Un día desperté en el cuerpo de un principe de una novela y lo peor de todo es ... ¡No leí la novela!
Daniel Park era un joven que le gustaba encerrarse en casa con sus videojuegos pero su vida cambia cuando es atropellado y su alma es enviada a la novela que leía su hermana. Despertó siendo Lancelot Sonderbug-Holstein, un príncipe atractivo pero desinteresado cuya muerte provoca una guerra entre dos grandes Imperios, por lo que deberá hacer lo posible para salvar su cuello y pensar correctamente para no repetir otra tragedia.
— No quieres ser Rey pero te comportas como uno, ¿Qué sucede?.
— Yo .. no lo entenderías.
No quiero morir.
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Capítulo 21: Palabras sagradas
— ¿Perdoname?. —Pregunté.
— No, no es nada. —Aquella mujer colocó la mano en su cabeza y luego me dio la espalda.— Sigueme, futuro Rey.
Salí de la fuente y caminé tras ella. Por sus ropas y que eran diferente a la de los demás, me hizo pensar que quizá estaba hablando con la Santa. Pero es muy extraño, no creí que la vería hoy, las monjas dicen que no suele hablar con nadie, así que esperaba hablarle yo primero.
Mientras la seguía, no me di cuenta que ella se había detenido por estar pensando, por lo que cuando volteó la mirada hacia mi, enterró su cara en mi pecho.
— Disculpeme .. —Intenté retroceder pero pareció seguir estando sobre mi pecho.— ¿Hmm? ¿Señorita Santa?.
— AHHHHH YO NO FUI, ¡¿POR QUÉ NO TE ALEJASTE?!. —Retrocedió con pánico, su rostro estaba completamente rojo.
— Haha ..
Si, lo intenté.
— Además, ¡¿POR QUÉ ANDAS CON EL PECHO DESCUBIERTO?!
— ¿Así no es el modelo?. —Observé mis ropas.
— Hay unos cordones por dentro para amarrar ..
Y si, después de revisarlo, ahí estaban, supongo que aún no me termino acostumbrando al secreto de las prendas. Y por otro lado, la Santa parecía esperar a que lo hiciera pero no tenía mucho ánimo, en el castillo suelo usar ropa apretada, usar ropa suelta por una vez, es mucho mejor.
— Hmm, lo dejaré así.
— ¿Qué?, p-pero tienes que .. además, mis ojos ..
— ¿Te gustaría hacerlo por mi?.
— JAMÁS, JAMÁS, JAMÁS .. ¡JAMÁS!.
Había gritado tanto con la cara roja que me reí. Era muy divertida y a pesar de que era conocida como Santa, no era alguien de personalidad fría como me la había imaginado. Ella continuó caminando y yo la seguí.
Luego, llegamos a un espacio que parecía ser una piscina, el agua transparente estaba casi al borde y la Santa ingresó al agua hasta sentarse. Solo medía 1 metro de profundidad, así que no había ningún problema.
— Vamos a meditar, sientate, cruza las piernas y tus manos sobre las rodillas.
Asentí e hice lo que me pidió.
La Santa me dijo que debía concentrarme en mi respiración y asi lo hice. También me indicó que estaría viendo mis acciones, porque la meditación iba a servir para leer mi alma. Me tensé un poco, ¿Se daría cuenta que no soy de este mundo?.
Sentí un poco de miedo cuando ella abrió los ojos y me miró fijamente.
— Tú ..
— ¿Yo?. —Pregunté, sorprendido.
— ¿Haz encontrado la vida plena?
Levanté los hombros, sin comprender.
— Tu alma no tiene ninguna energía negativa. No hay celos, ni envidia, tampoco ambición. ¿Que esperas conseguir?, ¿Cual es la meta en tu vida?.
Me quedé observándola. La verdad es que no he tenido tiempo de pensar en dinero o fama, no es algo que realmente necesite. Cuando vivía en mi mundo, trabajaba lo normal para vivir pero en este mundo, solo necesito estudiar para estar tranquilo. Supongo que por eso no tengo una meta para mi mismo.
— Eso es porque .. mi meta, no tiene que ver conmigo mismo, ni de superarme espiritualmente.
— ¿No lo es?.
Negué con la cabeza.
— Mi meta es desenmascarar a la organización que se encarga de la compra y venta de personas. Ellos secuestraron a unos niños que yo protegía. —Bajé la mirada, donde mi angustia podia reflejarse sobre el agua.— Cuando me convierta en Principe Heredero, lo primero que haré, será buscarlos por mi mismo.
— Comprendo, las metas no son por ti, sino por los demás, ahora lo puedo ver claramente. Pero también puedo observar algo .. ¿Blanco?.
— ¿Blanco? ¿Puedes ver a una mujer de cabello blanco? ¿Que hace? ¿Donde vive?.
— Calma, calma .. —Respondió.— Tampoco puedo verla claramente, solo percibo sus almas y debo decir que la suya es muy brillante pero manchada.
— ¿Que significa eso?.
— Un alma pura pero que está sufriendo y mucho, ¿Quizá tiene que ver con esa organización que mencionaste?.
¿Qué? ¿Quizá por eso, es que no la encuentro? ¿También fue atrapada por ellos?.
— Ya lo percibí bien, es una esclava. Pero no está aquí, sino en Deland.
— La mujer que vi, estaba en el Castillo, ¿Por qué estaría aquí si es del Imperio de Deland?.
— No lo sé, no está muy claro, lo que si es claro, es que está a muchos, muchos días de viaje desde aquí. —Ella finalmente abrió los ojos.— Eso es todo, puedes irte.
— ¿Eso es todo?. —Incliné la cabeza.
— ¿Qué? ¿No estás satisfecho?.
— No es eso, señorita Santa, lo contrario, estoy muy agradecido por su ayuda. —Le sonreí.— Pero espero .. que podamos seguir siendo amigos en el futuro
— Y yo para que querría eso .. —La Santa murmuró en voz baja, mirando hacia otro lado y yo aproveché para levantarme.— Por cierto, deberías hacer algo con tu cabello.
— ¿Por qué?. —Comencé a mirarlo, tomando las puntas de mis manos.
— E-Es muy largo, además, si no fuera por tus brazos o tu pecho, creería que eres una mujer, ¿No te importa eso?.
Sonreí y coloqué las manos en las caderas.
— ¿Soy una mujer linda?.
— ¡NO ME REFERÍA A ESO!
Es verdad que no me he cortado el cabello en años, supongo que se debe a que, como en mi mundo, rara vez me creía el cabello, no tenía que preocuparme en cortarlo. Pero en este mundo, mi cabello crece normal. El cabello de Noah también es largo pero negro, la única diferencia es que él se lo ata en una coleta. Y por otro lado, el cabello de la Santa es un color rosa pastel pero corto, ¿Quizá tuvo que cortárselo igual?.
— Gracias por decirlo pero mi cabello .. me gusta tal y como está. —Luego, saqué una pequeña cuerda que estaba entre las prendas cuando me la entregaron y até mi cabello en una coleta alta.— ¿Así está mejor?.
— Supongo ..
— ¡Bien! Que tenga un buen día, señorita Santa. —Me incliné ante ella y luego me retiré.
Y así, había sobrevivido .. a mi primer día dentro del Templo y cuando me sentía en paz, no lo estaba cuando tenía que sentarme y comer del agua. Las monjas me decían que estaba a punto de desmayarme.