Orien reencarnó en un mundo desconocido, luego de haber habitado por mucho tiempo en Goren y ahora siendo un mago de alto rango decide aventurarse por el inmenso continente Venus.
¿Qué nuevas aventuras descubrirá Orien Nadali?
NovelToon tiene autorización de Alex Buenos para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
¿Traición?
—¿Cómo mierda salemos de este sitio? —Orien estaba arrepentido por haber pisado la tierra de los demonios, no avanzaban y tampoco podían retroceder. Las raciones de comida y agua se estaban agotando, no podrían aguantar otra semana en esa tierra árida. Y aunque Atan dijo que había un manantial, comunicó que era difícil acercarse debido a los esqueletos vivientes.
Por otro lado, Orien estaba preocupado por esa mancha oscura que se estaba formando en su piel, no sabía si era una herida o tal vez veneno. Pero en el valle de los muertos no había veneno, de pronto las noches eran tan frías como en Glassus, nada más.
—Quiero irme a casa, papá —Orien acarició la cabeza de Happy, el dragón era pequeño y comprendía como se sentía, no debió ponerlo en peligro de esa manera. Hace un mes casi se moría porque él no supo cuidarlo correctamente. Orien miró el cielo estrellado, había dejado Goren hace medio año, los meses pasaban muy rápido.
—Después de esto, volveremos a casa, estoy algo cansado. —Orien permitió que su dragón se acostara entre sus brazos. Zura miraba la conversación a distancia, ella no pensaba regresar a Alfreimr y menos sabiendo que los demonios podrían regresar y atacar la pequeña aldea de enanos que estaba escondida en el bosque de Dimanar.
—No pareces querer regresar como ellos, —Atan se acercó a ella. —Ambos no tenemos una familia, bueno tú al menos puedes regresar cuando quieras a Alfreimr o vivir en la aldea con los enanos… pero a mí no me quieren en ninguna parte. —Él suspiró un momento y luego agregó. —Tengo pensado visitar el continente Stelle, si quieres puedes venir conmigo.
—¿Y crees que confío en ti? Eres un demonio… —ella chasqueó la lengua, Atan permaneció en silencio.
—Es verdad, no debía haber dicho nada. —Se giró mientras apretaba la mandíbula y se adentró en la cueva. Zura miró pensativo la dirección en donde él se fue.
Reino Glassus,
El consejo se había reunido, a la cabeza estaba el rey, comunicando sobre la alianza de reinos para destruir al «rey demonio», Alfreimr no había respondido al llamado porque estaba en medio de una guerra y el imperio Goren tampoco se presentó. Al final Glassus y otros tres reinos humanos unieron fuerzas para ir a Ashur con miles de guerreros y destruir a los demonios.
La princesa Diane se miró al espejo, estaba vistiendo la armadura de su difunta madre, quería darlo todo en batalla para que ella la viera desde las estrellas. El rey no quería que ella fuera a esa guerra, pero ella no quería quedarse de brazos cruzados. En ese momento era más fuerte que cuando estaba en Goren, después de todo el frío del norte fortaleció su espíritu.
El emperador de Goren se encontraba en medio de un bosque de cerezos, había acabado con todos los demonios que iban apareciendo, tener a Kara era una buena opción en el viaje. Al llegar a un pequeño lago de agua dulce, llenaron sus contenedores de agua hechos de hierro con cadenas alrededor para ajustar a la cintura.
En el grupo había algunos heridos pero la situación no era tan grave. Darién suspiró mientras veía su reflejo en el agua, su magia de hielo se había debilitado y su cabello se había vuelto rubio nuevamente. No pudieron dormir los últimos días y todos estaban cansados, en cualquier momento uno podría caer desmayado.
Darién miró en dirección al reino de los elfos, ellos seguramente no lo estaban pasando bien.
—En marcha, vamos de regreso a Goren.
—Sí, su majestad. —Respondieron al unísono.
Valle de los muertos,
Zura caminaba en la última posición, luego de esa noche Atan la había ignorado por completo, ni siquiera discutía con ella como antes, eso la estaba agobiando bastante. El grupo se dirigía al manantial del que Atan habló, caminaban en completo silencio tratando de pasar desapercibido de los esqueletos vivientes. Después de una hora soportando tormentas de arena y un sol extremadamente caliente llegaron al sitio, Orien corrió a llenar sus recipientes de agua.
—Después de esto no salgo de Ziri jamás.
—No hagas tanto ruido, si no mal recuerdo hay un esqueleto de una pitón debajo del agua. —Orien miró a Atan con los ojos súper abiertos, tomó sus cosas y se alejó de manera chistosa haciendo que Happy carcajeara contento. —Shhh.
En ese momento emergió esa cosa, con un aspecto pútrido y a Orien le provocó asco porque anteriormente bebió del agua, haciendo varias arcadas.
—Mierda que asco, —Orien se metió un dedo a la boca en un intento de vomitar.
Atan cristalizó rápidamente con su magia al esqueleto, y dijo.
—Regresemos a la cueva, esa cosa no se mantendrá así para siempre.
El camino de regreso no fue tan complicado, no se encontraron con ningún esqueleto viviente, y aunque al principio sentían un alivio, cuando estaban cerca de la cueva sintieron un extraño escalofrío. Y la razón era esa mujer esbelta, vestida en un traje negro muy ajustado marcando sus curvas y resaltando la parte del escote. Al lado de ella había un esqueleto de lo que parecía un lobo wargo. La mujer embozó una sonrisa provocando que el ambiente se sintiera tenso.
—Estamos en problemas, ese es el «rey demonio».
—Atan… regresaste a casa, pequeño ingrato.
Orien y Zura miraron al muchacho esperando una explicación, ¿por qué el rey demonio lo conocía? La mandíbula de la elfo se tensó, ella tenía sus sospechas, era extraño que él tuviera tanta información solamente por integrarse a un escuadrón de bajo rango.