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Little Hope

Little Hope

Status: En proceso
Genre:Acción / Aventura / Venganza / Superpoder / Escena del crimen / Pretendiendo ser otra persona
Popularitas:214
Nilai: 5
nombre de autor: Fanysparkle

¿Hasta dónde estás dispuesto a olvidar por amor? ¿Mentiras, traiciones, o quizás... muertes?

Realmente, ¿es posible vivir con una venda en los ojos?

Bienvenido a un mundo donde los héroes no son tan valorados como se parece.

NovelToon tiene autorización de Fanysparkle para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 19: La hipótesis del sandwich

Rasco ligeramente mi barbilla y agitó el café que aún queda en la taza. El ambiente de la cafetería no podría ser menos caótico.

De aquí a allá, escucho las risas y parloteos de los soldados. Charlas llenas del picante orgullo de los primeros logros, experiencias frescas, al igual que el niño que ve por primera vez el mar.

Algunos saltan, otros aplauden, estan emocionados, listos para la aventura que pueda ofrecerles el trabajo de sus vidas, escucho sus palabras, exagerando, pero solo un poco, lo que habían hecho en el día.

—¡Nunca había visto a alguien pelear de esa manera!

Exaltó el soldado más joven del grupo, su sonrisa infantil estaba abierta de par en par, podía ver al guisante atorado en uno de sus dientes.

—¿Eh?, que dices, que si yo lo echo mejor —gruño su compañero, golpeando la mesa con el tenedor

El novato al lado de él pareció divertido con su reacción, en verdad no estaba de acuerdo con la imposición de su compañero.

—¡Tú no venciste a un sub!, viste a Tim, yo me hubiera rendido al ver esas llamas. —dijo ladeando la cabeza con picardía, eso hirvió la sangre del soldado gruñón

—¡Eran solo llamas!

—¡Pero que llamas! —agrego el soldado joven muy sonriente— sus puños no se apagaron en ningún instante.

El novato más callado se volvió hacia su compañero para afirmar con la cabeza.

—Es fuerte, y eso que se defendió con pura brisa.

—El viento es un poder inútil. —gruño el soldado malhumorado

El joven y el novato se negaron al mismo tiempo.

—Es un poder elemental, el viento es más grandioso de lo que parece.

—¿Cómo qué alguien ha visto muchas pelis? —dijo el gruñón

—¡Que va! Si en mi casa ni siquiera tenemos televisión.

Finalizo el joven causando la risa de su compañero, los tres continuaron con sus anécdotas, mientras sus voces desaparecían lentamente del alcance de mis oídos.

Dando un espacio a los pensamientos que, de forma constante, rondan mi cabeza.

Es como un río, uno que siempre es alimentado por mi curiosidad.

«¿Cuando tendré un día así?»

Ahogo una risa, como si lo que estuviera haciendo no fuera igual de interesante.

A pesar de eso, no puedo negar que anhelo lo mismo que ese trío de soldados —novatos— viviendo la aventura en carne propia, creando momentos que seguramente, en otro contexto, no tendrían la oportunidad de experimentar.

La SSMH sigue siendo una organización cuestionable, hablando de datos, tan solo con la información recolectada por la agencia, sabemos que es así, una organización gubernamental con aspiraciones severamente peligrosas para la sociedad o al menos... Para personas como nosotros.

Aún así, no sé por qué sigo aquí, no por el hecho de tener que estar «infiltrada» eso es parte de mi trabajo, me refiero más, a la verdadera curiosidad que nació de mi interior.

Siempre desee ser una agente de campo, antes de ser una espía, no es que haya demasiadas diferencias al respecto, es solo que aprecio demasiado el sabor dulce que deja una batalla ganada.

Soy una persona que busca cambios.

Y no hay nada mejor para eso, que las acciones, aunque sean pequeñas, el jarro no se llena si alguien no está dispuesto a tirar la primera piedra.

Justo lo que hago ahora.

Estoy en medio de dos investigaciones, el supuesto asesinato del Dr. Phil Davids y la conspiración dentro de la SSMH.

Aunque claramente, mi prioridad sigue siendo la primera, eso no significa que deje a la deriva la segunda. Conrad no me lo perdonaría.

El día no podía parecerme más largo.

Las sobras del almuerzo yacen secas y entristecidas dentro del plato, o lo que queda de él, el apetito se había ido junto con mi jefe.

Silvestre me había dejado con más dudas que respuestas, pero esa era la gracia de las investigaciones «las conjeturas» los investigadores somos buenos para las teorías, son el pan de cada día en la agencia.

Conrad las llama «baches» obstáculos que entorpecen los casos, a mi me gusta más llamarlas «ranuras» un espacio que solo puede ser llenado con una pieza exacta.

Resulta más motivador asi, es fácil reconocer la forma de una pieza que encaje, solo hay que saber buscarla.

Mis dedos paseaban sobre el plato, mientras la mente me daba mil y una vueltas, las verduras danzaban, de aquí a allá, hasta terminar a un costado del sandwich, luego le siguió el jamón, el queso, lo que parece un tomate seco y finalmente la lechuga, así fue, hasta quedarme con todas las partes esparcidas por el plato.

Cada ingrediente parecía tener su propio papel, su propia historia, y yo estaba ahí, tratando de unirlos a todos.

Tratando de encajar las piezas.

«La hipótesis del Sandwich»

El nombre me llegó por si solo, y de repente me sentí como una tesista.

El solo pensarlo causa una leve sonrisa en mi rostro, es ridículo hasta cierto punto, pero eso ni siquiera quita méritos al ingenio de mi análisis.

Una sola línea de mayonesa que une al escurridizo tomate, a la aparentemente limpia y brillante lechuga y al sospechoso jamón, que parece todo —menos jamón— en la misma receta.

Por más tonto que pareciese, ese tipo de comparaciones era una buena forma de simplificar datos, además de la otra razón que tenía para hacerlo.

«Cifrar información»

No me imagino a nadie usando códigos tan tontos.

Un truco que no tenía novedad alguna, pero seguía siendo igual de efectivo.

Mis códigos al final terminaron de la siguiente manera:

Tomate «Silvestre»

Lechuga «Phil»

Pan «SSMH»

Jamón «SWAT»

Queso «???»

Bueno, aún no sabía el significado del «queso» que parecía derretirse sobre el resto de ingredientes, bañando y uniendo todas las piezas en un mismo lugar, era difícil separar del resto de ingredientes y aún más, descifrar su origen.

El «queso» y el «jamón» están complementados, estoy segura de eso, solo necesito encontrar uno para que el otro se revele por si solo, pero, ¿Cómo compruebo la veracidad del jamón?

Me detengo un momento y doy un sorbo al café que aún permanece frío en la taza, después de varios minutos hablando en clave, las ideas surgen en  mi como una lluvia, una salvaje y confusa tormenta.

Los códigos se traducían de abajo hacia arriba, primero las preguntas con las claves, luego, las verdaderas preguntas que necesitaba resolver.

Aunque las preguntas no dejaban de ser divertidas y tontas.

¿En qué tienda compraron jamón?

...

«¿Que origen tiene la participación del SWAT?»

¿Por qué ese jamón en específico?

...

«¿Que interés tuvo SWAT en el proyecto o viceversa?»

¿Proveedores?

...

«Contactos en común?»

¿Hay personas que detesten la lechuga?

...

«¿Phil tenia enemigos?»

¿Las verduras están en buen estado?

...

«¿Existen falsos aliados?»

Al final el pan «SSMH» era solamente la base del caos, sin dejar de ser importante, el pan es el que le da la forma al sandwich, pero por el momento el relleno es lo que me intriga.

Solo me preguntó si no había un ingrediente extra, que no esté tomando en cuenta.

—¿Siempre juegas a diseccionar tu comida?

Doy un brinco de sorpresa y alzo instintivamente la mirada.

Lenin me observa, con sus enormes y fisgones ojos de mapache, luciendo mil veces más acabado que la última vez que nos vimos.

—¿Siempre intentas sorprenderme?

—No, solo eres fácil de impresionar.

El importuno fisgón, al parecer, más que «un detector de mentiras» por más extraña que fuera su habilidad, parece más «un detector de situaciones en las que se le requiere» y lo sabe, esa orgullosa sonrisa en su rostro lo dice todo, a lo mejor debería tomar esto como una ayuda extra y no como las vibras extrañas con las que lo relacionaba.

Cómo de costumbre y sin una pizca de vergüenza, Lenin deja caer su raquítico cuerpo a mi costado, acomoda su espalda en una «c» con la joroba necesaria para llegar a mi altura, extiende las piernas —relajado— su cuerpo a penas ladea la banca, para ser tan algo, la verdad es que no tiene ni un gramo de grasa en su cuerpo,  hasta me atrevo a decir que sucede lo mismo con sus músculos —diminutos y frágiles— lo único visible en él, es esa inquietante expresión nunca desaparece de su rostro.

—¿El almuerzo? —señalo el detector de ojos cansados

Arqueo las cejas, sintiendo que me toma el pelo.

—¿Ahora haces preguntas obvias? —en realidad podía sentir algo oculto en sus palabras

—Para haber estado trabajando arduamente todo el día, me extraña que ese sandwich haya durado dos horas en el plato.

Sin quererlo, suelto un pequeño bufido —intento de risa— no fue un imprevisto, el oportuno estaba vigilándome.

—No puedo creer que estés vigilándome.

—En realidad no, solo te observo.

—¡Eso es igual de malo!

—Bien, supongo que no compartimos la misma definición de "maldad"

—Pocas veces sucede.

—¿Y hoy será una de esas?

Lenin ladea la cabeza y guarda las manos en los bolsillos, por primera vez, lo había pillado con la guardia baja.

—Eso parece, ¿Que es lo que investigas?

—¿Qué? Nunca dije que investigaba algo.

—Entonces, ¿si te diviertes direccionando la comida? —pregunto con ironía

—¿Es tan obvio? —digo claramente decepcionada

El detector sonríe.

—No, no lo hubiera sido, pero te delatas con la pregunta.

En ese momento me sentí como una tonta.

—Vaya, con que, me he apresurado —digo tomando nota— bien, lo tendré en cuenta.

Lenin asienta lentamente y vuelve a señalar el sandwich desarmado.

—¿Ya tienes algo? —pregunta

Suspiro y me enojo de hombros.

—Nada, solo un par de cosas sin importancia.

—¿En verdad es así? —inquirió con una complicidad desconocida— ¿No aprovechaste tu reunión con Hayley?

—No...

—Mentira —interrumpió Lenin, apresurando su respuesta a la mia

Permanezco en silencio, pero el mantiene esa cara decepcionada.

—Estas...

—No Carrie, no estoy leyendo tu mente.

Las palabras vuelven a desaparecer de mis labios, por arte de magia, Lenin parece tener más trucos de los que yo imaginaria.

—Entonces..., ¿Cómo haces eso?

Esa pregunta reflejaba más de lo que deseaba expresar en una sola conversación, ahora yo estaba preocupada, ¿Que tanto podía saber el de mi? Porque si podía leer mi mente o algo parecido, podía irme despidiendo de los seres queridos que me quedaban.

Lenin pareció notar mi preocupación, su faccion volvió a aquella extraña sonrisa satisfecha, hasta que una risa apagada y corta escapo de sus labios.

—Solo se la verdad, Novata.

—Pero sabrás si miento.

—Cuando hablas, se que me mientes, cuando hablas se que dices la verdad, si no me hablas, no me enteraré de nada.

—Es igual a saberlo todo.

Lenin niega ligeramente.

—Lo sabré, pero nunca el porque.

—Es... Como una especie de presentimiento, ¿como una corazonada?

Lenin ladea la cabeza.

—Algo así, no puedo explicarlo, solo lo sé.

—Hmm... Okey, eso es muy útil.

—Depende del enfoque, pero tengo una idea de por qué lo ves asi.

—Avanzas demasiado rapido, y si, necesito ayuda, una ayuda pequeña, delicada y bien intencionada.

—Verdad —solto sin parecer tener control sobre ello— pero aún no me has dicho para que me necesitas.

—Es que, no te ofendas, pero tengo mis dudas sobre ti, ¿Cómo puedo saber que no se lo dirás a nadie?

—Supongo que tendrás que confiar.

Involuntariamente tuerzo la boca, cuestionando el valor de su apoyo en contra de lo que sea que pudiera pasar.

—Lo se, es difícil confiar en alguien como yo. Solo dime lo que necesitas, no más que eso.

—¿Por qué me ayudas?

—¿Pensé que querías ayudar a los demás? —finalizo Lenin orgulloso

Mis ojos se abren más de la cuenta «¿Cómo podía recordarlo?» había dicho eso hace tantos días.

—Me vas a ayudar, por eso.

—Te voy a ayudar, porque eres diferente a cualquier cadete que hubiera visto antes.

—Okey, pero....

—No, Carrie, no me gustas.

Una risa nerviosa se apodera de mi al escuchar mis pensamientos en voz alta.

—Es bueno saberlo, ¡trato hecho, Lenin! —digo estirando su mano con entusiasmo— ¿Qué estamos esperando entonces? ¡Manos a la obra! Esos archivos no se acomodan solos.

—Ment.... Oh, ya veo.

El «detector» no era nada tonto, parecía agarrar el ritmo en poco tiempo.

—Si, Lenin. No queremos que nadie no escuche. —susurro y ambos nos levantamos de la mesa

—¿Es peligroso? Lo que vamos a hacer.

—No me digas que ya te estás echando para atrás, tú, el mejor «detector»

—Sabes, los mejores detectores, son los que no se meten en problemas.

Siempre tan cauto, supongo que no me vendría nada mal aprender a serlo también.

—Y eso haremos, sin problemas —explico sintiendo el aumento de mi ánimo— solo necesito conseguir una respuesta para alguien.

—Eso también es verdad, okey, con que, solo una repuesta.

—Si, pero para eso, necesito saber...

Los ojos de Lenin se abrieron y al mismo tiempo que desapareció su sonrisa confiada.

—Lenin, ¿Qué es lo que sabes de Silvestre?

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Alucard
ay me cautivó, hay más cap?
Fanysparkle: muchísimas gracias, pronto habrá más 🫶🏻✨💖
total 1 replies
Coralfanartkpopoaf
No puedo esperar para ver qué más tienes guardado en esa increíble mente tuya, ¡escribe más pronto! 😜
Fanysparkle: Gracias✨✨✨
total 1 replies
NovelToon
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