El matrimonio de muchas personas se ve afectado por un problema y la traición es lo que pone el clavo en el ataúd, podrá perdonar la traición la persona que más sufre?, quien es en realidad el que más sufre?.
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Cap. 20 Criatura, yo te reviso proyectos
Aníbal asintió resignado a su suerte, como negarle algo a ella.
—Bien, bien, yo me encargo de encontrar las trampas y a los tramposos —dijo, levantando las manos en rendición.
Irina palmeó emocionada. Aníbal aún no está como para lidiar con el mundo laboral, el psicólogo de Aníbal le dijo que debería estar en un ambiente tranquilo y relajado para conectarse con él mismo, estar en una oficina bulliciosa y estresante no era la mejor solución, así que como ella necesita una persona de confianza en estos temas, Aníbal es el ideal.
—Pero me traerás el almuerzo como siempre, no me malacostumbres si no me vas a seguir malcriando —dijo autoritaria, mientras que Aníbal, asiente.
—Criatura, yo te reviso proyectos, barro, plancho, cocino, hago delivery, tú solo pide que te lo doy —dijo mientras ella sonreía.
Ambos se despidieron, ya que Irina tenía mil reuniones y nada de tiempo.
Fuera de la oficina, varias ejecutivas y personal femenino vieron al guapo Aníbal caminar hacia la salida y suspiraron. Es guapo, pero parece tener una relación muy cercana con la jefa y coquetear con él sería meterse en problemas definitivamente.
Algunos directores de área vieron a Aníbal y rodaron los ojos, desde que entraron a trabajar a la empresa, estaban locos por llamar la atención de su hermosa, sexi y adinerada jefa, pero de repente, apareció ese tipo que es como un perro guardián, además de que su jefa lo prioriza por sobre cualquier situación.
—Mira, es el niñero de la jefa, ese no se respeta, estar bajo las faldas de una mujer, qué ridículo, nosotros somos quienes debemos proveer, no estar ganando menos que la mujer, ese hombre no vale la pena —dijo uno mientras que otro asiente, sin embargo, carla estaba detrás de ellos y los sacó de su ensoñación para mandarlos al infierno directamente.
—Pues les recuerdo que ese niñero como le llaman, está en una mejor situación que cualquiera de ustedes, la jefa lo respeta a él, ustedes son solo unos directores de área, nunca llamarán su atención, Aníbal es su prioridad, así que vayan a trabajar y dejen de chismear, no sean ridículos —carla dijo autoritaria haciendo que los hombres salgan casi corriendo.
Carla se fue a la oficina de Irina. En cuanto entró, la vio trabajando en total concentración. En cuanto vio a Carla, Irina dejó sus documentos, para hablar con ella.
—Carla, te cuento que hablé con mi cuñado, será mi asesor personal, así voy a poder atrapar a la gente que está inflando precios y sacando ganancia extra de mi empresa. —dijo Irina, mientras que Carla asiste y se acerca disimuladamente.
—Iri, Aníbal viene y causa un revuelo —dijo cómo hablar del clima, haciendo que Irina frunza el ceño.
—¿A qué te refieres? —dijo mirándola atentamente.
—Bueno, a la hora de almorzar, las chicas conversan “casualmente” en el lobby cerca de la presidencia, o sea, tu oficina, y es solo para ver si el guapo cuñado tuyo tiene que dejarte el almuerzo. Tengo que hacer secar el piso, ya que la babeada es intensa.
—El hombre que lo ven en el camino se indignan, lo odian a muerte, ellos quieren llamar tu atención, sin embargo, Aníbal llega y entré directo a tu oficina sin nada de formalismos, comes todo lo que te trae, es casi como tu consentido —dijo Carla mientras mira unas carpetas esperando la reacción de la rubia.
Irina parpadeó varias veces, y trató de entender la situación. Fue cuando Carla había logrado su objetivo.
—Carla, ¿cuáles chicas?, que ni se les ocurra, el cuñado no está para esas, además, Aníbal no es un hombre causal, es de relaciones serias, que esas resbalosas ni se acerquen —dijo irna un poco irritada, mientras Carla quería reír, Irina es muy protectora con Aníbal, y viceversa, ella sentía que las cosas se pondría interesantes entre ellos, solo era cuestión de esperar.
Pero Irina no se quedaría ahí con sus apreciaciones y, sin darse cuenta, ella estaba más enredada en la situación de lo que ella misma se daba cuenta.
—Además, a esos tipos que ni se les ocurra crearle problemas a Aníbal porque me van a conocer, yo no estoy buscando pareja y menos un futuro marido, están locos —dijo con el ceño fruncido, realmente no podía entender lo que le pasa a la gente y cómo es que un hombre tan amable como Aníbal era peligroso para ellos.
Carla asintió con una leve sonrisa; sin embargo, le encantaba ver de palco lo que pasaba con su bella jefa.
Esa noche, Malcolm estaba rondando a Irina como siempre, le había enviado un mensaje indicando que la invitaba a cenar. Irina declinó sutilmente, le dijo que trabajaría hasta tarde, pero el hombre estaba decidido y se fue directo a su empresa para convencerla.
Sin embargo, cuando llegó, vio a su más odiado rival para él, ese joven servicial que lo ponía con los nervios de punto.
Irina se dirigía hacia la salida cuando oyó la voz gruesa y sensual ya conocida.
—Criatura, vine a recogerte. De camino a casa debemos comprar unas vitaminas para ti, estás trabajando demasiado y este sábado ni creas que vas a trabajar, estás ojerosa, no duermes bien —dijo acercándose a ella y dándole un suave beso en la frente mientras Irina se pone modo consentida total.
—Cuñado, hay una jalea para relajarse que es muy buena, después podemos ir a comer unos bocadillos callejeros, ese al que fuimos la otra vez… —dijo animada mientras se colgaba del brazo de Aníbal, quien asentía con una gran sonrisa.
—Bien, bien, pero no te quejes si te duele la panza, no me voy a desvelar de nuevo por tu capricho —dijo sonriente. Mientras Irina asiente repetidas veces, está segura de que ya tiene anticuerpos y esta vez no se enferma.
Malcolm los veía entrar al lujoso auto de Irina y Aníbal se ponía de conductor mientras Irina se sentaba a su lado de copiloto.
El hombre casi se ahoga en su furia, esa preciosura ni lo miraba; sin embargo, cuando veía a Aníbal, quien era un arrimado, ella se desvivía en sonrisas.