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Una Mujer En La Mafia #2 -

Una Mujer En La Mafia #2 -

Status: Terminada
Genre:Romance / Completas / Mafia / Reencuentro
Popularitas:10.8k
Nilai: 5
nombre de autor: Ashly Rijo

Segundo libro de- UNA MUJER EN LA MAFIA. Aclarando solo dudas del primer libro. No es que es una historia larga. Solo hice esta breve historia para aclarar algunas dudas.

NovelToon tiene autorización de Ashly Rijo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Una mujer en la mafia

Salí del baño con el corazón todavía acelerado, intentando convencerme de que el aire fresco fuera suficiente para calmar mi enojo. Pero al abrir la puerta, ahí estaba él, apoyado contra la pared con los brazos cruzados.

James.

Su mirada me atravesó como un cuchillo. No decía nada, pero estaba claro que había estado esperándome.

—¿Qué haces aquí? —pregunté, tratando de sonar firme.

Él alzó una ceja, como si la pregunta le pareciera ridícula.

—Esperándote. Tenemos que hablar.

Mi cuerpo se tensó de inmediato.

—No tengo nada que hablar contigo. Aléjate de mí.

James no se movió. En cambio, dio un paso hacia mí, su expresión indescifrable, sus ojos fijos en los míos.

—¿Por qué me tienes tanto miedo? —preguntó en voz baja, pero había algo afilado en su tono, algo que hizo que un escalofrío recorriera mi espalda.

Di un paso atrás instintivamente, pero choqué contra la pared.

—¿De verdad necesitas preguntarlo? —respondí, con la voz tensa—. Es obvio, James. Maté a la madre de tu hija.

La sombra de una sonrisa cruzó su rostro, pero no había humor en ella. Era fría, peligrosa.

—Eso fue un accidente y algo necesario, lo sabes.

—¿Accidente? —solté una risa amarga—. ¿Quieres que crea eso? Lo hice porque quise ¿Y qué haces aquí, tan lejos? Es obvio que vienes a vengarte.

Sus ojos brillaron con algo que no pude descifrar. Se acercó aún más, y ahora podía sentir su presencia tan cerca que me resultaba sofocante.

—Vine porque mi hija está de vacaciones aquí conmigo. No soy yo quien anda buscando problemas, pero parece que tú sí —dijo, con una calma tan antinatural que hizo que mi alarma interna se disparara.

Mi mente iba a mil por hora. La idea de él y su hija aquí, juntos, sólo hacía que todo pareciera aún más retorcido. "Claro, vinieron a matarme los dos", pensé, sintiendo cómo mi cuerpo se preparaba para lo peor.

Mi mano comenzó a deslizarse lentamente hacia mi cintura, donde llevaba la pistola oculta. No podía confiar en él, no después de todo lo que sabía, no después de lo que él era capaz de hacer.

Pero antes de que pudiera sacar el arma, se movió. Fue tan rápido que apenas tuve tiempo de reaccionar. En un instante, su mano sujetó mi muñeca, inmovilizándola, y con un giro ágil me desarmó antes de que pudiera siquiera procesarlo.

—Tranquilízate —murmuró cerca de mi oído, mientras me hacía una llave que me obligó a detenerme.

—¡Suéltame! —protesté, tratando de zafarme, pero su agarre era firme, y su fuerza me dejó claro que no tenía posibilidad de escapar.

—No vine a lastimarte —dijo, su tono bajo pero cargado de autoridad—. Pero parece que tienes una imaginación demasiado activa.

—¡Déjame ir, James! —repliqué, pero mi voz ya no sonaba tan segura como antes.

—Solo si prometes calmarte —respondió, finalmente aflojando un poco el agarre pero sin soltarme del todo—. ¿Ves? No tienes que tenerme miedo.

—¿Qué quieres, James? —le solté, mi voz firme aunque por dentro sentía que todo se derrumbaba.

Él me soltó lentamente, dando un paso atrás, pero no lo suficiente como para dejarme respirar del todo. Su mirada seguía clavada en la mía, con esa intensidad que siempre me había desarmado.

—Quiero lo que tú también quieres —respondió, con una sonrisa ladeada que me hizo estremecer—. Te extraño.

Me quedé en silencio, intentando procesar sus palabras. Mi mente me gritaba que no cayera en su juego, pero mi corazón traicionero latía con fuerza.

—Estás delirando —dije finalmente, pero mi voz sonó más débil de lo que esperaba—. Yo no te extraño.

Él dejó escapar una risa baja, como si no me creyera ni por un segundo. Dio un paso más hacia mí, y aunque no me tocó, su cercanía era suficiente para ponerme nerviosa.

—¿De verdad? —susurró, inclinándose lo suficiente como para que su aliento rozara mi mejilla—. ¿Quieres que crea eso? Porque yo sé la verdad. Sé que me quieres, aunque intentes negarlo.

—Cállate —le espeté, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas.

—Simón te llevó lejos de mí —continuó, ignorando mi protesta—. Te apartó de mi, no te iba hacer daño era obvio, había cambiado contigo, y aunque me dolió lo que hiciste tenias tus razones para hacerlo.

—No tienes idea de lo que dices —repliqué, intentando sonar segura, pero mis palabras salieron más temblorosas de lo que esperaba.

—¿No? —dijo, alzando una ceja, con una expresión de burla que me hizo querer golpearlo—. Entonces dime que no piensas en mí. Que no te preguntas cómo sería todo si no hubieras huido con él.

Sus palabras me golpearon como una bofetada. ¿Cómo lo sabía? ¿Cómo podía leerme tan fácilmente? Me sentía atrapada, como si él pudiera ver directamente dentro de mi mente.

—Simón me protegió de ti —dije, tratando de recobrar el control—. Me llevó lejos porque sabía lo que eras capaz de hacer.

James negó con la cabeza, una sonrisa amarga en sus labios.

—No te llevó lejos para protegerte. Te llevó porque tenía miedo. Y ahora mírate, aquí estás, en mis brazos otra vez. ¿Eso te dice algo?

—Déjame en paz, James —susurré, apartando la mirada, pero incluso mientras lo decía, sabía que no tenía la fuerza para luchar contra él.

—No puedo —respondió, su tono suave pero cargado de una determinación que me heló la sangre—. Y tú tampoco puedes alejarte de mí, por más que lo intentes.

El silencio entre nosotros se volvió denso, como una nube cargada de tormenta. Mi respiración era errática, intentando mantenerme firme, pero James seguía mirándome con esa intensidad que me desarmaba.

—Te ves hermosa —dijo de repente, con un tono bajo, casi como un murmullo que apenas logré captar.

Lo miré, desconcertada.

—¿Qué? —respondí, más como un reflejo que porque realmente quisiera una respuesta.

—Ese color de cabello… —continuó, sin apartar los ojos de mí—. Te queda perfecto. Realmente te favorece. Hace que tus ojos se vean aún más... cautivadores.

Mi garganta se secó. Quería responder, soltarle algún comentario sarcástico para detenerlo, pero las palabras se quedaron atascadas en mi boca.

—Y ese pintalabios… —agregó, sus ojos ahora fijos en mis labios—. Rojo como el pecado. No sé si quiero arrancártelo o comértelo a besos.

Mi corazón dio un vuelco tan fuerte que por un momento pensé que podría escucharlo. La manera en que lo dijo, con esa voz baja, como si cada palabra fuera un secreto compartido, me hizo temblar.

—Deja de decir estupideces —dije finalmente, aunque mi voz sonó mucho más débil de lo que hubiera querido.

James sonrió, una de esas sonrisas arrogantes que tanto me irritaban, pero que también tenían el poder de hacerme sentir vulnerable.

—¿Por qué? ¿Te molesta? —preguntó, dando un paso más hacia mí, tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo. Su mirada bajó a mis labios otra vez, como si fueran un imán imposible de resistir—. Porque no parece que te moleste tanto.

Mi cuerpo entero estaba en alerta, una mezcla de miedo, rabia y algo más que no quería admitir. Di un paso atrás, chocando contra la pared una vez más.

—James, basta —dije, intentando sonar firme, pero incluso yo podía notar el temblor en mi voz.

—Dime que no lo sientes —susurró, inclinándose lo suficiente como para que nuestras caras quedaran a solo centímetros—. Dime que no piensas en mí cada vez que estás sola. Que no imaginas cómo sería...

—¡Basta! —grité, poniendo una mano en su pecho para detenerlo, aunque sabía que no era suficiente para mantenerlo lejos.

Su sonrisa se desvaneció, pero sus ojos seguían clavados en los míos, oscuros y llenos de algo que me aterrorizaba y me atraía al mismo tiempo. Sabía que estaba jugando con fuego, y que él era el tipo de hombre que disfrutaba viendo cómo las llamas consumían todo a su paso.

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Ibelitza Oliverovelis
me ubico gustado si Adeline quedará con simo es más leal que jamás escondió muchas cosas y ella estaba en su derecho de matar a la perra que arruinó su vida y seguía en peligro podía ser la madre de su hija y todo pero se la debía y se la cobro
Estre(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
y bueno me encanto 😌💗 nos vemos en la próxima novela jajaja
Estre(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
jajajajajaja😅😅😅🤣
Estre(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
autora está novela me encanta!!!😃😃
Estre(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
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Estre(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
hay ya me empique jeje
Estre(⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤
😦😦😦
Estella Mazo Medina
gracias por tú tiempo ☺️ y felicitaciones estuvo muy bonito todo fue algo diferente y también impactante Dios te bendiga siempre 😊
Ashly Rijo: Muchas gracias cariño. No sabes lo feliz que me hace ver tu comentario. Espero verte en mis próximas novelas .❤️❤️❤️❤️
total 1 replies
Nereida Hernández montes
Malo
Rosalia Gonzalez
Bueno
Ylsi Alvarez
Excelente
Joscarina Figueroa
Actualización
actualización
actualización
actualización
actualización
Joscarina Figueroa
Autora actualiza rápido por favor
Ashly Rijo: Chicas despacio. Es que trabajo y llego super cansada a casa. Pero os quiero por estar tan pendientes cada día. Me esforzaré un poco más.
total 1 replies
Joscarina Figueroa
Autora soy nueva lectora por favor actualiza rápido
Ashly Rijo: Ok jjjj.
total 1 replies
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