Lorena era una mujer que vivía en el mundo moderno. toda su vida anelo tener un hombre quien la quisiera y luego tener la familia que anhelaba.
pero lastimosamente Nunca se pudo. ya que ella siempre estubo al servicio de su madre cuando enfermo y después al de sus hermanos dejándose ella en último lugar. .... un suceso la hizo ver que era lo que había hecho con su vida llegando a la conclusión de que no hizo nada. y mientras estaba en el hospital a sus 51 años y que ninguna persona la fuera visitar, ni siquiera aquellos niños que cuido como si fueran suyos.
penso. en la próxima vida será......
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Una Familia Para El ArchiDuque.2/1
Historia después del matrimonio entre Maleja y Conan.
Concretamente, después de tres días de que Maleja se había casado con Conan, con exigencia se dirige hasta donde se encontraba Conan en su despacho y, sin tocar y mucho menos esperar a ser anunciada, entra hasta estar de frente junto a Conan y dice:
---Excelencia, como usted sabrá, mi familia no se encuentra en la mejor posición económica en este momento, por eso he venido a usted con una petición.---
^^^--Claro, Maleja. Dime en qué puedo ayudar.--^^^
--Necesito que usted, excelencia, le permita la entrada de esta casa a mis hermanos y madre durante todo el tiempo que ellos necesiten para poder levantarse financieramente y así poder ellos partir en un futuro.--
^^^--Claro que estaría de acuerdo en hacer su estadía en nuestra casa. Incluso podría ayudarlos dándoles algún trabajo para su beneficio. --^^^
--No se confunda, excelencia, y tampoco los ofenda en mi presencia. Yo en ningún momento he pedido trabajos para ninguno de ellos, mucho menos para mi madre. Solo quería que ellos vivieran en este lugar como la familia de la archiduquesa que soy.--
^^^--No fue mi intención ofenderte, esposa. Es solo que esa era lo que yo pensé que un apoyo sería muy bueno para tu familia. Así se levantarían mucho más rápido, creería yo.--^^^
*****Pues su manera de demostrar apoyo no me gusta. No piense tanto en ellos, que para eso estoy yo, que los ayudaré en lo que más pueda, excelencia.***
^^^Claro, esposa, y yo te ayudaré siempre que me dejes.*^^^
Fueron las palabras de un hombre enamorado tratando de hacer feliz a su esposa. Dejando todo claro por parte de Maleja, esta se retira sin siquiera despedirse de Conan, mientras lo dejaba completamente solo en su despacho. Al estar solo, se volvía a sentar mientras de sus labios escapaba un pequeño suspiro.
Ya que sus hermanos y madre no tenían dónde vivir, pues Maleja pensaba que era su deber como hija, era que ella les daría estadía mientras que ellos solucionaran sus problemas de finanzas. A lo que Conan, por estar perdidamente enamorado de ella, aceptó sin ningún rechistar.
Habían pasado alrededor de una semana y en una sala de descanso se encontraban Maleja y Conan.
A petición de la archiduquesa, estos se habían sentado a hablar y Maleja, imponiendo sus puntos, le dejó claro que solo podría visitarla la segunda semana de cada mes. Durante la segunda semana, tomarían lunes, miércoles y viernes para hacer sus deberes conyugales, y de los cuales él no tendría que volver a tocarla. Y si al caso se miraran en el pasillo, actuarían como si nada. Solamente serían vistos cuando algún evento o algo y únicamente sería escasamente necesario. De lo contrario, nunca en su vida la verían con el tomado de su brazo. Y seguían sus exigencias.
Él nunca debería hablarle, ya que le había dejado en claro desde la primera noche que ella nada más estaba enamorada de su primo, el príncipe heredero.
Pues, desde un principio era con quién ella debía y, más importante, quería casarse. Estaba segura de que ella sería feliz en ese matrimonio si no fuera por la lamentable muerte de su padre. Esa era la boda que ella tanto esperaba, no como este que prácticamente fue reemplazo e impuesto por la necesidad que estaban pasando ella y su familia.
Conan, al observar las palabras, no le dolió lo que dijo. Más bien, sería como lo dijo. No le gustó el tono con que mencionó todo eso, pero ilusamente aún seguía pensando que tal vez con sus buenos tratos ella podría darle una oportunidad y él sería el hombre más feliz, ya que tendría la familia que tanto él quería.
Días, meses, incluso años exactamente después de dos años en los cuales Maleja nunca mostró un mínimo de cariño hacia Conan, llegando así la situación de que él tanto se desesperó que prácticamente desistió de tener alguna relación afectiva con ella. Incluso desistió de la idea de tan siquiera tener un trato cordial, ya que por más que él tratara todas las maneras posibles todo día, toda noche de tener mínimo detalle con ella, siempre lo despreciaba. Llegando al punto en que él solo quería un poquito de para sí mismo y cambió completamente así ella. Nunca más él buscó. Se dio cuenta de que el buen trato, las joyas, nunca ella estuvo agradecida. Así que simplemente se cansó y terminó de ser ese hombre devoto que le mostró en un comienzo.
Aproximadamente después de dos años viviendo juntos, Conan estaba un poco hastiado de la actitud tanto de Maleja como la de sus hermanos y, obviamente, la madre de estos.
La relación entre Conan y Maleja era insostenible, incluso estaba cansado y el amor que sentía por ella era poco, por no decir completamente nulo. Un cierto día, cansado de los parientes de su entonces esposo, se le acercó y le dijo: "Necesito que su familia se largue de mi casa. En un principio estaba en desacuerdo, incluso en mi idiotez creería que estaría feliz, pues mi amada tendría a su familia cerca. Y más que todo, porque usted me había dado la razón y me dijo que sus hermanos con el tiempo se levantarían financieramente y podrían partir, pero ya que estos prácticamente la tienen a usted como su vaca lechera al lado, y de la cual los parásitos que se hacen llamar sus hermanos solo saben ponerse en posición para que los amamanten, yo no pensaba alimentar a ninguna vaca", fueron las palabras de Conan.
"¿Con qué derecho y cómo se atreve usted a venir hasta mi habitación y mandar a que desaloje a mi familia y más aún compararme con un animal? Esto es un insulto hacia mí y mi familia", fueron los gritos y palabras cargadas de rabia de Maleja.
"Tengo el derecho y me atrevo porque soy tu esposo, más importante, soy el dueño de todo esto. Incluso soy tu dueño. Lo que ves, soy yo quien lo pagó. Donde tú duermes todas las noches, soy yo quien lo compró. La comida que tú y los bastardos de tus hermanos comen todos los días, SOY YO QUIEN LO PROVEE.***
*** Todo esto a tu alrededor, las tierras y la mansión donde mandas como ama y señora, TODO ESTO ES MÍO. En lo que a ti concierne, yo soy tu dueño y agradece que no te mandé de patitas en la calle junto a ellos, así que no colmes mi paciencia", dijo Conan.
"¿Cómo se te ocurre tratarme así? Yo soy la Archiduquesa Greco", respondió Maleja cada vez más alterada y presa de la ira por la actitud de su esposo.
"Otra cosa a recordar, comprende querida esposa: soy yo quien te dio ese título y puedo ser yo quien te lo quite, así que agradece que todavía estés aquí, porque quiero a mi heredero, ya que la verdad es que no te aguanto. Y más aún, porque soy yo quien mantiene esta mansión en funcionamiento. Los seis meses que estuvieron en tus manos, por poco nos vamos a la porquería, como lo hicieron tus hermanos."
Respondió en tono calmado y despectivo, pues ya estaba harto de las niñerías con las que Maleja lo trataba a él.
"Recuerda no mandar a nadie a desalojar a tu familia. Serás tú quien los escolte a la salida de la Mansión Greco. Sabes que no, mejor los quiero fueras de las tierras del Ducado." Lo último, después de haberlo dicho, este se fue dejando a Maleja presa de la ira y desesperación por su familia.
Así que ella le tenía que decir a sus hermanos e incluso a su madre que se largaran de su casa, porque ya no iba a mantenerlas. Por más que él buscara la manera de decirle a sus hermanos, incluso de invitarlos a que trabajaran con él, ellos siempre y sencillamente decían que no, porque su hermana les daba todo.
Tendrían que darle vergüenza, pares de vividores y parásitos que eran todos, y más aún, la madre era una bruja desgraciada.
Que en cualquier momento, en encuentros, fiestas de té o celebraciones, siempre se le veía vanagloriarse de tener el mejor yerno. "Que mi yerno es el más rico, mi yerno es más poderoso, mi yerno es más atractivo..." Pero en casa, nadie más que él conocía lo hipócrita que llegaba a ser la señora. Pues cuando estaban en casa, lo miraba de manera repugnante, insignificante, como si de una cucaracha se tratara.
Conan, cansado de esa actitud, le puso fin a estos malnacidos. Luego de una semana, como Conan le había dicho a Maleja, ella estaba meditando sus palabras y se había dado cuenta de que tal vez su actitud no era la mejor y que esta lo había engañado con el asunto del Heredero. Ya que ella, cada segunda semana del mes que le tocaba hacer su deber conyugal para descendencia, ella tomaba antes y después del acto con Conan, pues esta estaba decidida a nunca entregarle descendencia.
En compañía de sus hermanos y, sobre todo, su madre, ésta le aconsejó que mejor dejara de cuidarse para que así, más adelante, no haya ninguna excusa el día de mañana para separarse de ella alegando que no tenían lazos que los unieran.
Así que ella aprovechó la segunda semana del siguiente mes. Para entonces, su madre y sus hermanos ya habían salido de la mansión con el fin de que esperaría en un momento en que ella saliera embarazada para aprovechar el afecto del Duque y volver a pedir la petición de que regresaran a su madre, ya que al estar tan sentimental necesitaba la compañía de ellos.
Como lo tenían previsto, la segunda semana del mes en que Maleja debía tener sus derechos como esposa, más exactamente un miércoles, contrario a las veces anteriores, ella había consumido un té antes del acto, pero este era para hacer su vientre más fértil después del acto.
En sí, Conan simplemente, cuando terminaba, regresaba a su habitación, pues ya estaba tan cansado de Maleja que no quería su compañía, quedando el mero acto solo en procrear, ya que ni siquiera era placentero para él.
Pasaron 6 semanas, como estaban en los planes de Maleja y su madre, y efectivamente, Maleja estaba embarazada.
El archiduque estaba feliz, pues aparentemente tuvo una pequeña ilusión de que su familia, la que tanto él anhelaba, estaba llegando y que de pronto su esposa, al tener al bebé, cambiaría de actitud y sería feliz junto a él. Y tal vez alcanzaría la felicidad.
Con el tiempo, como lo había dicho Maleja, no estaba pasando la mejor etapa sentimental y volvió a pedir que su familia regresara, a lo que el Duque, por tratar de llevar una sana convivencia para el estado en que ella ya se encontraba, aceptó.
El embarazo de Maleja avanzaba cada día más hasta que llegó el momento de dar a luz. Fueron dos hermosos niños. El Duque no podía estar más feliz. Nunca en su vida había pensado que de un embarazo con su esposa tendría los dos motivos más grandes para seguir luchando en esta vida. De un solo embarazo salieron sus hermosos Luceros.
Con el tiempo, Maleja nunca fue una buena madre. Siempre despreció a sus hijos, nunca los amamantó y nunca estuvo para ellos. Esta actitud fue notada cada día por el Duque.