Gia Giordani es hija del general de las Fuerzas especiales de defensa Mundial, esta es una organización paralela a varios ejércitos unidos, que se encargan de misiones encubiertas y clasificadas, existen varias sedes de estas élites, las cuales se encuentran en varios lugares del mundo.
Gia es la única mujer y la menor de cuatro hermanos, todos pertenecientes a la elite con diferentes rangos, mientras ella solo es la princesa de la casa.
La joven ha estado enamorada desde siempre del hijo del general de división de la elite, el capitán Tomás Decker aunque este no quiere nada con ella, la ve como una Barbie sin cerebro.
El capitán Decker humilla frente a todos a la joven y ella tomará la decisión de cambiar su vida, ya que por aquellas palabras piensa que todos la ven como alguien inútil y sin cerebro.
Podrá esta joven demostrarle a un mundo machista que, si puede, podrá olvidar a este hombre tan ingrato.
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Molestia
Gia camina por el apartamento y llega a la sala, se revisa bien que la camisa esté bien abierta y entra descansa hasta donde está Andrew, él está de espaldas a ella, sentado en un sofá de cuero y los hombres están de frente a ella.
La cara de los sujetos es un poema, sus ojos bien abiertos y sus miradas llenas de hambre, pero no son idiotas, así que tratan de quitar la mirada antes de que Andrew dé cuenta, solo que fracasan.
—Y esas caras de idiotas, que sucede. —Pregunta y voltea para encontrarse con su pequeña Gia desnuda frente a esos imbéciles, mostrando lo que es de él, así que se levanta de inmediato y la abraza para taparla con su cuerpo.
—Largo. —Grita y salen despavoridos.
—Pero, qué mierda te sucede, como bajas así. —Pregunta alejándose un poco para verla, la cara del coronel es roja, las venas de su cuello y cien palpitan como locas.
—No me grite, usted me dijo que me quedaría aquí y que me pusiera cómoda, como una princesa. —él entrecierra los ojos y no lo tolera más, su polla está que revienta el pantalón para salir, entonces la besa y la lleva hasta el sofá.
Gia se deja llevar por el momento y es que este hombre está como quiere, aparte su cuerpo reacciona a su cercanía y más a sus besos.
Él suelta su boca y se dirige a su cuello, acaricia el resto de su cuerpo y ella le da más acceso a este tirando su cabeza hacia atrás.
—Gia, maldición, me quieres matar a caso. —Dice y sigue besándola, Gia está decidida a dar otro paso con Andrew, al diablo todo, cuando su teléfono suena, el aparato está en la mesa junto a ellos y el nombre con la foto de Gala salta en la pantalla.
—Es tu mujer. —Dice y lo empuja, él la ignora y la sigue besando.
El teléfono sigue sonando y ella logra sacárselo de encima.
—Que pasa.
—Su mujer lo necesita coronel. — se acomoda la camisa y este la jala para que caiga en su regazo.
La aferra a él, fuerte y toma el teléfono.
—Que quien…. —Responde cortante.
—En dónde estás, amor, necesito verte. —Dice de manera melosa y Gia trata de levantarse, está tan cerca que oye lo que dice ella.
—No te importa en donde yo esté, te he dicho que no me gusta que me llames.
—Deja de tratarme así, soy tu prometida.
—¿Quién pidió tu mano? Ah, si fue el mismo que te dio el anillo, mi padre, ese es tu prometido.
—Andrew, no seas majadero, soy tu prometida y me respetas, no quiero seguir siendo la burla de todos.
—De acuerdo te voy a solucionar eso, solo espera no cortes… —Gia forcejea, pero la montaña debajo de ella no la deja huir, él pone la llamada en espera y llama a su padre.
Al segundo repique contesta
—Andrew, hijo, que ocurre.
—Se cancela el compromiso, te dije que si me agobiaba se acababa y lo hizo.
—Andrew, no puedes esto, es malo para tu imagen, quieres seguir escalando cierto. —Dice si padre.
—Y lo haré como hasta ahora solo. No te estoy pidiendo permiso, te aviso que se acabó. —Corta la llamada y hace otra.
—Aló Tracy sí, te tengo una noticia, mi compromiso se cancela.
—Por qué, tienes que decirme algo más.
—Adiós Tracy. —Corta y vuelve a la llamada con Gala.
—Amor que sucede, vas a decirme donde estás.
—No, ya te solucioné tu problema, el compromiso se cancela. —Andrew habla de manera fría y corta la llamada. Su teléfono no para de sonar y lo apaga, luego mira a Gia y dice.
—Ahora sí, dónde estábamos… —Gia no lo puede creer, este hombre es un iceberg o bueno con el resto lo es.
—La dejaste por teléfono… —Pregunta incrédula.
—Me avisaron de mi compromiso por correo, sí que estamos a mano. —Dice relajado.
—Eres perverso.
—No sabes cuánto, ahora a comer y luego a que reciba su castigo por atrevida.
—Qué hice de malo. —Pregunta inocente.
—Tu cuerpo es mío y nadie lo puede ver ... —Ella se ríe.
—Si sabes cómo atrapé a Yakov, ¿cierto?
—No harás más es, si soy celoso y posesivo y demente... Ah, eres Mía.
—Estás loco... —Se ríe.
—Lo de cavernícola te funciona con las mujeres... Realmente a chicas quienes les gustan los egocéntricos y arrogantes que las tratan mal. —Andrew se ríe.
—A las mujeres les encantan los malos...
—Yo paso. — dice ella
—Pero para mi habitación. —Se ríe él.
—Andrew, no voy a ser tú... —La interrumpe.
—Come o te llamo como no te gusta. — Dice y ella alza una ceja.
—Hazlo y salgo esta vez sin la camisa y me voy así, hasta tus bestias me dejarán pasar. — Amenaza
—Bien... Y luego me ayudas a esconder los cuerpos. —No lo soporta y lo besa y este profundiza el beso.
Ella se aferra con sus piernas a su cintura y él la agarra por la nuca.
—Mía... —Dice una vez terminado el beso.
—Es Gia con G no M.
—Alguien te mando para volverme loco cierto. —Dice y ella se pone la mano en el pecho ofendida.
—Quién es el que me acosa, me pone bestias para que no huya y ataca un antro para que me vaya con él.
—Eso es tu culpa, normalmente me buscan a mí.
—Me llamo Gia Giordani, aquí no encontrarás a una pendejada eterna Andrew.
—Y es eso lo que me encanta de ti, tengo hambre.
—Vamos prin... Se ríe cuando ella entrecierra los ojos.
—Primero comemos y luego a descansar. —Ella niega riendo.
En el comedor hay pasta a la Carbonara y vino tinto.
Ambos comen muy a gusto, sobre todo Gia que lo hace en el regazo de Andrew.
—Todo está delicioso, gracias.
—Y eso que aún no pruebas el postre. —Gia se sonroja y él se ríe.
—Quien es Johnson... —Pregunta de la nada.
—Un muy bien amigo, al principio me odiaba por ser una Barbie. —Se ríe.
—Pero desde que le gane en una pelea me adora. —Responde ella.
—Según sé está enamorado de ti. —Él frunce el ceño.
—si tengo ese efecto en los hombres— Se ríe ella.
—Johnson es un hombre maravilloso y me hubiese encantado poder quererlo, pero no pasó y somos amigos. —Concluye ella.
—Mmm... otro imbécil más.
—Por qué dices eso... Frunce el ceño ella.
—Si Ferreti está implicado, él lo va a reemplazar y entonces tendré que dejarle las cosas claras sobre ti.
—Andrew... No somos nada, apenas nos conocemos y actúas como si...
—Eres mía y punto él y todos deben saberlo...
—Lo peor es que no hice nada para que tú pensaras eso. —Dice Gia.
—Vamos, cada vez que me ves me comes con la mirada. —Gia se acomoda y lo besa...
—Eres mi primera adicción...
—Y la única...