Andres y Elizabeth no son tan amigos y tampoco de la misma edad, pero eso no importará para que sus abuelos quieran casarlos.
Esta historia ambientada en la época 1955, aunque tiene el tipico cliché que amamos mucho aunque no lo queramos admitir
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Mi esposo
Elizabeth
Llegue a casa de mis padres, un poco nerviosa por el que pensara mi familia cuando llegué sin Andrés, hasta ayer le confirmé a mi madre que vendríamos, pero era su aniversario, no podría hacerle eso a nadie e incluso a ella.
Mi madre está en la sala hablando con la madre de Andrés- Hola, mamá- me acerco para darle un beso a ella y su barriga- Hola suegra- le digo con una sonrisa mientras se acerca a darme un abrazo.
- Hija\, qué gusto verte\, ¿Andrés donde está?- sabía que no me saldría de esta viva.
- Si Lizzy ¿Dónde está mi hijo?.
- Él no podrá venir\, en la empresa tiene demasiado trabajo y unos pedidos enormes\, no ha parado de trabajar junto con Pablo\, fui a buscarlo\, pero casi ni pude hablar con él\, manda disculpa y que vendrá en estos días para celebrar- lo excuse\, de verdad espero que me crean\, hasta hace meses nunca le había dicho mentiras a mi madre ahora parezco una experta en el tema.
- Oh\, es una pena\, pero se entiende\, estas fechas son muy exigentes- mi madre me apoyo lo cual es bueno quiere decir que creyó mi mentira.
- Hablaré con él más tarde\, para ver como está el trabajo y si me necesita ir a ayudarlo- me dice su madre la cual la calmo con un abrazo.
- No se preocupen por lo que vi lo están llevando muy bien entre Pablo y Andrés...
- ¿Dónde está mi hija favorita?- grita mi padre desde el patio de la casa donde tiene una parrilla montada juntos a mi abuelo\, el abuelo de Andrés y unos amigos de papá.
- Papá soy tu única hija ese truco no está bien utilizado\, hazlo cuando nazca mi hermano- fue hacia él y lo abrace con fuerzas- Feliz cumpleaños papá- él me correspondió con un abrazo más fuerte. Salude a todos los invitados e incluyendo a mi abuelo y el de Andrés.
-¿Dónde está mi yerno?, Quiero que conozcan a mi yerno es un excelente muchacho- se dirigió a los invitados, cosa que me hizo sentir un poco mal por mi padre.
- Papá\, lo que pasa es que Andrés...
- Feliz cumpleaños suegro!- grito Andrés\, su llegada hizo que mi corazón diera un vuelco en segundos.
- Yerno llegaste!- mi padre corrió para abrazarlo y fue correspondido- Les presento a mi yerno\, él es Andrés- mi padre luce orgulloso de presentarlo y por algún motivo Andrés parece estarlo o al menos eso percibo. Lo presento a todos sus amigos y él con una sonrisa en su rostro luciendo feliz\, se acercó a mí con una mirada de complicidad
-¿Por qué cancelaste tu cita?- pregunte en voz baja- No era necesario de verdad yo te excuse con todos- le dije lo más sincera posible aunque me alegrara que estuviera aquí.
- Tenía que estar aquí\, aquí contigo- sus manos tomaron mi rostro dulcemente acercándome a sus labios\, no fue lento ni tampoco rápido fue a la velocidad perfecta para que pueda pensar en que hacer ¿corresponderle?\, no la pregunta es ¿por qué me besa?\, ¿es porque está mi familia?\, si eso debe ser\, al ver sus labios no pude seguir pensando en ningún motivo de porque está a punto de besarme\, solo me deje llevar.
Sentí esos labios chocar con los míos y es...
INCREÍBLE
Sus labios se sentían suaves y cálidos, una explosión de vibraciones recorrieron todo mi cuerpo, pegue mi cuerpo aún más a él y dejo de tomar mis mejillas para tomar mi cintura y yo lo rodeo en su cuello mientras nuestros labios seguían sin separarse ni un segundo, no me importa quedarme sin aire, sentir esto era maravilloso aunque sea solo por hoy, quiero disfrutar a Andrés, a mi esposo.
Toda la velada fue perfecta, Andrés actuaba como el esposo perfecto delante de nuestras familias, ayudó a mi padre con la parrilla e incluso a nuestras madres en la cocina y hablaba con todos los invitados, a mí me buscaba para darme besos en la mejilla e incluso me abrazaba siempre que se daba la oportunidad. Me sentí realmente bien y disfrute cada momento de esta noche, pero no todo puede ser perfecto, era hora de irnos y hasta aquí se termina este cuento. Me despedí de mis padres y de todos los invitados al igual que Andrés y partimos a la casa.
En el camino no hablamos mucho menos sobre porque cancelo su cita con su novia ni el beso que me dio.
Al llegar a casa me senté en la mesa del comedor para ordenar unas cosas que me había dado mi madre como comidas y unos platos para tener en la casa.
- Liz lamento olvidarme del cumpleaños de tu padre\, no volverá a ocurrir- quiero preguntarle sobre porque fue\, pero no sé si sea buena idea.
- Está bien\, de todas maneras si llegaste eso me hizo feliz- se acercó sentándose frente de a mí.
- Me alegra hacerte feliz- sostuvo mi mano.
- Ese beso...- dije un poco nerviosa- ¿me besaste porque estaba mi familia?- en su rostro se borró la sonrisa y la seriedad se presentó.
- Ese beso... estábamos en familia si no te besaba sospecharían de que algo malo pasa entre nosotros- lo sabía\, sabía que era por nuestras familias\, pero no me voy a poner mal sobre eso\, porque lo disfrute\, ese beso tan mágico lo disfrute como nunca.
- Si me lo imagine\, solo quería aclararlo no quiero malos entendidos y menos causarte problemas con Teresa- le comente mientras sacaba la comida de las bolsas.
- Te bese\, yo lo hice\, en caso de que eso cause problemas yo me llevaré la responsabilidad no tienes por qué preocuparte por nada- Andrés ordenaba los platos de la bolsa que estaban cerca de él.
- Si se llegan a enterar sobre el matrimonio falso\, vamos a tener muchos problemas AMBOS- le recalque que no solo él.
- Si se enteran cosa que no lo harán yo no dejaré que caiga ese peso sobre ti\, yo te metí en esto y te sacaré ilesa- su voz suena convincente\, pero por alguna razón siento que no será así y que ambos saldremos muy mal de todo esto.
- Está bien esposo\, confiaré en ti- le regale una sonrisa.
-Debo confesarte algo Elizabeth- Asiento con la cabeza.
-Si dime.
-Ese beso me gusto mucho- al escuchar eso no pude evitar sonreír.
-A mí también me gusto mucho- correspondió a mi sonrisa y seguimos sacando las cosas de las bolsas mientras hablábamos de la fiesta de mi padre.