Muñecas De Porcelana

— Richard no ha parado de ir a tu tumba desde el día que te creímos muerta —Dijo mi hermana abrazándome fuerte.

Mire a Ronald que estaba detrás de Laura y las lágrimas rodaron por mis mejillas .

—Perdoname— dije en voz alta sabiendo que lo que haría a continuación me haría perder a mi hermana.

Moví los labios diciéndole a Ronald que cerrara las puertas.

—¿ Por qué habria de perdonarte— Dijo mi hermana con una enorme sonrisa.

Ella vio mis ojos y en ellos se puso a leer la oscuridad que ahora poseían.

— Richard tenía razón tú cambiaste— Dijo confundida — ¿Tenías que enamorarte de ese tipo?.

Sus palabras reflejaban aún algo más inquietante, parecían como si hubiera hablado demasiado tiempo con Richard.

— Aun así te agradezco— Dijo molesta y enseñándome su anillo de compromiso — él y yo nos vamos a casar.

Observé el anillo en su mano y quedé paralizada, así que a esto se refería Richard cuando le dijo a Lucas que buscaría quien me supliera.  Jamás imaginé que mi hermana sería esa que me remplazaria.

— ¿Así que todo este tiempo estuviste saliendo con Richard?— Le pregunté a mi hermana — ¿En serio lo hiciste?

— ¿Al fin te das cuenta al hombre tan maravilloso que perdiste por ese vegetal?— Dijo señalando a Lucas.

Ronald al escucharla la arrinconó contra la pared.

— Si vuelves a hablar así, ni siquiera tu hermana será capaz de detenerme— Dijo Ronald presionado su cuello.

—¿Todo este tiempo los preferiste a estar conmigo?— Dijo Laura molesta y tratando de quitarse de encima a Ronald.

Me quedé en silencio, escuchar como hablaba despectivamente del hombre que amaba me dolió hasta el fondo del alma.

— Hermana, la Kendall que conocías ha muerto, ¿quieres saber quién me mató?—

Dije acercandome a ella y tratando de mantener la calma.

Ella me miró con una sonrisa en la cara, era fácil adivinar que ella sabía la respuesta a mi pregunta.

— ¿Lo sabes verdad?—  Le pregunté con miedo  a su respuesta.

— Claro que lo sé, Kendall, pero tú tienes la culpa por irte a los brazos de otro hombre—.

Contuve el llanto, creía que por ser mi hermana me preferiría a sobre Richard.

Pero ese era el destino fatal para dos hermanas que nunca fueron amadas por sus padres, era un destino que no se podía cambiar, el amor de un hombre nos volvía loca por qué al fin podíamos sentir todo aquello que jamás habíamos sentido.

—¿En serio lo sabes todo?— pregunté a Laura.

Laura guardo silencio, tomó su bolso y caminó hacia la puerta de la entrada.

Yo la seguía implorandole que no se fuera.

— Hubiera deseado que de verdad hubieses muerto así no tendría celos de que Richard te encontrará de nuevo— Dijo Laura abriendo la puerta.

Abofetee a mi hermana y la aventé impidiéndole el paso a la puerta.

Ronald miraba asombrado la escena e igual las chicas.

— !Te enseñaré que clase de vida tendrás a su lado!—

Laura me miró confundida, era la primera vez que reaccionaba de manera violenta ante ella. Aún si la perdiera como hermana, no dejaría que ella muriera a manos de ese psicópata.

Cerré la puerta para que solo con la clave pudiera ser abierta.

—¡¿Que crees que haces?!— Dijo Laura empujándome.

"Salvarte" pensé.

— Para proteger a quienes amas, aveces debes convertirte en un mounstro— Dije en el oído de Laura — Puedes odiarme todo lo que quieras.

Encerré en la habitación de las chicas a mi hermana y les pedí tratarla del mismo modo con el que me habían dado la bienvenida.

Las demás chicas se acercaron a ella y comenzaron a decirle exactamente cada palabra que habían dicho a mí. Yo estaba exhausta y sin animos de hablar con alguien. Entre en la habitación de Lucas para calmarme, pero Ronald estába ahí.

mirándome arrepentído.

— Perdón, no sabía que ella haría eso—.

— Richard ya la tiene enredada en su juego— respondí.

— Aún así, creo que debes olvidar tu venganza y entregar a la policía a ese tipo.

Sabía que la única manera de que me apoyará en mi venganza era decirle cada cosa que Richard había hecho conmigo y con sus demás víctimas.

Sabía que aún que Lucas estaba en coma seguía escuchando cada palabra que se decía frente a el así que me quedé callada.

DÍA SIGUIENTE

Era irreal el tiempo que había dormido sujetando la mano de Lucas, realmente llevaba mucho sin dormir en paz.

Ronald entro a la habitación con trapos y agua tibia para bañar a Lucas. Yo sali de la habitación y fui a la cocina a preparar algo realmente tenía hambre no había cenado la noche anterior.

Llegó Kaitlyn y me ayudó a preparar el desayuno sin hacerme una pregunta durante todo ese rato.

— ¿Crees que estoy siendo mala hermana no es así?— Le pregunté en voz baja.

— No lo creo— meneó la cabeza.

Solté el cuchillo con el que cortaba las verduras y lo deje sobre la mesa para limpiar las lágrimas que sin querer había derramado.

—Solo alguien que ha pasado por lo mismo puede entenderte— Dijo Kaitlyn mirándome fijo.

— No lo entenderías— Dije con una sonrisa de lado.

Kaitlyn comenzó a descubrir sus brazos enseñándome las marcas de quemaduras sobre su piel. Mire con asombro, cada una de ellas, se veía profundas.

— Conozco esa mirada llena de dolor, y no fue tu culpa todo lo que te paso —.

— Quizás no fue mi culpa pero si no lo hubiese huido todo sería diferente— contesté.

Ronald que había acabado de lavar a Lucas escuchó mis palabras, lo que lo inquieto.

— ¿Dime qué fue lo que te paso?— Preguntó inquieto.

— ¡Es mejor que no lo sepas!— Exclamé.

— ¡Dime, hasta que despierte Lucas debo protegérte y más por qué mi sobrino está dentro de tí!—.

— ¡El tipo que me disparó en la investidura de presidencia de SKYBLUE, fue el hombre que me obligó a estar en una cabaña, el mismo por el que tú hermano está así!—.

Laura iba pasando por ahí cuando escucho lo que decía, así que fue directo hacia mi, y me jalo la blusa.

— ¿Te mantuvo Cautiva Richard?— Dijo sorprendida.— ¿Que te hizo para que estés así?—

— ¿En serio no lo sabes?— Dije quitandome  manos de encima.

Laura se arrodilló ante mi y me imploro decirle. Pero yo no sabía que creer, antes había dicho que lo sabía todo.

— ¡Richard es un asesino! — Dije— Ese hombre que dices amar, abuso de mi —.

La mirada de Laura cambio de un momento a otro, su mirada reflejaba terror, incluso asco de si misma.

Continuará...