… nos hiciste daño a mí y a Marián, ¡Por Dios!

Antonio y Gilda, estaban avergonzados.

- Ya está hecho Toba. Míralo por el lado bueno. Valeria se descubrió y tú has vuelto. Y además has encontrado tu numerale ¿verdad?

Su madre, como siempre, ya había avanzado más que todos los demás en sus certeras conclusiones. 

- Sí, mamá.  Este tiempo de pausa me ha hecho pensar y entender cosas que me negaba a ver. Lo quiera o no, soy el heredero. Acepto lo que venga.

- Antes de todo, ya que no queremos ocultarte nada, debes saber que enviamos a Marián y a su familia fuera del país. Les proporcionamos una nueva vida lejos de aquí, porque en realidad temimos por su vida. 

- Entiendo, mamá, gracias por eso 

- Entonces… ¿Podemos anunciar ahora que eres el nuevo Don?

Sus padres y sus hermanos, sonrieron. Era lo adecuado. Nadie era más perfecto que Toba para dirigirlos con honestidad y entereza y llevarlos a buen puerto. Doña Gilda dijo:

-Estamos muy contentos por esto. Pero estamos muy tristes por nuestra hija. Si hay algo que decir, este es el momento.  Si alguien tiene que llorar, que llore, pero nunca, nunca más, bajo ningún concepto, se volverá a incluir a Valeria en esta familia como hija ni como hermana de nadie. A partir de ahora, es huérfana. Ninguno de ustedes va a ayudarla de ninguna de las maneras. No será perdonada. Por esto hago extensiva la ley de la omertá, sobre Valeria. ¿Estamos de acuerdo todos?

Dijeron que sí sin dudar. Por mucho que la hubieran amado a partir de ese momento Valeria dejaba de ser parte de la familia. 

Era mejor así.

......................

Mientras esto ocurría en la Sala del Despacho Bixby, Sebastián y Koi permanecían en el exterior de la mansión, entre los jardines, en espera de Toba. 

Marco Pozo se dirigió hacia ellos y saludó mirando a Sebastián. Bixby inclinó la cabeza respetuosamente y dijo:

- Jefe, este es Sebastián Reyes, médico y amigo de Toba.

Los hombres se dieron la mano.

- Siendo amigo del joven maestro le pido que me acompañe dentro. Tú también Bixby - ordenó. Luego miró a Koi y le dijo:

- Vete con Enzo - y se despidió.

La mujer y el médico siguieron a Marco dentro de la casa y los llevó a una pequeña salita de grandes ventanales. Los hizo sentar y al poco apareció una mujer que sin preguntar nada sirvió una bandeja con pequeños refrigerios y café. Tenían hambre, así que aceptaron de buen grado el detalle. 

Pasaron unas dos horas y Sebastián no dejaba de moverse inquieto, deseando hablar con su amigo antes de marcharse. Pensó que si pasaba más tiempo sin llegar, mejor sería hablar con él al día siguiente  Cuando se giró hacia Bixby para despedirse las puertas se abrieron y Marco los llamó haciendo señas de que le siguieran

Fueron tras  él hasta el imponente despacho y entraron sorprendidos y sin tener idea de por qué los convocaban a la gran sala. Todos los presentes se reunían alrededor de una enorme mesa de madera labrada tras la que don Antonio aparecía sentado en un sillón impresionante, que más parecía un trono. Detrás de él, su mujer está de pie respaldándolo.

Al lado izquierdo se encontraban los hombres más relevantes de la familia: consejeros y jefes de los jefes. A la derecha los cuatro hermanos Jiménez con Toba a la cabeza. Marco los dejó en el centro frente a don Antonio, antes de desplazarse él mismo en el grupo de la izquierda. Don Antonio habló con su voz potente y grave: 

- Tú eres Sebastián - afirmó. - El amigo de mi hijo 

El chico dijo sí con la cabeza.

- Sí, señor. Un placer conocerle por fin. Somos amigos desde el colegio, pero nunca me invitó a su casa.

Sebas miró a Toba con reproche. Don Antonio se rió de la ocurrencia.

- Y tú eres a quien llaman Bixby 

La chica asintió sin hablar. No le gustaba estar expuesta en el centro de una sala con tanta gente, pero eran sus jefes y no podía negarse. Antonio dijo:

- Voy a ser breve. Toba me ha contado las andanzas en las que han estado estos días. Todas estas personas están aquí porque acabo de anunciar oficialmente que desde este momento, él pasa a ser el jefe de la familia, aunque su madre y yo estaremos aún, acompañándolo en esta transición, durante un mes. - anunció. - Una de las últimas cosas que voy a hacer como jefe de esta familia es recompensar la ayuda prestada a mi hijo en estas últimas semanas. Sebastián tú tendrás una gran compensación económica además de un coche nuevo. El que tu escojas. No aceptamos un no por respuesta 

Se adelantó desechando la negativa de Sebastián que ya empezaba a negar con la cabeza. Sebastián dijo que, siendo así, no le quedaba más remedio que aceptar el Ferrari rojo que quisieran darle. Todos morían de risa, por el desparpajo del médico. 

- En cuanto a ti, muchacha, no podemos valorar la deuda inmensa que tenemos contigo. Somos conscientes de qué nuestro hijo está vivo gracias a ti.

Bixby bajó la cabeza, incómoda.  

- Lo que quieras pedir, lo que sea, lo tendrás.

Afirmó categórico Antonio. Ella murmuró un gracias por lo bajo. Don Antonio extendió las dos manos hacia su hijo para que se acercará y  lo arrastró hasta el sillón. 

Este miró hacia su amigo y dijo:

- Sebastián, me gustaría contar contigo como médico de la familia. No te pido que decidas ahora, pero piénsalo.

Sebastián le dijo:

- Hablaremos de eso

Luego de eso, Toba miró hacia la mujer y le dijo:

- Bix, tengo una pregunta que hacerte

Ella lo miró fijamente. Él se acercó y se le colocó enfrente.

- ¿Eres mía?

 Preguntó. Ella sabía lo que quería decir y afirmó.

-Sí, ya te lo dije

- ¿Serás mi numerale?

Preguntó. Eso la convertiría en la mano izquierda en la sombra, de él. Dedicada solo a ocuparse de objetivos concretos que él necesitara eliminar, secuestrar o amenazar. Ella dijo sí.  Entonces Toba le extendió la mano donde ahora portaba el grueso anillo que le señalaba como el jefe principal de los Jiménez y por tanto el capo di tutti capi. 

Bixby acercó los labios y le besa la mano cerca del anillo, siendo la primera en mostrar respeto al nuevo Don. Toba colocó la mano sobre la cabeza de ella y ese fue el primer gesto que hizo como jefe. 

De esa simple manera a partir de ese momento Toba se convertía en el hombre más poderoso de la ciudad.