Susana caminaba esa mañana en la playa en la cual apenas apuntaba el alba, pero una silueta tirada le llamo la atención, al parecer era una mujer con largos cabellos negros, pero al acercarse, se dio cuenta que era una sirena con diversas heridas en el cuerpo, que apenas lograba respirar.
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Una bendición compartida
Vaya realmente es grande la empresa Posseidon, veo muchos humanos entrar y salir, existen tantos trabajando para nosotros, que fácil sería dominarlos.
Venden su tiempo ⏱️ y esfuerzo por dinero, se dejan llevar por sus pasiones, no entiendo que ven de especiales a los humanos los dioses.
Para mí son como animales de carga.- se decía a si misma Talula, mientras los observaba desde la oficina de Lars, él no había estado en días, y a ella no le decían que estaba haciendo. Muchos empleados pensaban que era la amante secreta del dueño, que se hacía pasar de secretaria, pero es que no hacía nada en absoluto, solo tomama café, comía en el lugar o la seguía el chófer como si fuera su perro faldero a todos lados.
-¿Que haces aquí en la oficina de Lars?- preguntó Río al verla.
-Estoy esperando que regrese, nadie me ha informado adónde a ido- dijo Talula caminando hacia Río con una sonrisa seductora.
-¿No has leído las noticias?- dijo Río señalando un periódico 🗞️ que se encontraba en el escritorio.
-Sabes que no se leer esa escritura -dijo Talula algo molesta.
-Ya deberías aprender, según eres la secretaria, y debes hacer trabajo en la computadora eso incluye escribir y leer.- dijo Río burlonamente.
Talula se acercó a Él, y empezó a poner sus dedos en el saco de este, cuando él sintió los dedos de esta se alejo, sin embargo ella lo tomo de la corbata 👔 y lo jaló hacia ella.
-No olvides Río, que yo seré tu soberana, la esposa de Lars y tú tendrás que inclinar tu cabeza delante de mi, vas a ser mi perro faldero.- dijo Talula mientras trataba de robarle un beso a Río.
Sin embargo Río, la miró a los ojos, y le quitó la mano de su corbata.
-No me interesa ser tu perro faldero, además Lars no se casará contigo, si encuentra a mi sobrino no necesitará unas segundas nupcias - dijo Río en un tono que le pareció hiriente a Talula.
Algunos empleados habían pasado por el pasillo de este y habían visto que ambos discutían, pero no escuchaban lo que estos decían.
-Como has cambiado Lars, antes decías que me amabas, deseabas tenerme a tu lado, sino fuera...- dijo Talula acariciando el hombro de Río.
-Talula tu marca no está completa, la bendición la compartes con tú hermana, recuerda que ambas son la bendición, pero la bendición no solo es para gobernar, sino para el servicio de los demás, lo tienen hasta la pitonisa, lo malo es que tú no lo entiendes.- Dijo Río tratando qué ella comprendiera.
-Sabes bien, que la marca se completa si una de nosotras deja de existir, somos gemelas y la bendición nos la dieron como tú dices compartida, pero ella no está en el mar, así que no creo que quiera a Lars como su compañero.- respondió Talula.
Río suspiro al escucharle.
-Talula.. Tu hermana huyó de ti, por tu intento de asesinarle .- dijo Río viendo de frente a Talula.
-Jajajaja, que disparates dices, es mi hermana, como voy hacer eso - dijo Talula mientras se reía.
-Tú eres capaz de muchas cosas, hasta creo que tuviste que ver con la muerte de mi hermana - dijo Río y entonces este salió de la oficina de Lars.
Talula cerro su puño de irá, mirando a este salir.
Cuando de repente su teléfono móvil sonó.
Talula saco de su bolsa el teléfono, un número desconocido marcaba insistentemente.
-Si, quien habla...- dijo Talula.
-Querida, soy yo...
No reconoces mi voz, quiero verte en la conocida cafetería de la ciudad, La cafetería de Atena. Te veo allá en una hora, sé puntual.-
dijo una voz de mujer con un tono que le dio escalofríos a Talula al escucharle, inmediatamente después de que está colgó.
Talula salió de la oficina de Lars a buscar su chófer, el perro faldero.
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-Profesor...
Digo... Apolo
Sabes tenía tiempo que no veía a mamá tan relajada, se quedó profundamente dormida- dijo Darío al ver que era la copiloto de Apolo pero se había quedado profundamente dormida por el viaje en el automóvil 🚗.
-Tienes razón, creo que está agotada por los acontecimientos, es bueno que descanse, y también deberías hacer lo mismo - dijo Apolo a Darío.
Es que no puedo, siento que me voy a perder algo interesante si me duermo, es la primera vez que viajamos así, y pues siempre había querido experimentar está sensación, un viaje de familia, viendo lugares, bajarnos a comprar por el camino, mi amigo siempre me platica que su padre hace eso con ellos, pero yo no tengo un padre, a veces me preguntó que haríamos si tuviera uno. - dijo Darío mientras miraba por la ventana.
Apolo sonrió al escucharlo.
Darío un niño del mar, un tritón.
Con un corazón cálido, gracias a la influencia de Susana.
-Que te parece si imaginamos que todos somos una familia así, que yo soy tu papá por esta ocasión, y viajamos para divertirnos.
Justamente hay un lugar que podemos visitar como familia - dijo Apolo viendo por el retrovisor a Darío.
-¿En serio se puede hacer eso?- dijo Darío sorprendido y entusiasmado.
-Claro, pero en el colegio soy tu Profe...- dijo Apolo sonriendo 😃.
-¿Pero te puedo decir Papá solo mientras dura el viaje?- dijo Darío algo ansioso.
-Si, adelante dilo - dijo Apolo.
-Papá... Podríamos comer algo- dijo tímidamente Darío a Apolo.
-Si hijo, más adelante hay lugares para comer algo ahorita llegamos - respondió Apolo.
Darío sonrió, era la primera vez que decía esa palabra para una persona.
Susana sin embargo, tenía cerrados los ojos pero escuchaba la conversación de ambos y se hacía la dormida.
"Cuánta falta le hace a mi hijo una figura paterna..." pensó Susana.
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Mientras tanto Lars y el general habían regresado al palacio en el fondo del Mar, sus súbditos al verlo llegar se alegraron, inmediatamente las audiencias para verlo no se hicieron esperar.
-¿Que ha sucedido por aquí?- dijo Lars mientras uno de los sirvientes se acercaba para dar las novedades.
-Mientras nuestro señor no estuvo de repente fuimos atacados por 🦈 tiburones blancos, estos eran manipulados sus ojos se veían raros .
Fue igual como cuando la reina Serena fue atacada.- respondió el sirviente.
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Me tenías triste pensé que nos habías abandonado