En un pequeño pueblo rodeado de montañas y bosques densos, un joven llamado Leo descubre que su madre está gravemente enferma. Desesperado por salvarla, Leo se embarca en una búsqueda para encontrar el legendario Reloj Mágico de la Luna, que se dice que puede conceder deseos.
Pero el viaje no será fácil. Leo deberá enfrentar peligros y desafíos en su búsqueda del reloj, y descubrirá secretos sobre su familia y su pasado que cambiarán su vida para siempre.
¿Podrá Leo encontrar el Reloj Mágico de la Luna y salvar a su madre? ¿O el precio de su deseo será demasiado alto para pagar?"
NovelToon tiene autorización de Fabian Rendon para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
EL ENEMIGO EN LAS SOMBRAS
Leo y Aria avanzaban por el pasillo oscuro, intentando encontrar la salida. De repente, escucharon un ruido detrás de ellos.
"¿Qué fue eso?" preguntó Aria, mirando hacia atrás.
Leo se dio la vuelta, pero no vio nada. "No lo sé", respondió.
Justo entonces, una figura emergió de las sombras. Era un hombre alto y delgado, con cabello negro y ojos rojos.
"¿Quién eres?" preguntó Leo, intentando mantener la calma.
"Soy Kaelos", respondió el hombre, sonriendo. "Y estoy aquí para obtener el Reloj Mágico de la Luna".
Aria se puso delante de Leo, lista para defenderlo. "No te lo permitiremos", dijo.
Kaelos se rió. "No creo que puedan detenerme", dijo. "Soy más poderoso de lo que imaginan".
Kaelos se acercó a Leo y Aria, su sonrisa se volvió más amplia y su mirada más intensa. "No saben quién soy", dijo, su voz llena de confianza. "Soy el descendiente de una línea de magos poderosos, y he estado buscando el Reloj Mágico de la Luna durante años".
Aria se mantuvo firme, su mano en la empuñadura de su espada. "No te lo permitiremos", repitió. "El reloj no es para ti".
Kaelos se rió de nuevo. "No saben lo que están haciendo", dijo. "El reloj es mío, y lo tomaré por la fuerza si es necesario".
De repente, Kaelos levantó su mano y un rayo de energía oscura salió de ella, dirigido hacia Aria. Leo se lanzó hacia adelante, intentando proteger a su amiga, pero Aria ya había reaccionado. Con un movimiento rápido, desvió el rayo de energía con su espada.
La energía oscura rebotó en la pared del pasillo, causando una explosión de polvo y escombros. Cuando el polvo se asentó, Kaelos ya había desaparecido.
"¿Dónde se fue?", preguntó Leo, mirando alrededor.
Aria se encogió de hombros. "No lo sé", dijo. "Pero debemos seguir adelante. El reloj está cerca, lo puedo sentir".
Leo asintió, y juntos continuaron su búsqueda del Reloj Mágico de la Luna. Pero sabían que Kaelos no se rendiría fácilmente, y que debían estar preparados para enfrentarlo de nuevo.
Leo y Aria continuaron su búsqueda del Reloj Mágico de la Luna, avanzando por el pasillo oscuro y silencioso. La atmósfera era tensa, y ambos sabían que Kaelos podría aparecer en cualquier momento.
De repente, Aria se detuvo y miró alrededor con una expresión de confusión. "¿Dónde estamos?" preguntó. "Este pasillo parece diferente".
Leo miró alrededor y vio que Aria tenía razón. El pasillo había cambiado, y ahora parecía más estrecho y laberíntico.
"Creo que hemos tomado un camino equivocado", dijo Leo.
Aria asintió. "Sí, debemos encontrar la forma de regresar al camino principal".
Justo entonces, escucharon un ruido detrás de ellos. Se dieron la vuelta y vieron a Kaelos emergiendo de las sombras.
"¿Qué hacen aquí?" preguntó Kaelos, su voz llena de desdén. "No pueden detenerme. El Reloj Mágico de la Luna es mío".
Aria se puso delante de Leo, lista para defenderlo. "No te lo permitiremos", dijo. "El reloj no es para ti".
Kaelos se rió. "No saben lo que están haciendo", dijo. "El reloj es la clave para mi poder, y lo tomaré por la fuerza si es necesario".
De repente, el pasillo comenzó a temblar y a oscilar. La luz de las antorchas se apagó, y la oscuridad se cerró sobre ellos.
"¿Qué está pasando?" preguntó Leo, intentando mantener la calma.
Aria miró alrededor, intentando encontrar una salida. "No lo sé", dijo. "Pero debemos encontrar la forma de escapar de aquí antes de que sea demasiado tarde".
De repente, una luz débil comenzó a brillar en la distancia. La luz se fue intensificando y pronto pudieron ver que era una puerta que se abría en la pared del pasillo.
"¡Vamos!" gritó Aria, tomando a Leo de la mano. "¡Tenemos que salir de aquí!"
Corrieron hacia la puerta y la atravesaron justo cuando el pasillo comenzaba a derrumbarse detrás de ellos. Se encontraron en una gran sala llena de estanterías de libros y objetos antiguos.
"¿Dónde estamos?" preguntó Leo, mirando alrededor.
Aria se encogió de hombros. "No lo sé, pero creo que estamos cerca del Reloj Mágico de la Luna".
De repente, escucharon un ruido detrás de ellos. Se dieron la vuelta y vieron a Kaelos emergiendo de las sombras, su ojos brillando con una luz maligna.
"¡No pueden escapar de mí!" Gritó Kaelos. "¡El Reloj Mágico de la Luna es mío!"