El matrimonio arreglado de la primera hija del Conde Harris con el Duque Carnegie III y su peculiar convivencia
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El castillo en la colina
-Samantha ¿Ha enviado alguna carta?
-No querido… quizás no ha llegado aún a su destino
-Estaba a 4 días de camino ¿Cómo es eso posible? - El conde tapo su rostro con sus manos restregando su frente repetidas veces
-Mi lord… No estes preocupado por eso- Victoria se acerco por la espalda del sillón donde reposaba el conde y acaricio sus hombros- Por otro lado, tenemos noticias del Duque
-¿Qué tipo de noticias?
-Está vivo, aceptó el compromiso… Se dice que llegará en 3 meses al ducado así que no debemos preocuparnos más por Samantha
-Siempre será mi hija Victoria- Empuñó su mano y golpeo el escritorio con fuerza -Fuera de mi vista
Asombrada ante el extraño gesto de su esposo, salió furiosa del despacho azotando la puerta con firmeza
-Madre que bueno que…
-No es el momento Víctor ¿A que viniste hoy?
-Madre… ¿Qué te tiene de tan mal humor?
-Esa maldita bastarda, aunque este lejos sigue amargando mis días
-Se llama Samantha madre… Hasta cuando seguirás odiándola- La mejilla del barón quedó adormecida y rojiza con la mano de su madre marcada
-Basta de defenderla, debiste hacerme caso, violarla y dejarla tirada, pero no, con tu dulce amor no pudiste ayudar a tu madre, ahora espero que el Duque si la deje tirada, así como dicen los rumores
Víctor respiró profundo y concentró su ira en que lamentablemente su madre estaba ciega por el odio
-Te amo madre, ya me marcho
Giró sobre sus pies y salió a largas zancadas del castillo, dejando a su madre mordiéndose los pensamientos de rabia
-Estoy rodeada de inútiles- Tomo con ambas manos su vestido pomposo y continuo su camino hacia su habitación.
-Joseph… Por favor al regresar encárgate de que mi nana vaya a un buen lugar y escríbeme una carta con su dirección- Hurgo entre sus pertenencias y sacó una pequeña bolsita con algunas monedas de oro que había guardado desde niña
-Por favor entrégale esto a mi nana y dile que, si sobrevivo, iré a por ella- Los ojos de Samantha estaban cristalizados de solo pensar en no ver más a su nana
-Si señorita, me aseguraré de que esté a salvo. Usted… manténgase a salvo también señorita
-Lo intentare Joseph, adiós
Samantha tomo su maleta y empezó a caminar por lo que sería un largo camino
El castillo estaba en una colina con bastante inclinación, a pesar de que Joseph insistió, no dejó que la adentrara
-Es precioso- Inhalo profundamente el aire fresco, estaba rodeado de abundantes arboles y flores preciosas por doquier
20 minutos mas tarde, había por fin llegado a la entrada principal
-¿En qué podemos ayudarle señorita?- Un viejo mayordomo la recibió amablemente
-Soy Lady Samantha Harris… Hija del Conde Wilson Harris V
-Oh my… Lady Harris ¿Por qué ha venido caminando hasta acá? ¿Dónde está su carruaje? - El mayordomo la miraba con preocupación mientras quitaba de sus manos la maleta ligera que traía consigo
-Se fue… quería ver el paisaje, es todo- Sonrió ruborizada
Atravesando la entrada de altas puertas de madera, se adentró a un castillo impecable, majestuoso, era el triple o más lujoso que el castillo donde creció
Rápidamente el mayordomo llamó a todos los empleados quienes se alinearon frente a Samantha
-Atentos todos, Lady Samantha Harris, hija del Conde Wilson Harris V prometida del Duque James Carnegie III
Pronto todos se inclinaron y con una sonrisa en los labios saludaron dando la bienvenida
-Estaré a cargo de ustedes a partir de ahora, por favor cuiden de mi en todo momento
-Por supuesto mi Lady. Esto es para usted- Entregó un sobre con sello rojo- La envió el Duque. Le mostraré su habitación
Samantha asintió y caminó en silencio siguiendo al mayordomo
Estaba maravillada con todo lo que veía. El piso brillaba impecablemente, las paredes estaban decoradas con detalles que sin duda alguna era oro puro, las escaleras no crujían, al contrario, eran totalmente silenciosas mientras escalón por escalón subía en la aterciopelada alfombra color vino que contrastaba con los blancos escalones. Después de caminar de un pasillo al otro, el mayordomo abrió una de las altas puertas frente a ellos y dejó ver el interior de la habitación
El suelo estaba tapizado de alfombra color champagne con hebras doradas, 4 columnas servían de pilares para una gigante cama en el centro de la habitación que daba paso a un ventanal con cortinas doradas. Lucía un poco exagerado entre tantos destellos, pero era una clara habitación de dama
-El señor encargó que preparásemos la mejor habitación para usted mi Lady, por favor póngase cómoda. Ana y Lía estarán a su servicio- Dejó la maleta al pie de la puerta dentro de la habitación y se giró sobre si para marcharse dejando sola a Samantha
-Wow… No podría haber soñado con tener una habitación así
Emocionada miró hacia los lados para asegurarse que nadie estuviese viendo y corrió tras cerrar la puerta hacia la cama donde se tumbo de espaldas
Suave… muy suave ¿Hace cuanto no tocaba una cama tan suave?
-Ojalá pudieras ver esto nana… ¿Cómo estarás?
Movió sus manos como si tratase de hacer un ángel en la cama cuando de pronto recordó la carta del duque, la tomó entre sus manos y rompió el sello, tenía un peculiar olor masculino
Estimada Lady Harris he decidido aceptar el compromiso entre ambos
La guerra es dura y no sé cuanto tiempo más estaré aquí, estimo 3 meses
Por favor, siéntase libre de estar en el castillo que pronto será suyo también
Pedí que preparen una habitación exclusivamente para usted
La diferencia de edad podría también significar diferencia entre gustos
Espero pronto conocernos, saludos James.
-Es muy bonita su letra…- Volvió a tumbarse a su espalda y miró detalladamente el techo -Serán 3 largos meses, pero me alegra, así no tendré que celebrar mi cumpleaños… Después de todo somos desconocidos
-Permiso mi Lady- La puerta se abrió tras golpeteos ligeros que Samantha no escuchó por estar sumergida en sus pensamientos -Estaremos a su servicio a partir de ahora… Venimos a preparar su baño
-Oh… adelante ¿Tu eres Lía o Ana?- Se incorporó a la orilla de la cama golpeteando sus pequeños pies en el grueso cobertor de la cama que caía hasta el suelo
-Soy Ana mi Lady, Lía está preparando todo para el almuerzo- Caminó atravesando la habitación y descubrió el apartado donde estaba la bañera- Prepararé su baño con aceites que harán lucir su piel brillante y saludable mi Lady
-Gracias…-
Hace tanto tiempo que no me atendían así… Salvo por mi nana, los demás sirvientes no se acercaban a mí.
Samantha detallaba cada movimiento dedicado de la mucama, era extraño pensar que todo lo hacía con cuidado para ella cuando la ultima vez que se bañó en una bañera estaba rota, con tantas grietas que raspaban su piel por lo que tenia que meter sabanas al fondo para poder sentarse… Era la misma bañera de su infancia
Lía terminó de preparar la bañera y con sumo cuidado, bañó a Samantha cuan bebé, impregnando su piel con aceites y bálsamos.
¿Cómo es posible que la señorita tenga una piel tan descuidada? ¿Acaso su familia está en ruinas?... Esta desnutrida, es una lástima, pobre señorita
le pierdes el interés